martes, 7 de mayo de 2019

ENTRE COSTURAS


ENTRE COSTURAS

Tito Ortiz. -

En este tiempo entre costuras (elecciones) que, como una maldición bíblica nos han mandado los dioses, para descansar de tanto improperio, insulto y discapacitado con ansias de poder, van ocurriendo cosas reales, que nos hacen recapacitar sobre lo auténticamente importante de la vida. Me importa mil veces más la salud de Casillas, que la trayectoria de éxito y cárcel de cualquier político hispano. Iker cuenta con todo el apoyo de los míos, no solo por su reconocimiento deportivo, sino por el humano. Personas con su educación y comportamiento, si son un claro ejemplo para los chavales que quieren emularle. No pueden decir lo mismo otras estrellas del balompié que, aunque multimillonarios, son analfabetos de la vida, la educación y la cultura, y un mal ejemplo para la chavalería que los admira. Pero no es el caso del portero del único mundial que hemos ganado, que antes nos conquistó con su comportamiento bajo los palos y ante los micrófonos. No me preocupa que no pueda volver a la alta competición, me conformo con que haga una vida familiar con su mujer y sus hijos, viéndolos crecer, mientras nos da a todos la oportunidad de seguir disfrutando de su presencia y vida ejemplar. Es este un tiempo entre costuras raro, en el que no sabemos si su amigo Rafa Nadal, debería dar por concluida tan exitosa carrera, evitándonos el ver como sus rodillas no responden, y tal vez, erosionando ese figurón que todos tenemos en la mente de tan grato y justo recuerdo. Una retirada a tiempo es una victoria, ya lo dijo el sabio, aunque también pudiera ser que todos estuviéramos equivocados, y aún quedara gasolina en ese irrepetible brazo izquierdo mundial del tenis. Entre costura y costura la reflexión se hace presente, me ilusiona recuperar a un figurón como Xavi Hernández, que anuncia el regreso de su exilio deportivo, para dedicarse a la noble labor del entrenador. Xavi es otro ejemplo de deportista de élite, que, junto con Casillas, Iniesta y otros, también son ejemplo de educación, cultura y buenas maneras, aspectos que tan difícilmente encontramos entre el mundo del fútbol, más dado a la exhibición de riqueza, los exabruptos y faltas de respeto. El último espectáculo de Diego Costa fue lamentable, y todavía sigue cobrando del club colchonero. Toda una vergüenza, lo mismo que el estudio que me ha hecho mi abuela, y que yo he colgado en mis redes sociales. Pero la verdad no tiene más que un camino, y yo que la sostengo. El estudio Morfopsicológico que mi abuela me ha hecho, dice entre otras cosas que, analizando la forma de mi cabeza y rostro, tengo «una notable preocupación por la justicia y la equidad”. Mis competencias intelectuales innatas están por encima del término medio, coexistiendo competencias abstractas y concretas, lógicas e intuitivas, analíticas y sintéticas de manera armónica. Ante distintas situaciones tendré buena capacidad para ver y dar soluciones globales bien adaptadas a la realidad. Esto es porque se canalizar muy bien mis ideas en acciones concretas, y porque la competencia de planificación es notable, pudiendo prever y anticiparme a lo inesperado. Este tiempo entre costuras, a caballo entre las generales y las municipales le ha permitido a mi abuela fijarse en mi cara, y a través de mis huesos recubiertos de piel, llegar a conclusiones tan extraordinarias, que nadie comprende que pinto yo aquí escondido en una provincia sin futuro. Claro que, si tengo que ser sincero, he de admitir que mi abuela falleció en 1984, y que no se como ha llegado ese estudio hasta mí y lo he colgado en mi página. ¿Será que no tengo abuela?

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