viernes, 17 de marzo de 2023

FRANCISCO DE ASÍS DE ICAZA Y BEÑA

 FRANCISCO DE ASÍS DE ICAZA Y BEÑA



Tito Ortiz.-


Dale limosna, mujer,

que no hay en la vida nada,

como la pena de ser

ciego en Granada.


Por mucho que busquemos, no hay en toda la historia de Granada, un menor número de palabras que, definan, glosen y piropeen mejor a nuestra ciudad.

Se necesita  una sensibilidad exquisita, para sintetizar la belleza de nuestra tierra, de tal forma que, sigan pasando los años y nadie haya superado lo escrito por Icaza. Cuando uno bucea en la vida y obra de él, todo queda explicado por la educación recibida, el entorno familiar y la formación posterior que nunca tuvo límites a lo largo de su vida, consagrada a la literatura y su historia.

Francisco de Asís María de la Presentación Manuel del Sagrado Corazón de Icaza y Beña, nació el 2 de febrero de 1863 en Ciudad de México, hijo del matrimonio formado por Ignacio María de Icaza e Iturbe y María Tomasa Beña y García. Tras los estudios de infancia y juventud se dedica a la carrera diplomática, siendo ministro plenipotenciario en Berlín y en Madrid. En España pasó la mayor parte de su vida, primero en calidad de diplomático y tras el estallido de la Revolución mexicana, en condición de exiliado. Pero su vocación literaria discurre paralela a esta actividad, como lo demuestra que, en 1905 lo encontramos en Madrid, representando a México con motivo del III Centenario de “El Quijote”.

Eso es producto del alto nivel literario de sus trabajos, que entroncan con su admiración por Miguel de Cervantes, y toda su obra, que Icaza considera el núcleo y nacimiento de las letras hispanas con repercusión académica mundial. Porque aunque fue conocido primero como poeta, no podemos obviar que antes alcanzó notoriedad con sus primeros ensayos, entre los que podríamos  destacar  el titulado, “Examen de Críticos” en 1894. O su libro premiado en 1901, sobre las Novelas ejemplares de Cervantes, en un certamen de Ateneo de Madrid. Publicó estudios de historia de la literatura muy elogiados, muchas de  sus poesías fueron editadas en la Revista Azul, y con bastante asiduidad, frecuentaba tertulias literarias en compañía de Juan Ramón Jiménez, Amado Nervo, José Ortega y Gasset y Rubén Darío, entre otros.

De sus poemarios podemos destacar:

Efímeras (1892)

Lejanías (1895)

La canción del camino (1905)

Cancionero de la vida honda y la canción fugitiva (1922)


De entre el resto de su obra, no podemos olvidar:

Examen de críticos (1894)

Las novelas ejemplares de Cervantes. (1901)

El Quijote durante tres siglos (1915)

Supercherías y errores cervantinos (1917)

Lope de Vega. Sus amores y sus odios y otros estudios (1925), obra por la que recibió el Premio Nacional de Literatura.

Francisco de Asís de Icaza, ya era un reconocido prócer, de las letras, cuando le llega su vinculación y posterior fascinación por Granada.

El 21 de noviembre de 1895, contrajo matrimonio con la joven   española, Beatriz de León y Loynaz. Su esposa, que aunque había nacido en La Habana se crio en Granada,  era sobrina de María del Pilar de León y Gregorio,  marquesa de Squilache.​ El matrimonio tuvo seis hijos; Beatriz, la novelista, María del Carmen de Icaza y de León, VIII baronesa de Claret, que fue una periodista y escritora española, popular por sus diez novelas  publicadas entre 1935 y 1960; editó la primera  bajo el seudónimo de, Valeria de León, pero pronto utilizó su verdadero nombre. Con el tiempo se convertiría en la  abuela del también escritor, Íñigo Méndez de Vigo. Ana María, Francisco de Asís, María Luz, y María Sonsoles, madre entre otros de, Carmen Díez de Rivera, mujer de un protagonismo excepcional durante la transición española. Conforman el reto de la saga a caballo entre siglos.


Con Icaza, la historia no regateó en reconocimientos a su extraordinaria labor literaria. En su país de origen, el poeta, diplomático, escritor y ensayista fue nombrado, miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua, siendo uno de los fundadores, en la cual ocupó el sillón 5 desde 1919 hasta 1925, año de su muerte. También recibió el reconocimiento de doctor honoris causa por la Universidad Nacional Autónoma de México.

En España, fue miembro de la Real Academia de la Historia, de la Academia de Bellas Artes de San Fernando y, presidente de la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid.

Los historiadores no se ponen de acuerdo. Unos dicen que fue durante su luna de miel, cuando Icaza pasea junto a su esposa por el Albayzín, otros mantienen que fue en los bosques de la Alhambra. El caso fue que, la pareja de recién casados se encuentran con ciego que pide limosna, y es en ese momento cuando Francisco se dirige a su mujer, y le dice lo que ya conocemos y es universal:

Dale limosna, mujer,

que no hay en la vida nada,

como la pena de ser

ciego en Granada.

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