martes, 21 de mayo de 2019

ORIGINALES COMO CLONES

ORIGINALES COMO CLONES

Tito Ortiz.-

Esta forma tan original que tienen los políticos de hacer campaña a las municipales, es tan actual y moderna, que ya se implantó allá por el siglo XIX. Lo de la famosa pegada de carteles, es tan añejo e innecesario, como la cucharada de aceite de ricino en ayunas, pero estas criaturas lo siguen haciendo, impulsados por un romanticismo trasnochado, demostrando así, que no saben otra manera de iniciar una campaña, en la era digital y de las telecomunicaciones vía satélite. Igual ocurre con los mítines. Ya nadie llena plazas de toros, a no ser que prometas autocar gratis, bocadillo,  y cantar al final el novio de la muerte, como mínimo. A los grandes espacios abiertos ya no acuden ni los suyos, ya están optando por pequeños auditorios y jardines donde de la sombra. Atrás quedaron los estadios de fútbol a rebosar y los grandes palacios de congresos. Ahora las cámaras se colocan de tal manera, que veinte filas de incondicionales, por su angulación, inclinación y plano elegido, parecen una multitud enfervorecida, cuando en realidad están en familia. Las campañas electorales, por sus mensajes, actos y planteamiento, se han convertido en algo casposo, inútil y agotador para los candidatos, que además son conscientes de que un solo minuto de televisión a la hora adecuada, puede reportar más votos que treinta mítines a dos por día. Algo tan frustrante como verdadero, que a los ideólogos que cobran un pastón en los partidos por asesorar estas cosas, no les hace sonrojarse y renunciar a sus escandalosos sueldos. Todo lo contrario, los hay que para organizar la campaña, no hacen más que tirar de la agenda de las pasadas elecciones, y repetir paso a paso lo hecho entonces, que fue lo mismo que se hizo allá por 1978, así que al tajo y tan amigos.

Mención aparte merece el apartado de las promesas electorales, que siempre son las mismas y que jamás se cumplen. Yo me desternillo cuando, escucho a un político visitar un barrio y prometer a bombo y platillo, que hay que favorecer y recuperar el pequeño comercio de cercanías. Cuando hace cuarenta años lo escuché por primera vez, advertí que me parecía novedoso y necesario. Ahora no comprendo cómo los comerciantes al seguir escuchando eso mismo durante cuatro decenios, no salen de sus tiendas con las escobas y se las rompen en las costillas. Seguramente será porque además de comerciantes son educados y descreídos, claro. Los políticos de hoy día ya no engañan a nadie, ni siquiera a sus afiliados. Otra estrella de las promesas que todos utilizan es, la bajada de impuestos. A todos sin distinción se les llena la boca diciendo que si los votamos pagaremos menos impuestos. Yo eso no lo he visto en mi vida, y ya estoy “más pallá que pacá”. ¿Cómo pueden tener tanta cara? Con el paso de los años, todas las campañas me parecen iguales. Van cambiando los políticos, pero los mensajes son los mismos, igual que las eternas promesas incumplidas años tras años. Parece como una pesadilla que, partidos emergentes de nuevo cuño, salten a la arena de la política, con las viejas promesas de hace cuarenta años, cuando ellos no habían nacido, lo que demuestra que en esto de la política hay mucho desnortado, que viene a por un puesto bien pagado, sin tener que abrir zanjas a pico y pala, careciendo de toda vocación de servicio a los demás, primando sus propios intereses y el de sus amigos y familiares. Hagan una lista de los encausados o encarcelados, y se darán cuenta.

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