domingo, 2 de noviembre de 2025

 


MURIÓ INVICTO

 

Tito Ortiz.-

 

Grandes fastos se nos avecinan el próximo año, cuando celebremos los quinientos años del nacimiento de un granadino ilustre que, habiendo nacido en la ahora, esquina de la Plaza de Isabel La Católica con Reyes Católicos, donde se encontraba el viejo convento de Santi Espíritu, murió en Lisboa como señor de los mares sin haber sido nunca vencido y, esto es algo nada corriente si tenemos en cuenta la época en que le tocó vivir y, defender una España muy dimensionada, con múltiples territorios que administrar, constantemente asediados por otras potencias, a veces disfrazadas de piratas, corsarios y bucaneros.

Álvaro de Bazán y Guzmán (Granada, 12 de diciembre de 1526-Lisboa, 9 de febrero de 1588), Primer marqués de Santa Cruz, grande de España, Primer señor y marqués de la villa del Viso y Primer señor de la villa de Valdepeñas, fue un militar y almirante español del siglo XVI. Ofició como comendador mayor de León y de Villamayor, Alhambra y La Solana en la Orden de Santiago, miembro del Consejo de su Majestad Felipe II y capitán general del Mar Océano y de la gente de guerra del Reino de Portugal.

Almirante líder tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico, se le considera el mayor comandante naval de la historia de España. Fue pionero en el desarrollo de la guerra anfibia y el uso de los galeones ibéricos como buques de guerra, además de otras técnicas y embarcaciones diseñadas por él mismo, lo que haría posible muchos de los éxitos logísticos y militares de la Monarquía Hispánica.​ Se le atribuye el logro de no haber perdido jamás una batalla bajo su mando, habiéndose enfrentado a franceses, ingleses y musulmanes en una carrera de casi cincuenta años.

DESDE LA CUNA

De esta manera recoge la historia el currículo de nuestro paisano que, habiendo nacido mar adentro, al pie de la Alhambra, la diosa fortuna le otorgó la valentía y la sabiduría suficientes para brillar con luz propia sobre las aguas bravas de nuestros mares. Claro que, de casta la viene al galgo -como diría un castizo- porque su nacimiento en familia acomodada le predispuso desde la cuna, orientándolo a serpentear los mares desde niño, con una inteligencia privilegiada para la época.

Era hijo del también almirante invicto Álvaro de Bazán el Viejo, desarrollador de galeones, del que heredó el señorío de Viso del Marqués, donde construyó el Palacio del Marqués de Santa Cruz, hoy Archivo General de la Marina. Su propio hijo y heredero Álvaro de Bazán y Benavides se destacó como otro prestigioso comandante naval en el Mediterráneo. Su progenitor, fue marino en la Guerra de las Comunidades de Castilla levantando una hueste a su costa.​ En 1526 sustituyó a Juan de Velasco en el cargo de general de galeras de España. Entre otras acciones militares, Bazán “el Viejo” se destacó por la toma de One en Tremecén y su participación en la Jornada de Túnez, junto a Carlos I de España. Nombrado capitán general del Mar Océano derrotó a los franceses en la batalla naval de Muros. A fin de que su hijo se iniciara en la vida social a tenor de su alcurnia, Álvaro de Bazán “el Viejo” solicitó al rey Carlos I de España un hábito de Santiago cuando contaba menos de tres años. El emperador concedió la petición en una cédula especial dictada en Toledo en 1529. Otra cédula expedida en Madrid en marzo de 1535 lo nombró alcaide del castillo de Gibraltar​ con solo ocho años. Con este nombramiento pretendió premiar los actos de su familia e incentivar los deseos del niño de emular a su padre en el servicio de Carlos I.

Y bien que lo incentivaron porque con tan solo nueve años corría por la cubierta de la nave capitana de su padre haciendo así su aprendizaje náutico. Tuvo por tanto desde bien pequeño oportunidad de establecer contacto con un ambiente marinero.

Álvaro de Bazán fue el hombre clave en la victoria de Lepanto, sus órdenes salvaron la situación de la flota cristiana en tres momentos críticos y actuó en cada momento de la forma correcta maximizando los pocos recursos que tenía. Tras la Batalla de Lepanto, Álvaro de Bazán participó en la ofensiva que Juan de Austria dirigió con éxito sobre Túnez. En diciembre de 1576 fue nombrado capitán general de las Galeras de España.

GRANADA QUIERE HONRRARLO

Trinitario Betoret Parreño, lidera los galeones responsables de llevar a cabo la celebración de esta efeméride, con una serie de actos que recuperen la vida y obra de nuestro paisano que, cuenta con la colaboración de la Armada española, multitud de instituciones públicas y privadas, entre las que destacan la Real Academia de la Historia, La Archicofradía del Rosario, cuya imagen se cuenta que estuvo protegiéndolo en Lepanto, el Ayuntamiento, La Diputación, La Junta de Andalucía y el Congreso de Los Diputados, entre otras.

Destacan entre los objetivos de La Asociación 500 Años Aniversario de Álvaro de Bazán, la instalación e inauguración de un monumento a la altura de las hazañas de Don Álvaro de Bazán que se ubicará en la Plaza de San Agustín de Granada capital, cedida para tal efecto por su Excmo. Ayuntamiento, conferencias, concursos literarios y pictóricos, conciertos y exposiciones.

Álvaro de Bazán falleció en Lisboa el 9 de febrero de 1588. Sus restos fueron depositados en la iglesia de Nuestra señora de la Asunción de Viso del Marqués hasta que se trasladaron en 1645 al panteón familiar situado en el convento de San Francisco de la misma localidad. En 1836, con motivo de la desamortización de Mendizábal, sus restos fueron trasladados a la iglesia nuevamente y en 1988 la Armada Española le organizó un funeral que ubicó nuevamente el féretro en el Palacio del Marqués de Santa Cruz.