EL CONCILIO DE ILÍBERIS
Tito Ortiz.-
Dice mi compañero Jorge Pastor
que, las excavaciones llevadas a cabo en los Mondragones, dirigidas por Ángel
Rodríguez Aguilera, han sacado a la luz los restos de un edificio con tres
ábsides y un escenario ligeramente elevado junto a una plaza que fue erigido, exprofeso,
para que se desarrollara un evento como el Concilio de Ilíberis. También existe
coincidencia entre la datación de esta construcción y el cónclave. Pero la
clave de la localización del Concilio está, en los propios documentos
primigenios de la época. Concretamente en un adverbio: El Concilio tuvo lugar
«apud Iliberri». Es decir, 'junto' a Iliberri y no 'dentro' de Iliberri. Y los
Mondragones, igual que otros asentamientos, estaba «apud Iliberri». Es decir,
tenemos una edificación ceremonial, en una zona situada cerca de Iliberri, que
se ubicaba en el Albaicín, y que estuvo en funcionamiento en esa época. «No
afirmamos nada, pero desde luego el Concilio tuvo que ser en un sitio muy
parecido a este», dice Rodríguez Aguilera. Por el momento, no se ha hallado
tampoco ningún resto material, de momento.
Todo ello, reflejado en el
artículo científico 'El suburbium de Eliberri en la Antigüedad tardía. El
proceso de transformación del sector de Los Mondragones', firmado por Ángel
Rodríguez y las profesoras Macarena Bustamante y Gisela Ripoll, reforzaría la
enorme importancia que tuvo los Mondragones, que era mucho más que una villa.
Era un barrio de Ilíberis con su estructura urbanística –tiene cardo y
decumano, las dos calles principales–, con una iglesia considerada la primera
de Granada, con una destacadísima actividad industrial –la almazara más grande
de la Bética– y con una lujosa casa con elementos decorativos de enorme valor
como los mosaicos que están en el Museo Arqueológico de Granada –y que en un
futuro estarán en el Centro de Interpretación de los Mondragones–.
POR FIN, EL SITIO
El Concilio de Elvira o de
Ilíberis (en latín: Concilium Eliberritanum) fue el primer concilio que se
celebró en Hispania Bætica por la iglesia cristiana en el primer tercio del s.
IV. Tuvo lugar en la ciudad de Ilíberis, la actual ciudad de Granada
transformada por entonces en un floreciente núcleo urbano conocido con el
nombre de Florencia Iliberritana; en la actualidad no existe duda sobre la
ubicación de la antigua Ilíberis o Iliberri en el barrio del Albaicín de
Granada, no en un lugar cercano a la misma como se creía en épocas pasadas. Ya
en el siglo XIX, A. Fernández-Guerra (1816-1894), lo manifiesta claramente
cuando escribe: “La basílica y sus muchas inscripciones dedicatorias demuestran
que Iliberri existió en el Albaicín de Granada”.
Gómez Moreno (1870-1970) lo
confirma igualmente con numerosas aportaciones como puede verse en su obra
Monumentos romanos y visigóticos de Granada, o en otras publicaciones
posteriores en donde realiza diversas manifestaciones al respecto, como la
siguiente:
“La fama de dichas ruinas y
hallazgos interesó a los eruditos granadinos del siglo XVI, con motivo de la
cuestión batallona del asiento del Iliberri, al discutirla, el nombre de sierra
Elvira venía siendo una obsesión para todos, ya vindicándolo como supervivencia
de la antigua ciudad, fundados en la homonimia, ya para rebatir este argumento
con subterfugios; porque su ignorancia de nuestra geografía medieval había
encastillado sobre erróneas premisas a los litigantes hasta que Dozy enseñó la
verdad, o sea, que Elvira, la de la sierra, se llamó Castilla y después Hádira
(residencia) de Elbira, por alusión mediata y accidental a Iliberri, mientras
los textos árabes identifican unánimes a esta con Granada. Antes de saberse
ello, la contienda era justificada; más como Elvira dejó pocos restos visibles,
y esos baladíes, y los de Hurco se ostentaban grandiosos y en la misma línea
respecto de Granada, hubo confusión, tomándolos por la Iliberri y suponiendo
llegar hasta allí la sierra de Elvira, único asidero posible del engaño, cuando
no una, sino dos cortaduras la aíslan del cerro de los infantes, cuya
estructura geológica comprueba igualmente diversidad, ligándolo al macizo de la
sierra de Parapanda, más lejana”.
En época mucho más reciente M.
Sotomayor, por su parte, da por zanjada la cuestión en el siguiente artículo:
“Dónde estuvo Iliberri? Una larga controversia ya superada en Granada en la
época romana”. Esta certeza ha quedado confirmada además, por los importantes
hallazgos arqueológicos que estos mismos autores y otros posteriores han sacado
a la luz en el actual barrio del Albaicín de Granada, restos de la vieja
Iliberri ya romanizada, en la que se celebró este concilio que, fue uno de los
más importantes llevados a cabo en las provincias, seguido por el Concilio de
Arlés y el Concilio de Ancyra, los cuales prepararían el camino para el primer
Concilio ecuménico católico. Al Concilio de Elvira asistieron diecinueve
obispos y veintiséis presbíteros de la península ibérica, así como diáconos y
laicos.
QUE SABEMOS
Su fecha es incierta, entre el
300 y el 324. En el primer caso sería anterior a la persecución de Diocleciano
y en el segundo, posterior al Edicto de Milán de Constantino. Algunos autores
como Louis Duchesne y Víctor de Clercq, creen que fue entre el 300 al 303,
antes de la persecución de Diocleciano; para otros se llevó a cabo antes del
concilio de Arlés y entre el concilio de Nicea 303, 314 o 325.
El asunto es que, el hallazgo
de Los Mondragones pinta bien, y daría por finalizada una parte de nuestra
historia que, lleva pendiente algo así como diecisiete siglos y en la que, cada
uno que ha tocado el tema, ha soltado su teoría y el que venga detrás que arree.
Las piedras no mienten. Mira que si por fin, ya tenemos el sitio definitivo
donde se celebró el primer concilio de la cristiandad, volvemos a poner a
Granada y su importancia histórica, en el mapa de las ciudades ilustres, que ya
lo son de antes.