martes, 31 de marzo de 2020

CORONACONFINAMIENTO

CORONACONFINAMIENTO

Tito Ortiz.-

Me debato como toda persona consciente de este país, entre la pena por las cifras de muertos e infectados, y la gran oportunidad que me ofrece el confinamiento, de ponerme al día en tareas pendientes, como leerme los libros que se acumulaban en mi mesa, de manera especial, los de aquellos amigos que siempre esperan mi opinión, confiados en mi juicio y opinión. Por fin he terminado la obra que sobre Mariana Pineda, me envió Manuel de Pinedo, apreciando en ella, no solo el conocimiento del personaje y sus tristes circunstancias, sino la maestría de alguien a quién conocí dirigiendo el grupo de teatro Popular en aquella década de los setenta, con obras de su pluma como “Urbano Grandier“o “Cérceris y Bupréstido”, cuando compartíamos el teatro del Centro Artístico para nuestros ensayos y estrenos. Avanza el virus, y con el, la oportunidad de archivar la correspondencia acumulada en el cajón, de entre la que destacan, las postales de Juan de Loxa, unas desde su casa en Madrid, y otras desde la calle de Reyes Católicos, con maniquíes en el balcón. Releerlas, es como disparar dardos al alma ante la rotundidad de su ausencia, pero la vida sigue y a veces, hasta con pandemias que nos permiten parar y meditar, cuando estábamos sumergidos en la vorágine de un mundo rápido y a destiempo.
A mí, el virus y su confinamiento me está haciendo mucho bien. Me está acercando de manera irreversible a las cosas que importan, y al poco o mucho tiempo que me queda por estar aquí. Estoy valorando mucho las cosas, las estoy jerarquizando, y estoy repartiendo los abrazos pendientes, por si el dichoso virus no me diera la oportunidad, a partir de mañana, que diría Alberto Cortés, con quién compartí un par de copas, aquella noche del Corpus en el paseo de Los Tristes, tras una espléndida actuación bajo la Alhambra, mientras lo entrevistaba para, Radio Popular de Granada y el Diario Patria. Y agradezco que mi admirado, Paco Sánchez Montes, me haga partícipe de la felicitación a modo de reconocimiento que da a todos los periodistas de bien, que cada uno en su medio, hacen posible que todos estemos informados con honestidad y sin amarillismos, de la tragedia histórica que estamos viviendo. Yo, porque pertenezco al colectivo y, se me vería el plumero, pero si no, convocaría todos los días un aplauso para  los periodistas que día a día, están al pie del cañón informándonos puntualmente de la hecatombe, aunque fuera a las dos de la mañana en la puerta del “Oxford 2”. Espero el final del confinamiento, para volver a tomar café en el, Bernina de Recogidas, con Antonio Perera y, aprender de su certero análisis de la situación de este país, que siempre reacciona tarde ante las desgracias, aunque más vale tarde que nunca. También tengo pendiente media tostada con Pepe Cantero, lector impenitente de esta columna, que al tiempo, profesa un amor eterno por la gente de la radio, que tanto le admiramos.

martes, 24 de marzo de 2020

CORONABURRIMIENTO


CORONABURRIMIENTO

Tito Ortiz.-

Esto de no salir a la calle, me está permitiendo descubrir cosas insospechadas. La parte superior del armario del dormitorio, esa que nunca ves y a la que nunca alcanzas, con una pequeña escalera, un paño y líquido limpiador, he comprobado que tenía pelusas grises oscuras con vida propia, seguramente desde el siglo XIX, porque algunas llevaban en la cabeza un bombín y en la mano un bastó de época. El aburrimiento es tal, que las horas parecen no discurrir, y entonces me pongo activo. En estas dos semanas he cambiado los muebles del salón cuatro veces, y ahora cuando termine de escribir, creo que les voy a dar otra vuelta, porque no me quedan como yo quiero. Los armarios, debidamente ordenados de madrugada, porque las siestas son de infarto, me han proporcionado espacio para acoger el vestuario de una drakuín en plenos carnavales. La limpieza de lámparas de todas las habitaciones ha dejado al descubierto su color original y un brillo que no sospechaba tenían. Otra cosa que me ha sorprendido ha sido vaciar y limpiar el frigorífico. No se lo van a creer, pero entran más cosas que antes, y en la parte del congelador, allá al fondo, ha aparecido una bolsa de croquetas de hace siete años, que una vez pasadas por la sartén con el aceite hirviendo, están de muerte. Mención aparte merece la, organización y limpieza del trastero. Eso ha sido épico, porque desde hace dos años, lo abría y comenzaban a caer trastos al suelo como agitados y convulsos. Pues cuando he llegado al final del habitáculo, he visto que no había tirado mi vieja raqueta de tenis, de aquellas de madera, de las de entonces, firmada por Manolo Orantes, el día que vino a inaugurar Canal Sur en Granada, allá por noviembre de 1989. La he sacado y colgado en el salón, encima de la televisión, ha quedado que es un primor.
Y es que esto de estar confinado tiene sus ventajas. El ahorro en gasolina es morrocotudo. Ayer fui a llenar el depósito y el gasolinero, oculto tras los cristales, me ofreció un guante para servirme el combustible. Le pregunté por qué no los tenía en los servidores habituales junto a los surtidores, y me contó que la gente los cogía a puñados y se los llevaba para casa. Hay gente “pató” ya lo dijo “El Guerra”, pero es que, con esto de los guantes de estaciones de servicio, está ocurriendo lo mismo en el Mercadona. Cuando fui a comprar la fruta, observé como una señora de buen porte, cogía y se ponía uno para elegir los tomates, y cuando terminó, lejos de quitárselo y echarlo a la papelera, se fue hacia el recipiente, los cogió todos de un puñado y se los metió en el bolso cerrando la cremallera a velocidad de vértigo. Es verdad que en estas situaciones es, cuando se ve la talla moral de algunos especímenes humanos. Me voy a ordenar mis estanterías de libros por orden alfabético, ya es la décima vez.

martes, 17 de marzo de 2020

EL CORONAMIEDO

EL CORONAMIEDO

Tito Ortiz.-

Si hay algo claro en torno al coronavirus, es que nadie sabe la hora  que es. China castigó al médico que dijo lo que pasaba hace meses, cuando se podía haber evitado esta catástrofe mundial, y su verdad le ha costado la vida, y ahí era notorio que no había patologías previas asociadas, así que una de las causas probables de muerte por este bicho que se nos vende, queda en agua de borrajas. Siendo mal pensados, podríamos asegurar que alguien con mala intención, y deseos de bajar el censo humano, nos ha fumigado por la noche, como si fuéramos campo de arroz, sin ninguna de las tres delicias. De otra manera no se explica que, haya portadores del virus asintomáticos que están propagando el bicho como la peste, o que aparezcan casos en personas que no han viajado a ningún sitio en los últimos cuarenta años, ni han estado en contacto con otras que lo hayan hecho. Hay criaturas afectadas que prácticamente vivían solas y sin contacto social.
Los efectos económicos son más que notables. Estamos ante una crisis en materia de salud, cuyas mayores consecuencias son económicas. Estoy por afirmar que alguien ha expandido el bicho para causarla deliberadamente, y así llevarnos de nuevo hasta 2008, cuando parecía que éste año ya comenzábamos a ver de nuevo los” brotes verdes” zapaterianos. El ser humano es tan insignificante, y tan dúctil a las manos de las grandes economías mundiales, que nos llevan por donde quieren y cuando quieren. Antes nos asfixiaban con hipotecas para dejarnos el sueldo en nada, y ahora que el salario mínimo – aun subiendo – no llega a la dignidad, nos quitan de en medio a unos cuantos con una gripe mal curada, para la que no hay vacuna, y como diría, Sabino Fernández Campo, ni se le espera. Aquí ocurre lo mismo que con las listas de espera para la ayuda a domicilio. Los expedientes se dejan enfriar en un cajón bajo llave, que las solicitudes se quedan en nada, a base de que los demandantes vamos muriendo por razones de edad y coronavirus. Y todos tan contentos. Los servicios de inteligencia – si es que tenemos – deberían investigar como sabuesos enloquecidos,  a los fabricantes de mascarillas, de quienes sospecho ha venido la idea de soltar el 229E, o el OC43, dos cepas de las múltiples que posee este camaleónico virus que, puede acabar con nosotros cuando le plazca o, chasquee los dedos cualquier magnate de las finanzas, que haya perdido hoy unos céntimos en bolsa, o no haya ganado para un yate de oro en un puerto de las Bahamas. El COVID-19 ha llegado para quedarse, para buscarle la ruina a los que viven del turismo, y hacer multimillonarios a los fabricantes de ataúdes y funerarias. Tósele al vecino en la cara cuando bajes con el, en el ascensor. No te laves las manos que se te gastan. El censo humano hay que dajerlo en la mitad cuanto antes, al menos esa es la consigna de los poderosos. ¡Ya está bien de pagar pensiones!

jueves, 12 de marzo de 2020

CAIXABANK

CAIXABANK

Tito Ortiz.-

Va para dos meses que me llegué a la sucursal que Caixabank tiene en la Avenida Poniente, de Armilla, en Granada, y al introducir la tarjeta en sus dos cajeros, la pantalla me impidió realizar las operaciones, aludiendo que no podía leer la banda magnética del plástico. Después de hacer cola durante veinte minutos, la dama que me atendió, me dijo que efectivamente, los cajeros estaban averiados, pero que podía realizar las gestiones, si ponía la tarjera sobre un lector que hay a la izquierda del aparato. Lo hice y pude lograr mi propósito, pero le dije a la dama, no sé si debería decir donya, que deberían poner un cartelito en los cajeros que, advirtiera de la avería, y yo no hubiera perdido media hora en realizar el trabajo. Hoy he vuelto al lugar, y los cajeros siguen igual, pero algo peor, porque al intentar saber el saldo y movimientos de la cuenta, la pantalla me ha reiterado que, ese dato no estaba disponible en ese momento. Creyendo que el asunto era de unos minutos, volví a las dos horas, y la respuesta fue la misma, con lo cual, me ha tocado guardar cola de otra media hora, hasta llegar a la empleada, que lejos de solucionarme el problema, me ha espetado: Yo no soy técnica de cajeros, así que no se lo puedo solucionar. 
Al ser la cuenta de mi hijo, que me ha comisionado para hacerle la gestión, he comprendido que no me facilitara la información por aquello de la ley de protección de datos, pero lo que no he comprendido es que, no me diera una respuesta ante la avería de los dos cajeros que dura ya más de dos meses.
Me pregunto si esta es la excelencia de la atención al cliente, de la que presume esta entidad de tierra independentista, que trabaja con el dinero de los andaluces, y que destaca por la alta incidencia de sus comisiones. Sin ir más lejos, solo en el mes de enero de este año, a mi hijo, solo no le han cobrado, que yo sepa, por respirar y por estar vivo. Por todo lo demás, la barbaridad de comisiones que le detraído de su cuenta, ha llegado a un montante casi superior, a la mitad del pírrico subsidio de desempleo que cobra. Esta es la excelente gestión que hace con sus clientes granadinos, la caja catalana. Ante la magnitud de tal agravio, he pedido la hoja de reclamaciones y solo me han facilitado la de la Junta de Andalucía. La he rellenado y entregado, pero al día de hoy, ellos no han comunicado nada al organismo oficial de los andaluces. Al solicitar la de Caixabank, me ha remitido a un número de teléfono, el: 900 40 40 90, en el que después de maniobrar para ser atendido en español, me han solicitado mis datos personales y documento de identidad, me han grabado la conversación, y después de quince minutos de relatar todo lo ocurrido, la dama, no sé si tendría que decir, donya, me ha dicho que ella no podía solucionarme el problema, pero que no me retirara del teléfono, porque me iba a atender otra persona que si lo haría. Después de otro rato en espera, me han dejado sordo con un gran pitido y se ha cortado la comunicación. De eso hace ya muchas horas, y nadie se ha puesto en contacto conmigo. Tienen todos mis datos personales y mi teléfono ¿Por qué no lo hacen? Posiblemente por lo mismo que no arreglan sus cajeros. Los andaluces les importamos un pito. Ellos vienen de la tierra que quiere ser independiente, para trabajar con nuestro dinero, pero lo de darnos un buen servicio, eso no va con sus intenciones, al menos en este caso. La atención al cliente de Caixabank, está por descubrir.

PRIMEROS XXXV AÑOS DE UNA ILUSIÓN

PRIMEROS XXXV AÑOS DE UNA ILUSIÓN

Tito Ortiz.-

Ser músico es una vocación. Es cierto que también una profesión, pero a la que hay que añadirle una buena dosis de entusiasmo, entrega, y desinterés, para llevar el proyecto a buen puerto, como ha hecho en los últimos treinta y cinco años, la Asociación Musical San Isidro de Armilla, que ha logrado hacerse un hueco en el panorama provincial, donde se le reconoce el mérito de la constancia y la brillantez de su hacer, realizado desde la humildad y la entrega, con la ilusión puesta en realizar un trabajo interpretativo de la música, que abarca todo tipo de géneros. La Banda de Armilla – como la conocemos popularmente – ha logrado a lo largo de estos años, cosechar el éxito y la valoración positiva, no solo de quienes la escuchan, sino de los que  comparten actividad en otras formaciones, y reconocen el nivel de sus conocimientos y calidad interpretativa, bajo la dirección de, José Melchor Perelló Lavilla.
Esta formación musical, con la sabia mezcla de distintas generaciones en sus atriles, nutriéndose además, de su acreditada cantera de Educandos, ha despertado el interés fuera de nuestras provincianas fronteras, donde es reconocida como una experimentada banda de música, capaz de abordar las partituras más diversas. Pero donde podríamos decir que ha conseguido brillar con luz propia, ha sido en el muy competitivo mundo de la música cofrade, habiendo sido reconocida por sus méritos y calidad mucho antes fuera de Granada, que en los últimos años no ha tenido más remedio que rendirse a la evidencia: La Banda de Armilla, es una de las mejores formaciones musicales andaluzas en el panorama actual, dentro de la semana santa, preferida por acreditadas cuadrillas de costaleros, que la solicitan a sus hermandades, año tras año, por su excelente sonido, como es el caso granadino de Aurora, Sentencia o Huerto de Los Olivos.
Han bastado treinta y cinco años, para consolidar un proyecto, en aquellos tiempos, inalcanzable, pero que hoy podemos afirmar con orgullo que, es una hermosa realidad. Lo demuestra la interpretación musical que encontrarán junto a estas palabras, con la que espero que disfruten. Larga vida a la Banda de Armilla.

martes, 10 de marzo de 2020

A PASO TORTUGA

A PASO TORTUGA

Tito Ortiz.-

Poco a poco, sin avanzar, que diría un capataz que quiere lucir a su gente, la lenta justicia va poniendo al doctor Candel en su sitio, con el que es fácil empatizar en ocasiones, solo en ocasiones, por la licitud de sus protestas, pero al que le pierden las formas una veces, y otras, su incontinencia verbal, por muy respaldados que estén sus argumentos. Hay una cosa que me llama poderosamente la atención. Estando ahora el sistema sanitario andaluz, mucho peor que cuando el agitador doctor, arengaba a las masas contra el gobierno socialista de la Junta de Andalucía, su actividad pública ha decrecido alarmantemente… Cosas que pasan, digo para mis adentros. Soy de los que creen – porque lo he visto muchas veces – que también se muere de éxito. Y que a la hora de pagar indemnizaciones o enfrentarse a la cárcel, todos esos que te apoyan y te ríen las gracias, desaparecen como por arte de magia, y cuando quieres acordar, miras a tu alrededor, y estás más solo que la Luna. Cuando la razón te asiste, sobran los insultos, exabruptos, faltas de educación y posibles  calumnias. La verdad no tiene más que un camino, y lo demás, solo puede llevarte a hacer guardias en urgencias, esperando a que te atiendan, y que a nadie se le ocurra estornudarte al lado, porque puede haber tiros.
Y hablando de tiros. Desde hace unos meses, en la provincia de Granada se están pegando más tiros en la calle que en la Costa de Sol, que ya es decir. Uno se pregunta – desde la ignorancia – como es posible que cualquiera tenga acceso a un arma de fuego, sin que eso sea controlable por la autoridad competente. De seguir así, se me ocurre que podíamos poner aquí, una franquicia de la sociedad del rifle norteamericana, porque así al menos, estarían todas las armas registradas, y sus dueños identificados. Está claro que, entre nosotros, existe un mercado negro de todo tipo de armas, de fácil acceso, y del que se surten toda clase de delincuentes y perturbados, que dirimen sus diferencias hasta contra sus propios hermanos, a base de tiros en plena calle y a la luz del día, aunque esto sea algo pueril, lo de la luz, digo. Llevamos semanas en esta provincia, abriendo informativos y primeras planas, con tiroteos y atracos con violencia de todo tipo, aunque en el resumen anual de diversas instituciones, nos volverán a decir que la delincuencia ha descendido en Granada, pero yo no sé dónde. La alarma social está en la calle, por muy protagonista que siga siendo el coronavirus, que lo es. Pero un disparo no se cura con Paracetamol y reposo. Las escopetas de caza en casa, llevan demasiadas muertes en sus recámaras. A estas armas se les debería aplicar la misma ley que a las del tiro olímpico. Que estén bajo custodia y no en el domicilio particular, a mano, para dirimir celos y agravios. 

martes, 3 de marzo de 2020

LA TILLI

“LA TILLI”

Tito Ortiz.-

Aunque compartimos apellido, juro ante dios y ante los hombres que no la conozco de nada pero… la quiero. Es imposible no sucumbir a sus encantos, cuando uno conoce su trayectoria y ejemplo. El testimonio de su vida, el ejemplo a la sociedad y, la grandeza de su generosidad, hacen de Jacinta Ortiz, una mujer venerable, admirable y el referente imprescindible que debe llevar como estandarte todo ejemplo de solidaridad y superación personal.
“La Tilli” – como la llaman sus paisanos en Huétor Tájar – es una mujer octogenaria, dedicada a las labores del campo y la casa durante toda su vida, que enviudó apenas con treinta años, y que tuvo que sacar  adelante a los suyos a  base de deslomarse en la agricultura de sol a sol, haciendo las faenas de casa durante la noche, y aun así, sin saber leer ni escribir, dictaba sus historias para que fueran editadas con la doble tarea de no perder el acervo cultural de su comarca, regalándolas a sus paisanos. Con las fatiguitas de la muerte, logró sacar cinco hijos adelante, a los que relataba cuentos infantiles de historias de sus abuelos, casi olvidadas en el tiempo, pero que ella procuró que no se perdieran, dictándolas y asumiendo su edición para repartirlas a los niños de su pueblo. Jacinta Ortiz, “La Tilli” con su trabajo en el campo ha ido sumando arrugas a su cara, canas a su pelo, nietos a sus faldas y deseos de aprender, que por fin le han permitido entrar en la escuela para adultos, viendo y comprendiendo en letra impresa, lo que ella verbalizaba, para que no se perdiera. Son tantas sus ansias de aprender, que a veces los profesores la tienen que frenar, pero ella les dice que no puede ir más despacio, porque ha llegado muy tarde a la escuela, al tener que trabajar para mantener a la familia.
Pero su obsesión por aprender y divulgar no tiene límites, y Jacinta se ha puesto una vez más en el tajo, publicando nuevos cuentos infantiles, cuya edición ha costeado de su pírrica pensión, donando los ejemplares a los colegios, institutos y bibliotecas de Huétor Tájar, poniendo una vez más al alcance de sus vecinos, las historias y moralejas de ésta vecina ejemplar que, no contenta con su testimonio humano de superación, ilustre ejemplo para las generaciones venideras y sus contemporáneos, siembra en el campo de la educación y la cultura, los valores antropológicos de una comarca, que vivirá eternamente en deuda con Jacinta, “La Tilli”, que analfabeta, hartica de trabajar en el campo como cualquier hombre, no solo se encaró con la vida cuando le vinieron mal dadas, sino que, sin descuidar a la familia, quitándoselo del sueño y de la boca, ha tenido la impagable generosidad, de regalar a sus paisanos, la tradición oral de sus montes y sus campos, de su vida entregada a los suyos y a los demás, de aquellas historias que le contaban sus abuelos y ella no ha consentido que se pierdan. ¿Es, o no es, para quererla?