TODO NO PUEDE VALER
Tito Ortiz.-
Hubo un tiempo en este país,
en el que un alto cargo del Ministerio de Cultura, dirigiéndose a los medios de
comunicación, afirmó sin pestañear que; “claro que conozco la trayectoria
literaria de la gran escritora, Sara Mago” y así pasó a la historia. Desconozco
si después alguien le daría a conocer la realidad de un Premio Nóbel portugués,
casado con granadina, pero esta es una de esas cosas que a uno se le quedan en
el disco duro de los casos sin resolver. Tal vez ocurra lo mismo con el viaje
del alcalde de Granada a Madrid, en noche de cierre electoral, a costa del erario
de todos, dicen unos, mientras él sostiene lo contrario. Y es que, para analizar
la actualidad patria más cercana, hay que ponerse en el lugar de todos. Yo
comprendo que el primer edil alhambreño, tenga que buscarse un futuro, ante la
desaparición inminente de su partido, y el adelanto electoral andaluz, que,
consultados mis oráculos, nos prometen unas navidades en las urnas. Fuentes mal
informadas aseguran que, Luís está tocando reiteradamente a las puertas del
cielo, un cielo azul cruzado por una gaviota, cuya sede genovesa está
sentenciada por cuestiones de imagen, y por haber metido la mano en el cajón,
pero que hay quién no ve bien su desembarco, por el pulso mantenido a Sebas, a
cuenta de la alternancia en el sillón del antiguo convento del Carmen.
La ambición política debe ser
algo inherente a cualquiera que se dedique a eso, pero a mi se me antoja que
todo no puede valer. Que al menos deberíamos exigirles a nuestros políticos una
claridad de ideas, teniendo como referente determinada ideología. Si se entra
en militancia desde la izquierda (PSOE), se pasa por el centro y se termina en
la derecha (PP), cuesta mucho pretextar un convencimiento de servicio a la
sociedad desde la lealtad ideológica, porque todo no puede valer, vamos, digo
yo. A mí me enseñaron de pequeño que la militancia política era inamovible, y
que se hacía por vocación de servicio a los ciudadanos, y no para perpetuarse
en los cargos, convirtiéndose en profesionales de lo político, sin importar el
color de las ideas, ni si estás con dios o con el diablo. También me dijeron
que lo fácil es que un alcalde, cuando no tiene de que hablar, salga a los
medios culpando al gobierno central de lo que sea, con tal de estar en la
pomada y no perder comba. Da lo mismo de lo que acuses a Madrid. Tu echa un
cante a Cartagena, que al menos tu minutito de gloria ya lo tienes. Solicitar a
la administración central que conceda a Granada el mismo número de trenes AVE
que a Málaga o Córdoba, no solo es de un desconocimiento atroz que raya en la
hilaridad, es tomarle el pelo al personal. Solo el volumen de viajeros entre
Madrid y Málaga de un año daría para abastecer siete Granadas. En cuanto a
Córdoba, si supiera el primer edil granadino la cantidad de gente que trabaja
en Madrid y que duerme todas las noches en la ciudad de la mezquita, sabría por
que tienen más trenes que nosotros. Ah, por cierto, los nuestros no los
llenamos, que le pida la ocupación a Renfe y se dará cuenta. Hay que ser más
rigurosos. Seamos sensatos, pidamos lo imposible. Lo único que importa en salir
en la prensa.