martes, 27 de octubre de 2020

SILENCIO DELATOR

 SILENCIO DELATOR


Tito Ortiz.-


El “tripresidente” de los empresarios granadinos ha guardado un mutismo sospechoso, ante la absorción de Bankia, con lo que se liquida el último reducto de una caja granadina, con la honrosa excepción de La Rural, cuyo presidente fue claro como el caldo de un asilo, al asegurar en estas páginas, que: «En Granada, nos falta liderazgo político y empresarial. Hay que abrir los ojos». Hasta ahora es el único que habla alto y claro, ante la lenta e irremediable pobreza que nos atenaza.

El “tripresidente”, culpa de todos los males patrios al gobierno de Sánchez, convirtiendo su discurso en un adalid de la política, olvidando su mandato empresarial. Es más, cuando arremete sin piedad contra el gobierno de la nación, su jefe, el presidente de todos los empresarios españoles, aparece en medios nacionales, hablando de la buena sintonía con el gobierno de Sánchez, y en la necesidad de aunar esfuerzos entre todos. Tal vez, el granadino, debería quitarse la mascarilla, y proponerse a las claras, como candidato de su partido más afín, pero para eso hay que tener vergüenza torera y él carece de mano izquierda.

Las noticias publicadas en los medios han dejado claro que hemos asistido a una absorción y, no a una fusión, entre Bankia y Caixa Bank. De hecho la entidad resultante se va a llamar Caixa-Bank. Esta absorción, en uno de los países más bancarizados del mundo, representa un salto en la concentración de capital. Asimismo, esta operación es una mala noticia porque significa perder una oportunidad de formar un Banco Público.

Los de Recortes Cero han defendido,  que tener un Banco Público es imprescindible para poder plantearnos un proyecto de reindustrialización. Nuestro país necesita urgentemente una  reconstrucción del tejido productivo que acabe con la completa dependencia de nuestra economía de sectores como el turismo que, como estamos viendo, nos hace totalmente vulnerables. Hay que recordar que el 60% del capital de Bankia es público, fruto del rescate bancario y que Bankia el año pasado rindió 541 millones, estos recursos deben ponerse al servicio de las necesidades de la mayoría. Por ello, es de justicia reclamar que los 24.000 millones, que se dijo que se iban a devolver, se pongan al servicio de generar riqueza y empleo. En este sentido, exigimos un riguroso control de la operación, la más absoluta transparencia y que el dinero del rescate – dentro de la nueva entidad –  siga siendo propiedad pública y su rendimiento sea invertido por el estado en reindustrializar el país y reconstruir el tejido productivo. Dejar estas decisiones en manos de los políticos y los banqueros, es renunciar a nuestros derechos, dejar que sigan esquilmando nuestros bolsillos, y que los pobres sigan creciendo a una velocidad de vértigo, tan solo comparable con el abismo de la clase obrera, que como siempre, es la que una vez más está pagando el pato sin que nadie la defienda. La última sentencia de sobre Rodrigo Rato, no hace más que evidenciar nuestro desamparo, ante los mangantes de guante blanco.

martes, 20 de octubre de 2020

EN EL PARO

 EN EL PARO


Tito Ortiz.-


Muchos antes que yo dijeron que, lo peor de esta pandemia no era la crisis sanitaria, sino, la económica. Y dieron en el clavo. Lo hicieron hace meses, y yo admiro a quienes son capaces de vaticinar el futuro sin que éste haya llegado. Mira que tengo experiencia y acumulo decenas de años, pero aún así, no tengo ni los conocimientos ni el valor necesarios de predecir el futuro, más allá de diez minutos o cosa así. Por eso admiro a quienes nos dijeron al principio de la pandemia – sin que hiciéramos mucho caso entonces – que nos fuéramos amarrando los machos, porque venían mal dadas. Y no solo por el sector de la hostelería, que amenaza ruina total para el presente ejercicio, sino por otros en los que uno no cae, a no ser que tenga familia o amigos en el sector. Tal es el caso de dos sectores que por mi trayectoria profesional conozco de largo, y que ahora naufragan dejando en la indigencia a cientos y cientos de profesionales. 

Me refiero a los artistas flamencos, a esos profesionales de los tablaos, las peñas, las academias, cuyos espectáculos han desaparecido, y también a las grandes estrellas cabeza de cartel del baile, el cante y el toque, que están mal viviendo. Unos han gastado sus ahorros procedentes de un entramado social que está acostumbrado a vivir al día, sin tener un “colchoncito” para estas ocasiones. Otros no saben lo que es un alta en la seguridad social, y, por lo tanto, no tienen derecho a entrar en un ERTE, ni engrosar las filas del paro. Explícale tu a un flamenco lo que es un Expediente de Regulación de Empleo, y cual es el papeleo que tiene que arreglar para poder acogerse al mismo. El que ganaba sesenta euros por noche pagados a final de la madrugada dinero en mano, sabe poco de estas cuestiones, pero no lo tienen mejor los consagrados que, para actuar arrastran a decenas de montadores de escenarios, luminotécnicos, ingenieros de sonido, personal de seguridad, cuerpo de baile, sastres y maquillaje, esos también van a la ruina si esto se prolonga, porque el Estado no sabe ni como ayudarles. El mundo de la cultura naufraga en España por una crisis sanitaria a la que no se le ve el fin, sino todo lo contrario.


miércoles, 14 de octubre de 2020

ME LLAMA LA ATENCIÓN

 ME LLAMA LA ATENCIÓN


Tito Ortiz.-


Me llama mucho la atención, la celeridad con la que los concejales del ayuntamiento de la capital de la Alhambra, ha tirado de nuestros impuestos, y han puesto en marcha con rapidez inusitada, la maquinaria burocrática y política necesarias, para averiguar por vía de urgencia, ¿cómo, dónde y por qué? Se ha contagiado el Alcalde de coronavirus. Me llama la atención – insisto – porque si se dieran la misma prisa por resolver los problemas de la casa consistorial granadina, otro gallo nos cantara. Granada no estaría a la cabeza de los ayuntamientos más endeudados de la patria, ni de los peor gestionados de la historia. Granada no sería una ciudad sucia, con barrios abandonados a su suerte y colas en demasiados sitios: Colas en el banco de alimentos, colas en los comedores sociales, colas en los albergues, ante las oficinas del paro, cuya cifra ya pasa de castaño oscuro. Granada es una ciudad damnificada, por causa de unos políticos incompetentes, ineptos para la gestión, que solo obedecen órdenes de sus partidos para la eterna confrontación del… Y tú más. Y si nos descuidamos, alguno – incluso – mete la mano en el cajón del pan, confiados en lo que dicen los técnicos ungidos de toda solvencia. ¡Hay que tener bigotes para aguantar esto!

Me sigue llamando la atención, y mira que llevo años denunciándolo, que España sea uno de los países, que con arreglo a su censo de población, traspase los límites lógicos y coherentes del número necesario de políticos. No peinaba canas cuando dije que, no necesitamos una cámara como el Senado. Aún no tenía barba cuando argumenté, que con la infraestructura del estado de las autonomías, mantener las diputaciones no tenía sentido, que hay que recortar el gasto público, porque no podemos ni debemos mantener a tanto representante público que no se representa ni asimismo, a no ser, que, queramos mantener a tanto zángano, triplicando, cuando menos, las mismas funciones. Pongo por caso: Ministerio de sanidad, consejería de sanidad, diputado de Salud y concejal de de sanidad. ¿Alguien me lo puede explicar? Viniendo el dinero de un solo sitio, o sea, papá Estado. Está claro que se nos ha ido de las manos, y como recortar éste dispendio, depende precisamente de que sea votado por sus señorías, pues estamos listos si alguien piensa que se van a hacer el Harakiri ellos mismos, aquí todos mamando de la misma vaca, hasta que quede exangüe.

Y todos aforados, para que así nadie les pueda meter mano. Desde el jefe del Estado para abajo, todos intocables ante la ley, con tribunales especiales para cada caso, que solo para formarlos y llevar a juicio a alguno, ya ha pasado el tiempo suficiente como para pedir el archivo por prescripción del delito. En estos años de democracia, los que pagamos impuestos y no militamos en ningún partido, hemos hecho florecer con nuestro voto, a la peor clase política de la historia de España y la mejor pagada. Y además, casi un cuarto de millón están aforados, con lo cual, meterles mano, es cosa de paciencia… Amigo Sancho. Cosas veredes.


martes, 6 de octubre de 2020

LA MUJER DEL CÉSAR

 LA MUJER DEL CÉSAR


Tito Ortiz.-


Con esto de los jueces y fiscales hay que andarse con pies de plomo, porque tal y como están las cosas, te encasquetan un muerto en un santiamén, o te archivan un caso en menos que tarda en persignarse un cura loco. Yo siempre he defendido que tanto en la fiscalía como en la judicatura, debería existir un departamento de Asuntos Internos, para que velara por la justicia que se les imparte a los ciudadanos, y no quede el menor atisbo de sospecha, porque ya se sabe que no basta con que la mujer del César sea honesta, sino que es muy conveniente que también lo aparente. Tomando café la otra tarde con un ex juez amigo, de larga y brillante trayectoria en ésta ciudad, conveníamos que tal vez, la asignatura pendiente de la democracia aún, es que no se han metido un par de docenas de jueces y fiscales en la cárcel, otorgando una especie de patente de corso o derecho de pernada, a quienes hacen de su toga un sayo.

Casos flagrantes como el fiscal de Baleares con el caso Urdangarin y su señora Infanta de España, que acabaron con la amistad de muchos años entre el fiscal y el juez instructor, son más frecuentes de lo que creemos, pero no salen a la luz porque el corporativismo de los togados en este país es de toma pan y moja, prestándose los panes unos a otros, como favores de ida y vuelta. Yo no digo que esto sea verdad, pero a la luz de los acontecimientos, cuando un fiscal se convierte en el mejor defensor del acusado, a mí se me pone el pelo como escarpias. Pongo por caso hipotético, uno en el que se juzgara a políticos municipales y técnicos de un  ayuntamiento, junto con venerados constructores de la ciudad, y se diera la paradoja de que un hermano del fiscal trabajara en la empresa municipal que se encarga de construir, otro hermano fuera funcionario y su cuñado también. Jolines pues es como para montar un sainete. Menudo papelón el del fiscal. Si a esa hipótesis le añadimos que el cuñado de uno de los constructores implicados es juez de lo penal – pongamos por caso – que podría tener intereses económicos a través de su esposa, claro, en asunto de ocio relacionado y encausado, pues  es que esto, no hay serrallo que lo resista. Ya digo que todo esto es una elucubración mía, y no sucederá nunca, pero si existiera esa policía interna que pudiera investigar a jueces y fiscales sin tapujos, ¿dormiríamos más tranquilos? A mí no me gusta pensar mal de nadie, y menos de quienes tienen el alto deber de impartir justicia, pero cuando los casos se comienzan a archivar porque han prescrito, empieza una mosca a darme vueltas por la oreja, y dale que te pego, y dale que te pego, que no me deja dormir tranquilo, y entonces, comienzo a tirar de hemeroteca, a hablar con jueces amigos y abogados, y empiezo a descubrir cosas que no me gustan. Luego, ya me despierto.