martes, 13 de julio de 2021

¡VEGANOS TODOS!

 ¡VEGANOS TODOS!


Tito Ortiz.-


Está claro que el ministro Garzón está asesorado por su peor enemigo, pero si sus declaraciones son de cosecha propia, el asunto toma un cariz de preocupación galopante. Vaya por delante que, de no haberse dado un cúmulo de carambolas y despropósitos, este hombre no hubiera llegado a tener una cartera ministerial en sus mano, a no ser en sueños, pero la cosa va más allá. Esta criatura, militante de Izquierda Hundida, ha dejado ver a las claras en varias ocasiones, que ni tiene formación ni experiencia para estar a cargo de un ministerio, y menos aún, de Consumo.

Sus faltas de ortografía hablando, y su concepto extraño de la democracia, que considera una anomalía encarcelar a un rapero que ofende, son perlas que va dejando durante su mandato, mientras que hay quién duda de su trabajo y acierto en el ministerio que ostenta. Alberto Carlos, se hace un flaco favor y, deja a la formación en la que milita – donde  por cierto, tengo buenos amigos y conozco a gente con un trabajo irreprochable a sus espaldas - en una situación que linda con la chanza y la chacota, dando pábulo al arco parlamentario de la derecha y la extrema, para cargar contra él, sus propuestas y el Gobierno al que pertenece.

Si esto lo hace, porque con su trabajo en el ministerio no es capaz de acaparar la atención de los medios, el marketing le está saliendo bien, pero si de verdad cree lo que afirma, ni es el momento, ni la forma de plantearlo. Cuando hace poco tiempo, el Gobierno subió el IVA de las bebidas azucaradas, que corresponden a su cartera, Alberto Carlos Garzón, se puso de perfil para no salir en la foto, dejándole a la portavoz, la lluvia de improperios que le cayeron de los sufridos consumidores, que en nada nos sentimos identificados con el artista y sus deméritos. Que no comamos carne, es un consejo gratuito, cuando debería saber, que se trata de un producto que desgraciadamente, no entra en la cesta de la compra de muchos españoles, sobre todo de los usuarios del banco de alimentos. Él que se tiene por hombre de izquierdas, debería corregir el tiro, identificando mejor la diana. También me hubiera gustado ver su vehemencia política, impidiendo la atracadora subida de los carburantes de hace unos días, como correspondería a, otro tipo de ministro de consumo. Nada coherente le he escuchado a cerca de, la aterradora subida de la factura eléctrica al señor ministro, que parece estar más preocupado por el medio ambiente, que por los ciudadanos a los que representa, de entre los cuales me auto excluyo. 

Su paso por el ministerio, es la demostración de que la grandeza de la democracia, a veces, nos regala la incompetencia más audaz, en el candidato menos inteligente, pero que traicionado por su ego y afán de protagonismo, se lanza sin paracaídas a los medios, con titulares hilarantes, más propios de un adolescente antisistema, que de un señor ministro de la nación. Si se preocupara algo por los ciudadanos, impediría que la cesta de la compra haya subido en los últimos meses, sobre todo en superficies con acento mediterráneo, o que mi peluquero, al que se le ha muerto la mitad de la clientela por la pandemia, pague un impuesto, -que yo digo es revolucionario-, por basura industrial, cuando lo que echa a la basura son, tres manojos de pelos mal contados.

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