jueves, 26 de noviembre de 2015
PARA LOS SANTOS
PARA LOS SANTOS
Tito Ortiz.-
Para los santos, mi madre nos ponía el abrigo, los guantes y la bufanda para subir al cementerio. Prendas de abrigo que ya habíamos estrenado para la procesión de la virgen. Aquellos años, para finales de septiembre hacía frío, en octubre escarchaba y en noviembre nevaba. Los braseros de picón ardían con regularidad bajo la mesa de camilla, cuyas brasas y cenizas, mi abuela aprovechaba para asar boniatos, que luego formaban parte del único plato para cenar. En el mes de los santos, era invierno en Granada. Éste año, en Noviembre he llevado a mis nietos a la playa, así que la infancia de mis herederos no tiene nada que ver con la mía. Está claro que los dioses se han vuelto locos, a no ser que eso del cambio climático sea cierto, y no un camelo para hacer cumbres de estados, que luego acaban a palos con los que los gobiernos han dado en llamar, “antisitemas”, que son unos jóvenes que viajan por todo el mundo, siguiendo a los jefes de estado, para que la policía los frenes a unos trescientos metros de donde se celebran las cumbres, y les atice con las porras hasta que huelen a ajo, momento éste que aprovechan para rociarlos con agua a presión, que eso rebaja mucho los cardenales. Que tú vayas a denunciar con una pancarta que nos estamos cargando el planeta, exige una adecuada recompensa: molerte a palos y dejarte baldado para que se te quiten las ganas de gritar la verdad a los cuatro vientos. Carmena miró al cielo de Madrid, y aunque eran las once de la noche, creyendo que eran las de la mañana, por aquello de la polución, decretó ipso facto, que a la mañana siguiente no se aparcara en Madrid. El caos fue de tomo y lomo, no por el asunto del parking, sino por que en la capital del reino es igual la noche que el día. La montera negra que la cubre hace ya su aire irrespirable, y mucho nos tememos que realmente nocivo para la salud de los madrileños. Ahora que ya parece que el verano nos abandona de verdad, la puesta en marcha de las calefacciones, no hará más que empeorar un aire ya de por sí contaminado, que acabara con nosotros, con capa de ozono o sin ella, con su agujero o sin el.
El asunto del medio ambiente no parece preocuparle a nadie en serio. Se reúnen los mandatarios, mandan a la policía que carguen contra los que protestan en los alrededores, y hasta la próxima cumbre, a otra cosa mariposa. Si Corea tiene armamento nuclear, mejor mirar hacia otro lado, porque de lo contrario, su dictador que se pela de manera extraña, como a lo Fray Bartolomé de Las Casas en pleno siglo XXI, se puede enfadar y mejor no despertar a la bestia, que tiene fama de acabar hasta con su familia. Si China es la nación actual que más contamina, es mejor no tocar el asunto, no vaya a ser que al chino del bazar de abajo, le dé por subir los precios. De Obama, mejor no hablar, porque los estadounidenses, por mucho que contaminen, como luego se juegan el cuello por Europa cuando se les pide, pues no vamos a ponernos duros con ellos. Que hay que poner sanciones, pues se ponen. ¿Pero quién se encarga luego de hacer el seguimiento, para saber si éstas se pagan o no?. Nos engañan como a bobos para que no demos la lata, para que no molestemos, pero cada uno va a lo suyo, y la verdad es que ya no llueve como antes, y mucho menos, a gusto de todos. Ahora cada vez que lo hace, provoca riadas, inundaciones y desastres. Antes se ponía a llover durante una semana y no pasaba nada. Ahora llueve lo de todo el año en dos horas, y las calles parecen ríos. Los mares se van comiendo los chiringuitos y los paseos marítimos, como si quisieran recuperar el terreno perdido. Antes veíamos la información del tiempo por la noche, solo para ver si teníamos que salir por la mañana, con las katiuskas para el colegio, el impermeable, o el paraguas. Ahora lo que se impone es salir de casa con la batería del móvil cargada, el depósito del coche lleno y el 112 grabado en la frente, y si de esto no haces moneda de curso legal y corriente, no lo dudes, te va en ello la vida. Ahora nadie avisa con rigor de las avalanchas, por aquello de no perturbar a la población. Las alertas se decretan con total sigilo, valorando sus colores como si la vida en ello les fuera, para no acertar nunca, para que la tromba llegue de sorpresa, y estamos dando rango de catástrofe inesperada, a lo que peligrosamente viene siendo normal, cada veinte días cuando el cielo se encapota. Pero ahora no acaban ahí nuestras preocupaciones. Si lo del cambio climático es ya una triste realidad, porque entre todos nos estamos cargando el ecosistema, no es menos importante, lo que ya empieza a ser casi cotidiano. Que nos llueva del cielo basura espacial, y contra esa no hay paraguas que nos libre. La conquista del espacio la estamos llevando a cabo, sin haber tenido en cuenta que deberíamos haber previsto un vertedero espacial para los residuos. Ahora nos caen junto a las piedras de siempre, pedazos de chatarra de nuestros cohetes y restos del aparataje de las estaciones espaciales, que por suerte hasta ahora, caen en el campo o en la mar. Lo gracioso será cuando pronto empiecen a caer sobre nuestras cabezas, porque se cuentan por millones, los restos de chatarra espacial que esperan en la atmósfera, para rebanarnos los sesos con total impunidad, gracias a la conquista espacial. A partir de ahora, el cosmos juega con nosotros a la ruleta rusa. Pronto enterraremos a la primera criatura, víctima del cacerolazo craneal por la entrada en nuestro espacio, de la escupidera de Pedro Duque, y si no... al tiempo.
jueves, 19 de noviembre de 2015
SOSTENELLA Y NO ENMENDALLA
SOSTENELLA Y NO ENMENDALLA
Tito Ortiz.-
Saber irse de los sitios en el momento preciso, es signo de gran inteligencia, solo al alcance de unos pocos privilegiados. En éste país, abunda más la especie ayuna de formación académica y conocimientos del saber estar, que engreída, endiosada, prepotente, de tic totalitarios y convencidos de que el resto de la humanidad caerá en el caos y la depresión si ellos se van, no dudan en tutelarnos de por vida, para así poder perpetuarse en los cargos sin atisbo de sonrojo. Gente por lo general, con intención de estar todos los días en los medios, rodeados de incienso, aclamados por los estómagos agradecidos que a dedo meten en plantilla, y que por su ignorancia, llegan a creer que ese mundo es real, y los que critican, enemigos cegados por el odio, o las ganas de quitarle el puesto. Dejan pasar una y otra vez, el tren que la vida les pone para tener una salida airosa, algunos incluso una enfermedad, pero se resisten a abandonar el cargo y la prebenda, el coche oficial y la escolta. Prefieren ser humillados por unos recién llegados sin oficio ni beneficio, antes de renunciar al cargo que jamás un día soñaron en ostentar, pero que la vida les regaló y que ellos creyeron – de manera errónea - era vitalicio. Existe una cosa al alcance de pocos, y es, el señorío, el empaque y la altura de miras, que desde el punto de vista humano, requiere el sacrificio de irte a tu casa, masacrando tu soberbia, tu sentido ególatra, tu catetez y tus miserias, pero dejando tras de ti, al menos, la sensación de un hombre con sentido de la oportunidad, que no exprime el limón hasta la última gota, porque sabe que de hacerlo, es muy posible que la salida sea por la puerta de atrás, sin marcha real, - himno nacional para él - ni tampoco fanfarrias. Cuando desde tu misma organización te cortan la hierba bajo los pies, esto debería ser suficiente para considerar la posibilidad de salir por la puerta grande, pero si tercamente te empecinas en echarle un pulso a la humanidad, y a creer que sin ti el proyecto no tiene futuro, es que ya no estás capacitado mentalmente para estar donde estás, tu días de gloria han pasado y tus aires de grandeza, te han sobrepasado, hasta el punto de creerte por encima de lo divino y lo humano. Hazme caso, lo tuyo es de psiquiatra. La defensa numantina de privilegios adquiridos por las urnas, puede llegar a ser tan perjudicial, como el abrazo de tu segundo de abordo, con amplia sonrisa, que te hará soñar con el de Vergara. A veces en política, es muy difícil discernir, cuantos te han votado a ti, y cuantos a tu partido, si eras el primero de la lista, y el resultado va penosamente ligado a tu posición. Posiblemente te sorprenderías si, llegaras a saber los votos de diferencia, entre que el candidato seas tu, u otro de tu partido. A veces la gente vota siglas o programas, y no personas, aunque tu no te lo hayas planteado nunca, para reforzar tu pompa y circunstancias.
De los sitios hay que saber irse, y hacerlo a tiempo para que todo el mundo se rinda a tus pies agradeciéndotelo, y poder así nombrarte emérito de la distinción y el buen gusto. No hay que dar lugar a que la gente dude si te vas o te echan, como ocurrió con la “dimisión” de Alberto Ruiz-Gallardón. O anunciarla meses antes envuelto en la bandera andaluza, como hizo Pezzi, contestado por algunos de los suyos para La Alhambra, dimitido y, resucitado con la aparición de un plano del AVE en Loja. Porque esa es otra, si uno se va, se va de verdad. No es bueno volver loco al personal, que ya no sabe si te vas, si te has ido, si has vuelto, o es que nunca te fuiste. Benedicto XVI, el Ratzinger de las juventudes hitlerianas, cuando tuvo constancia de lo que escondían las alfombras del Vaticano, no perdió el tiempo en limpiarlas, trincó las de villadiego, y estoy seguro que vivirá mucho más que Francisco, el único que ha sido capaz de reconciliarme con la iglesia instituida, desde los tiempos de Juan XXIII. Sé que no es fácil, sobre todo cuando se lleva toda una vida chupando del bote, y de qué manera, pero irse de los sitios, es de sentido común. Ya lo dijo José María García: Yo me fui de La Cadena Ser, cinco minutos antes de que me echaran. ¿Cabe mayor síntoma de lucidez en criatura humana?. Arturo González Arcas, dejó la plaza del Carmen y se fue a su trabajo, como un señor, por la puerta grande, por algo había nacido junto a la Puerta de Las Granadas. César Valdeolmillos Alonso, nos regaló un ferial nuevo, y pasó sin hacer ruido a portar de nuevo su cartera de clientes, todo un caballero. Miguel Medina Fernández-Aceituno, pasó igualmente por el antiguo convento del Carmen, y no se le cayeron los anillos, al enfundarse de nuevo la toga como abogado laboralista. Hablo de políticos de la transición, con vocación de servicio al ciudadano, y que nunca tuvieron reparos en recuperar su vida anterior, cuando pintaron bastos, todo, con tal de no hacer el ridículo aferrado a la poltrona. Pero es que ellos si tenían donde volver, lo malo es cuando los que están, han hecho del cargo su vida, su trabajo y única razón de ser, porque antes de llegar a el, no eran nada, ni tenían oficio ni beneficio. ¿Dónde se van a ir entonces?. Artur Mas, ha cerrado todas las puertas tras de sí, que podían permitirle una salida airosa, fruto de su egolatría sin límites y, de sus aires de grandeza, tan solo comparables con los de Alonso Quijano con su bacía en la cabeza, aunque para él sea nada más y nada menos que, el yelmo de Mambrino. Valentino Rossi, por ejemplo, no entiende otra forma de irse más que al más puro estilo cosa nostra. ¿Algo lógico, no?. Saber irse de los sitios es un arte, que no está al alcance de todos, sobre todo cuando se carece de la debida formación, y la dosis de humildad necesaria para saber en todo momento cual es tu lugar, sin permitir que a tu paso se vuelvan y se rían, por querer mantenerte en el sitio a toda costa. Máxime cuando tu propia casa está bajo sospecha. Mí reconocimiento eterno al ex Rector, José Vida Soria, que no renunció nunca al cargo de Ministro de Trabajo, por una razón muy sencilla: Cuando su amigo y compañero, incluso de despacho, Felipe González lo llamó para nombrarlo, educadamente, como es él, le dijo que no. E inmediatamente, colgó el teléfono y se fue a pasear con su perro. Inteligencias como la suya hay pocas, lo juro ante Dios y ante los hombres.
martes, 10 de noviembre de 2015
A VER LOS BARCOS VENIR
A VER LOS BARCOS VENIR
Tito Ortiz.-
Ante la desesperanza del futuro político, económico y social, a los sensatos, solo les queda, sentarse en uno de los bancos, que el ayuntamiento a dispuesto para los ciudadanos en, La Gran Vía o Reyes Católicos, y esperar a ver los barcos venir. Porque a los de la capital, solo nos queda recurrir al Mayo del 68, para albergar un atisbo de esperanza: Ante la ineptitud política, seamos sensatos, pidamos lo imposible. Pero es el caso que ni siquiera podremos hacerlo en las principales arterias de la ciudad, porque es la nuestra, - me refiero a Granada – la única ciudad que no tiene un solo banco en sus dos principales calles. Los diseñadores de la última reforma de la Gran Vía, se preocuparon de dejar unos filos rematados con metal en las bocacalles, para que desparrames los sesos por el asfalto, pusieron el nombre de las calles en el suelo, para que resbales o tropieces a placer según te convenga, colocaron las farolas de doble cubo y cristales blanquecinos, que nadie quiso poner en sus calles. Se inventaron un cenicero papelera, al que protegen con una bolsa de plástico, para si se te ocurre echar la colilla, provoques un clamoroso incendio en el centro de la ciudad, se inventaron los maceteros más pesados del mundo, colocados al paso de la ciudadanía, en el sitio exacto donde los invidentes se la juegan a diario. En Recogidas, además, colocaron los árboles tapando los semáforos, para si vas conduciendo, mates a placer sin haber visto la luz y su color. Las baldosas de las aceras, - cuyo material pulido ya viene desde la cantera -, se convierten en una pista de patinaje, presta a destrozar rabadillas, y gracias a los incívicos de las mangaletas, las macetas las han subido a la altura de las farolas, para que nadie robe más unas florecillas que en invernadero no valen más de un euro tres macetas, pero algunos ciudadanos son así de rumbosos con su propia ciudad. Tengo la extraña sensación, de que éste ayuntamiento ha diseñado la Gran Vía y Reyes Católicos, a favor de la LAC, olvidándose de los ciudadanos una vez más. Unos ciudadanos que con nuestros impuestos abusivos, pagamos ese tipo odioso y repulsivo de reformas urbanísticas, al mejor postor. Y que además, no protestamos cuando nuestras calles son un despreciable catálogo, del peor y más antiestético mobiliario urbano. Un saldo de fealdades, inutilidades y estorbos, que nuestros munícipes nos ponen al paso, para que tropecemos y nos asqueemos con total impunidad. Un saldo de lo que en otras ciudades nadie quiere, y que aquí nos encasquetan con nocturnidad y alevosía. Pero nosotros también tenemos nuestra responsabilidad.
Porque una cosa es que saques la basura antes de hora, y otra que lo hagas cuando dice la ordenanza, pero dejes la bolsa fuera del contenedor. Yo los he visto. También veo campañas y campañas invitándonos a reciclar, diciéndonos el color del contenedor donde debemos echar las cosas, y de nada sirve, si el camión que debe vaciar los contenedores, no lo hace con la regularidad exigida, permitiendo que el lugar se convierta en un cúmulo de basuras varias, en cuyo suelo se acumulan cartones, envases, vidrios rotos, caldillo maloliente, ratas, cucarachas y otros bichos sin graduación. Que a éstas alturas del milenio, los futuros médicos, abogados, jueces, policías o investigadores, se cojan una cogorza todos los fines de semana, y se dediquen a mear por las calles sin ton ni son, deja ver a las claras, la decadencia de una sociedad ávida de valores, y no digamos de reglas de urbanidad. Que unas señoras de quinto de medicina, embadurnadas en harina y otros líquidos, digan a cámara con una sonrisa de oreja a oreja, que tienen que venir todos los años a las novatadas de San Lucas, porque eso forma parte de la historia de su Facultad, yo no sé ustedes, pero si en la mesa de operaciones la reconozco, y todavía no me ha hecho efecto la anestesia, del salto que pego, y en dos zancadas, me pongo en mitad de la calle, y que sea lo que dios quiera. Es muy duro pensar que ese adolescente borracho como una cuba, que está vomitando en esa esquina, es el juez que me sentará en el banquillo dentro de unos años. Es para volverse locos imaginar, que esa chica, que con total desparpajo y desenvoltura, se ha bajado las bragas entre dos coches y, orina con un desahogo que se refleja en su cara, es la inspectora de la agencia tributaria, que revisará mi declaración y me endosará una paralela con petición de cárcel. Pero es mucho peor, terrorífico diría yo, que esta caterva de desalmados/as, que ha hecho del botellón su vida y diversión, sean los políticos que el día de mañana, quieran sacarnos de nuestros apuros y resolvernos la vida. Si los adalides del calimocho y el garrafón, con peta de por medio... que rule, que rule, son nuestros próceres del futuro, más nos vale abrir la Constitución en canal y darles a vascos y catalanes los que insensatamente piden, pues al menos ellos morirán por un destino elegido voluntariamente. No como nosotros, que lo haremos de inanición, gracias a los recortes económicos, la desaparición de las pensiones y el enterramiento del estado del bienestar, gracias a los que ahora, cada fin de semana, protagonizan el botellón, el invento execrable de una sociedad, que da ya sus últimas bocanadas. ¡Que asco!
lunes, 2 de noviembre de 2015
DÍA INTERNACIONAL DEL ABEJORRO VIUDO
DÍA INTERNACIONAL DEL ABEJORRO VIUDO
Tito Ortiz.-
En algún sitio de éste planeta, hay una mente dislocada que se ha inventado eso de celebrar cada día el, Día de... De los pocos días que quedan por celebrar, ya que hay jornadas en las que celebramos el día de varias cosas, propongo celebrar el Día del Estropajo de Aluminio, algo socorrido de cuando no existían los potentes quita grasas, y que debería - junto con el de esparto de toda la vida – ser utilizado con mayor frecuencia por parte de algún sector de la población, que ha tomado como algo natural, no pasar por debajo de la ducha, al menos una vez al día. No sería desproporcionado, celebrar el Día Internacional de la Luz Natural, a sabiendas de que ya hay individuos, empeñados en iluminar de colores fashión, los monumentos más visitados de la tierra. Propongo celebrar en sartén agujereada al efecto, el Día de la Castaña Pilonga, porque las de Güéjar, se pelan mal según reza la tradición. Otro día a celebrar, sería el Día Mundial del Ciclista Cívico y Educado, muy a propósito de esos domingueros que ocupan toda la calzada en amena charla, en lugar de ir uno tras otro, y sobre todo, de esos otros delincuentes que campan a sus anchas por las aceras, sembrando el pánico entre los andantes. ¿Para cuando esa ordenanza municipal que ya ha puesto en marcha la capital donostierra?. Puestos a celebrar, el Día de las Paradas de Autobuses en los Accesos a las Rotondas, como muestra de la insensatez humana, envuelta en la oficialidad de un técnico urbano municipal, se me antoja estupenda de la muerte, porque a eso nos abocan dichas decisiones municipales. El Día del Gurripato Amarillo, lo ofrezco gratis como iniciativa a favor de aquellos que insisten en celebrar el día de algo, porque ellos son también merecedores de tal distinción. Pero puestos a argumentar con razonamientos lógicos, deberíamos celebrar con especial énfasis, el Día de la Gabardina Colombera, en honor y gloria del teniente Colombo, cuya prenda le salió de tan buena calidad, que no se despojó de ella ni en verano. Otro, puede ser el Día Mundial de la Piruleta con Calva, en recuerdo del teniente Koyak, y el del Rabo de La Sartén, ahora que los hacen intercambiables. Día Internacional de Las Medias Suelas a los Zapatos, es el que yo celebro desde 2005. Sin embargo, otros incluso de muy alta alcurnia, emparentados con la casa real o en ella, deberían celebrar con júbilo el, Día Internacional de la Sinvergonzonería y la Mangaleta de Guante Blanco, en cuyos actos oficiales, se debería incluir una solemne procesión en la que sea portado en olor de santidad el señor Bárcenas, como ya lo hizo el preclaro médico y desternillante showman, José Miguel Monzón.
Todavía no se han inventado los genios de esto del día internacional de..., el Día del Partido que Pacta, después de haber pedido el voto para asuntos concretos y diferentes de los otros, haciéndolo contra todo pronóstico y, - en contra de sus electores -, con quienes no deberían, ni ética ni moralmente. Espero celebrar alguna vez, el Día del Elector Desencantado, ese que por convicciones democráticas va a votar, pero que ya no puede reprimir las náuseas al echar la papeleta, por temor a lo que después harán con su voto, gracias a una clase política, que en tan solo tres décadas – salvo honrosas excepciones – una vez elegidos hacen de su capa un sayo, roban lo que pueden, y si te he visto no me acuerdo. Ya te pedirán el voto para las próximas. Y nosotros somos tan lerdos, que vamos y los volvemos a votar. Hay millones de criaturas en éste país, que deberían celebrar el, Día del Paria que no llega a fin de mes, o el Día internacional del Abuelo que con su Pensión, mantiene a hijos y nietos. No es cuestión baladí, celebrar como se merece el, Día del Ignorante que, Todavía no Sabe que Hemos salido de la Crisis, sobre todo cuando lo dicen los que nunca la han padecido. Puestos a celebrar días internacionales y mundiales, ¿porque no?, el dedicado al Abejorro Viudo, ese que dio el nombre al bofetón que te arrean por la espalda y, tu con cara de primo debes averiguar al volverte, quién de tus “amigos” ha sido. Espléndido se me antoja celebrar el, Día de la Generación que Vivirá mucho Peor que sus Padres, dedicado a nuestros hijos, cuyo futuro es fácil deducir, será más negro que los calzoncillos de un carbonero. Creo que va siendo hora de celebrar, el Día del Desheredado, que duerme en parques, cajeros y portales, y para colmo, soporta guasa y agresiones de criminales impunes. Y el Día Mundial del Niño de tres años ahogado en una playa, en busca de un mundo mejor, sin guerras, pero con un Dios que miraba hacia otro lado en ese momento. Para Cuando la Unión Europea decida el cupo que nos toca, ya no existirán. Eso es lo que están esperando las señorías a los que pagamos sueldos desorbitados y viajes en primera. Para cuando? el día de... O Paramos, o esto explota. De seguir así, lo único que merecerá la pena celebrar será el, Día D hora H. Pero no se desanimen, en vista de que ya no hay días en el año para celebrar tanta cosa, los ingeniosos del asunto ya están celebrando... la Noche de... Mejor, eso nos ayudará a verlo todo más negro.
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