martes, 4 de octubre de 2016

CARAS NUEVAS

CARAS NUEVAS Tito Ortiz.- Muerto como estoy, yo pensaba que ya las cosas mundanas no me preocuparían, pero lo cierto es que a pesar de morar desde hace meses en el otro mundo, los asuntos de los vivos me siguen afectando. Y no sé para qué, si desde aquí no puedo hacer nada, ni siquiera hacerme oír. El otro día bajé al mundo de los vivos para aparecerme a Pedro Sánchez y cantarle las cuarenta, y llevaba tanta energía como un muelle de guita, con lo cual, apenas notó una especie de neblina que le pasó por delante, y aunque yo le daba auténticas voces, el solo escuchaba en su mente, una y otra vez, la voz de Felipe González reclamándole alguna promesa incumplida. Además, no se le iba del pensamiento, el manifiesto por un gobierno de progreso, que han firmado miles de criaturas con la esperanza de que la utopía es posible, y que él ha dinamitado a base de no entablar diálogo, ni tan siquiera con los suyos. Ya hubieran querido muchos candidatos, contar con un apoyo público tan importante, pero llevar hasta el límite de lo incomprensible, aquello famoso de que... “el que no está conmigo, está contra mí” aunque sea de los nuestros, lo único que ha conseguido, es dinamitar la ilusión que muchos habían puesto en él. Como ha dicho González: De derrota en derrota, hasta la victoria. Pedro Sánchez deja un partido, que necesitará una docena de años para alcanzar los votos suficientes para gobernar un país, tan sabio, que ha demostrado convivir mejor sin gobierno, que con el. Un país que no se merece una clase política que lo maltrate como lo está haciendo. Un país sumido en la desesperanza, que ha medida que se suceden los acontecimientos, cada vez está más desencantado y con menos ganas de acudir a las urnas, porque a fin de cuentas, de nada sirve votar, cuando sus señorías no están por la labor. Un país que reclama a voces una reforma de sus reglamentos, para impedir que los “elegidos”, cobren sus nóminas millonarias, mientras no elijan gobierno. Un país deseoso de unas listas abiertas, donde los votados tengan que rendir cuentas a quienes los eligen, y no a sus partidos, procurándose el mejor blindaje para el cargo y su nómina. Un país que pide la supresión del senado y las diputaciones, porque hay que eliminar gasto público. Es inadmisible, que España tenga más políticos que Alemania. Sabido es, que el pesoe no ha sabido digerir la irrupción de Podemos, porque vivían muy a gusto con tan solo tildar de derechas al pepé, y afianzarse enlabazados en sus poltronas, hasta conseguir que sus propias juventudes socialistas, decrépitas y desanimadas por no encontrar opciones de promoción, aceptaran pasar a la madurez, cuando ya estuvieran a punto de jubilarse. Una juventudes socialista, algunos de cuyos miembros, han terminado en Podemos, donde se les ha dado calor, y esperanza. Los jóvenes militantes socialistas, adornan mucho las fotos de campaña, pegan muy bien los carteles, reparten estupendamente la propaganda, pero de ahí a tener opciones, va un abismo. La media de edad de los elegidos socialistas es, además de preocupante, exponente del largo tiempo que sus señorías están dispuestos a chupar del vote sin dar paso a la savia nueva. El socialismo patrio necesita caras nuevas, con o sin coleta, pero nuevas. Y sobre todo, tener en cuenta que, mientras los congresos provinciales, regionales y nacionales se sigan cerrando en falso, los líderes van a durar menos, que yo en la España nacional, en la que nunca me reconocí, y mira que me dieron oportunidades, más que a platanito. Yo creo que por eso estoy muerto... de risa.

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