lunes, 26 de octubre de 2015
LA FUNDACIÓN CUMPLE CIEN AÑOS
LA FUNDACIÓN CUMPLE CIEN AÑOS
Tito Ortiz.-
En Granada, con decir... La Fundación... ya no se necesitan añadir los apellidos, todo el mundo sabe que nos referimos a La Fundación Rodríguez-Acosta. Ese edificio blanco, que se alza en la frontera de la Alhambra, con la judería, junto a Torres Bermejas, en el Callejón Niños del Rollo, con balconada de privilegio a todo el paisaje de la ciudad. La Fundación cumple cien años, un siglo de vida mirando hacia el Campo del Príncipe, como centro de las artes y las ciencias. Hace un siglo que su fundador, José María Rodríguez Acosta, (Granada, 1878-1941) nacido en el seno de una familia dedicada a los negocios bancarios, gozó toda su vida de una desahogada posición económica, que le permitió dedicarse a la pintura con autonomía, produciendo en los primeros años del siglo XX unas obras que, a caballo entre el modernismo y el simbolismo, obtuvieron importantes premios en exposiciones nacionales e internacionales. Pero a partir de 1915, casi hace un parón en su arte, para dedicarse a darle forma a un sueño: Su Fundación.
PABLO DE LOYZAGA
La personalidad estética de la Fundación, es de mí tío, José María, asegura, Miguel Rodríguez-Acosta, presidente del patronato de la fundación, heredero del espíritu del fundador. Angel Casas, Modesto Cendolla y Anasagasti entre otros arquitectos, trabajan desde 1916 a 1930, en su construcción. Son catorce años los que dura, y el artista dedica gran atención a los jardines. Durante la obra encuentra en los cimientos cuevas árabes, que él recupera y deja ahí. El Escultor, Pablo de Loyzaga, es su mano amiga, identificado en todo con el pintor, transmite durante sus ausencias las órdenes a los obreros, pero a la vez, va dejando importantes aportaciones sobre el nuevo edificio, ya sean originales, o copias de otras autorías. La Fundación es, Monumento Histórico Nacional desde 1982, y más tarde, Bien de Interés Cultural. Ortega y Gasset, Manuel de Falla, o Fernando de Los Ríos, formaron parte del primer Patronato.
Yo llegué a la fundación de la mano de mí tío con cinco años. –recuerda el pintor y presidente de la fundación Miguel Rodríguez- Acosta, sobrino del fundador. Él vivía en mi casa porque estaba soltero. Así que yo nací en una casa con un padre, una madre, y un tío. Me trajo para que yo pintara un cuadro al óleo, y es el culpable de que yo sea pintor. Hasta entonces yo sólo había hecho dibujos y le había pedido consejo a él. El cuadro lo conservo aún; Es una casita, con su puerta, dos ventanas, un caminito y unas nubes, pero al óleo.
MUERTE DEL FUNDADOR
En el año 1941, teniendo yo 14 años, -continúa Miguel- me llevó a Cestona en Septiembre, donde él tomaba las aguas durante 21 días. Se iba con el coche, un mecánico y me llevó a conocer a Ignacio Zuloaga a San Sebastián. Entonces muere y deja unos estatutos para la Fundación en el que el patronato debe ser presidido por mí tío Manuel, y debe dedicarse a las letras, las artes y las ciencias.
La Fundación solo subsiste con muy pocos fondos para mantener el edificio. Y al morir mí tío Manolo, le sucedo yo, con 22 años y comienzo a hacer cosas allá por los años cincuenta. Fui proponiendo unas becas para historia del arte, y pintura para los jóvenes que se fueran a Italia o Francia. Luego hicimos los concursos exposiciones, con temáticas sobre, paisaje, retrato, naturalezas muertas... que tuvieron una gran acogida por parte de la Escuela de AA y OO.
LEGADOS
José Manuel Rodríguez-Acosta Carlström (Granada, 1935-2009) y Miguel Rodríguez-Acosta Carlström, -nuestro interlocutor-, sobrinos carnales del fundador, han hecho diversas donaciones a la Fundación a lo largo de las décadas de 1980, 1990 y 2000. Entre ellas destacan las relativas al archivo de la Banca Rodríguez-Acosta, el epistolario de Ramón Pérez Ayala con Miguel Rodríguez-Acosta, y numerosa documentación sobre el fundador e importantes pinturas del mismo.
El pintor Manuel Maldonado Rodríguez (Granada, 1915-1984), considerado un pilar fundamental en la pintura granadina del siglo XX, estuvo muy vinculado a la Fundación Rodríguez-Acosta, especialmente a su taller de Grabado que funcionó en la década de 1970. Tras la muerte del pintor, en los primeros años de la década de los 90, su viuda, Carmen Ruiz Jiménez, donó a la Fundación un importante lote de obras realizadas por el artista.
José Martínez Rioboo (1888-1947), ingeniero de profesión, aficionado a la pintura y mucho más a la fotografía, participó activamente en el resurgir cultural de Granada en las primeras décadas del siglo XX. Componen su donación más de 3000 piezas, de las cuales unas de 2500, son fotografías sobre vidrio y más de 400 sobre papel.
Pero el legado, más trabajado e importante, el Gómez Moreno, tiene tras de sí una historia, que preferimos la cuente el presidente de la fundación:
Un día me llamó Joaquina Eguaras, a la muerte de don Manuel Gómez Moreno. Las tres hermanas del finado, vinieron a ver al alcalde y al presidente de la diputación para donar a Granada todo el legado, pero éstos no mostraron ningún interés. Yo me fui a Madrid a ver a las hermanas y les dije: como granadino me avergüenzo, pero ofrezco la fundación. Yo tenía un solar comprado por mí, anexo a la fundación. A los tres meses se firmó la escritura de la donación y yo no tenía dinero para construir el edificio, pero La Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Granada, gracias a su vicepresidente, el abogado del estado, Miguel Olmedo Moreno, costeó a sus expensas la obra del edificio, y lo donó a la fundación, siendo José María García de Paredes, el arquitecto responsable.
MEDALLAS DE LA FUNDACIÓN
Hasta la aparición del Banco de Granada, cuyos conciertos y exposiciones, pusieron a Granada en el mapa internacional, La Fundación Rodríguez-Acosta, fue el eje sobre el que giró la actividad cultural de la ciudad de la Alhambra, y a ella se ligaron nombres como, El Instituto de Astrofísica de Andalucía, que éste año ha sido merecedor de la medalla de la Fundación, un galardón de gran prestigio y valorado, tanto en el mundo de las artes y las ciencias. En 1967 se instituyó la Medalla de Honor para premiar a personalidades o entidades que hubiesen contribuido, en cualquier campo o actividad cultural, a lograr para Granada, realizaciones de orden creativo que respondan a los fines que fueron señalados en sus estatutos, así como a la mejora de los valores artísticos, paisajísticos y monumentales de la ciudad. Año tras año, la Fundación ha distinguido a personalidades e instituciones que forman una lista encabezada por S.M. la Reina de España y en la que se hallan presentes Andrés Segovia, Federico Mayor Zaragoza, Francisco Ayala, Enrique Morente, Antonio Domínguez Ortiz, Emilio García Gómez, Manuel de Falla, Enrique Morente, su hija Estrella, El Festival Internacional de Música y Danza, o Miguel Ríos, entre otras instituciones y personas.
El futuro de la fundación se basa en un convenio con la Junta de Andalucía firmado en 2012, que tiene en el horizonte un asunto pendiente: Transformar la fundación de privada, a Pública. Mientras, se trabaja de la mano con el Patronato de La Alhambra. Mi ilusión – dice Miguel Rodríguez Acosta- es que la fundación esté abierta a científicos, artistas, estudiosos, y se lleven a cabo proyectos especiales, para lograr que sobreviva. La fundación se puede visitar por el público que lo desee.
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