martes, 15 de marzo de 2016

¡POR ESPAÑA, TODO POR ESPAÑA!

¡POR ESPAÑA, TODO POR ESPAÑA! Tito Ortiz.- Los que vivimos la transición, y veníamos de lo que veníamos, tenemos conocimiento de causa para hablar así. Los españoles no teníamos cultura monárquica, aunque veíamos al príncipe como un mal menor. Hablo de los demócratas, porque los franquistas no lo querían ni ver. La mayor oposición a su Jefatura del Estado, Juan Carlos la tuvo por parte de los fachas, aunque a los que deseábamos libertad, nos ganó la noche del 23F, y de esas rentas ha vivido el monarca hasta hace poco. Somos muchos los que nunca fuimos monárquicos, pero si que nos consideramos “Juancarlistas “ a raíz de esa noche en la que Tejero se quedó en el Congreso más solo, que los de Tudela. Luego sus escarceos, incluidas las cacerías de todo tipo, en tiempos de crisis, le han pasado factura, y al final, como aquello famoso de... La cabra siempre tira al monte. Por mucho que hemos querido justificarlo como hacedor de la democracia, han vuelto las pesadillas de los borbones, con imágenes históricas de retozar en cama ajena, cacerías, pachandas, prebendas, y juergas, mientras el pueblo lo pasaba fatal, de ahí que su abuelo tuviera que salir por piernas, y llegó la República, para borrar todo rastro de reyes que no viven en consonancia con la realidad de su pueblo. Un pueblo que tiene millones de parados y que, ve como su Jefe de Estado se da a los placeres de la carne, aunque sea de elefante, es un pueblo que tiene derecho a desprenderse de la atadura que tuvo su nacimiento un aciago 23 de Febrero de 1981. Pero ésta España es tan injusta y la historia tan irremediable, que volvemos a meternos en un berenjenal, cuando mejor podría irnos. Ahora que nuestro país tiene un monarca, espléndidamente formado, incluso en el extranjero, que sabe de la realidad de su pueblo, y que tiene a su mejor asesora al otro lado de la almohada, con una visión perfecta de la realidad. Ahora que podríamos presumir ante el mundo de tener al Jefe de Estado, más preparado de toda nuestra historia, y con los pies más en el suelo que nunca, ahora, le crecen los enanos en su jardín particular de La Zarzuela, y tiene que sonrojarse con las imágenes diarias de tener a su propia hermana sentada en un banquillo de los acusados, para deshonra eterna de la dinastía, un padre abdicado, ante la presión social de sus desmanes, y un país sin gobierno, gracias a la ineptitud de los políticos que le han tocado en suerte. La realidad es mucho más contundente que la ficción, y el rey español más preparado desde los reyes católicos, está siendo zarandeado por coletas en camisa, pancistas que lo ningunean, y separatistas analfabetos que olvidaron que su “nación”, viene desde los tiempos de Alfonso II, Rey de Aragón y Conde de Barcelona. Y en ese su estandarte, es en el que se envuelven ahora ayunos de conocimiento, los que pretenden poner frontera, aduanas y pasaporte para pisar Barcelona. Comprendo que eso de ser rey, porque has tenido la suerte de nacer en familia distinta al resto, ya no es de recibo. Pero también entiendo, que para una vez en todos nuestros siglos, que tenemos un rey en condiciones, que el hombre esté pasando por esto, no debe ser plato de buen gusto, con lo facilito que lo han tenido sus predecesores. Ya lo dijo su abuelo, el rey que nunca reinó: ¡Majestad, por España, todo por España!.

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