martes, 25 de agosto de 2020

UN PAÍS DE RISA

 UN PAÍS DE RISA


Tito Ortiz.-


Soy de los que piensan que, el último lustro del pasado siglo, y los dos primeros de éste, no hubieran sido lo mismo sin el fenómeno de la comunicación más inteligente de la época: Los Guiñoles de Canal+. Aquellos muñecos de la actualidad, con sus guionistas extraordinarios, pusieron el listón muy alto de la comunicación inteligente. A mí me recordaban mucho – distancias técnicas aparte – a la gran revista, “La Codorniz”, que nunca faltó en casa hasta su cierre. El humor desarrollado por aquellos muñecos de esponja bien tratada, ponía cada tarde sobre la mesa las verdades del barquero, desde la óptica de la educación y la chanza, que hábilmente conjuntadas, daban la caricatura cierta de los políticos del momento, sin necesidad de sal gorda. Recuerdo con gran cariño el guiñol de Manuel Chaves, pidiéndole al Gobierno Central: ¡Devuélveme mis “minolles”! o el de Michael Robinson, con su acento de guiri irredento y la gracia de Cádiz en sus afirmaciones, demostrando que todo puede ser un maridaje perfecto, cuando se trata de pasarlo bien.


Los guiñoles de la tele fueron tan famosos, que hubo hasta quienes imploraban que les sacaran en ellos. No fueron pocos los políticos que llamaron a las puertas de Canal+ porque, hubo un momento en éste país, que si no salías entre ellos, no eras nadie. Incluso si mostrabas tu cara más agria. Recuerdo un político vasco muy desagradable por distintas y variadas cosas, que no dudaba en sus intervenciones públicas en mostrarse de manera áspera, me refiero a Xavier Arzallus, un cura arrepentido, que como diría mi abuela, no hay que fiarse de ellos nunca, y que hacía gala de su mal genio en apariciones tanto públicas, como privadas. Y los guiñoles lograron hacer una caricatura tan real de su comportamiento, que no soy el único que ya prefería ver al guiñol de Arzallus, mejor que al propio vasco irascible y endemoniado. Y esta es la razón por la que lamento que en estos momentos no estén en pantalla los guiñoles de Canl+, porque yo disfrutaría con auténtico regocijo, viendo uno de estos muñecos con la cara de Álvarez de Toledo, una vez cesada de portavoz del partido conservador, con su proverbial gracejo y simpatía, aceptando como una demócrata convencida, que Casado la haya mandado al extremo de la mesa, donde es difícil salir en la foto.

Me cuentan los que de ella saben, que si le caen al líder del PP todas las maldiciones que le echó, caerá pulverizado como nebulosa de microclima. Cayetana me recuerda mucho a Arzallus. Destila mal genio por sus poros, y políticamente, se encuentra más cerca de otro partido que lidera un señor que monta a caballo, que del nuevo rumbo que parece ser, quiere tomar la gaviota. Aunque desciende de la nobleza, carece de ella, y no duda en masacrar a quién no opine lo mismo que ella, independientemente de partidos y siglas. Cayetana – que me consta – ya ha oído llamadas de Vox, lo que de verdad quiere es tener su guiñol, en el partido que sea, es lo de menos.

martes, 18 de agosto de 2020

ME SIENTO MAL

 ME SIENTO MAL


Tito Ortiz.-


Desde que el cordobés, Jesús Ramón rige los destinos de la sanidad andaluza, vamos de “bar” en peor, que diría Paco Espínola. El estruendoso fracaso de su plan de choque para acabar con las listas de espera, no tiene precedente en la historia de la sanidad pública, y ya es tarde para echarles la culpa a los socialistas, a pesar de la pandemia, que por cierto, también se le está yendo de las manos, y de qué manera. Ayer pedí cita telefónica con mi médico de familia, porque tengo prohibido ir a mi centro de salud, y me dicen que me llamará dentro de doce días, y que además, es muy posible que como hace unos meses, no sea el quién me atienda, sino un sustituto, que no me conoce de nada, ni mi historial, ni falta que hace. 

La sanidad andaluza hace aguas por todas partes, con una sangría permanente y abultada hacia la sanidad privada, pretextando el reducir unas listas de espera que ya traspasan la astronómica cifra del millón de criaturas humanas, que aguardamos pacientemente recibir una asistencia a la que tenemos derecho, minutos antes de que llegue el de la funeraria a tomarnos medida y preguntar si el ataúd es para enterrar o incinerar. Ese es el resultado de la pírrica gestión de Jesús Ramón, por mucho que nos venda, él y su cardenal Richelieu, que los sanitarios contratados para acabar con esto se cuentan por miles. Muy al contrario y nuestro pesar, tenemos que averiguar a hurtadillas, porque a esto no le dan publicidad en la rueda de prensa de los martes del terror tras el consejo de gobierno, que se pone en marcha – una vez más – un plan de choque para acabar con las listas de espera, en el que – que casualidad-  se le duplican los millones asignados a la sanidad privada, con respecto a la pública, para paliar el retraso en la asistencia médica de los andaluces, que ya nos pasa como con la asistencia domiciliaria, que morimos antes de que nos llegue.

Estamos hablando de unos ciento treinta millones para que las clínicas privadas asuman lo que no pueden hacer los hospitales públicos, y unos setenta para callar la boca de estos últimos y vean que desde la consejería se piensa en ellos. El despropósito es tan grave y manifiesto, que en cualquier otro país civilizado esta decisión daría con sus responsables en la cárcel y por mucho tiempo. Pero aquí nunca pasa nada. Cuando gobierna el PP., los millones que se desvían a la sanidad privada, sonrojarían a los ilustrados más lerdos, pero aquí se da todo por bien hecho, bajo la promesa de que se aliviarán las listas de espera. Una falacia más y dentro de unos meses un nuevo plan de choque para calmar a las huestes. Los centros de salud permanecen cerrados o a media luz. Para que te cojan el teléfono tienes que hacer una novena a santa Rita abogada de los imposibles, y la oposición… ah, la oposición, ni está ni se le espera. A morir tocan. Ya están doblando por mí.

jueves, 13 de agosto de 2020

DEL BITTER KAS A LA COCA COLA LIGTH

 DEL BITTER KAS A LA COCA COLA LIGTH


Tito Ortiz.-


Prometo por mi conciencia y honor, que no miento al afirmar si digo que, nunca antes  había probado el Bitter Kas. Pero aquella tarde que me encontré con Melchor, viendo una exposición en el Centro Artístico, nos acercamos a la barra y al pedir la bebida, yo le pregunte de qué se trataba, y él me dijo que si no la había tomado antes, aquel era el momento de descubrirla. Así que el abotonado y entorchado camarero, puso sobre la vieja barra de mármol, otrora blanco y ahora marfileño, dos platos blancos de los que sostienen las tazas de desayuno, de esos que al rozar con el mostrador, suenan como campanas enloquecidas y fuera de sí. Sobre ellos, asentó dos vasos de tubo a los que introdujo sendos gajos de limón, y parsimonioso comenzó a verter un líquido espumeante de color rojizo, que daba a la bebida un aspecto de espumoso del viejo “Támesis”.

Estábamos charlando sobre el pintor amigo de los cuadros colgados, cuando Melchor se llevó el vaso a los labios, dio el primer sorbo y sin cambiar el gesto siguió comentándome. Yo hice lo propio, y cuando aquel brebaje llegó a mis entrañas, al instante quise morir, y no comencé a gritar aquello famoso de… ¡Confesión, Confesión! Porque estábamos en lugar público, y además éramos conocidos. Le pregunté que como tenía el valor de tomarse aquello sin parpadear, y me dijo: A la fuerza ahorcan. Tras pretextarme su afición obligada a éste tipo de bebidas, con el tiempo, en posteriores citas, vio normal que yo optara por el café con leche, y dependiendo de la hora, incluso por el tinto de la tierra. Al correr de los años, tampoco consiguió mi conversión a su Coca Cola Light, pero de lo que no se libró, fue de mi amistad, respeto y admiración, hasta aquel día que nos dimos el último abrazo en Recogidas, sin que ninguno de los dos sospecháramos que de verdad… iba a ser el último. En su honor y solo en su honor, he vuelto al Bitter Kas, así reviente. 

martes, 11 de agosto de 2020

¿INOCENTE?

 ¿INOCENTE?


Tito Ortiz.-


Una cosa es que la justicia te sentencie como “no culpable”, y otra muy distinta que seas inocente. Nadie puede tragarse que, siendo tú el máximo responsable del cortijo, tus capataces y algunos obreros, decidan por su cuenta y riesgo actuar a tus espaldas, y menos conociéndote, a ti, que no se te ha escapado una, por donde has ido pasando, desde la Cámara Agraria a la delegación del gobierno andaluz, con acceso a información en materia de seguridad más que importante, y contactos desde la jefatura del estado hasta el último guarda jurado de tu edificio. Lo siento, pero no trago, y por lo que he podido comentar a mí alrededor, te aseguro que no estoy solo. 

A las muchas circunstancias que al final han caído de tu parte, a tu favor, hay que añadir la falta de medios en la justicia ordinaria, la lentitud del proceso, los errores cometidos en la investigación, las presiones internas y externas en la instrucción del caso para que se tenga en cuenta tu trayectoria intachable, tus servicios a la patria, tu lealtad incuestionable a quién no se lo merece, y las desgraciadas sospechas de que todo sale a la luz, porque alguien muy cercano a ti, facilita las cosas, porque en atroz pataleta, como un niño caprichoso, no le dejas tu juguete que para él, era su máxima aspiración. Esta riña de intereses da como resultado un partido provincialmente dividido, en el que ilustres representantes del pueblo, terminan de vigilantes en hoteles de diversión, mientras emergen a la superficie, algunas mediocridades pero que cuentan a su favor con la docilidad, disciplina y acatamiento ciego de los postulados, de forma que sin darle problemas a Madrid – porque a los jefes no se les plantean problemas, sino soluciones – van enderezando el carro, hasta ponerlo otra vez en la parrilla de salida, lo más aseadamente posible para que, las fotos a la entrada de los juzgados, erosionen lo menos posible un proyecto desarticulado porque siempre fue presidencialista, y no participativo en asamblea de todos los militantes, como debería ser en un sistema democrático, pero hablar de libertad y democracia en los alrededores de la parada del Metro, dedicada al guitarrista inmortal de Linares, es pura utopía.

Cada vez que en esa sede se establece una lucha de egos, faltan tanato salas para velar los cadáveres que ambos contendientes van dejando por las cunetas, llegando incluso a las manos en más de una ocasión, pues ya se sabe que la derecha patria es de sangre caliente, y aquí siguiendo la tradición hispana que ya ocurrió con Viriato, cuando alguien marchó a Madrid a recoger la prometida recompensa, por haber “eliminado” al adversario político en otros tiempos, hermano, en un despacho de la calle Génova, alguien le susurró al oído, aquello famoso de… Roma no paga traidores, y ahora se canta aquello de: Ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio. Al fin y al cabo, nada va a cambiar en nuestras vidas, porque no hay en el mundo nada más fiel que un votante de derechas. Recuerden cuando el arzobispo se sentó en el banquillo, alguien creyó que la catedral se derrumbaba… y ahí está. No caigas en el error de buscar al causante de tus desdichas fuera de tu partido, porque volverías a equivocarte.


martes, 4 de agosto de 2020

VOX POPULI

VOX POPULI

Tito Ortiz.-

Es de dominio público que, la grandeza de la democracia permite en aras de la libertad, acceder a las instituciones fundamentales del estado, a quienes no creen en el, y además les facilita dinamitarlo desde dentro. Es el caso de los etarras, disfrazados de simples separatistas vascos, que intentan lavar su imagen asesina con casi mil muertos en sus actas de parlamentarios y representantes legítimos de ese pueblo que los vota. Ocurre lo mismo con los independentistas catalanes – estos con menos cadáveres – que van a misa admitiendo una comisión del tres por ciento, al tiempo que queman fotos del rey, ignorando su pasado glorioso como reino de Aragón. Y luego están los acaudillados por el señor que monta a caballo y no da los buenos días. Si el caballo renqueara, otro gallo cantaría, dice el flamenco, que tiene sentencias para todo. Y hablando de sentencias. Un ilustre miembro fundador de Vox sentenció a favor de un padre, para en lugar de entregar el niño a su madre, como mandaba la justicia, permitiera al infante salir en una procesión. Plasmar esto por escrito y elevarlo a la categoría de decisión judicial, ya dice bastante del togado, pero no solo le adornan a su ex señoría esas virtudes. Ahora es investigado por fraude en subvenciones.
Sin prisa pero sin pausa, cada quincena salta a los medios de comunicación algún caso de, distinguidos militantes del partido del señor Abascal, que dejan ver claramente el talante autoritario de algunos distinguidos militantes, carentes de las  convicciones democráticas necesarias, para militar en un sistema democrático en régimen de libertades. De hecho, Vox tiene ya en su corta vida parlamentaria, más expedientes disciplinarios internos instruidos, que muchos partidos en toda su larga historia. Y lo que es peor, excelsos militantes unos investigados y otros condenados, como es el caso del portavoz de esta formación en el ayuntamiento de La Zubia, que ha dado un ejemplo de cuáles son sus creencias ciertas, a cerca de la violencia machista. Un asunto este que, varios de sus compañeros dominan a la perfección, y que no dudan en  boicotear desde las instituciones, intentando por todos los medios, que lo poco que hemos avanzado en igualdad y violencia de género, vaya retrocediendo, y si nos remitimos a los hechos probados, recurriendo a la violencia para dejar patente quién manda en casa y tal vez, en el mundo.
Mientras, al otro lado del espectro político, hay quienes se baten el cobre todos los días para superar una pandemia, que es más injusta con quién más hace porque todos la superemos. Que descubre las debilidades de una Unión Europea, cada vez más injusta e insolidaria, que pone en tela de juicio su sentido de existir. Españolito que vienes al mundo, te guarde dios, una de las tres Españas ha de helarte el corazón.  España camisa blanca de mi esperanza de fuera o dentro, dulce o amarga de olor a incienso, de cal y caña. Quién puso el desasosiego en nuestras entrañas, nos hizo libres pero sin alas, nos dejó el hambre y se llevó el pan. ¡Qué calor!