YA VAN DOS
Tito Ortiz.-
No ha muchos años que las campanadas desde la plaza del Carmen tampoco sonaron. En aquella ocasión, el reloj enmudeció, tal y como estaba programado, porque a una vecina del centro, le molestaba el ruido de las doce, y el ayuntamiento le había concedido la gracia de no tener que soportarlo. El caso fue que el ridículo fue a nivel autonómico, porque aquella noche Canal Sur TV había decidido dar las tradicionales campanadas desde Granada. Luego el video se hizo viral, tras el espanto de los presentadores, a los que esta tierra y su acreditada malafollá, les hicieron pasar el peor trago de su profesionalidad. Pero ya no es nuestra colosal malafondinga – que también – sino el gafe granatensis en toda su magnitud. Esta tierra desde el Obispo Fonseca no ha levantado cabeza, y prueba de ello es lo ocurrido la pasada noche de fin de año, en el antiguo convento del Carmen ante miles de granadinos y visitantes. La mala suerte nos persigue desde siglos, y prueba de ello es, la actual corporación municipal, incapaz de ofrecer a los ciudadanos, un acto tan sencillo como el tomarse las uvas con el sonido del reloj consistorial. Si instaláramos ante la puerta del ayuntamiento capitalino un “fonsecámetro”, mediría con toda precisión el grado de malafollá en el ambiente, que a estas alturas está disparado a juzgar por los acontecimientos, por éstas gentes que dicen una cosa y la contraria, según les convenga a ellos o a su partido.
No es nuevo que algunos políticos en activo nos tomen por lerdos acéfalos y sin memoria, con tal de defender lo indefendible. Tengo yo grabado para quién lo quiera escuchar, y en la hemeroteca de éste periódico está a disposición de quien lo quiera verificar, como cuando en la Junta de Andalucía mandaba el PSOE, desde aquí se proferían gritos encolerizados reivindicando la gestión de la Alhambra, para Granada. También la de Sierra Nevada y la de toda institución de la que se pudiera rascar un euro. Aquello famoso de: Sevilla nos roba, es un clásico de los populares granadinos. Pero qué casualidad, que cuando las tornas han cambiado, y ahora son ellos los que gobiernan la Junta, comienzan a hacer caja con todo lo que tenemos aquí. Desvergüenza política no, lo siguiente. Y aun así, con rostro de cemento armado, salen todos los días a convencernos de lo contrario. Lo del Parque de Las Ciencias, es de una desfachatez, propia de quienes la han ejecutado. Los que tienen el doble discurso. Dicen una cosa cuando están en la oposición, y otra muy distinta cuando gobiernan. No conocen la ética, la deontología y mucho menos la coherencia política, son capaces de todo y no les avergüenza nada, vienen a cobrar los sueldos más altos de Europa, y si te vi, no me acuerdo. Quieren el dinero del Palacio de Congresos, del Consorcio Fernando de Los Ríos y del Transporte Metropolitano, sobre todo éste último, después del éxito del metro, cuyo fracaso vaticinaron sin parpadear. Y han perdido una oportunidad de oro para clausurar el Consejo Consultivo, cuyo gasto innecesario y voluminoso, sería asumido por cualquier despacho de abogados, por menos del diez por ciento de lo que nos cuesta a los andaluces. Se trata de una institución cuya incidencia en la ciudadanía es nula, como ocurre también con el Consejo Audiovisual, y otros tantos nichos de amiguismo y partidismo, que solo sirven para colocar afines, premiándoles así su fidelidad. Es tiempo de ir desenmascarando a quienes venían a poner orden, y lo que hacen es, el continuismo de una mala praxis que nos llevará al caos.
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