martes, 28 de mayo de 2019

PERDIDO EN LA DEMOCRACIA

Tito Ortiz.-

Me siento extraño. Me he levantado y no he visto ni escuchado a los políticos con sus muletillas de siempre, con sus eslóganes de siempre, con sus mamarrachadas de siempre. No hay agenda de mítines, ni propaganda electoral, no estamos en campaña. Será posible. ¿Pero qué está pasando en este país? Seguramente es que alguien ha perdido los papeles, porque lo normal en el último año ha sido estar en precampaña, postularse para lo mejor desde cualquier ángulo, y erigirse en salvador de la patria, a cambio de unos votos que les aseguren vivir a cuerpo de rey durante los próximos cuatro años. Sus señorías nos la han vuelto a jugar y nosotros hemos entrado al trapo, en la creencia de que nos van a resolver los problemas, van a mejorar la sanidad, las pensiones, los planes de estudio y el salario mínimo, con la abolición de la reforma laboral peperiana en su integridad. Hemos sido tan pardillos que hemos entrado en su juego, olvidándonos de que dentro de cuatro años, o antes, estaremos aquí otra vez con menos dinero en nuestra cuenta, con peores servicios, con mayor deuda pública, escuchando las mismas promesas que hasta hace nos hacían albergar un mínimo de esperanza en el sistema que está corrompido y viciado desde hace veinte años. No nos tomamos en serio lo de la regeneración política, y ese es nuestro error. No les pedimos cuentas por sus enfrentamientos partidistas, que tienen como resultado la laceración de los ciudadanos, el sufrimiento de los más desfavorecidos, cuyos gritos nunca llegan a sus señorías. Con la credencial de parlamentario o representante público, les dan un kit que, entre otras muchas cosas, contiene una alta dosis de sordera, para no escuchar cuando te demanda algo justo, o lo que es peor, lo que prometiste y no has cumplido. El desencanto, la frustración, el pesar y la rabia es tan grande, al comprobar cómo campaña tras campaña, legislatura tras legislatura, nos siguen haciendo las mismas promesas, las que nunca cumplen, y además, nosotros vamos a votarlos en la hipérbole del síndrome de Estocolmo, como borregos sociales, dóciles y bien amaestrados. Hasta tal punto llega el grado de abducción mental, que yo me pregunto qué va a ser de mi vida el mes que viene sin una buena campaña electoral, un sábado de reflexión y un domingo de votaciones. Si los últimos meses de mi vida han sido así, cómo voy a pasar yo, tan tranquilamente, del todo a la nada. Alguien tiene que ayudarme. Mi psiquiatra me ha dicho que no desespere, que tiene solución. Me ha recomendado que saque de la televisión a la carta, toda la información electoral y los debates de los líderes, y que con buen tino, me los vaya proyectando en dosis recomendables cada día. Respetando las quincenas de campaña y descansando el día antes de votar. También me ha dicho que vaya a, “Almacenes el 95 “ en la plaza de Bibarrambla, y me compre una urna, la instale en el portal de mi casa, y el domingo, de camino que voy a por el pan y el periódico, que aproveche para dejar mi voto. Luego si me apetece por la noche, yo mismo puedo hacer el recuento. Todo con tal de que esto no acabe en una locura, solo por la ocurrencia de los políticos de haber dado por terminado el periodo electoral. Hasta ahí podíamos llegar. Mi hermano Jesús también tomó sus propias decisiones cuando se jubiló para no volverse loco. Se compró una valla metálica a plazos y ahora, cada mañana sale de su casa, y la coloca al borde de la obra que le parece más interesante para contemplar. Nos viene de familia.

martes, 21 de mayo de 2019

ORIGINALES COMO CLONES

ORIGINALES COMO CLONES

Tito Ortiz.-

Esta forma tan original que tienen los políticos de hacer campaña a las municipales, es tan actual y moderna, que ya se implantó allá por el siglo XIX. Lo de la famosa pegada de carteles, es tan añejo e innecesario, como la cucharada de aceite de ricino en ayunas, pero estas criaturas lo siguen haciendo, impulsados por un romanticismo trasnochado, demostrando así, que no saben otra manera de iniciar una campaña, en la era digital y de las telecomunicaciones vía satélite. Igual ocurre con los mítines. Ya nadie llena plazas de toros, a no ser que prometas autocar gratis, bocadillo,  y cantar al final el novio de la muerte, como mínimo. A los grandes espacios abiertos ya no acuden ni los suyos, ya están optando por pequeños auditorios y jardines donde de la sombra. Atrás quedaron los estadios de fútbol a rebosar y los grandes palacios de congresos. Ahora las cámaras se colocan de tal manera, que veinte filas de incondicionales, por su angulación, inclinación y plano elegido, parecen una multitud enfervorecida, cuando en realidad están en familia. Las campañas electorales, por sus mensajes, actos y planteamiento, se han convertido en algo casposo, inútil y agotador para los candidatos, que además son conscientes de que un solo minuto de televisión a la hora adecuada, puede reportar más votos que treinta mítines a dos por día. Algo tan frustrante como verdadero, que a los ideólogos que cobran un pastón en los partidos por asesorar estas cosas, no les hace sonrojarse y renunciar a sus escandalosos sueldos. Todo lo contrario, los hay que para organizar la campaña, no hacen más que tirar de la agenda de las pasadas elecciones, y repetir paso a paso lo hecho entonces, que fue lo mismo que se hizo allá por 1978, así que al tajo y tan amigos.

Mención aparte merece el apartado de las promesas electorales, que siempre son las mismas y que jamás se cumplen. Yo me desternillo cuando, escucho a un político visitar un barrio y prometer a bombo y platillo, que hay que favorecer y recuperar el pequeño comercio de cercanías. Cuando hace cuarenta años lo escuché por primera vez, advertí que me parecía novedoso y necesario. Ahora no comprendo cómo los comerciantes al seguir escuchando eso mismo durante cuatro decenios, no salen de sus tiendas con las escobas y se las rompen en las costillas. Seguramente será porque además de comerciantes son educados y descreídos, claro. Los políticos de hoy día ya no engañan a nadie, ni siquiera a sus afiliados. Otra estrella de las promesas que todos utilizan es, la bajada de impuestos. A todos sin distinción se les llena la boca diciendo que si los votamos pagaremos menos impuestos. Yo eso no lo he visto en mi vida, y ya estoy “más pallá que pacá”. ¿Cómo pueden tener tanta cara? Con el paso de los años, todas las campañas me parecen iguales. Van cambiando los políticos, pero los mensajes son los mismos, igual que las eternas promesas incumplidas años tras años. Parece como una pesadilla que, partidos emergentes de nuevo cuño, salten a la arena de la política, con las viejas promesas de hace cuarenta años, cuando ellos no habían nacido, lo que demuestra que en esto de la política hay mucho desnortado, que viene a por un puesto bien pagado, sin tener que abrir zanjas a pico y pala, careciendo de toda vocación de servicio a los demás, primando sus propios intereses y el de sus amigos y familiares. Hagan una lista de los encausados o encarcelados, y se darán cuenta.

martes, 14 de mayo de 2019

CONTRADICCIONES


CONTRADICCIONES

Tito Ortiz.-

Siempre me ha parecido una enorme contradicción – incluso hilarante – que se prohíba fumar en los estancos, que se pida silencio en los cementerios, y que se prohíba el cante en las tabernas de postín. Creo que a veces nos pasamos legislando menudencias, cuando ese tiempo se debería emplear en, ir a lo que nos interesa a todos. Impedir que la banca, las empresas del IBEX, las petroleras y las multinacionales sigan jugando con nosotros, pisándonos el cuello sin dejarnos rechistar. Nos quieren en la cárcel y con miedo. De rodillas y sumisos, lo más cercanos a la pobreza, para manejarnos a su antojo. Somos los nuevos esclavos del siglo XXI, estamos en sus manos, hacen con nosotros lo que quieren y tienen a los políticos para vigilarnos y amenazarnos, si no hacemos lo que ellos quieren. Es una contradicción que cuando éste país entró en crisis, provocada por la burbuja inmobiliaria y una mala praxis de la banca española, lo primero que hizo el gobierno – en lugar de proteger a los ciudadanos– fue sacar de nuestros bolsillos sesenta mil millones de euros, y rescatar con ellos a la banca, congelar nuestras pensiones y obsequiarnos con una reforma laboral, que al día de hoy tiene como consecuencia, que haya emergido una nueva figura en España que, es el trabajador con nómina que no llega a fin de mes, y tiene que recurrir a los comedores sociales y los bancos de alimentos, que tiene que elegir entre dar de comer a sus hijos o encender la calefacción. Nosotros seguimos pagando las consecuencias de la crisis, mientras la banca que rescatamos con nuestros dineros lleva años ofreciendo suculentos dividendos a sus accionistas. ¿Cave mayor contradicción?

Pues a pesar de tenernos exprimidos más de una década, subirnos la gasolina a traición cada semana, con nocturnidad y alevosía, la banca aún quiere más. En la apertura del XXVI Encuentro del sector financiero, José María Roldán, presidente de la Asociación de la Banca Española ha afirmado que, el Banco Central Europeo (BCE) empuja a los bancos a tener más capital y eso llevará a restringir el crédito. "Si la presión es mucha, al final estás empujando a prestar menos", ha afirmado Roldán. En su opinión, el supervisor reclama más capital y más rentabilidad, al mismo tiempo. Dado que para las entidades es costoso obtener capital en el mercado, los bancos pueden optar por reducir el crédito, es decir, disminuir los riesgos y el balance, para ser más rentables y atractivos ante sus inversores. En el mismo Encuentro, organizado por Deloitte, con la Sociedad de Tasación y ABC, la subgobernadora Margarita Delgado, reclamó a los bancos que redujeran los dividendos para elevar el capital. Además, la supervisora acusó al sector de ser el "farolillo rojo" en solvencia en Europa. La banca española, con la desfachatez de quien juega con un dinero que no es suyo, reparte ganancias a sus accionistas, sin devolver lo recibido graciablemente otorgado por, un gobierno conservador que no se lo pensó dos veces cuando tuvo que elegir quién tenía que pagar el pato de la mayor crisis económica de la historia de la democracia: Nosotros. Les das la mano y se toman el brazo. Cada vez que cierran un poco más el grifo, es para no abrirlo jamás. Ahora que el sector se estaba reanimando un poco y acceder a una hipoteca era menos difícil, los señores de chaqué y chistera que juegan al Palé con nuestras vidas nos amenazan con pisarnos con mayor fuerza. Rescataron a los bancos, mientras los “paganinis” dormimos el sueño de los justos a base de sopicaldos y yogures caducados.

martes, 7 de mayo de 2019

ENTRE COSTURAS


ENTRE COSTURAS

Tito Ortiz. -

En este tiempo entre costuras (elecciones) que, como una maldición bíblica nos han mandado los dioses, para descansar de tanto improperio, insulto y discapacitado con ansias de poder, van ocurriendo cosas reales, que nos hacen recapacitar sobre lo auténticamente importante de la vida. Me importa mil veces más la salud de Casillas, que la trayectoria de éxito y cárcel de cualquier político hispano. Iker cuenta con todo el apoyo de los míos, no solo por su reconocimiento deportivo, sino por el humano. Personas con su educación y comportamiento, si son un claro ejemplo para los chavales que quieren emularle. No pueden decir lo mismo otras estrellas del balompié que, aunque multimillonarios, son analfabetos de la vida, la educación y la cultura, y un mal ejemplo para la chavalería que los admira. Pero no es el caso del portero del único mundial que hemos ganado, que antes nos conquistó con su comportamiento bajo los palos y ante los micrófonos. No me preocupa que no pueda volver a la alta competición, me conformo con que haga una vida familiar con su mujer y sus hijos, viéndolos crecer, mientras nos da a todos la oportunidad de seguir disfrutando de su presencia y vida ejemplar. Es este un tiempo entre costuras raro, en el que no sabemos si su amigo Rafa Nadal, debería dar por concluida tan exitosa carrera, evitándonos el ver como sus rodillas no responden, y tal vez, erosionando ese figurón que todos tenemos en la mente de tan grato y justo recuerdo. Una retirada a tiempo es una victoria, ya lo dijo el sabio, aunque también pudiera ser que todos estuviéramos equivocados, y aún quedara gasolina en ese irrepetible brazo izquierdo mundial del tenis. Entre costura y costura la reflexión se hace presente, me ilusiona recuperar a un figurón como Xavi Hernández, que anuncia el regreso de su exilio deportivo, para dedicarse a la noble labor del entrenador. Xavi es otro ejemplo de deportista de élite, que, junto con Casillas, Iniesta y otros, también son ejemplo de educación, cultura y buenas maneras, aspectos que tan difícilmente encontramos entre el mundo del fútbol, más dado a la exhibición de riqueza, los exabruptos y faltas de respeto. El último espectáculo de Diego Costa fue lamentable, y todavía sigue cobrando del club colchonero. Toda una vergüenza, lo mismo que el estudio que me ha hecho mi abuela, y que yo he colgado en mis redes sociales. Pero la verdad no tiene más que un camino, y yo que la sostengo. El estudio Morfopsicológico que mi abuela me ha hecho, dice entre otras cosas que, analizando la forma de mi cabeza y rostro, tengo «una notable preocupación por la justicia y la equidad”. Mis competencias intelectuales innatas están por encima del término medio, coexistiendo competencias abstractas y concretas, lógicas e intuitivas, analíticas y sintéticas de manera armónica. Ante distintas situaciones tendré buena capacidad para ver y dar soluciones globales bien adaptadas a la realidad. Esto es porque se canalizar muy bien mis ideas en acciones concretas, y porque la competencia de planificación es notable, pudiendo prever y anticiparme a lo inesperado. Este tiempo entre costuras, a caballo entre las generales y las municipales le ha permitido a mi abuela fijarse en mi cara, y a través de mis huesos recubiertos de piel, llegar a conclusiones tan extraordinarias, que nadie comprende que pinto yo aquí escondido en una provincia sin futuro. Claro que, si tengo que ser sincero, he de admitir que mi abuela falleció en 1984, y que no se como ha llegado ese estudio hasta mí y lo he colgado en mi página. ¿Será que no tengo abuela?