MURIÓ INVICTO
Tito Ortiz.-
Grandes fastos se nos avecinan
el próximo año, cuando celebremos los quinientos años del nacimiento de un
granadino ilustre que, habiendo nacido en la ahora, esquina de la Plaza de
Isabel La Católica con Reyes Católicos, donde se encontraba el viejo convento
de Santi Espíritu, murió en Lisboa como señor de los mares sin haber sido nunca
vencido y, esto es algo nada corriente si tenemos en cuenta la época en que le
tocó vivir y, defender una España muy dimensionada, con múltiples territorios
que administrar, constantemente asediados por otras potencias, a veces
disfrazadas de piratas, corsarios y bucaneros.
Álvaro de Bazán y Guzmán
(Granada, 12 de diciembre de 1526-Lisboa, 9 de febrero de 1588), Primer marqués
de Santa Cruz, grande de España, Primer señor y marqués de la villa del Viso y Primer
señor de la villa de Valdepeñas, fue un militar y almirante español del siglo
XVI. Ofició como comendador mayor de León y de Villamayor, Alhambra y La Solana
en la Orden de Santiago, miembro del Consejo de su Majestad Felipe II y capitán
general del Mar Océano y de la gente de guerra del Reino de Portugal.
Almirante líder tanto en el
Mediterráneo como en el Atlántico, se le considera el mayor comandante naval de
la historia de España. Fue pionero en el desarrollo de la guerra anfibia y el
uso de los galeones ibéricos como buques de guerra, además de otras técnicas y
embarcaciones diseñadas por él mismo, lo que haría posible muchos de los éxitos
logísticos y militares de la Monarquía Hispánica. Se le atribuye el logro de
no haber perdido jamás una batalla bajo su mando, habiéndose enfrentado a
franceses, ingleses y musulmanes en una carrera de casi cincuenta años.
DESDE LA CUNA
De esta manera recoge la
historia el currículo de nuestro paisano que, habiendo nacido mar adentro, al
pie de la Alhambra, la diosa fortuna le otorgó la valentía y la sabiduría suficientes
para brillar con luz propia sobre las aguas bravas de nuestros mares. Claro
que, de casta la viene al galgo -como diría un castizo- porque su nacimiento en
familia acomodada le predispuso desde la cuna, orientándolo a serpentear los
mares desde niño, con una inteligencia privilegiada para la época.
Era hijo del también almirante
invicto Álvaro de Bazán el Viejo, desarrollador de galeones, del que heredó el
señorío de Viso del Marqués, donde construyó el Palacio del Marqués de Santa
Cruz, hoy Archivo General de la Marina. Su propio hijo y heredero Álvaro de
Bazán y Benavides se destacó como otro prestigioso comandante naval en el
Mediterráneo. Su progenitor, fue marino en la Guerra de las Comunidades de
Castilla levantando una hueste a su costa. En 1526 sustituyó a Juan de Velasco
en el cargo de general de galeras de España. Entre otras acciones militares,
Bazán “el Viejo” se destacó por la toma de One en Tremecén y su participación
en la Jornada de Túnez, junto a Carlos I de España. Nombrado capitán general
del Mar Océano derrotó a los franceses en la batalla naval de Muros. A fin de
que su hijo se iniciara en la vida social a tenor de su alcurnia, Álvaro de
Bazán “el Viejo” solicitó al rey Carlos I de España un hábito de Santiago
cuando contaba menos de tres años. El emperador concedió la petición en una
cédula especial dictada en Toledo en 1529. Otra cédula expedida en Madrid en
marzo de 1535 lo nombró alcaide del castillo de Gibraltar con solo ocho años.
Con este nombramiento pretendió premiar los actos de su familia e incentivar
los deseos del niño de emular a su padre en el servicio de Carlos I.
Y bien que lo incentivaron
porque con tan solo nueve años corría por la cubierta de la nave capitana de su
padre haciendo así su aprendizaje náutico. Tuvo por tanto desde bien pequeño
oportunidad de establecer contacto con un ambiente marinero.
Álvaro de Bazán fue el hombre
clave en la victoria de Lepanto, sus órdenes salvaron la situación de la flota
cristiana en tres momentos críticos y actuó en cada momento de la forma
correcta maximizando los pocos recursos que tenía. Tras la Batalla de Lepanto,
Álvaro de Bazán participó en la ofensiva que Juan de Austria dirigió con éxito
sobre Túnez. En diciembre de 1576 fue nombrado capitán general de las Galeras
de España.
GRANADA QUIERE HONRRARLO
Trinitario Betoret Parreño,
lidera los galeones responsables de llevar a cabo la celebración de esta
efeméride, con una serie de actos que recuperen la vida y obra de nuestro
paisano que, cuenta con la colaboración de la Armada española, multitud de
instituciones públicas y privadas, entre las que destacan la Real Academia de
la Historia, La Archicofradía del Rosario, cuya imagen se cuenta que estuvo
protegiéndolo en Lepanto, el Ayuntamiento, La Diputación, La Junta de Andalucía
y el Congreso de Los Diputados, entre otras.
Destacan entre los objetivos
de La Asociación 500 Años Aniversario de Álvaro de Bazán, la instalación e
inauguración de un monumento a la altura de las hazañas de Don Álvaro de Bazán
que se ubicará en la Plaza de San Agustín de Granada capital, cedida para tal
efecto por su Excmo. Ayuntamiento, conferencias, concursos literarios y
pictóricos, conciertos y exposiciones.
Álvaro de Bazán falleció en
Lisboa el 9 de febrero de 1588. Sus restos fueron depositados en la iglesia de
Nuestra señora de la Asunción de Viso del Marqués hasta que se trasladaron en
1645 al panteón familiar situado en el convento de San Francisco de la misma
localidad. En 1836, con motivo de la desamortización de Mendizábal, sus restos
fueron trasladados a la iglesia nuevamente y en 1988 la Armada Española le
organizó un funeral que ubicó nuevamente el féretro en el Palacio del Marqués
de Santa Cruz.
