lunes, 18 de enero de 2016
63 MUERTOS
63 MUERTOS
Tito Ortiz.-
Si sesenta y tres curas, fueran asesinados al año por ejercer el sacerdocio, éste país y el Vaticano de Francisco, se pondrían en pie de guerra. Si sesenta y tres jueces, fueran asesinados por cumplir con su obligación de impartir justicia, la vieja Europa montaría en cólera y tocaría a arrebato. Si sesenta y tres médicos, fueran asesinados al cabo del año por curarnos, alguien echaría los tanques a la calle. Sin embargo, si los sesenta y tres asesinados en 2015, han sido periodistas, eso ya no conlleva reacción inmediata de nadie. ¡Algo habrán hecho! Llegaría a decir incluso, algún insensato de esos a los que no les preocupa la corrupción en sus partidos, sino que los periodistas lo publiquemos. La prueba la hemos tenido en las últimas elecciones generales, que en plena campaña salta el enésimo escándalo de corrupción del Pepé, con su embajador en India y un diputado que se resiste a dejar el escaño, y el pueblo soberano les ha vuelto a dar por ganadas las elecciones. Más claro, el agua. Algo que en otro país civilizado hubiera significado el abandono de su líder, y la catástrofe en las urnas, aquí se ha saldado con una victoria renovada, a partir de ahí, todo lo que nos pase y nos roben, nos está muy bien empleado. Sé que los periodistas somos gente molesta, sobre todo cuando abanderamos con orgullo, la independencia de nuestras ideas y el código deontológico de nuestra profesión, que consiste en contar la verdad de las cosas, aunque a veces nos cueste el cargo, y en el peor de los casos, la vida. Hay políticos a los que no les tiembla el pulso a la hora de cesar a un periodista, cuando no nos doblegamos a sus caprichos ayunos de razón y de criterio. Son políticos que militan en la izquierda, con la mente en la extrema derecha. Pero aquí sigue sin pasar nada. Matar al mensajero, es algo tan antiguo como la tos, y lo peor es que te matan los tuyos, tus “compañeros”. Ya lo dijo alguien inteligente: Cuerpo a tierra que vienen los nuestros.
Al día de hoy, hay oficialmente encarcelados más de ciento cincuenta periodistas, por defender la verdad y la libertad. Sesenta y tres han pagado con su vida en los últimos meses, dignificar ésta profesión, dotándola de independencia y búsqueda de la verdad, algo que algunos políticos no permiten, aunque se les llene la boca de democracia, libertad de expresión e independencia de los poderes públicos. Irak, encabeza la lista de los periodistas asesinados con una decena, seguida de Francia con ocho. Seguramente están incluidos los fallecidos en las instalaciones de la revista, Charlie Hebdo, y como el miedo es libre, la edición especial lanzada con motivo del primer aniversario de la matanza yihadista en Francia, en lugar de identificar en su portada a Alá con un kalashnikov manchado de sangre y huyendo, han puesto un dios muy parecido al mío, y eso lo interpreto como una bajada de pantalones, que no hubieran aceptado los compañeros asesinados en esa misma redacción hace ahora un año.
¡Viva San Francisco de Sales!... con perdón.
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