Vuelta ciclista en los Caracolillos de Vélez
UNIÓN
VELOCIPÉDICA GRANADINA
Tito
Ortiz.-
Como en casa no había
posibles, mis padres tardaron varios años en comprarme la primera bicicleta.
Una “Orbea” de segunda mano, tamaño cadete, que en “Ciclos Pepe” de la calle
Ancha de La Virgen, repintaron y dejaron como nueva. A partir de ese día, ya no
tenía que pedirle dos reales a mi abuela para alquilarme una por horas, cosa
que hacía unas veces en el mismo establecimiento, o en otro que había al final
de la Carrera de La Virgen, antes de llegar al humilladero.
El deporte del pedal era mi
pasión y, no paré hasta que meses antes de irme a la mili, pude comprarme una
de carreras en la calle Marqués de Falces. Pero un buen día, viniendo de
bañarme en el pantano de Cubillas, entrando en Calvo Sotelo, todavía empedrado
con adoquines y los raíles del tranvía, llevaba en una bolsa colgada del
manillar el bañador mojado y, con el
traqueteo de los adoquines y por salvar las vías, hice un movimiento brusco, la
bolsa se coló entre los radios de la rueda delantera, dando una vuelta de
campana en la puerta de los sindicatos, con el resultado de la clavícula
derecha partida, así que allí terminó mi carrera como ciclista.
MÍS ÍDOLOS
Yo seguía con pasión todas las
competiciones ciclistas, teniendo como espejo a Federico Martín Bahamontes.
Ahora sigo mucho a Carlos Rodríguez, pero entonces me miraba en el estilo de,
Joaquín Galera, después he seguido a Francis Cabello y a, Juanmi Mercado.
Recuerdo con tristeza el día en que fui hasta el puerto del Mojón, cerca de
Cabra, en Córdoba, donde el bueno de Manuel Galera dejó su vida en este
deporte, en aquella vuelta ciclista de infausto recuerdo. Lo mismo que lloré el
día que enterramos a “Picolo” en Armilla, una promesa de este deporte que ya
comenzaba a ser una realidad y que un desgraciado accidente urbano, nos privó
de verlo alcanzar triunfos para los que ya estaba preparado.
Es la cara y la cruz de este
deporte – para mí el más completo del mundo – el más sacrificado, y en el que,
llegado el momento de la retirada, las recompensas son solo las de la afición
que no te olvida. Igualmente sentí gran admiración por, Antonio
Giménez Quiles, que, sin tener equipo, hizo grandes gestas. Su entrada en el
ciclismo profesional es fulgurante y, en sólo diez años de carrera deportiva,
sube al podio en un centenar de ocasiones. Es dos veces Campeón de España de
Montaña, en 1957 y 1960; es primero en el Criterium de Ases de 1956 en Zaragoza
y en el de Madrid en 1957 y vence en los Campeonatos de Andalucía de 1954 y
1955. También hace podio en la Vuelta a España de 1955 (segundo), en el
Campeonato de España de Fondo de Carretera en 1957 y en el Campeonato de España
de Montaña de 1961. Es precisamente en la Vuelta a España de 1955 cuando lleva
a cabo la hazaña que más entusiasma a la afición, al clasificarse segundo en la
general, con apenas veinte años, y hacerlo en solitario, sin equipo.
LA UNIÓN
La resucitada, Unión
Velocipédica Granadina, viene a rescatar de la historia al que, para muchos, ha
sido el mejor club ciclista de la historia de este deporte en Granada. La Unión
Velocipédica Granadina, se gestó en 1930 y se constituyó oficialmente el 28 de
abril de 1931. La primera carrera que organizó fue el 1 de mayo de 1931 y su
trazado fue Granada-Campillo Arenas-Granada. Su primer presidente fue Rafael
López López. Desde entonces y hasta los años 70 del Siglo XX, la Unión
Velocipédica Granadina fue la gran dinamizadora del ciclismo granadino.
Tengo en la retina de mis
ojos, aquellos ciclistas que corrían con la cámara de repuesto colgada en
bandolera, la cajita metálica con los parches y el pegamento para arreglarse
ellos mismos los pinchazos, con aquellas bicicletas pesadas con cuadro de
hierro, como mi primera “Orbea”. Cierro los ojos y los veo subiendo a Sierra
Nevada, o dando hasta cincuenta vueltas, al Paseo del Salón y La Bomba. Bajar y
subir en competición hasta Motril, parando a beber agua en la fuente de Dúrcal,
y comprar pestiños en Vélez Benaudalla. Ya como periodista, me tocó el placer
de cubrir la llegada de la vuelta ciclista España hasta las puertas del
cementerio granadino, etapa que ganó Eddy Merckx, y a Miguel Cerón entregándole
el trofeo. Veo en las fiestas de los barrios granadinos, las carreras de
cintas, en las que los ciclistas, con un palo afilado, tenían que ensartarlo en
la anilla que desplegaba una cinta de colores.
LOS PRIMEROS
La primera prueba ciclista de
la historia a modo competitivo registrada, se disputó el 31 de mayo de 1868 en
un pequeño circuito de 1200 metros, en el parque de Saint-Cloud, a las afueras
de París, en la que participaron 7 ciclistas y, fue ganada por el expatriado
británico, James Moore, con una bicicleta de madera de piñón fijo y ruedas de
hierro. Un año después se disputó la primera carrera propiamente dicha,
concretamente, el 7 de noviembre de 1869, entre París y Rouen. En ella
participaron un centenar de ciclistas, con el objetivo de culminar o ganar la
prueba consistente en 123 km y, finalmente la lograron acabar 33. De nuevo el
británico, James Moore ganó la prueba con un tiempo de 10 h y 45 min. La
intención de los organizadores fue demostrar que la bicicleta valía como medio
de transporte para largas distancias. Los franceses fueron los primeros en
apostar por la bicicleta, pero Granada los ha secundado con brillantez y buenas
aportaciones, Vamos a darle a los pedales.