martes, 9 de julio de 2019

... PARA RUIDOS

… PARA RUIDOS

Tito Ortiz.-

Sé que el ayuntamiento de la plaza del Carmen, no tiene el caballo para ruidos, pero aunque la nueva corporación no lo crea, la ciudad sigue latiendo, aunque desde el consistorio salga por la puerta una sensación de provisionalidad, que en nada beneficia la estabilidad exigible de gobierno a estas alturas de la partida. La espada de Damocles de una posible moción de censura, no debería retrasar por más tiempo la puesta en marcha de las medidas prometidas para la buena marcha de la casa consistorial, o lo que es lo mismo, de todos los ciudadanos que tenemos la sensación de vacío de poder. Además de los proyectos que se nos han vendido en campaña, Granada necesita cuanto antes la puesta en marcha de medidas que, la hagan recuperar su posición de liderazgo perdida en la noche de los tiempos. Sin ir más lejos, en esta legislatura vencen los contratos con la empresa Rober de transporte urbano, y con Inagra, dos pesos pesados del presupuesto. Autobuses y limpieza, son los dos pilares más fuertes del tocho ciudadano, a los que habría que prestar máxima atención, dado que ya nos hemos acostumbrado, por la ineptitud de munícipes pasados, a mantener deudas millonarias que asfixian la economía local, gracias a inventos como la LAR, y otros desastres abocados al fracaso desde su puesta en marcha, ocultados a los ojos de los ciudadanos por oscuros intereses jamás desvelados. Digo y mantengo hasta la saciedad, que la política es tan importante, que no podemos dejarla en manos de los políticos, por eso requiero de la ciudadanía una militancia responsable, atenta a cuantos movimientos se produzcan en torno a las negociaciones de estos grandes convenios, donde la transparencia sea la que prime, y no surjan sospechas de viajes de ocio y placer, u otras prebendas surgidas en otros tiempos, con motivo de estos grandes compromisos económicos, que se prolongan durante muchos años, llevándose a cabo con el dinero de todos. Nunca con el de los señores y señoras encargados de negociar. Los ciudadanos debemos ejercer una labor de fiscalización  de todo lo que se lleva a cabo con el dinero público. Nuestro deber no termina cuando echamos la papeleta en la urna para elegir a nuestros representantes. Muy al contrario, debemos seguir ojo avizor para saber que se cuece con nuestros servicios públicos, siguiendo la trazabilidad del dinero de todos. Un acta de concejal y un puesto en un consejo de administración, no deben darle carta blanca a nadie para hacer de su capa un sayo y si te vi no me acuerdo. Debemos exigir transparencia a quienes se suponen que, acceden a ello con vocación de servicio, y no de servirse, máxime teniendo en cuenta, que lo primero que han hecho en muchos ayuntamientos, como primera medida tras la toma de posesión, ha sido subirse el sueldo en proporciones ofensivas, con respecto al sueldo y las pensiones de la mayoría de los ciudadanos. Al votarlos, les damos la mano y ellos ya se encargan de tomarse el brazo y hasta parte del hombro. Mientras, la limpieza deja mucho que desear a poco que salgas de las calles del centro, la flota de autobuses es la más vieja de España, y las bicicletas y patinetes eléctricos o con tracción humana, han tomado nuestras aceras, convirtiendo un paseo, o un ir donde quieras,  en un continuo sobresalto en el que unos desalmados e indocumentados, te adelantan a traición y por la espalda, haciendo de tu andar  una sucesión de repullos. La ineptitud de nuestros políticos, ya ha conseguido que no vayamos seguros, ni andando tranquilamente por la acera. ¿Qué será lo próximo?

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