HERMANA POBRE
Tito Ortiz.-
De todas las instituciones que tras la democracia había que poner al día, sin duda la justicia hispana, es la que mayor retraso acumula en esto de adaptarse a los nuevos tiempos, y no digamos, al tercer milenio. La administración de justicia fue, la última en recibir el primer ordenador, cuando en otras administraciones, estos aparatos ya se habían cambiado por otros más modernos. Ese desfase con respecto a otras actividades imprescindibles del Estado para nuestro devenir cotidiano, nos hacen sospechar que los políticos en general, mantienen premeditadamente a la administración de justicia, careciendo de lo más imprescindible, para que así se siga manteniendo lo que comenzó como una leyenda urbana hace muchos años, pero que hoy es una triste realidad: Que la Justicia en España es lenta.
He echado un vistazo a países colindantes, y hablado con algún colega amigo en torno a la tardanza de la justicia, pudiendo llegar a la conclusión de que, en efecto, la España del siglo XXI tiene una justicia lenta, con precariedad laboral y falta de infraestructuras. Yo mismo fui testigo de cómo el anterior presidente del alto tribunal andaluz, fue perdiendo el pelo, a base de que políticos de todo signo y condición, cada año y con motivo de presentar la memoria del TSJA, prometieran una y otra vez las infraestructuras necesarias para acabar con la precariedad para administrar justicia. Aquí se nos ha prometido desde, la creación de nuevos juzgados hasta una ciudad de la justicia, sin pestañear, y sin sentir vergüenza de tener que venir al año siguiente a prometer lo mismo. Las plantas que en el edificio de la caleta permanecen vacías a la espera de su acondicionamiento, veremos cómo se desmoronan y caen al suelo, antes de que sirvan para impartir justicia. Y hablando de eso: ¿Cómo se puede permitir, que los mismos que condenan a establecimientos por carecer de las medidas de seguridad mínimas exigidas en la ley – por ejemplo una salida de emergencias o de ventilación – trabajen en las mismas condiciones objeto de sus resoluciones condenatorias hacia otros? IDEAL nos mostraba hace tan solo unos días, las goteras en sede judicial con grave riesgo, no solo para legajos de instrucciones judiciales, sino para conexiones de electricidad que podrían tener consecuencias muy lamentables, tanto para los trabajadores de los juzgados, como para los usuarios de los mismos. Y esto no es hablar de una justicia lenta en el retraso de las resoluciones, esto es poner en grave riesgo la vida de las personas.
Es verdad que Lorenzo del Río tiene un pelo más tupido y fuerte que su antecesor, pero ya comienzan a aflorar ciertas canas, a base de escuchar las mismas promesas que le hicieron los políticos a su predecesor en el cargo, y a él mismo en sus primeros años de mandato. Inmunizado ya ante todo lo prometido por parte de los responsables de la Junta de Andalucía, el presidente del alto tribunal andaluz, ha tenido que escuchar hace unas semanas, como la nueva presidenta del parlamento andaluz, Marta Bosquet, licenciada en Derecho por la Universidad de la ciudad de La Alhambra, con motivo de su primera visita institucional, reconociera ante él y los compañeros de la prensa, en un acto de sinceridad que la honra, que: “La hermana pobre de las políticas de Estado, es precisamente, La Justicia”. Dado que hoy es Martes Santo, y tendremos oportunidad de ver en las calles granatensis a, Jesús de la Humildad, con su cañilla entre las manos, a la espera de sentencia, propongo a los ciudadanos, realizar las catorce estaciones del Vía Crucis, con Jesús de La Amargura, y aguardar después en la puerta de San Matías, la salida mañana de Jesús de La Paciencia, que debería ser el Patrón de los jueces en Granada.
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