martes, 26 de enero de 2021

UNA DE LUMBRERAS

 UNA DE LUMBRERAS


Tito Ortiz.-


Se necesita ser un lumbreras, para desde el gobierno, permitir que la factura de la luz en los días de mayor consumo del año, llegue a subir un cuarenta por ciento, con la que está cayendo. A no ser que, el lumbreras, esté permitiendo con ello que una vez cesado en su cargo político, la empresa eléctrica a la que ahora beneficia permitiéndole que con usura atraque a los esquilmados ciudadanos,  le busque “acomodo” en su consejo de administración, con un sueldo millonario que, le permita cobrar la incomprensible pensión vitalicia que le hemos concedido, y además, otro millonario sueldo solo por asistir a las reuniones del  consejo de administración. Solo así se explica que, con el descaro y la desfachatez de la más despreciable casta humana, nos dupliquen el recibo de la luz, cuando más la consumimos. Luego se quejan cuando grito hasta desgañitarme, aquello famoso de… A las barricadas…

Se necesita ser un lumbreras para que desde la campaña electoral, al partido que tiene al cardenal Richelieu como portavoz, hable de la contención del gasto público y justo al guardar el belén y desmontar el árbol de navidad, ponerse a nombrar nuevos cargos como un descosido, no ya los delegados, sino, los de libre designación, que en este momento, ya son más que los del gobierno socialista anterior. Ya está bien de engañarnos. Guarden ustedes esos recursos para contratar a, más sanitarios que pongan la vacuna y no seamos de las comunidades más lentas, porque se dan mucha prisa en pedir al gobierno central las vacunas necesarias, pero Jesús Aguirre, las tiene guardadas a la temperatura exigida por la ciencia, sin confesar que lo que le pasa, es que, no tiene gente suficiente para que la campaña de vacunación vaya al ritmo deseado.

Se necesita ser un lumbreras para, decir en estas mismas páginas que, Los ERTE están funcionando y que el nivel de fraude de los mismos, no es preocupante, cuando por todos es conocido, la cantidad de expedientes que se han abierto a empresarios listillos, que han querido engañar a la administración, cobrando cosas que no les corresponden. Y por otro lado, no es menos cierto que muchos de los trabajadores acogidos a esos expedientes, todavía no han cobrado un duro, y otros lo han hecho con mucho retraso. Pero como se trata de auténticos lumbreras, hay quienes ya están viendo el acelerador de partículas instalado, y los nueve mil puestos de trabajo contratados con lugareños, para llevar a cabo proyecto tan entusiasta, como el pretendido por los catalanes. El Govern ha dado luz verde a la memoria preliminar, del anteproyecto de ley de creación de la Agencia Espacial de Cataluña, promovida por el Departamento de Políticas Digitales que lidera Jordi Puigneró, en el marco de la denominada Estrategia NewSpace. Así que agárrate que vienen curvas.

Yo veo bien que nuestros políticos tengan planes de futuro, pero por favor, dedíquense ahora a combatir la COVID, recuperar el tejido empresarial y económico, y ya, si eso, lo vamos viendo, lumbreras de la vida. ¡Que bonito es trabajar con el dinero de otro!

martes, 19 de enero de 2021

HE SIDO YO

 HE SIDO YO


Tito Ortiz.-


Llevo ya varios días escondido en el anonimato, pero ya no puedo aguantar más, y he decidido confesarlo. Me consta que todo el mundo se pregunta quién ha sido, por eso he decidido romper el silencio y gritar a los cuatro vientos que he sido yo. Conste que la culpa fue de ellos, porque a mi casa no entra ningún extraño, y fue el año pasado a raíz de la noche de reyes, cuando comenzaron a sucederse los tristes acontecimientos que han derivado en la pandemia. Llegaron Melchor, Gaspar y Baltasar, y nos dejaron una cepa estupenda de la Covid 19, que no ha hecho más que traer enfermos, muertos y ha tirado por los suelos nuestra – ya de por sí – maltrecha economía. Después de muchas investigaciones, como corresponde a un periodista de mi calado, he llegado a la conclusión de que fueron ellos los culpables de traer entre los regalos, el maldito bichito que está acabando con nosotros. ¿Quiénes? Sino ellos han podido venir de Oriente y entrar en mi casa. Yo tengo claro que, los culpables de la pandemia fueron el año pasado los reyes magos, y hasta que  no lo he descubierto, los distintos gobiernos han guardado un silencio cómplice, pero aquí estoy yo para denunciarlo.

Gobiernos que nos tienen sin información de la pandemia, porque prefieren tenernos en la ignorancia, a que sepamos de que va la fiesta y como yerran en la lucha contra el virus. La información oficial se limita a decir los nuevos contagios, los muertos, nuevos ingresos y la ocupación de las UCI. Nadie nos informa por qué el ritmo de vacunación es tan lento. Cuanto tiempo dura la inmunización, cuantas son las altas diarias, y sobre todo y más grave, cuáles son las terribles secuelas de quienes lo han pasado y los reinfectados, aquellas personas que han pasado la enfermedad un mínimo de dos veces, sin que nadie les asegure que podrán contraerla alguna vez más. Para colmo de males, nadie comprende la rapidez con la que han dado con la vacuna, y por qué no se han dado la misma prisa en dar con el antídoto que, sirva de tratamiento directo contra la pandemia durante la enfermedad, para dejar de dar palos de ciego, o lo que es peor, encomendarse a la divina providencia para que los enfermos mejoren y vuelvan a la salud de sus cuerpos. Hay tantas incógnitas en torno a la enfermedad, que la información que se nos ofrece desde las instituciones oficiales no es completa, cuando no, falsa y mal intencionada. No se pueden pedir miles de vacunas, cuando no se han contratado a los profesionales sanitarios para administrarlas. Por todo ello, sí, he sido yo, lo confieso, me he vengado y éste año, los reyes magos al entrar en mi casa, no han encontrado ni agua para los camellos, ni dulces y licores para ellos. Les he puesto carbón, mucho carbón, un montón de carbón negro y oscuro que tizna más que un mono pintando un zócalo. He sido yo, el primer humano en la tierra, que les ha echado carbón a los reyes.

martes, 12 de enero de 2021

MAL EMPEZAMOS

 MAL EMPEZAMOS


Tito Ortiz.-


Estoy recogiendo – como todos los años por estas fechas – el portalico de Belén, y lo hago siguiendo el ritual que me enseñara mi amigo y maestro, Pepe Liébana, de quién aprendí todo lo que se sobre esto, la Sábana Santa, y Microbiología: Pepe me enseñó a ser ordenado en el guardar las piezas hasta el año siguiente, porque de lo contrario, armar el Belén se puede convertir en una pesadilla, en la que nunca encuentras lo que estás buscando. Piezas numeradas, embalajes identificativos, protección de las figuras ante posibles golpes, y un lugar seguro en el que a lo largo del año, todas reposen en sosiego, sin cambios bruscos de temperatura o lugar. José Liébana Ureña, natural de Torredonjimeno, y granadino hasta las trancas, solía ajustarse la gafa presionando con un dedo el puente de la montura, te miraba fijamente s los ojos, y te contaba la verdad en la que creía, dejándote libertad para que la aceptaras o no, pero él no se movía del burro.

Pese a ser creyente, Pepe no fue nunca un talibán del catolicismo, pero fue un cristiano que te ganaba en las distancias cortas, aunque cuando discutíamos sobre la Sindone, yo hacía de abogado del diablo, y él no sobrepasaba nunca los límites de la ciencia, como buen hombre de ciencia que era. Nos conocimos en la Universidad, cuando me daba la asignatura de Microbiología, en ausencia de GonzaloPiédrola o María del Carmen Maroto, y pronto comenzó a sospechar de mí, hasta que un día me citó en su despacho. Quería conocer al  alumno que en cada examen, cuando el daba hora y media para resolverlo, éste –yo- se lo entregaba en diez minutos y salía corriendo de clase, porque me estaba esperando en la puerta, Pepe Campos de España, con la Unidad Móvil de Radio Popular arrancada, para salir pitando hacia nuestra conexión en directo para la programación local. Esto de ser estudiante y comunicador en las ondas, al unísono, es lo que tenía. Cuando se lo conté se sorprendía de que en tan solo diez minutos, yo le pusiera lo necesario en el examen para no suspender. Empatizamos, terminé la carrera y nuestra amistad se fue fortaleciendo, sin necesidad de estar todos los días juntos. Un año en que el ayuntamiento me nombró jurado del concurso de belenes, quiso la providencia que yo aterrizara en su casa, y pudiera comprobar, como se montaba un belén en condiciones, así que Pepe me siguió enseñando también en esta disciplina, en la que él ya era una referencia nacional del belenismo y sus virtudes, así que no me extrañó nada cuando hace pocos años, me llamó para anunciarme una iniciativa en la que había implicado a su barrio y la asociación de comerciantes, con el fin de colocar en algunos comercios, distintas escenas del nacimiento, lo que logró con mucho trabajo y gran entusiasmo. El mismo que sentía por su vocación cofrade, de la que tanto presumía, y de la que tanto hablamos en la Fe compartida. Pepe, ponte en contacto conmigo por el procedimiento que quieras, ya sabes que a mí no me da miedo, y dime que hago yo ahora con el belén, compañero del alma… compañero.

martes, 5 de enero de 2021

LA COSA VA ASÍ

 LA COSA VA ASÍ


Tito Ortiz.-


Tengo a mi editor al borde del suicidio, esperando que culmine la trilogía que comencé con, “En Olor a Granada”, “Dice la Radio”, y… todavía no tengo título para el broche. Bueno, ni título ni he escrito una letra. Yo escribo de memoria, pero me gusta alimentar el asunto con algún personaje, sobre el que cargar la ironía, el sarcasmo, y sobre todo la realidad del momento. Dado que cierro la trilogía hablando de lo ocurrido en Granada desde que el PSOE llega al poder, hasta nuestros días, llevo un par de meses por la calle, a la caza y captura de esas criaturas humanas que, condimenten la salsa de la narración. 

Tanto mis paseos por el centro como, mis recorridos en el metro, me están surtiendo de una serie de personajes que, dando una imagen de la actualidad granatensis, conforman un poliedro multicolor de lo más variopinto y atractivo. En esta Granada globalizada, multiétnica y plurireligiosa, los infantes rumanos, africanos y asiáticos, se agolpan a la entrada del colegio, entremezclados con mis nietos. Una imagen que se repite desde hace años, cada mañana, y que los de aquí, hemos asumido con total naturalidad, dando síntomas de una madurez social, que para mis tiempos de niño la hubiera querido yo. En el centro de salud, la foto es de mayor contraste. Mientras que dos mujeres árabes, esperan a ser recibidas por su médico y, no paran de hablar a una velocidad de vértigo, en ese idioma endiablado que nosotros teníamos hace más de cinco siglos, los nativos, callamos  y, otros guardan silencio con la mirada clavada en una pantalla y unos micro cascos en los oídos. Dos mundos tan cercanos y tan distantes.

En el metro, dos “granaínas” del Zaidín comentan como ha subido la cesta de la compra durante la pandemia, lo ajustados sueldos de sus maridos, y el trajín que se llevan para poder cuidar a los nietos mientras los padres trabajan. En ese instante, al fondo del vagón, un africano de piel negra,- que luego me confiesa que es de Costa de Marfil- da tales voces hablando, que no necesitaría el móvil para que el que está al otro lado – esté donde esté – lo escuchara alto y claro. En el vagón siguiente, un chico que por su indumentaria  pertenece a una tribu urbana, de nombre indescifrable, lleva en los cascos una música, que yo diría que es la que utiliza la CIA en los interrogatorios, a tal volumen, que al pasar por el nuevo Los Cármenes, la gente se creía que el festival de rock del Zaidín, ya había empezado.

Que quieren que les diga, yo le estoy poniendo voluntad, sobre todo porque ya son muchos años los que mi editor espera la prometida culminación de mi trilogía, y no me perdonaría que se autolesionara por mi negativa a sentarme ante el teclado. Yo les confieso que lo intento, pero cuando pulso la primera tecla, recuerdo lo que es ahora Granada, y empiezo a llorar y a llorar hasta que el ordenador pega un chispazo, y mis hijos me acuestan y me arropan incapaces de consolarme.