miércoles, 7 de agosto de 2019

SANCHO, AMIGO

SANCHO, AMIGO

Pocas veces en los personajes de la farándula, se dan hombres de buen corazón como el de Alfonso Acalá

Tito Ortiz.-

Su barba cerrada, el óvalo de su cara, sus ojos grandes y nobles en el mirar, daban al personaje, una apariencia que en la distancia corta sorprendía por sus vastos conocimientos, buen juicio, y mayor entrega a la cultura en general y sus gentes. Desde el primer día que fuimos presentados en la Trastienda de Fernando Miranda, al comunicarme que era hombre de teatro, y decirle yo que también, me permitió una licencia que ya para siempre se convertiría en nuestro saludo personal. Cada vez que nos veíamos, yo le ponía una mano en el hombro, abría mucho los ojos, levantaba la barbilla y a modo de don Alonso Quijano le espetaba: Sancho, amigo… A lo que él. Mirando al suelo y dando libertad a tan recia voz, contestaba: Mi señor don Quijote… Y así nos convertíamos en la admiración de cuantos nos rodeaban, que a pesar de encontrarnos en acreditadas tabernas, en alguna ocasión hubo hidalgos que nos pusieron a prueba entre carcajadas, retándonos a seguir el diálogo de la inmortal obra de Cervantes, y siendo nosotros de honor, proseguíamos con el diálogo recitado de memoria, ante el asombro de la concurrencia, que oído lo cual, no dudaba en aplaudirnos con sorpresa e invitarnos a un trago, que también los hubo generosos, en aquel epicentro de la cultura granadina que a finales de los setenta y principios de los ochenta del siglo pasado, fue la Trastienda de la placeta de Cuchilleros.

LOS CONDE

Fue allí donde los parroquianos asiduos vimos como crecía su amor por la hermana de los Conde. Aquella mujer con la guapeza de Andalucía en la cara, que lo conquistó para siempre, mientras sus futuros cuñados daban el visto bueno a la relación, con la bendición sobre todo de Juan, teólogo, que de eso sabía más que sus hermanos pintores, mientras iba dando forma a su futura Alacena de Las Monjas. Alfonso Alcalá, inmerso siempre en mil proyectos escénicos a la vez, me comentaba sus nuevas e innovadoras ideas, con una visión moderna y futurista de todo lo que hay que hacer en un escenario, ya sea para recitar un poema, cantar por seguiriyas, dar rienda suelta a Verdi, o poner en las tablas un drama lorquiano, autor al que, por cierto – sin saberlo aún – dedicaría toda su profesionalidad con el devenir de los años. Tímido, reservado, poco dado a la alaraca y a que lo siguiera el foco del cañón, en su mente había un trabajador incansable, que daba rienda suelta a un creador consecuente con su tiempo, capaz de refrescar a un clásico y enriquecerlo con la sabia administración de las nuevas técnicas a su alcance. Era Alfonso Alcalá, un señor de la escena sin necesidad de salir a ella, asunto este infravalorado, tan solo al alcance de mentes inteligentes para tasar los hechos de un gran creador como él.

EL PATRONATO

La recompensa a tan eficaz y acertado trabajo durante años le llevó a dirigir el Patronato García Lorca en dos ocasiones, dejando una estela tras de si, de respeto a quienes le precedieron en tan alta responsabilidad, y que prácticamente habían inventado la institución, inexistente hasta entonces. Siguió la estela y la enriqueció con proyectos como “Mar de lunas”, sobre la relación de Lorca con el cine, “Lorca x 111”, un homenaje realizado por escolares de Fuente Vaqueros en conmemoración del aniversario del poeta y fue el responsable de otorgar la máxima distinción de dicho organismo, el denominado “Pozo de Oro”, a figuras de la talla del escritor y crítico José Monleón (2008), el cantaor Enrique Morente (2009), el director teatral José Carlos Plaza (2010) y Claude Couffon (2011), el gran investigador lorquiano. No era fácil mantener una línea ascendente en la casa natal de Fuente Vaqueros y en el centro de Estudios del poeta, y él lo consiguió con creces. Entre otros proyectos, el gestor granadino lideró en los últimos meses los actos en conmemoración del 80 aniversario del asesinato del poeta, los fastos dedicados al 40 aniversario del primer 'Cinco a las cinco' y las negociaciones para cerrar la llegada de importantes legados al archivo sobre Federico García Lorca de Fuente Vaqueros. 

Hizo mutis por el foro de manera inesperada, sin que nadie lo esperara, con la sorpresa que los grandes dejan en quienes lo admirábamos y disfrutábamos de su amistad, reconociendo en él toda su valía profesional y humana. Hoy más que nunca, vuelvo a poner mi mano sobre su hombro y, repito mi saludo cervantino, con la pena de que no oiré su recia voz dándome la réplica, compañero del alma…compañero.

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