martes, 18 de enero de 2022

GUILLÉN Y CERÓN

 GUILLÉN Y CERÓN


Tito Ortiz.-


Cuando todavía resonaban los disparos de Tejero y los suyos en el Congreso de los Diputados, el cantautor granadinos Luís Cerón, se atrevió a rendirle el primer homenaje musical al poeta hoy laureado, cuando pocos se acordaban de él, enclaustrado en su Carmen albayzinero de la calle, Carros de San Pedro, junto a su inseparable amigo, Paco Izquierdo. Luís Cerón Rejón, reunió a un grupo de músicos de gran nivel como, el maestro Luís Megias al piano, y el gran Julio a la batería, entre otros,  para poner música a una docena de los mejores poemas de Guillén, y una tarde en el Auditorio Manuel de Falla, con lleno hasta la bandera, tuve el honor de presentar, por orden de Cerón,  el primer acto en que se le rendía público homenaje a quién años más tarde sería reconocido con el premio nacional de poesía.

Granada suele reaccionar tarde a eso de reconocer el mérito de sus hijos, pero aquel concierto puso de relieve la categoría humana y poética de Rafael, junto con las virtudes artísticas de Luís Cerón, en una sesión inolvidable a la que asistió el todo Granada. En la voz profunda del cantautor, los versos “guillenianos” adquirieron otra dimensión hasta entonces desconocida, pasando de la siempre enriquecedora lectura, al encaje perfecto en un pentagrama musical, ajustado a lo escrito como un traje hecho a medida, hasta entonces no estrenado. La magia esparcida por el auditorio de García de Paredes, fue envolviéndonos a todos en una atmósfera de poesía hecha música, dejando sobre la tarima el sello inconfundible representado en unas letras hermosas, envueltas en una voz y una música creadas para engrandecer la belleza.

Pronuncio Amor, y Anclado en Mi Tristeza de Poeta, dieron paso a una decena más de los versos escogidos para la ocasión, que pronto sedujeron al abarrotado auditorio, que se hizo cómplice perfecto para alcanzar la armonía que se presagiaba sobre el papel.

Por fin el poeta emergía a otra dimensión de sus escritos, y en su cara de satisfacción, se reflejaba lo acertado del trabajo de Cerón. Adscrito a la generación de los años cincuenta, Rafael inició su actividad literaria en 1953 como miembro de Versos al Aire Libre, grupo de jóvenes escritores que rompieron el silencio en que se había sumido la poesía granadina de posguerra tras el asesinato de García Lorca. Cuatro años después fundó y dirigió, junto con José G. Ladrón de Guevara, la colección de poesía Veleta al Sur, con la que se comenzó a revitalizar el panorama literario en Granada y que se mantuvo activa durante cerca de una década, hasta 1966. Como editor también dirigió, ya en 1982 y junto a  su compadre, Francisco Izquierdo, la serie de fascículos sobre el Albaicín Los Papeles del Carro de San Pedro, calle mítica donde ambos vivían y desde allí, sus versos se fueron desparramando por todo el mundo de habla hispana, obteniendo mucho antes ejemplar reconocimiento a su obra, fuera del terruño, como suele ser habitual por estos lares, pero desde aquel concierto, el mundo entero ya sabe quién es Rafael Guillén,  el poeta que vive Para Decir Amor Sencillamente, y el cantautor Luís Cerón, que por una tarde, le puso su voz.

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