CLAUDIA
Tito Ortiz.-
Desde que el mundo es mundo y
la Alhambra reina sobre la colina roja, Granada ha tenido un idilio permanente
con el séptimo arte, pues no hay un actor, una actriz o un director que, tarde
o temprano, no haya recalado por Granada para admirar su belleza. Desde los
pioneros del cine mudo, por aquí ha pasado todo el mundo que es algo en el celuloide.
Las fotos que cuelgan en las cuevas del Sacromonte, o las que había en el
desaparecido restaurante “Sevilla”, así lo atestiguan, junto con los fondos del
archivo de Ideal y las hemerotecas.
Se cuentan por decenas las
películas rodadas, tanto en la capital como en la provincia. No olvidemos la
super producción de los hermanos Marx con el paisaje de Loja, los diferentes Wéstern
en las eras de Guadix, o las que se han rodado con la Alhambra por testigo o el
Sacromonte junto con el Albayzín.
Granada y su provincia
constituyen un decorado irrepetible para cualquier producción que se precie y,
esto es curioso, fueron los extranjeros, antes que los nativos los primeros en
darse cuenta de la belleza de nuestro paisaje y el altísimo valor de nuestro
patrimonio artístico.
GRANADA BIEN VALE UN PASEO
Era uno de los últimos grandes
mitos todavía con vida de la época dorada del cine italiano. La actriz Claudia
Cardinale falleció el mes pasado a los 87 años de edad, rodeada de sus hijos en
su residencia de Nemours, cerca de París. Intérprete en más de 150 películas,
Cardinale, considerada una 'sex symbol' en los años 60 del siglo pasado,
trabajó con algunos de los más grandes cineastas italianos, como Luchino Visconti,
Federico Fellini, Sergio Leone o Mario Monicelli. También se puso a las órdenes
del director estadounidense Richard Brooks, con quien deslumbró en su western
'Los profesionales', y del franco-armenio Henri Verneuil, entre otros.
Su mayor reconocimiento, no
obstante, le llegó con las dos cintas en las que participó en 1963 con Visconti
y Felllini como directores. Con el primero rodó 'El Gatopardo', en la que
estuvo acompañada por otros gigantes del celuloide de la época como Alain Delon
y Burt Lancaster. Aquel año formó además parte del reparto de la 'felliniana'
'Ocho y medio”, en la que coincidió con Marcello Mastroianni. «Nos deja la
herencia de una mujer libre e inspirada, tanto en su carrera femenina como en
la artística», señaló el agente de la actriz, Laurent Savry, al dar a conocer
la noticia de su fallecimiento.
Nacida en Túnez en 1938 en una
familia de emigrantes de origen siciliano, Cardinale debutó en el cine en los
años 50 del siglo pasado para convertirse en la década siguiente, junto a la
también italiana Sofía Loren, en una de las grandes estrellas del celuloide,
tanto en su país como internacionalmente. Precisamente en aquella época se le
consideraba como una de las mujeres más hermosas del mundo. Durante sus cerca
de 60 años de interpretaciones cinematográficas, Cardinale acumuló una gran
cantidad de premios, como un León de Oro del Festival de Venecia y un Oso de
Oro del Festival de Berlín, ambos en reconocimiento a su carrera, además de
cinco David de Donatello.
CONSCIENTE DE SU BELLEZA
Con una enorme capacidad para
reírse de sí misma y afrontar papeles muy diferentes entre sí, la actriz no
tenía problemas para pasar de la comedia italiana a los 'spaghetti western',
sin desdeñar las producciones de Hollywood o las cintas más dramáticas. El
público comenzó a fijarse en ella por su papel en la inolvidable 'Rufufú',
dirigida por Mario Monicelli en 1958, una cinta nominada al Oscar a mejor
película de habla no inglesa y en la que Cardinale compartió pantalla con
Mastroianni y con otro divo del cine de su país como Vittorio Gassman.
Como contaba la propia actriz
en su última entrevista, publicada en la revista semanal del diario Corriere
della Sera el pasado mes de enero, aunque logró una excelente acogida con
'Rufufú' y con 'La chica con la maleta', dirigida por Valerio Zurlini, no fue
hasta que rodó las citadas cintas en 1963 cuando entendió «que el mundo me
acogía como a su diva». En aquella entrevista se mostraba orgullosa de haber
sido una referencia de la cultura italiana, aunque reivindicaba sus orígenes
tunecinos y sicilianos, que le llevaron a ser doblada en sus primeras cintas
debido a su fuerte acento. También justificó su decisión de residir en Francia
porque «la relación con las personas públicas es un poco más vivible que en
Italia», donde se sentía «un poco encerrada» a causa de la fama. Los últimos
años de su vida Cardinale los ha pasado impulsando la labor de su fundación,
dedicada a promocionar a artistas contemporáneos. Madre de dos hijos, el
primero de ellos fruto de una violación, deja además dos nietos.
GRANADA, PARADA OBLIGATORIA
El año en que Massiel ganó
Eurovisión, se rodaron en la provincia casi veinte películas, entre ellas: “Hasta
que llegó su hora”, protagonizada por Henry Fonda, Jason Robards, Charles
Bronson y Claudia Cardinale. La película la dirigía Sergio Leone y el guion
correspondió a Bernardo Bertolucci. El rodaje se estaba llevando a cabo en
tierras accitanas, cerca de la estación de La Calahorra, pero aprovechando la
festividad del Corpus, actores, actriz y director se acercaron a Granada.
Estuvieron en los toros, visitaron nuestro monumento emblemático, comieron en
el mítico restaurante “Sevilla” de Juan Luís Álvarez y pasearon por la ciudad,
como lo atestigua la foto que ilustra esta crónica, en la que Claudia Cardinale
está sentada en un banco de los jardines cercanos a la biblioteca de Granada.
Granada sigue siendo una
ciudad…De Cine.
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