domingo, 30 de octubre de 2022

LOS FIELES DIFUNTOS

 LOS FIELES DIFUNTOS


Tito Ortiz.-


En un par de días, estaremos celebrando el de todos los santos y los fieles difuntos, pese a que éste mundo globalizado, nos ha introducido en un concepto de celebración, que para los niños de mí época, era una cosa impensable. Llevo varias jornadas recorriendo las tiendas del ramo, para que mis nietos den con el disfraz adecuado, a cada cual más terrorífico, porque incluso en algunos colegios, se les anima a ir de esa guisa el día de las vísperas. Ellos se lo pasan de miedo – nunca mejor dicho – pero no sé hasta qué punto, esta nueva forma de celebración desvirtúa lo que antaño celebrábamos con tanto recogimiento, venerando a los que se había ido al otro mundo.

Es verdad que si recurrimos a la historia de la humanidad, el Samhain era la festividad céltica de origen druídico, que se celebraba entre el crepúsculo del 31 de octubre y el del 1 de noviembre, y que señalaba el inicio del invierno y el año nuevo. Durante este período, los celtas aplazaban su trabajo cotidiano y las leyes de la naturaleza quedaban en suspenso; los humanos podían visitar el mundo de los muertos y los difuntos podían recorrer la tierra, los demonios se manifestaban y las hadas revoloteaban. Dicho esto, con la llegada del cristianismo, la iglesia nos indica que debemos honrar a los santos y los difuntos, de una forma menos pagana, acercándonos más al evangelio, y los rituales propios de nuestra religión mayoritaria.

BONIATOS Y MARIPOSAS

Para los que han tenido la suerte de nacer después que yo, les cuento como era nuestro particular, Halloween.

Mi tío, el pintor granadino, Rafael López Marín, falleció víctima de la tuberculosis, con tan solo 29 años, el día 29 del 9 de 1959, ya la insistencia del nueve era muy mosqueante en casa, porque su padre, mi abuelo Rafael, había fallecido también el 29 del 9 de 1949, así que algunos lo tomaron en la familia como una maldición bíblica, que  nos condenaba a castañetear los dientes, mirándonos los unos a los otros, a ver a quién le tocaba expirar el próximo día de san Miguel. Pero mi abuela Juana, mujer de pocas creencias decidió que aquel día de todos los santos de 1959, debería acercarse más a la tradición religiosa, adoptando las costumbres de la época, para exorcizar aquella jugarreta del destino, para con la familia.

La mañana del día de todos los santos, me cogió de la mano y con varias provisiones en un cesto de mimbre, subimos al cementerio. Antes de entrar, compró unos crisantemos, y nos dirigimos al Patio de San José, el último del cementerio, donde estaba enterrado mi tío. Para llegar hasta su tumba, teníamos que bordear la tapia del patio de los ahorcados, que separaba los cuerpos de aquellos que habían “ofendido a Dios” quitándose la vida, por lo que se les castigaba a ser enterrados en tierra no bendecida.

Colocadas las flores en un jarrón sobre la tumba de mi tío, la abuela sacó del cesto un tazón de loza, lo llenó con aceite y agua, abrió una cajita de mariposas “San Juan Bosco”, puso tres a flotar en el líquido y las encendió, procediendo con el rosario en su mano a rezar desde aquel instante. Llegó la noche, y de un envoltorio de papel de estraza, sacó un boniato para cada uno, que previamente había asado en el brasero de picón que nos calentaba desde caída la tarde. Al sonar el toque de ánimas a las tres de la madrugada en el campanil de la ermita, la abuela dirigió sus rezos a las ánimas benditas del purgatorio, y así hasta el amanecer del día de todos los difuntos.

EL SEÑOR DEL CEMENTERIO

Con los primeros rayos del sol, mi abuela me cogió de la mano, en lo que yo creí que era la despedida del recinto, pero nada más lejos de la realidad. Volvimos al paseo central del campo santo, para seguir rezando ante la imagen del Señor del Cementerio, como decía ella que se llamaba, aunque después supe que, al fallecer el célebre médico y filántropo Manuel Rodríguez Torres, se produjo una espontánea afluencia de personas a su tumba para manifestarle gratitud por la entrega y dedicación que el  difunto había prestado en vida a los más necesitados. Con el paso del tiempo las oraciones que los fieles dedicaban por el alma del difunto terminaron dirigiéndose a la escultura neoclásica del “Cristo despojado de sus vestiduras” que preside el panteón. Poco a poco se fue conformando la creencia popular de que el Cristo hacía milagros, convirtiéndose en un lugar de constante peregrinación. Y cuando yo creí que nos marchábamos, me volví a equivocar, porque volvimos a la tumba de mí tío, donde un señor con una cámara fotográfica colgada al cuello nos estaba esperando. Allí posamos junto a la cruz y la inscripción mortuoria, y de esta forma, días más tarde recibimos en casa varias copias de aquella foto, que era la tradición de la época hacerse en la tumba de nuestros muertos.

Han pasado sesenta y tres años de aquel día de los santos y de los fieles difuntos. A mí no se me ocurriría hacer pasar a mis nietos por lo que yo pasé. Tal vez el término medio sea la virtud, y tengamos que admitir que con este Halloween, los más pequeños se divierten de lo lindo, dejándonos libertad plena a los mayores, para que recordemos a los que se han ido, de la manera más conveniente a nuestras creencias. Tengamos en cuenta que la imposición a la fuerza, no es buena para nadie, porque siempre hay un efecto rebote. ¡Vivan los huesos de santo y los buñuelos rellenos de crema!

domingo, 23 de octubre de 2022

ÁNGEL BARRIOS, Y SU INFLUENCIA EN EL CONCURSO DE 1922

 ÁNGEL BARRIOS, Y SU INFLUENCIA EN EL CONCURSO DE 1922


Tito Ortiz.-


Nacido seis años antes que su amigo Federico, era hijo de Antonio Barrios, “El Polinario”, guitarrista y cantaor de flamenco, quien le inició en la guitarra, y en los conocimientos del arte gitano andaluz por vía de la vivencia práctica, en la taberna alhambreña que regentaba su padre, lugar de cita de la intelectualidad granadina y extranjera.  Además, estudió violín y piano con músicos granadinos, mientras que los estudios de composición los efectuó con Antonio Segura. Tocó el violín en varias orquestas de compañías de teatro y espectáculos y periódicamente se escapaba de casa para ir de gira: así, por ejemplo, entre 1900 y 1910 pasó largas temporadas en París, donde tuvo la oportunidad de conocer a Granados, Arbós, Turina, Zuloaga, Falla y Albéniz, con quienes entabló gran amistad, así como a Ravel, Dukas y André Gédalge, con el que estudió composición.


Fundó el Trío Iberia de instrumentos populares españoles (guitarra, laúd y bandurria) con Bazunarte y Devalque en 1900, ofreciendo conciertos con éxito por gran parte de Europa, incluso ante el rey Eduardo VII de Inglaterra. Su repertorio se componía de transcripciones de música española, especialmente de Albéniz. Tras su boda con Encarnación Pavía Ganivet en 1910, se radicó en Granada y aquel mismo año obtuvo el Premio Centro Artístico y Literario Granada por su obra para piano, “Guajiras”.


ABRIENDO LAS ALAS


Escribió música para obras de teatro, destacando su colaboración con Francisco Villaespesa en “Aben Humeya” (1913). Durante la época de la primera guerra mundial perfeccionó sus estudios de composición con Conrado del Campo, se fraguó una gran amistad entre los dos, fruto de lo cual fue una colaboración que se tradujo en una ópera y dos zarzuelas terminadas y estrenadas (El Avapiés, de 1919, La romería, de 1917, y El hombre más guapo del mundo, de 1920), así como una obra lírica, La máscara, que estaba en preparación en 1917. La relación se enfrió bastante debido a que Barrios mostró sus obras a Manuel de Falla sin que lo supiese su maestro.

Por aquellos años se estrenaron algunas de sus Impresiones sinfónicas, basadas en temas granadinos. Su Zambra en el Albaicín, que pertenece a esta serie, obtuvo un gran éxito en el Teatro Real en 1917, bajo la dirección de Arbós. Con el traslado de Falla a Granada en 1919, animado y ayudado por Barrios, se fomentó el círculo alrededor de la taberna del Polinario, que llevaba Antonio Barrios. Gracias a la personalidad de Ángel, se convirtió en un lugar de visita obligada para pintores, escritores y músicos, tanto españoles como extranjeros (entre estos últimos, Wanda Landowska y Richard Strauss) y lugar de encuentro para las corrientes vanguardistas, especialmente vinculado a la Generación del 27.


EL CONCURSO DE CANTE JONDO


La colaboración que mantuvo con Federico García Lorca se remonta a las veladas de poesía y música que ofrecieron a los Ballets Russes en 1918. Compuso más tarde el ballet Preciosa y el viento sobre un texto de Lorca. Barrios es un eslabón importante para Falla en el contacto con el mundo del flamenco y las posibilidades de la guitarra, incluso le ayudó en su Homenaje a Debussy, además de tocarlo a la guitarra para el maestro mientras lo componía. Años después Falla le confió el arreglo de la parte para dos guitarras de su música para El gran teatro del mundo de Calderón. Asimismo, Falla le aconsejó sobre su obra e intentó conseguir su publicación en el extranjero. La relación se reafirma a través de un vínculo personal: Falla y su hermana fueron padrinos de Ángela Barrios, la hija del compositor. De toda esta actividad surgió el gran acontecimiento que fue el Concurso de Cante Jondo de Granada en 1922, uno de cuyos promotores fue Barrios. Sus esfuerzos en el ámbito cultural granadino se manifestaron en su participación como director de la sección de música del Centro Artístico, Literario y Científico de Granada. Fue director musical de los montajes de teatro clásico de Antonio Gallego Burín, de los cuales destacan la producción de El gran teatro del mundo, de Calderón, en 1927, con arreglos musicales de Falla, y La moza de cántaro, de Lope de Vega, en 1935. Por otra parte, ejerció la labor de director del Conservatorio de Granada, fue profesor de la universidad, y miembro de la Academia de Bellas Artes Nuestra Señora de las Angustias.


SIEMPRE EN FLAMENCO


A partir de 1932 estuvo ocupado en la composición de La Lola se va a los puertos, con texto de Antonio y Manuel Machado. La obra se estrenó en 1951 y se le otorgó el Premio Nacional de Obras Líricas. Durante la guerra civil (1936-1939) estuvo a cargo de la Banda Municipal y de la Orquesta Sinfónica de la Falange de Granada y fue teniente de alcalde del Ayuntamiento de granada en la posguerra, aunque no militó en política. Al poco tiempo se trasladó a Madrid de forma definitiva y con la esperanza de obtener un puesto como docente en el conservatorio, lo que nunca llegaría. Cultivó la zarzuela en esta última etapa creativa y logró estrenar en la capital títulos como Juan Lucero y El nombre del rey.


Gran conocedor de formas flamencas, su obra está llena de bulerías, peteneras, farrucas, soleás y otros palos, cosa lógica si advertimos su vocación desde la infancia y la influencia de los escuchando en casa. Zambra en el Albaicín es, quizá, su obra sinfónica más lograda. El populismo de las posteriores zarzuelas, género predominante dentro de su obra, salvo el tardío intento de calidad en La Lola se va a los puertos, dio lugar a una música cada vez más casticista. La obra vocal es secundaria en comparación con la producción lírica, mientras que las obras para piano están basadas en su mayoría en danzas andaluzas, intentando imitar los efectos guitarrísticos. Sin su aportación, el concurso de cante de 1922, hubiera sido otro.

domingo, 16 de octubre de 2022

NUESTRA ORQUESTA

 




NUESTRA ORQUESTA


Tito Ortiz.-


Fue José Antonio Campos Borrego, por entonces alto cargo de la Comisaría de Música del Ministerio de Cultura, quién me presentó a un jovencísimo director de orquesta español, llamado, Juan de Udaeta. Tomábamos un café en el patio del Parador Nacional en La Alhambra, y yo lo entrevistaba en el marco del Festival Internacional de Música y Danza para el diario Patria. Campos me aseguró que, en poco tiempo veríamos a Udaeta dirigiendo en nuestro Festival, y aquello sonó a profecía, porque nada más iniciar los años noventa, éste se convertiría en el primer director de la Orquesta Ciudad de Granada.

En aquella conversación post entrevista, con el segundo café en la taza, hablábamos los tres de lo raro que parecía, que una ciudad como Granada, con un conservatorio de música con multitud de vocaciones, y teniendo el festival de música y danza más longevo del país –junto con el de Santander- era del todo incomprensible que, la ciudad de La Alhambra, no tuviera aún una orquesta propia, con la que enriquecer el propio festival.

Fueron años en los que también se pensaba que, una orquesta debería tener una sede propia para llevar a cabo su trabajo, y por aquellos tiempos, lo del Auditorio Manuel de Falla, era un sueño con pocos visos de realidad, pero sin prisa y tampoco con pausa, nuestro auditorio llegó. Ya solo faltaba la orquesta que lo llenara de contenido y sentido. Por fin, el 10 de junio de 1978, la obra de García de Paredes se inauguró con la Orquesta Nacional de España, bajo la dirección de Antoni Ros Marbá. Los primeros espartos ya estaban puestos.


CRÉDITO Y PRESTIGIO INTERNACIONALES


Inauguramos la década de los noventa con una orquesta que, pronto se granjeó la simpatía y el reconocimiento de público y profesionales, y  contó con la complicidad de los más grandes para su amplio repertorio:  Fazıl Say, Mi'sa Yang, Narciso Yepes, Montserrat Caballé, Plácido Domingo, Carlos Álvarez, Yehudi Menuhin, Pablo Martos, Alberto Martos, George Benjamin, Enrique Morente, Victoria de los Ángeles, Christophe Coin y Christian Zacharias, entre otros, han puesto su arte sin dudar, al servicio de nuestros músicos, y batutas de prestigio se han colocado frente a ellos, como  Krzysztof Penderecki, Rinaldo Alessandrini, Eduardo López Banzo, Manuel Hernández Silva, Christopher Hogwood, Fabio Biondi, Antoni Ros-Marbà, David Atherton, Pablo Heras-Casado, Frans Brüggen, Joaquín Achúcarro y Elisabeth Leonskaja, a los que hay que añadir el propio Juan de Udaeta y Josep Pons, que la revitalizó extraordinariamente. Su presencia ha sido requerida en acreditados certámenes como, el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, el Festival Internacional de Música "Castell de Peralada", el Festival Internacional de Música de Segovia, el Festival Grec de Barcelona, el Festival Internacional de Santander, el Festival de Otoño de Madrid o el Música-Musika de Bilbao. Lo que demuestra su excepcional valía y profesionalidad.


ILUSIONES RENOVADAS


Inaugurada ya felizmente la nueva temporada y en compañía de Los Amigos de la Orquesta, que apoyan la formación desde 1994, Granada debe respaldar la realidad de nuestra orquesta, con el futuro tranquilo del próximo lustro, gracias a La Junta, el Ayuntamiento y la Diputación. 

Sensible a las efemérides patrias, la OCG ha inaugurado temporada, rindiendo homenaje al centenario del Concurso de Cante Jondo, con un programa íntegro de música española, que en el decir de mi admirado, Emilio Lacárcel, ha estado a la altura exigida. Comenzó el concierto con la partitura "En la Alhambra", de un músico enamorado de Granada como fue, Tomás Bretón, que incluso llegó a componer un himno a nuestra patrona La Virgen de Las Angustias. Le siguieron las, "Canciones y Danzas para Dulcinea" del tristemente desaparecido, Antón García Abril, muy ligado a nuetra provincia, através del Concurso Internacional de Música de Cámara que se celebra en Baza, y como no podía ser de otra manera, en la segunda parte se interpretó "El Amor Brujo " de Manuel de Falla, que para mi gusto ha sido el compositor que más  ha acercado el flamenco a una partitura de orquesta, con la acertada voz de Clara Montes. Todos bajo la batuta de Lucas Macías, protagonizaron un memorrable concierto. Del programa previsto bien  merece dstacar, el del viernes 28,  en el que flota nuestro Federico, con  la partitura de, Tomás MARCO, y  su Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, ballet, con La cogida y la muerte, La sangre derramada, Cuerpo presente y Alma ausente, se completa con la suite, Las criaturas de Prometeo, de Ludwig van BEETHOVEN, todo bajo la dirección de  José Luís Temes, es un programa a la altura de cualquier formación que se precie. Larga vida a nuestra Orquesta Ciudad de Granada.



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Primer ensayo de la Orquesta Ciudad de Granada. (Foto ORFER)











domingo, 9 de octubre de 2022

LA FUNDACIÓN

 LA FUNDACIÓN



Tito Ortiz.-


A caballo entre tres siglos, sin contamos desde el nacimiento de su fundador, La Fundación Rodríguez Acosta, forma parte de la historia y el paisaje de Granada, involucrada en mayor o menor medida con todas las bellas artes, aunque predominen entre todas, las plásticas y la música. Su labor de mecenazgo y colaboración con instituciones públicas y privadas, así lo acredita.

En su génesis está la visión moderna y de futuro del pintor, José María Rodríguez Acosta, cuya obra está más que acreditada y reconocida a nivel internacional, que a principios del siglo pasado, se encargó personalmente, no solo de su construcción física, sino de poner los cimientos para la trascendencia en el tiempo, como templo de la cultura y su divulgación, de ahí que sea larga y prestigiosa, la lista de personalidades y estamentos, reconocidos por su medalla, que alcanza la más alta valoración y prestigio internacionales.

Desde sus becados intramuros para la creatividad libre de su arte, a la organización de magnas exposiciones, pasando por la atención a la poesía y sus creadores, el acreditado y trascendente taller de grabado, o su relación con la música, entre la que destaca su legendaria colaboración con el Festival Internacional de Música y Danza, “La Fundación”,  como así se le llama en Granada de manera cariñosa, se aproxima a su centenario con la satisfacción del deber cumplido, y la certeza de haber continuado el camino marcado por su fundador, constatado por hechos trascendentales, como albergar el, Instituto Gómez Moreno, que de no haber sido por su iniciativa, hubiera tenido un futuro incierto, asunto este resuelto en su día por La Fundación, de manera brillante y acertada.

El pintor, Miguel Rodríguez Acosta y Carlström, ha sabido en todo momento manejar el timón de esta nave varada en La Alhambra, y desde la que se proyecta al mundo, lo mejor de las artes y las ciencias.

JOSÉ MARÍA

“Nacido en el seno de una familia dedicada a los negocios bancarios, el pintor José María Rodríguez-Acosta (Granada, 1878-1941) gozó toda su vida de una desahogada posición económica, lo que le permitió dedicarse a la pintura con autonomía, produciendo en los primeros años del siglo XX unas obras que, a caballo entre el modernismo y el simbolismo, obtuvieron importantes premios en exposiciones nacionales e internacionales. Entre 1915 y 1930 abandonó prácticamente los pinceles para dedicarse a la planificación, construcción y decoración de su carmen granadino, que concibió como plasmación de unos ideales estéticos plenos de modernidad. En él albergó su biblioteca y diversas colecciones de objetos artísticos. En la década de los treinta retomó lentamente la pintura a través de géneros considerados académicos, transidos no obstante de un refinado simbolismo que evoluciona en los últimos años sobre el oscuro telón de fondo de la Guerra Civil española. A los dos años de finalizada la contienda, el Carmen se convirtió en sede de su Fundación.”

La valoración artística y académica de su obra, está reconocida a nivel internacional, así como su aportación a una dicción plástica consecuente con el momento de su creación, en la que sin existir rompimiento con lo académico, se proyecta un halo de modernidad y futuro imperecedero.

RAFAEL ALBERTI


En tiempos aún comprometidos, entre 1974 y 75, por iniciativa del Presidente de la Fundación Rodríguez-Acosta, y por su amistad con Rafael Alberti, se realizó en Roma una carpeta de serigrafías, con poemas de conocidos poetas como Antonio Machado, Jorge Guillén,  y Luis Cernuda, entre otros, en homenaje a Federico García Lorca. Todavía no corrían buenos tiempos para la lírica, pero el proyecto, no solo se llevó a cabo, sino que aún hoy, guardado en los archivos de La Fundación, constituye una joya valiente e histórica, de un momento en el que alzar la voz pronunciando a Lorca, podía traer consecuencias no deseadas.

En las seis “liricografías”, el texto de los poemas forma parte del propio dibujo, entremezclándose con las letras y con los trazos de las siluetas como un criptograma. Esta carpeta fue la protagonista de una exposición con el mismo título en el año 1975, en la sede de la Fundación, y prácticamente desde entonces no han vuelto a salir al público.

De esta manera y gracias a La Fundación, Rafael Alberti, el que llamaba “primo” a Federico, se iba aproximando a Granada - aunque “Nunca Fui a Granada” – visita que cumpliría en los años ochenta. Alberti había prometido a García Lorca que vendría a Granada. Tras la muerte del amigo, la promesa quedó en el aire. El 25 de febrero de 1980, al pie de la Puerta de Elvira, el alcalde de la ciudad, Antonio Jara, recibía al ‘primo’ de Federico con una bandera blanca y verde. El gaditano, con la emoción de la promesa cumplida, recibió las llaves de la ciudad. Luego subió a la Alhambra donde se sintió como un niño jugando en el país de las maravillas. «¡Qué cosa loca, qué maravilla!» decía mientras acariciaba, con un amor entrañable, los arabescos de la Alhambra. Bajó a Bibarrambla, y el mitin del PCE comenzó con un beso en la mejilla a la niña, que en nombre de la ciudad, le entregó un ramo de claveles rojos. Allí recordó, con voz grave y mirada al infinito, su amistad con García Lorca y recitó la ‘Balada del que nunca fue a Granada’ ante el silencio expectante de los más de diez mil asistentes. Y volvió a Granada en varias ocasiones. En aquellas visitas se encontró con un grupo de jóvenes poetas, de la llamada Otra Sentimentalidad (Benjamín Prado, Luis García Montero, Álvaro Salvador, Joaquín Sabina, Javier Egea o Luis Muñoz) que leyeron poemas con Rafael en La Tertulia.




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Rafael Alberti, en la terraza del hotel Alhambra Palace, junto a su director, Gervasio Elorza. (Foto ORFER)



jueves, 6 de octubre de 2022

IDEAL EN EL CORAZÓN DE GRANADA

 IDEAL EN EL CORAZÓN DE GRANADA


Tito Ortiz.-


Han bastado tan solo noventa años, para que la palabra Ideal, se asocie indefectiblemente a nuestro periódico. Hasta la década de los años treinta del siglo pasado, cuando se decía,  Ideal, la gente podía estar hablando de otras cosas, por ejemplo, de un coche español. Ideal, era la marca española de automóviles, fabricados en Barcelona  entre 1915 y 1922. En realidad, se trataba de autociclos construidos por Talleres Hereter. El proyecto de los coches Ideal se debió a la colaboración de los hermanos Baradat, y la fabricación recibió el apoyo de Joaquín Cusíais y, posteriormente, de Sebastián Nadal. Precisamente, los dos últimos pilotaron automóviles Ideal en diversas competiciones españolas de la época. 

Fue en su momento frecuente, asociar la palabra Ideal, a salones donde se proyectaban películas desde que en 1917 se inauguró el Cine Ideal,  en uno  de los barrios más importantes de Barcelona, y no fueron pocas las ciudades que se apuntaron a ese nombre, incluida nuestra Granada. En este espacio, se podían ver programaciones de reestreno que por norma general iban acompañadas de espectáculos de varietés entre proyección y proyección. También se utilizó la palabra Ideal, para denominar un salón donde se lustraba el calzado en Granada, con más de una docena de limpiabotas, y un esmerado servicio, que incluía la prensa del día, café, tabaco y licores para su selecta clientela, además de la venta en participaciones de lotería nacional.

Los que hemos tenido la suerte de trabajar y vivir en Madrid, asociábamos enseguida con nuestra tierra y nuestro periódico, el bar donde se comen los mejores bocadillos de calamares del mundo, casa castiza donde las haya, en la calle Botoneros número 4,  “La Ideal”, y a pocos pasos, en la puerta del Sol, comprábamos nuestro periódico Ideal, para no perder el contacto con nuestra tierra.


- La portada del 11 de junio de 1932, recoje el sentir de la Granada pregonera, con el carrito de los helados, ofrecidos a la chiquillería a golpe de pregón, y todo un clásico, el burro con el agua del avellano esperando a los sedientos.


Ideal nace con sus orígenes en el diario católico y conservador La Gaceta del Sur, que había desaparecido en 1931. Son tiempos convulsos, donde un sector del republicanismo español, pone en centro de su mira, todo lo que huela a iglesia católica y clero, pero aún así,  la jerarquía católica granadina decidió lanzar un nuevo periódico, contando con la colaboración de periodistas como Ángel Herrera Oria y  Pedro Gómez Aparicio.​ Ideal salió a las calles por primera vez el 8 de mayo de 1932,  editado por la Editorial Católica, En estos primeros años de existencia fue un diario claramente confesional y conservador, y su principal rival periodístico era el liberal, El Defensor de Granada.​ En el contexto de la década de 1930, el Ideal era el diario de mejor manufactura en Granada,​ y pronto superó a otras cabeceras.​ 

En una tierra de pregones como la nuestra, Ideal pasó a engrosar las llamadas de atención al oído de los granadinos. En una ciudad donde se pregonaba el agua fresquita del avellano, los higos chumbos, las chufas, las almencinas y las acerolas, entre otras cosas, las calles se inundaron de la palabra Ideal, porque no eran pocos los kiosqueros que lo pregonaban al paso de los viandantes, a los que se sumaban, una legión de vendedores a pie o en bicicleta, voceando la cabecera de Ideal y la principal noticia de la portada. De esta forma, Ideal pasó a formar parte de nuestra vida diaria, engrosando las opciones de compra de puestos colocados estratégicamente, al paso de los viandantes.

He dicho antes que en aquellos años no corrían buenos tiempos para la lírica, como lo demuestra que el 10 de marzo de 1936 un grupo de exaltados​ prendió fuego a la sede del Ideal, cuya máquina fue destrozada y el local reducido hasta los cimientos.​ Como consecuencia, el diario no salió durante algunos meses. A comienzos de julio volvió a circular por Granada, poco antes del estallido de la Guerra Civil Española. 


-El 21 de julio de 1936, la portada de Ideal no deja lugar a dudas: La guerra ha comenzado.


Tras el final de la contienda, el Ideal fue de los pocos diarios granadinos que sobrevivió a la legislación franquista y pudo seguir publicándose. Durante estos años su rival en Granada fue el diario falangista Patria, órgano provincial de FET y de las JONS. Con el tiempo el periódico - como así hemos llegado a llamarle por su hegemonía en los kioscos y suscriptores - estableció varias delegaciones fuera de Granada, como fue el caso de las provincias de Almería y Jaén, y se consolidó como uno de los principales diarios de Andalucía Oriental,​ llegando a establecer una edición especial para la provincia de Málaga. 


-El 27 de septiembre de 1946, Ideal anuncia en su portada, los alimentos que se van a racionar durante el mes de octubre, la restauración de la fuente de los leones alhambreña y el cambio de hora que todavía tiene partidarios de que desaparezca. En Junio nos había visitado Eva Perón, a la que Granada rindió un caluroso recibimiento.

El reventón del Darro, con imágenes estremecedoras de Torres Molina, llega a la primera página en septiembre de 1951, con una información completa de los daños por el temporal en la provincia, la muerte de dos niños en la Lancha de Cenes, y el corte de las carreteras de Murcia y Sierra Nevada.

Grabada en la memoria de muchos de nuestros mayores, esta la portada del 20 de abril de 1956, con el famoso terremoto de Albolote, que dejó un reguero de víctimas por la provincia, y grandes destrozos que tardarían años en repararse.


En la década de 1960 su difusión logró superar los 20.000 ejemplares, y para 1975 se había convertido en el segundo diario con mayor tirada de Andalucía. 


-La esperanza y el desarrollo nos va llegando a Granada en la década de los sesenta, de tal forma que ya podemos homenajear al gran compositor mexicano, Agustín Lara, que nos ofreció su inmortal Granada, elevada hoy a himno de la ciudad, y divulgada por los más grandes artista por todo el mundo. El 16 de junio de 1964, ideal muestra como el alcalde Manuel Sola, en nombre de todos los granadinos, rinde la ciudad a los piés del compositor, con toda clase de regalos, en un homenaje sin precedentes. Agustín Lara, llora emocionado.

En 1969 la foto que comanda la primera de Ideal, es la llegada del hombre a la Luna


Los granadinos ya tenían como referente de su vida cotidiana y de información a nuestro periódico. No hay más que comprobar sus anuncios, para ver que resolvía todas las necesidades de los ciudadanos. En Ideal encontrabas, junto al horario de misas y rosarios por parroquias, donde se celebraba el jubileo de las cuarenta horas o la adoración nocturna. Pero también, donde estaban los mejores bocadillos de Granada, o sea, en el bar Aliatar, la cartelera completa de nuestras salas de cine, con especial referencia al Coliseo Olympia, el Regio o el Capitol. Las motocarros Iso, en Baquero Motor, los juguetes en Almacenes el 95 de Bibarrambla, los abrigos En Moises Linares de Puerta Real, las mejores tortitas con nata del Café Suizo, o su famosa ensaladilla rusa de medio día. Para maletas Los Madrileños y para Bolsos Pastor. Si no es fresca, no es Puleva. El menú extraordinario del Restaurante Los leones. En Febrerillo El Loco, compre en Lirola por poco, de la calle Príncipe. Grandes ofertas en Almacenes El Aguila de Gran Vía o en Los Vázques de la calle Hileras, los trajes de comunión en Almacenes los Muñecos y las camisas de popelín con cuello de repuesto y doble puño para los gemelos, en la camisería El Sol. Solo faltaba una cosa por saber cada mañana, y eso también lo traía Ideal: Cuando la ONCE tenía su sorteo cada noche en cada provincia, con números de solo tres cifras, Los Almacenes La Santa Cruz de don Paulino Vico, que además era concejal del ayuntamiento, patrocinaba cada día el número premiado del sorteo de los ciegos. Todas las necesidades cubiertas con nuestro Ideal.


-En 1973, la trágica tormenta que arrasó La Rabita con decenas de muertos y desapàrecidos, pone de luto a la provincia. Ideal realiza un despliegue informativo que duraría semanas, encabezando las ayudas para su recuperación.

El cinco de diciembre de 1978, Ideal informa del Pacto de Antequera por la Autonomía, con el que se pone la primera piedra para convertirnos en Comunidad.

El primero de marzo de 1980, informa del resultado del referendum.


Coincidiendo con los años de la Transición, bajo la dirección de Melchor Saiz-Pardo el Ideal sufrió una transformación informativa y técnica. Durante la década de 1980 continuó siendo el diario hegemónico de Granada y Andalucía oriental, a pesar de la aparición de nuevas publicaciones en Granada. 

Y pese a su irrenunciable vocación de periódico de información local, las secciones de nacional e internacional nos tenían al tanto de todo lo que pasaba en el mundo, y si no era suficiente, se hacía una nueva tirada del periódico por la tarde, si la magnitud de la noticia lo requería. Yo recuerdo ediciones vespertinas de Ideal, con motivo por ejempo, de la muerte del Papa Juan XXIII, o del magnicidio de John F. Kennedy en 1963. Cuatro años más tarde, recuerdo otra edición dedicada a la Guerra de los seis días, con la aplastante victoria del ejército israelí, a las órdenes de un militar con un parche en su ojo izquierdo llamado Moshé Dayán, el segundo que veía así en mi vida, después de Millán Astray, o el tercero si cuento a la princesa de Éboli, doña Ana Hurtado de Mendoza.


-El 5 de junio de 1987, tiene lugar la reinauguración del auditorio Manuel de Falla, trás el incendio provocado por un ex empleado descontento con su despido, hecho que se produce con la inestimable colaboración de su arquitecto, Garcia de Paredes, Maribel Falla, Marivel Calvín y Miguel Ángel Gómez Martínez, entre otros, con un concierto íntegro de obras de don Manuel.


La hegemonía de Ideal en la provincia, como bastión imprescindible de la información, llega incluso a incidir de manera importante en la radio granadina. Cuando solo se podían sintonizar las emisoras Radio Granada, La Voz de Granada y Radio Popular, a las que no se les permitía tener informativos propios, pero si la obligación de conectar con el Diario Hablado de Radio Nacional de España, más conocido popularmente como, El Parte, las tres emisoras se nutrían de la información publicada por Ideal, para mantener informados a sus oyentes, una deuda histórica de las ondas  granadinas con nuestro periódico, que aún no ha sido reconocida ni saldada. Ocurre lo mismo con su labor solidaria, en favor de los más necesitados, y de solidaridad en cuantas catástrofes nos han ocurrido, liderando las acciones precisas para restañar heridas.


-El 11 de febrero de 1996, por fín inauguramos nuestro campeonato de esquí alpino. Ideal nos sirve toda la información en sus páginas, de aquella inolvidable ceremonia de apertura.


Existen más motivos para sentirse orgullosos de que Granada tenga un periódico como Ideal. Desde mediados de los años setenta del siglo pasado, en una labor que inició su director entonces, Melchor Saiz Pardo, y que ha sido brillantemente continuada por Eduardo Peralta de Ana. Ideal cuenta en sus páginas de opinión, con firmas acreditadas de todas las tendencias políticas, sociales y religiosas, de tal manera, que no existe corriente de pensamiento que se sienta excluída de sus páginas, ofreciendo así a la sociedad granadina, el abanico más amplio de opinión, que jamás se ha dado en un periódico hasta nuestros días, poniendo así de manifiesto la pluralidad que se da en nuestra sociedad, reflejándola fielmente en sus páginas día a día, en una clara vocación de servicio a la comunidad lectora, en aras de la libertad de expresión total.


- En julio del 97 Bill Clinton, aparece en la portada, junto a los reyes de España y el entonces principe Felipe, en el Patio de los leones. Inaugurando el nuevo milenio, el dolor llega a las páginas del periódico, con el asesinato de Luís Portero. Ideal hace un despliegue informativo que está a la altura del lector más exigente. El atentado de las torres gemelas, el ascenso del Granada, de nuevo a la primera división, que esperamos recuperar pronto, y la pandemia, dibujan un abanico de periódico actual, cercano y expansivo.


Está claro que Ideal forma parte ya del escudo de Granada, que es uno de sus emblemas, que quién quiera conocer esta ciudad, está obligado a pasar por sus páginas. La utilidad de Ideal es amplia como su vocación de servicio, incluso para los que no saben leer. Mís ojos de niño recuerdan como en la pescadería del Albayzín, el kilo de boquerones te lo daban envuelto en las páginas de Ideal. Y Encarna, la huevera, te vendía una docena de huevos blancos, de esos que ya han desaparecido del mapa, depositándolos en un cartucho extraordinariamente plegado con las páginas de Ideal. De camino y mientras esperaba la cola, en todo un ardil de papiroflexia me confeccionaba conn sus manos un bicornio, con el que yo jugaba al llegar a casa, con la espada de madera que me había hecho mi tio Ñoño, tallista y dorador albaicinero. Ideal, como puede comprobarse, es todo un lujo de Granada.



domingo, 2 de octubre de 2022

OLIMPIADAS DE INVIERNO

 OLIMPIADAS DE INVIERNO


Tito Ortiz.-



Con esto del cambio climático, vete a saber si en algún momento, volveremos a tener una competición mundial en Sierra Nevada. La nieve cae cada vez en menor medida, y hasta nos llueve barro africano, que hace perder a la estación su clásico color blanco, por ese beige amarronado, que todo lo entristece y ensucia. Pero no hay que ser pesimistas, porque en esto de los factores climáticos, errar en su pronóstico es ya un clásico. Pertenezco a la generación que vio como el meteorólogo de la única televisión de España, Eugenio Martín Rubio, tuvo que cortarse el bigote apostado el día anterior, si su pronóstico del tiempo era fallido, como así fue. Vivimos tiempos de cambios rápidos de hoy para mañana, y lo que es peor, la historia se repite cuando menos te lo esperas, y cuando todos sacábamos pecho a la vida, muy ufanos, por haber vencido para siempre, catástrofes y epidemias, la covid-19 pone patas arriba a todo un mundo de científicos modernos, y el volcán de La Palma, nos devuelve de una bofetada al paleolítico. Vamos de chulitos suficientes por la vida, y la vida nos da, cada vez que quiere una bofetada, para que esa confianza autosuficiente, la enterremos para siempre.


Granada en esto de la nieve, tuvo su esperanza. Nuestras cumbres con su oro blanco sirvieron desde siempre para calmar la sed, conservar los alimentos y hacer más llevadera la vida en los hospitales. El trabajo de los neveros durante siglos, transportando ese sólido que se deshace a líquido en tan poco tiempo, no ha sido suficientemente reconocido por la sociedad en su conjunto, ni cantado por los poetas, ni contado por los cronistas. Estamos hablando de cinco siglos de transporte y conservación de la nieve, a cargo de unos hombres y unos animales, cuyo reconocimiento a su trabajo está pendiente en la historia. Pero hubo un tiempo en el que nuestras gentes pusieron el objetivo en una alta competición para nuestros montes nevados, y eso – afortunadamente – se logró en 1995, con nuestro Campeonato de Esquí Alpino, aunque el cambio climático del que nadie hablaba entonces, por miedo, ya nos dio un aviso por falta de nieve, y un aplazamiento mundial de la competición hasta un año más tarde, pero aquella profecía nadie se la tomó en serio, incluso hoy en día hay quién habla de ampliar la estación. 


OLIMPIADAS DE INVIERNO


El sueño granadino no fueron los campeonatos, aunque estos vinieron gracias a nuestra insistencia de años antes, donde lo que de verdad Granada solicitaba, era la celebración de una Olimpiadas de Invierno. El mismo año en que el hombre llega a la Luna y Hermida nos lo cuenta, Granada ya solicita la celebración de este evento, gracias a la iniciativa – entre otras personas – del Alcalde, José Luís Pérez Serrabona, que recoge el testigo de su antecesor, Manuel Sola,  primero en reclamar en el Palacio de El Pardo una Olimpiada para Granada. Por entonces la carretera de acceso invitaba más al suicidio, que ha disfrutar de la nieve, pues el trazado era el mismo del Duque de San Pedro de Galatino, y lo del telecabina a Borreguiles, un sueño.

En 1976, es el propio Ministro De Información y Turismo, Manuel Fraga, quién está por la candidatura de Granada, con la anuencia del responsable olímpico, José Antonio Samaranch, pero el asunto no llega a mayores por una evidente falta de presupuesto para las infraestructuras necesarias. Pero Granada lo sigue intentando. Ya en democracia, el ayuntamiento presidido por Antonio Jara, es el que se toma en serio la candidatura de Granada a unas Olimpiadas de Invierno, y en compañía de, José Sánchez Faba, Antonio Pipó Jaldo, Jorge Manrique y Manuel Peregrina, montan una candidatura de nuestra ciudad, que por primera vez tiene visos de realidad. El propio José Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico, viene a Granada para ratificar la recepción de nuestra candidatura, para cuya promoción, el concejal de relaciones institucionales, José Miguel Castillo Higueras, encarga al taller de los hermanos Moreno, unos juegos de pisa corbatas, gemelos y pin de solapa, en plata de ley, que llevan una granada insertada entre los aros olímpicos, una pieza de alta joyería que hoy es objeto de coleccionistas.


MALAFOLLÁS HAY EN TOS LAOS


Como no podía ser de otra manera en esta ciudad de mis entretelas, ante la fuerza de una candidatura en serio, que podría ser victoriosa – como así fue – la eterna Granada, casposa, ególatra y elitista, pone el grito en el cielo cuando comprueba que el proyecto va en serio. Pero no lo hace por razones ecologistas y de respeto al medio ambiente, al ver que se va a ampliar la carretera, se van a instalar nuevos remontes, construir aparcamientos, y un centro de alto rendimiento, lo hace, como ya quedó patente en la tertulia de la Peña de Los Monteros, porque eso facilitaría el acceso masificado de personas a “nuestra” estación, y dejaría de ser el paraíso hasta entonces para unos pocos granadinos de alto standing. Lo de esta ciudad no tiene arreglo.

Aunque un año después, Granada celebró no una Olimpiada como era su añejo deseo, pero si, unos campeonatos mundiales de esquí alpino, que nos pusieron en el mapa mundial de éste deporte por primera vez en la historia, y del éxito de la competición, su organización y desarrollo, nos habla la intención que años más tarde tuvo la ciudad, de ser candidata de nuevo a un evento de estas características para 2010, aunque esta vez la candidatura encabezada por el alcalde, José Moratalla, no alcanzó cumbre, que se dice en el argot.



PIE DE FOTO

José Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Español, firma en el libro de la ciudad, en el despacho de Antonio Jara, su alcalde, ante la presencia del Concejal Castillo Higueras. Foto ORFER.