ENTRE
COSTURAS
Tito
Ortiz. -
En este tiempo entre costuras (elecciones)
que, como una maldición bíblica nos han mandado los dioses, para descansar de
tanto improperio, insulto y discapacitado con ansias de poder, van ocurriendo
cosas reales, que nos hacen recapacitar sobre lo auténticamente importante de
la vida. Me importa mil veces más la salud de Casillas, que la trayectoria de
éxito y cárcel de cualquier político hispano. Iker cuenta con todo el apoyo de
los míos, no solo por su reconocimiento deportivo, sino por el humano. Personas
con su educación y comportamiento, si son un claro ejemplo para los chavales
que quieren emularle. No pueden decir lo mismo otras estrellas del balompié
que, aunque multimillonarios, son analfabetos de la vida, la educación y la
cultura, y un mal ejemplo para la chavalería que los admira. Pero no es el caso
del portero del único mundial que hemos ganado, que antes nos conquistó con su
comportamiento bajo los palos y ante los micrófonos. No me preocupa que no
pueda volver a la alta competición, me conformo con que haga una vida familiar
con su mujer y sus hijos, viéndolos crecer, mientras nos da a todos la
oportunidad de seguir disfrutando de su presencia y vida ejemplar. Es este un
tiempo entre costuras raro, en el que no sabemos si su amigo Rafa Nadal,
debería dar por concluida tan exitosa carrera, evitándonos el ver como sus
rodillas no responden, y tal vez, erosionando ese figurón que todos tenemos en
la mente de tan grato y justo recuerdo. Una retirada a tiempo es una victoria,
ya lo dijo el sabio, aunque también pudiera ser que todos estuviéramos
equivocados, y aún quedara gasolina en ese irrepetible brazo izquierdo mundial
del tenis. Entre costura y costura la reflexión se hace presente, me ilusiona
recuperar a un figurón como Xavi Hernández, que anuncia el regreso de su exilio
deportivo, para dedicarse a la noble labor del entrenador. Xavi es otro ejemplo
de deportista de élite, que, junto con Casillas, Iniesta y otros, también son
ejemplo de educación, cultura y buenas maneras, aspectos que tan difícilmente
encontramos entre el mundo del fútbol, más dado a la exhibición de riqueza, los
exabruptos y faltas de respeto. El último espectáculo de Diego Costa fue
lamentable, y todavía sigue cobrando del club colchonero. Toda una vergüenza,
lo mismo que el estudio que me ha hecho mi abuela, y que yo he colgado en mis
redes sociales. Pero la verdad no tiene más que un camino, y yo que la
sostengo. El estudio Morfopsicológico que mi abuela me ha hecho, dice entre
otras cosas que, analizando la forma de mi cabeza y rostro, tengo «una notable
preocupación por la justicia y la equidad”. Mis competencias intelectuales
innatas están por encima del término medio, coexistiendo competencias
abstractas y concretas, lógicas e intuitivas, analíticas y sintéticas de manera
armónica. Ante distintas situaciones tendré buena capacidad para ver y dar soluciones
globales bien adaptadas a la realidad. Esto es porque se canalizar muy bien mis
ideas en acciones concretas, y porque la competencia de planificación es
notable, pudiendo prever y anticiparme a lo inesperado. Este tiempo entre
costuras, a caballo entre las generales y las municipales le ha permitido a mi
abuela fijarse en mi cara, y a través de mis huesos recubiertos de piel, llegar
a conclusiones tan extraordinarias, que nadie comprende que pinto yo aquí
escondido en una provincia sin futuro. Claro que, si tengo que ser sincero, he
de admitir que mi abuela falleció en 1984, y que no se como ha llegado ese
estudio hasta mí y lo he colgado en mi página. ¿Será que no tengo abuela?
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