CORONAENELRECUERDO
Tito Ortiz.-
Ahora más que nunca, tienen sentido las palabras de ese amigo ubetense-granadino, que un buen día de los setenta me presentó Juan de Loxa, en las bodegas Natalio de la calle Puentezuelas, frente a Filosofía y Letras, y que suele cantar: ¿Quién me ha robado el mes de abril?. Pero es que este maldito virus, no sólo me ha robado el mes de abril, es que también se me ha llevado unos referentes, que a mi edad, me dejan desamparado para abordar el final de mi vida. Cualquier tiempo pasado fue anterior. Esta verdad irrefutable, solo pudo salir de la mente de un genio llamado, Marcos Mundxtock, que me recuperó de la perdida de Gila y de Tip y Coll, y con sus compañeros de Les Luthierst, me hicieron alcanzar el paraíso del humor con mayúsculas, y un buen día me permitieron enseñarles la Alhambra. Si no puedes convencerlos, confúndelos. Dijo un día, como prediciendo lo que me pasaría, al conocer la muerte de alguien a quién tanto admiré como, José María Calleja, buque insignia del periodismo español, a quien los gudaris de ETA pusieron en el punto de mira, por defender la verdad, la libertad y la democracia. Evite accidentes, hágalo a propósito. Y este gobierno lo siguió al pie de la letra, para cometer errores de bulto en la tardía compra de material sanitario defectuoso, y lanzar noticias contradictorias con tan solo unas horas de intervalo, en la demostración de la incompetencia más flagrante de toda la historia de la piel de toro. Lo importante es el dinero, la salud va y viene. Errar es humano, pero echarle la culpa a otro es más humano todavía. Y de esto ha hecho una bandera la oposición, que sin esperar a desalojar las morgues sobre hielo, se ha tirado a la yugular del gobierno, como si de una campaña política se tratara, con la sola motivación de poner muertos sobre la mesa, antes de que sean incinerados y el impacto mediático sea menor. Carroñeros no: Lo siguiente.
No soy un completo inútil. Por lo menos sirvo de mal ejemplo, a juzgar por las cartas al director. De hecho, si Orfer no me hubiera mandado las frases de Marcos, nunca hubiera escrito este artículo. Tener la conciencia limpia, es síntoma de mala memoria. Como aquella tarde en el Carmen de Los Mártires, cuando vino Luís Eduardo Aute a celebrar el aniversario de Poesía 70, y al pedirme fuego, se quedó con mi encendedor Zzipo, especial para cachimba, que lleva dos aberturas redondas a cada lado de la mecha. Si no ando listo, se vuelve a Madrid con el. Me costó estar dándole fuego toda la tarde, pero todavía lo conservo. El día 4 de abril lloré sobre el, y me arrepentí de no habérselo regalado. Quizás cuando nos volvamos a ver. La pereza es la madre de todos los vicios, y como madre, hay que respetarla. Yo a mis sesenta y siete años, juego cada martes al fútbol, y mantengo las mismas cualidades físicas y técnicas. O sea, ninguna.
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