A PASO TORTUGA
Tito Ortiz.-
Poco a poco, sin avanzar, que diría un capataz que quiere lucir a su gente, la lenta justicia va poniendo al doctor Candel en su sitio, con el que es fácil empatizar en ocasiones, solo en ocasiones, por la licitud de sus protestas, pero al que le pierden las formas una veces, y otras, su incontinencia verbal, por muy respaldados que estén sus argumentos. Hay una cosa que me llama poderosamente la atención. Estando ahora el sistema sanitario andaluz, mucho peor que cuando el agitador doctor, arengaba a las masas contra el gobierno socialista de la Junta de Andalucía, su actividad pública ha decrecido alarmantemente… Cosas que pasan, digo para mis adentros. Soy de los que creen – porque lo he visto muchas veces – que también se muere de éxito. Y que a la hora de pagar indemnizaciones o enfrentarse a la cárcel, todos esos que te apoyan y te ríen las gracias, desaparecen como por arte de magia, y cuando quieres acordar, miras a tu alrededor, y estás más solo que la Luna. Cuando la razón te asiste, sobran los insultos, exabruptos, faltas de educación y posibles calumnias. La verdad no tiene más que un camino, y lo demás, solo puede llevarte a hacer guardias en urgencias, esperando a que te atiendan, y que a nadie se le ocurra estornudarte al lado, porque puede haber tiros.
Y hablando de tiros. Desde hace unos meses, en la provincia de Granada se están pegando más tiros en la calle que en la Costa de Sol, que ya es decir. Uno se pregunta – desde la ignorancia – como es posible que cualquiera tenga acceso a un arma de fuego, sin que eso sea controlable por la autoridad competente. De seguir así, se me ocurre que podíamos poner aquí, una franquicia de la sociedad del rifle norteamericana, porque así al menos, estarían todas las armas registradas, y sus dueños identificados. Está claro que, entre nosotros, existe un mercado negro de todo tipo de armas, de fácil acceso, y del que se surten toda clase de delincuentes y perturbados, que dirimen sus diferencias hasta contra sus propios hermanos, a base de tiros en plena calle y a la luz del día, aunque esto sea algo pueril, lo de la luz, digo. Llevamos semanas en esta provincia, abriendo informativos y primeras planas, con tiroteos y atracos con violencia de todo tipo, aunque en el resumen anual de diversas instituciones, nos volverán a decir que la delincuencia ha descendido en Granada, pero yo no sé dónde. La alarma social está en la calle, por muy protagonista que siga siendo el coronavirus, que lo es. Pero un disparo no se cura con Paracetamol y reposo. Las escopetas de caza en casa, llevan demasiadas muertes en sus recámaras. A estas armas se les debería aplicar la misma ley que a las del tiro olímpico. Que estén bajo custodia y no en el domicilio particular, a mano, para dirimir celos y agravios.
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