domingo, 29 de septiembre de 2024

 

JÓVENES VALORES, COMO ANTAÑO

 

Tito Ortiz.-

 

El diputado de Agua, Promoción Agraria y Medio Ambiente, Antonio Mancilla, junto al coordinador del capítulo de Granada de la Fundación de Toro de Lidia y Patrono de la FTL, Fernando Navarro, y el director de la Escuela Taurina de Motril, Jorge Azuaga, presentaron hace unos días el I Circuito Provincial de Novilladas sin picadores de Granada.

Mancilla ha señalado que “la Diputación acogió este proyecto con ilusión, asumiendo la Tauromaquia como una realidad social, económica y cultural de nuestros pueblos. Este circuito es una oportunidad para que los novilleros demuestren su valentía y arte en los ruedos y sirve para fortalecer el vínculo entre el mundo rural y nuestras tradiciones. Desde la Diputación, queremos seguir impulsando iniciativas que mantengan vivas estas costumbres que forman parte de nuestra identidad, y que también promuevan la actividad económica y turística en los municipios de nuestra provincia”.

Además, ha subrayado que “desde este equipo de gobierno estamos comprometidos con la promoción de nuestros recursos agrarios y medioambientales, y la tauromaquia es parte de ese equilibrio entre el respeto a la naturaleza, el entorno rural y la cultura. Queremos invitar a todos los ciudadanos a disfrutar de este evento y a apoyar a las futuras promesas del toreo, quienes representan el futuro de esta gran tradición en nuestra provincia”.

 

Esta iniciativa, pionera en Andalucía, ha sido impulsada por las Escuelas Taurinas de la Provincia de Granada y el Capítulo de Granada de la Fundación Toro de Lidia para apoyar a los novilleros sin caballos de la provincia y que puedan sumar los festejos necesarios para debutar con picadores y continuar con su profesión. En Granada, más de 30 pueblos celebran cada año festejos taurinos, novilladas, corridas de toros, festivales y encierros, siendo el epicentro arraigado de las fiestas de muchas localidades.

AQUELLOS NOVILLEROS

Tal iniciativa, me ha recordado aquellos tiempos en los que no había escuelas taurinas donde formar a los novilleros, y todo se hacía a golpe de talón, gastando suelas, hasta acercarse a la ganadería más cercana, para esperar la venia del ganadero y saltar la tapia para dar unos pases, teniendo en cuenta que en Granada no había ganaderías.

Mi compañero, y sin embargo amigo, Santi Lozano, redactor de Ideal, me contaba emocionado en la cafetería del hotel Victoria, como aquella tarde en Granada, cuando el toro lo cogió para matarlo y llegó a la enfermería en parada, don Juan Pulgar, cirujano de la plaza, no se lo pensó dos veces, y abriéndole el pecho, le metió la mano hasta el corazón, para darle masaje cardiaco con su mano, y eso le salvó la vida.

Hubo otros tiempos en el toreo en el que, la celebración de novilladas nocturnas era moneda corriente, donde se le daba la oportunidad a los chavales que pretendían ser alguien en el mundo de los toros. Y no fueron pocos los célebres matadores que tuvieron sus inicios en aquellos festejos, celebrados en distintos cosos en noches de verano, sobresaliendo entre ellos los de la vieja plaza de toros de Vista Alegre en Madrid. Pero Granada también tuvo esas sesiones, durante las cuales hacían su agosto los vendedores de refrescos por los tendidos, que también te ofrecían los números de una rifa a celebrar al arrastre del tercer novillo y que, por lo general, tenía como premio un jamón. De aquellas novilladas de promoción en el coso de la Avda del Doctor Olóriz, durante los años cincuenta y sesenta, recuerdo con nostalgia actuaciones como las de “Carriquito”, que solía iniciar sus faenas de muleta, de rodillas sobre la montera en la boca de riego, lo que hacía que el cirujano de la plaza, don Juan Pulgar, se preparara para salir expedito de su burladero hacia la enfermería, temiéndose lo peor. Fue el doctor Pulgar un salvavidas para muchos toreros de aquellos tiempos, incluso del propio Manuel Benítez “El Cordobés”, cogido en nuestra plaza de malas maneras al poner un par de banderillas cortas, de cuyos resultados se dijo en aquellos tiempos, que, si no hubiera caído en las manos del milagroso médico, no las hubiera contado.

SOÑANDO CON SER FIGURAS

Fueron dos décadas de novilladas nocturnas en Granada, con la participación de infinidad de chavales que soñaban con ser figuras del toreo, ayudados por veteranos vestidos de plata que, como buenos subalternos, ponían su experiencia al servicio de la juventud taurina de la ciudad alhambreña. Recuerdo con especial cariño a los hermanos Cambil, que por la mañana vendían en la plaza frutas y verduras, y por las tardes y los fines de semana enseñaban los secretos de la profesión a los aspirantes, entre los que se encontraba, Paquito Cagancho. En el taller de su padre en la calle Ancha de La Virgen, se tapizaban los coches, antes de que vinieran las modas de comprar fundas para los asientos, y allí su progenitor y el mío, amigos desde la infancia, hablaban de toros sin parar. Santi Lozano, periodista, otrora caballero legionario, mostraba su arrojo en leal competencia. Corregía defectos a los chavales, Joaquín García, que a la postre sería responsable de los corrales durante muchos años. Carvajal comenzaba a rejonear, el Zoilo se medía con El Taranto. Pepete de Albondón con “El Espontáneo” y “El Fuenterino” y todos queriendo alcanzar a Curro Montenegro, que ya sonaba como futuro torero de postín. Torcu Varón, El Niño del Cañaveral y Manolo Segura apretando, junto a una nómina interminable de buena gente que hicieron de los años sesenta, una Granada taurina para el recuerdo, junto a Saleri, El Extremeño, El Ruilo y tantos otros. Por cierto, en aquellos años, los domingos que salía la Virgen de Las Angustias, siempre se daba una corrida de toros en Granada, con máximas figuras en los carteles.

domingo, 22 de septiembre de 2024

 


BELLAS ARTES

 

Tito Ortiz.-

 

Desde que el mundo es mundo, en Granada, nunca ha sido fácil ubicar un museo. Sea de lo que sea, la historia nos dice que, hasta alcanzar cierta estabilidad, la itinerancia y las carencias de su acondicionamiento, han sido constantes en épocas pretéritas. Ahora disfrutamos de cierta tranquilidad con el de Bellas Artes en el palacio de Carlos V, pero hasta llegar ahí, la cosa no fue fácil.

El Museo de Bellas Artes de Granada hunde sus raíces en el proceso desamortizador promovido por el ministro Álvarez Mendizábal en el siglo XIX. Con los bienes artísticos recogidos de los conventos y monasterios suprimidos, se organizó el Museo Provincial en el exconvento dominico de Santa Cruz la Real, inaugurándose solemnemente, como testimonia la prensa local de la época, el 11 de agosto de 1839.

No sería ésta la única sede en la que radicaría el museo a lo largo de su dilatada historia. En 1889 debe abandonar Santa Cruz la Real, siendo trasladados sus fondos artísticos a unos bajos del Ayuntamiento situados en la calle Escudo del Carmen. En 1897, abandona el lugar para ser trasladado a la casa nº 11 de la calle Arandas. Allí permanecería hasta 1923, año en el que cambia nuevamente de ubicación, esta vez a la Casa de Castril, en la Carrera del Darro, donde compartiría espacio con el Museo Arqueológico y la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias. A partir de entonces se retoma la vieja aspiración de ubicar el museo en el Palacio de Carlos V, que permanecía aún inacabado y sin uso. En 1941 se traslada parcialmente a la planta baja del palacio, habilitándose para ello tres salas. No obstante, las pésimas condiciones del edificio obligan a retornarlo a la Casa de Castril.

La acción conjunta de dos personalidades claves de la cultura granadina de mediados del siglo XX será decisiva para hacer realidad el proyecto palatino. Por una parte, el tesón de Emilio Orozco Díaz al frente de la dirección del museo y, por otra, las gestiones de Antonio Gallego y Burín desde la Dirección General de Bellas Artes, de la que fue máximo responsable.

 

El 6 de octubre de 1958, con motivo de las celebraciones del IV centenario del fallecimiento del emperador, se inauguró el Museo de Bellas Artes de Granada en su nueva ubicación de la planta primera del Palacio de Calos V, donde permanece desde entonces.

ENRIQUE PAREJA

A mediados de los años setenta del siglo pasado, llega a la dirección del museo, un granadino entusiasta que luchó por darle a la pinacoteca, toda la importancia que esta merecía. Enrique Pareja López, se licenció y doctoró en Historia por la Universidad de Granada, iniciando su trayectoria profesional como profesor asociado a la cátedra de Historia del Arte en 1963. A partir de 1968 participó en numerosos trabajos de investigación arqueológica junto al profesor Arribas Palau, vinculado al departamento de Prehistoria y Arqueología. Como colaborador del Instituto Arqueológico Alemán, realizó estudios también en los yacimientos de Torres Vedras (Portugal), Orce (Granada), Carteia (San Roque) o Pollentia (Mallorca). Desde 1970 es colaborador en los Museos de Granada "sección Arqueología", siendo designado conservador-jefe de los mismos en 1976. Dos años después dirige los museos de Bellas Artes y Casa de los Tiros de Granada. En 1979 preside el Centro de Iniciativas Turísticas de Granada y se hace cargo de la dirección general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, desde cuyo puesto emprende la restauración del Museo de Bellas Artes, hasta 1981 en que fue nombrado director de la pinacoteca sevillana y abandona Granada. Durante ese tiempo y contando con la colaboración especial de su inseparable, Francisco González de La Oliva, el de Bellas Artes de Granada se pone en el mapa de los museos españoles de mayor rango, hecho que han acrecentado los distintos responsables que hasta la actualidad han pasado por el.

RUIZ DEL PERAL

Los fondos propios que posee nuestro museo, junto con los cedidos por el del Prado, hacen de nuestra pinacoteca alhambreña, una referencia mundial por su contenido y conservación, a lo que hay que unir la organización de exposiciones temporales del más alto interés histórico y artístico.

El Delegado de Cultura de La Junta de Andalucía en Granada, Fernando Egea, ha anunciado para el próximo jueves, la inauguración de una exposición temporal del granadino, Torcuato Ruiz del Peral, que se me antoja más que interesante.

El escultor nació el 16 de marzo de 1708 en Exfiliana (Granada), hijo de un labrador acomodado de la localidad, Nicolás Ruiz y Gerónima de Peral. Torcuato fue el sexto de los nueve hijos que tuvo el matrimonio​. En 1725, Ruiz del Peral ingresó en el taller del escultor granadino Diego de Mora, hermano de José de Mora, en cuya casa del Albaicín de Granada permaneció dos años; tiempo suficiente para formarse en el arte de la escultura. Más tarde entró a trabajar con el pintor Benito Rodríguez Blanes, a la sazón presbítero de la colegial granadina de los Santos Justo y Pastor, templo para el que hizo obras como los arcángeles San Miguel y San Rafael, o las propias imágenes de los mártires infantiles titulares del templo, entre otras.

De su larga y brillante producción, entre otras obras, ha pasado a la posteridad por ser el autor de Nuestra Señora de Las Angustias Coronada de La Alhambra, pero en esta muestra, veremos otras de inmejorable factura. Aquejado por una grave enfermedad desde 1772, Ruiz del Peral falleció a los 65 años de edad en su domicilio albaicinero de la calle Aljibe de Trillo, siendo enterrado en la iglesia de San José el 6 de julio de 1732​. Y es uno de los nuestros.

domingo, 15 de septiembre de 2024

 

LOS CAMISAS BLANCAS



 

Tito Ortiz. -

 

Hoy se cumplen 42 años desde que, un puñado de valientes decidieron festejar la onomástica de nuestra Virgen de Las Angustias, organizando por primera vez en su historia, varias veces centenaria, una ofrenda floral. A iniciativa de Adolfo Torres y Antonio González, aquel verano de 1982, fue tomando forma la idea entusiasta de honrar a nuestra patrona, con la colaboración de una ciudad volcada en tan sorpresiva empresa: Tapizar de flores la puerta de su basílica, con el amor y el fervor de los corazones ilusionados que, de manera altruista, han hecho historia hasta nuestros días.

Confiando en la generosidad de los granadinos, aquellos hombres que pasaron a la historia con el sobre nombre de “Los Camisas Blancas”, porque fue el uniforme elegido para llevar a cabo su misión, fueron subiéndose poco a poco a una empalizada artesana, hasta formar un tapiz multicolor con todas las donaciones que los granadinos iban dejando ante la mesa del pórtico y, yo tuve la inmensa suerte de transmitirlo en directo para toda España, desde la unidad móvil de Radio 80.

Pese a la poca difusión que en aquel momento se le dio al nuevo acto, la ciudad se volcó de tal manera que, no faltó un granadino fervoroso, ni una institución pública o privada, que no contribuyera al éxito de aquella primera ofrenda floral. Desde el ramo más humilde, a la cesta más engalanada, las flores fueron tejiendo un cuadro de mil colores en la fachada basilical, ante el asombro de propios y extraños, incluso de aquellos que habiendo tenido tan genial iniciativa, se vieron desbordados por la respuesta de la ciudad. Los cimientos de una gran ofrenda floral a La Virgen de Las Angustias fueron tan sólidos, que perduran en el tiempo con carácter imperecedero.

HAY UN ANTES Y UN DESPUÉS DE LA OFRENDA

Hasta aquel año en el que San Juan Pablo II visitó a la Señora de Granada en su Basílica, la procesión del último domingo de septiembre, constituía el acto más esplendoroso en torno a la Patrona, junto con todos los cultos y la novena, con la asistencia cada día de las instituciones, asociaciones y colegios profesionales, además del resto de hermandades granadinas. Pero la ofrenda – permítaseme la licencia – aporta al catálogo de actividades en torno a Ella, una expresión más directa y espontánea del comportamiento fervoroso hacia nuestra Virgen. La procesión es un acto religioso que requiere de la sobriedad, como toda estación de penitencia, en el que el recogimiento y la oración, junto a la penitencia, deben primar pese a tratarse de un hecho que se lleva a cabo públicamente en la calle, con la contaminación lógica de todo lo que ocurre en el entorno, que se expresa en libertad al paso del cortejo.

Por el contrario, la ofrenda nos permite un mayor acercamiento al significado de la Patrona que, sin perder el carácter religioso, relaja el acercamiento hacia Ella, con caras de alegría por su onomástica, llevándole el regalo de unas flores y, expresando el amor a Ella, no solo con la oración, sino, con otros cánticos incluso alegres y festivos, como los que representan en la puerta, distintos coros y asociaciones que van, desde nuestra popular “Reja”, a unas sevillanas o fandanguillos. Se trata de expresar nuestra fe y religiosidad con alegría, en día tan importante para todos, lo que no es incompatible con rezos de mayor calado.

NUEVO HORARIO

Ya en los primeros años de la ofrenda, los datos de asistencia eran prometedores, observándose que la cola para ofrecer las flores ante la puerta, comenzaba en la misma basílica, dando la vuelta por la Acera del Darro, hasta bajar al recinto. Con el tiempo, la afluencia ha ido en aumento, hasta tal punto, que ha hecho necesario ampliar el horario. De ahí que este año, la ofrenda comience a partir de la diez de la mañana, porque también se ha observado con anterioridad  que, algunas personas no podían asistir por la tarde y, dejaban sus flores en la basílica por la mañana. También se ha tenido en cuenta para adelantar el horario, la prolongación de la jornada, hasta altas horas de la noche, por el incesante goteo de personas que nos les daba tiempo de ofrecer sus flores.

La ofrenda floral a La Virgen de Las Angustias que, vino hace 42 años para quedarse, no ha hecho más que engrandecer el mes de septiembre dedicado a nuestra Patrona, dotándola de mayor reconocimiento de sus fieles que, de manera entusiasta y totalmente entregados a la causa, han hecho suya esta ya tradición, como momento imprescindible de todo el amplio calendario de actos en Su honor. Granada acogió la iniciativa de los Camisas Blancas, con tal cariño y devoción que hoy en día, no se entendería la festividad de La Virgen sin su ofrenda floral, de una ciudad y archidiócesis que la tiene como excelso referente de su religiosidad. Es esta una ciudad amparada por Ella, que desde la mañana está pendiente del repique de su doble campanario que, distribuye sus quehaceres según los toques y que acude fervorosa a su llamada, con el regocijo de postrarse ante Ella, para agradecer los favores recibidos o, para plantearle nuevas demandas que, serán escuchadas como súplicas de hijos a su Madre y, por lo tanto, atendidas con todo su amor, pues solo así una madre quiere a sus hijos y los ampara. Hoy… Todos a la Basílica, nuestra Madre nos espera con la mirada más tierna con que nadie nos mira.

domingo, 8 de septiembre de 2024

 


PRIMERA EXALTACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS.

GRANADA, 7 DE SEPTIEMBRE DE 2024

 

Tito Ortiz. -

Cronista Oficial de Granada

 

La que habita en la carrera,

La Virgen de Las Angustias,

Solo esa Señora sabe

Que te estoy queriendo de veras.

Esto que, podría pasar por un piropo hecho oración, en realidad es una media granaína dedicada a nuestra Patrona. Y no es más que, una demostración de como su omnipotente presencia, está no solo entre nosotros, sino que la llevamos a la más alta cota de la expresión artística y flamenca, tan presente a lo largo de la historia.

La Virgen de Las Angustias es desde su presencia en Granada, algo indisoluble e inseparable de nuestro sentir, en cualquier faceta de nuestra vida. Algo que comenzó hace cinco centurias y, que cada vez está más arraigada en nuestros corazones y el vivir cotidiano, desde aquel tiempo con la cristianización de Granada, a raíz de la toma de la ciudad por los Reyes Católicos, se inicia la devoción granadina a la Virgen de las Angustias, en una ermita ribereña cercana al puente del Genil, en terreno de huertas. En esa ermita se veneraba un cuadro del pintor Francisco Chacón, donado por la reina Isabel, con la imagen de la Virgen de las Angustias.

La devoción fue en aumento y por iniciativa de veinte hortelanos de los alrededores de la ermita, en 1545, se fundó una Hermandad para rendirle culto. El libro de las Constituciones de la Hermandad, fue aprobado por la autoridad eclesiástica el 26 de octubre de 1545 y su título era «Regla y luz de Ordenanzas de la Cofradía de las Angustias y Transfixión de Nuestra Señora y de Santa Susana y Santa Úrsula». La Hermandad era de devoción mariana y tenía un carácter abierto, exigiendo a sus miembros ciertos requisitos de orden moral. Su sostenimiento corría a cargo de todos los hermanos mediante el pago de las correspondientes cuotas.

La importancia de la Hermandad fue en aumento, se le añaden nuevas reglas y el 7 de marzo de 1556 se convierte la Cofradía Devocional, en Hermandad de Penitencia y de Sangre, que realizaba procesión de disciplina pública y estación de penitencia el jueves santo por la tarde. Se portaban dos imágenes, la de Cristo Crucificado, imagen que preside la actual sacristía, y la de Nuestra Sra. de las Angustias. Este carácter penitencial se mantuvo durante el resto del siglo XVI, potenciando la veneración a Nuestra Sra. de las Angustias.

En el año 1567, por mediación de D. Juan de Austria, hermano de la cofradía, Felipe II le concedió terreno junto a la ermita, para edificar un hospital que no llegó a ser construido, alzándose en cambio, una pequeña iglesia que se acabó en 1585.

Posteriormente en 1604, el arzobispo D. Pedro de Castro la constituyó en parroquia aneja a la de Santa María Magdalena y seis años más tarde, en 1610, la hizo parroquial independiente y se colocó el Santísimo Sacramento.

La Virgen de las Angustias,

cuando sale en procesión,

los granadinos le piden

con mucha fe y devoción,

en su plegaria le dicen que no les falte la paz

y en su regazo no olvide a su querida «graná».

No podía faltar una referencia a nuestra virgen, en el baile granaíno por excelencia: La Reja, y de esta forma, su presencia en nuestro folclore se hace presente y patente. Granada, Los granadinos y La Virgen de Las Angustias forman parte de un todo único en el mundo por su importancia y trascendencia que la hacen diferente a cualquier otro tipo de patronazgos.

El deseo de dotar a la Hermandad de una naturaleza propiamente Hospitalaria se cumplió en 1674, fecha en la que se terminó el hospital, «para cura y regalo de los pobres enfermos hermanos de esta cofradía». Para su gobierno, se añadieron nuevos capítulos a las constituciones de la Hermandad. En un principio fue un hospital para uso restringido de los hermanos, pero más tarde amplió su labor asistencial y se atendieron a otros muchos enfermos, cofrades o no. En este sentido hay que destacar la gran función social que desempeñó la Hermandad y el gran prestigio que consiguió con la labor desarrollada.

El elevado coste del mantenimiento del Hospital, así como los muchos gastos y ocupaciones que gravaban sobre la Hermandad, motivó la fundación de la primera sección de la Hermandad, el Cuerpo de Horquilleros, creado en abril de 1678 a propuesta del entonces Mayordomo, el Sr. Conde de Monte Suma y cuyas reglas fueron aprobadas en diciembre de ese mismo año. Los Horquilleros debían costear la horquilla mediante el pago de una determinada cantidad y eran los encargados de portar la sagrada y venerada Imagen. El número inicial, fue de doce más el Decano, ampliándose con seis nuevas plazas en 1683. Desde entonces se convirtieron en elemento imprescindible en sus salidas procesionales, lo que le dio un notable prestigio y la pertenencia a este Cuerpo se convirtió en un gran honor. En la actualidad son más de mil setecientos los Hermanos Horquilleros., muchos de ellos son también cofrades de otras hermandades de nuestra semana santa, en una doble militancia que les honra.

A lo largo de los siglos, son innumerables las oraciones y cánticos que engrosan el rico patrimonio musical de la hermandad. Me detengo en uno al azar: El himno que, para su coronación canónica, fue compuesto nada más y nada menos que por el gran compositor, Tomás Bretón, con letra de Antonio de Zayas. Y ahí podemos decir que surge la gran colaboración e identificación de los granadinos con su patrona, pues por aportaciones individuales suman al acto, corona y manto para engrandecer a la Patrona, colaboración que hoy se mantiene, para la obra social que lleva a cabo la hermandad, de la que dependen más de 450 familias, en una prolongación de su manto protector.

En el siglo XVIII, la Hermandad alcanzaba la protección por parte de la Corona, desde que el rey Fernando VI declaraba a la Hermandad de su Real Patronato, nombrándose Hermano Mayor y vinculando esta gloriosa prerrogativa, perpetuamente en su real familia y en su descendencia. El título de Real Hermandad, se aprobó el 26 de febrero de 1747 y desde entonces el Rey es Hermano mayor perpetuo de esta Hermandad.

La ayuda de la Virgen de las Angustias sobre Granada ha sido patente en todos los tiempos y ocasiones, desde el siglo XVII el pueblo la aclamaba como su Patrona, pero era necesaria una confirmación solemne de la Iglesia. De aquí nació en todos los granadinos el deseo de pedir a la Santa Sede el reconocimiento oficial como Patrona de la ciudad, gracia que fue otorgada por el Pontífice León XIII el 5 de mayo de 1887, siendo posteriormente coronada con gran solemnidad el 20 de septiembre de 1913. Ambos son hechos gloriosos dentro de la historia contemporánea de la Hermandad y desde el citado 1887 la Hermandad puede considerarse Patronal, así como su salida procesional y los cultos principales.

Esto es la oficialidad resumida, pero la enjundia del asunto está en cada uno de los granadinos y granadinas y el sentimiento de fervor hacia La Patrona, que constituye la médula espinal de su amor por Ella.

En 1916 cuando se declara el incendio en su camarín, la ciudad se vuelca en el suceso. Heroica fue la labor del Benemérito Cuerpo de Bomberos y Zapadores de Granada. Lucharon contra el fuego en la nave de la iglesia, mientras caían cascotes a su alrededor y se temía el derrumbe de la cúpula central, de la que a la postre sólo se desprendió el cupulín y con él trozos de viga en llamas. Las bombas, sin embargo, no funcionaron bien, una por la limitación de su alcance (para tomar agua del Darro, que aun discurría descubierto justo a la espaldas del camarín) y la otra por la dificultad de su manejo. No faltaron tampoco soldados de artillería e infantería, gracias a la pronta disposición del gobernador militar, general don Ricardo Morales Vaquero, y representantes de Cruz Roja. Y por supuesto, las autoridades, encabezadas por el alcalde don Felipe Lachica, y junto a él el gobernador civil don Pedro Vitoria, el diputado a Cortes don Juan R. Lachica, el presidente de la Diputación Provincial don Santiago Oliveras, el teniente coronel de la Guardia Civil Sr. Domenech y el presidente de la Audiencia don Ramón de las Cagigas, así como los concejales Sola, Victoria o González Ortega, y los inspectores Carmona, López Contreras y Jiménez Abad. Supervisaba las labores de extinción el ingeniero municipal Montes Garzón y acudió también el conservador de la Alhambra don Modesto Cendoya.

Este desgraciado suceso, pasa a formar parte también del cante popular, pues el cantaor, Frasquito Yerbagüena, crea una letra por fandangos de Graná, que dice así.

Virgencita de Las Angustias

Vente conmigo a vivir

Mientras que los albañiles,

Arreglan Tú camarín.

La grandeza del patrimonio de la hermandad, hace posible vislumbrar en el futuro, la posibilidad de un museo, donde exponer tantas y tantas joyas documentales y artísticas, poniéndolas al servicio de los ciudadanos, para su admiración y conocimiento. Parte de ese patrimonio son las campanas de nuestra basílica, esas que el último sábado de agosto, repicaron por segundo año consecutivo, anunciando a propios y extraños, que septiembre llegaba cuajado de actos litúrgicos, dedicados a nuestra virgen y en su honor.

Actos como nuestra ofrenda floral, que repetiremos el próximo domingo 15, emulando aquella primera de 1982, que tuve el honor de transmitir  en directo para toda España, a través de la unidad móvil de Radio 80, subida a la acera en la puerta de la Sacristía, y que prolongada en el tiempo, es tal su éxito, que obliga éste año a la hermandad, a adelantar su horario a la diez de la mañana, debido a la gran aglomeración de fieles e instituciones que cada año se incorporan a esta actividad, que tanto engrandece las vísperas de la procesión. Una ofrenda con singularidades únicas, como la participación de los helicópteros de la Base Aérea, realizando una muy especial lluvia de pétalos, o la colaboración del Cuerpo de Bomberos doblemente centenario, que, con su escala, colocan en lo alto de la fachada basilical, un ramo de flores que permanece en su lugar durante todo un año.

Una procesión en el último domingo del mes, que se adueña de Granada, horadando sus calles en olor de multitudes, con granadinos que viven durante el año a miles de kilómetros, pero que ese día, no faltan a su cita con su Madre amantísima, desplazándose desde cualquier lugar del mundo, para estar aquí y poder verla para coger fuerzas y, esperar otro año en la diáspora sin poder contemplarla. Cogen las fuerzas necesarias, para resistir doce meses sin poder ver a su Virgen de Las Angustias.

Gerardo Aranda Taboada habla así de los palieros: El Cuerpo de Hermanos Palieros, es una de las ramas que componen la Hermandad. Este cuerpo es heredero de aquellos primitivos veinte hortelanos que fundaran la Hermandad allá por 1545. Es el Cuerpo más pequeño, cuenta con unos 180 miembros aproximadamente, caracterizado porque deben ser preferentemente hortelanos o sus descendientes, todos ellos de la Vega de Granada.

Nuestra función dentro de la Hermandad, es participar activamente en todos los actos que se programan durante todo el año y específicamente acompañar a la Santísima Virgen con el palio o toldilla durante el desfile procesional y cubrirla en todos los momentos que sea necesario. El palio es parte del trono de la Virgen, y no se puede entender como algo independiente. Es especialmente bello ver salir a nuestra Madre de su Basílica bajo palio el último domingo de septiembre.

El reducido grupo de camareras, está compuesto por unas mujeres escogidas, para llevar a cabo el acto más íntimo de nuestra Patrona: Su vestimenta, cuidado y aderezo. Se trata de un cuerpo tan antiguo como la hermandad, conservado a través de los años, con las más estrictas reglas, que constituye todo un privilegio para las damas que lo componen, que llevan a cabo la labor más importante centrada en el rico ajuar de La Virgen, con el resultado esplendoroso de su estética ante nosotros.

Hermanas cofrades, Mayordomos, Oficiales y acólitos, completan las filas de un cortejo tan nutrido, que cuando nuestra señora sale a la calle, a veces, el inicio de la procesión ya está de regreso, lo que deja ver a las claras, la cantidad de componentes que forman en sus filas, sin olvidar las eternas promesas, que en agradecimiento por los favores recibidos nos acompañan, haciendo de nuestra procesión algo único e irrepetible.

Y es que Señora, Granada te adora, rociando el largo cortejo con vivas a Tú persona, que salen espontáneamente de gargantas henchidas de amor a Ti. Mientras, en el interior de la procesión se suceden los canticos en Tú honor, con la coral que lleva Tú nombre, los rezos en voz alta, o esos que musitan entre labios anónimos, aquellos que te adoran. Velas encendidas y pies descalzos, rubrican Señora el agradecimiento eterno hacia Vos.

Una procesión Señora que, este año, gracias a los buenos auspicios de nuestro arzobispo, José María Gil Tamayo, en lugar de rodear incomprensiblemente la Catedral, a la llegada del cortejo, entrará para hacer estación de penitencia en su interior por la Puerta del Perdón, para salir por la de La Encarnación a la Plaza de Las Pasiegas, donde la muchedumbre estará esperando para vitorearte, equiparando así la historia, pues Tú fuiste parte importante y primigenia de nuestra semana santa.

En una Granada que para Tú salida, se siembra de puestos con frutos que anuncian el otoño, como las acerolas, almencinas, maholetas, azofaifas y membrillos. Con las afamadas tortas de “La Virgen”, punto esencial de nuestra tradición gastronómica en honor a Ti Señora de la ciudad y su archidiócesis.

Y llegado este momento Señora, quiero rendir homenaje de admiración y respeto, a todos mis compañeros y compañeras de los distintos medios de comunicación, prensa escrita, radio, televisión y digitales, que no solo el día de la procesión o la ofrenda, sino que, durante los actos de septiembre y todo el año, difunden a los cuatro vientos la gran actividad religiosa y social que Tú hermandad lleva a cabo. Son portavoces imprescindibles y necesarios para general conocimiento, de la importante labor que, desde su Junta de Gobierno, se irradia a la sociedad, con la diadema de Tú nombre, Santísima Virgen de Las Angustias.

Permíteme Señora que éste viejo periodista, recuerde aquella década de los setenta del siglo pasado, cuando llegué a la redacción del Diario Patria, y mí redactor jefe, José Luís Kastiyo, - a quién cobijas bajo Tu manto desde hace unos días- me encargó la información de Tu novena y procesión. Recuerdo que en 1981, cuando Melchor Saiz Pardo, me llevó a Ideal, fui llamado al despacho del Subdirector, Antonio Márquez Villegas, que en la mesa tenía una imagen tuya de buen tamaño, y lo primero que me encargó, fueron unas cuantas páginas para el Cuadernillo especial que el periódico viene editando desde hace tantos años, con motivo de Tú salida procesional, así que de esta manera, incluida la transmisión de Tú cortejo para Radio Popular de Granada, en mi actividad profesional durante cincuenta años, Tú has sido también parte de mi trabajo, un trabajo que siendo para Ti, no lo es, todo lo contrario, es otra manera más de disfrutarte y de creer en Ti.

Es tanto el amor que infundes en todos nosotros que, solo con ver Tu imagen, se alegran nuestros corazones. Uno de los primeros recuerdos que tengo de mi infancia, es de cuando llegaba a mi casa del Alabayzín y veía Tu imagen representada en lata, clavada con cuatro puntillas en la puerta. Es rara la casa de un granadino en la que no estés representada, de una forma u otra. Ya no se lleva clavar en la puerta Tu foto, pero en mi caso, por ejemplo, al abrir la puerta, lo primero que el visitante observa es una hermosa foto tuya, reposando en Tu camarín. Hay quienes tienen esculturas tuyas que cualquier habitación y de distintos tamaños. En mi patio – entre el rosal y el jazmín - hay un plato de Fajalauza con Tu rostro. Te he visto en los salpicaderos de los coches, en las carteras junto al carnet de identidad, en los monederos, en las carpetas colegiales y como separador de libros. Los granadinos necesitamos sentirte cerca y verte continuamente. Una medalla, unos pendientes, una pulsera, un pin de solapa, cualquier cosa con Tú imagen y cerca de nosotros.

Y a nuestros hijos, los educamos en Tú culto. Mi mayor hizo la primera comunión a Tus pies, el pequeño fue bautizado aquí y pasado por Tu manto. El caso es que desde que tienen uso de razón, están acostumbrados a verte y a que estés en nuestras vidas, como el resto de los granadinos, no es nada especial es lo que Tu te mereces de todos nosotros.

Pero si yo tuviera que escoger, alguna de las formas en que los granadinos profesamos nuestra fe en Ti y, hacemos patente nuestro amor a todo lo que representas, optaría por esos comportamientos casi anónimos que se dan en torno a tu figura. Hablo de esa persona que en silencio entra sola a la Basílica, se arrodilla ante Ti, musita una oración y se despide de la misma forma, sea la hora que sea. Esa otra que, pasando por la puerta, no entra, pero se persigna y continúa su camino, o aquel caballero que pasando por la Carrera, se quita el sombrero al llegar a Tu puerta y continúa, pero mis ojos de niño, no olvidan unas imágenes irrepetibles que sucedían ante Tu puerta, cuando el subteniente “Matajacas”, héroe de guerra condecorado con la cruz laureada de san Fernando, bajaba de uniforme hacia la basílica, a lomos de su jaca blanca, y en llegando a la puerta, el animal bien domado, se giraba dando el frente a la fachada, doblando sus manos hasta quedar de rodillas ante Ti, mientras el militar, erguido en la silla, se mantenía durante unos instantes en el primer tiempo del saludo. En estos momentos Señora, yo soy ese caballo blanco arrodillado ante Ti, dándote las gracias por haber permitido que te haya exaltado. Siempre a Tus pies Señora y Amparo de Granada.

 

 

 

 

 

 

 


DE CASQUERÍA FINA

 

Tito Ortiz. -

 

No se estila, ya sé que no se estila, pero antes en las casas normales, la comida de medio día se comenzaba a preparar muy de mañana, de tal forma que, tras el desayuno, ya se comenzaba a oler por toda la casa la preparación del primer plato y único del día. En la mía, mis hermanos y yo jugábamos a acertar que estaba guisando la abuela, porque algunos olores eran parecidos y llamaban a confusión.

El olor a cocido -por ejemplo- había que ser un experto para adivinar si se trataba de un puchero al uso, con sus garbanzos, patatas “desgajás”, y su “pringá”, o si, por el contrario, se trataba de una especialidad de la abuela que era el puchero de coles, con su aroma característico. Otras veces nos engañaba a todos porque nos hacía un puchero que había aprendido de su cuñada “La Chata” en su cueva del Sacromonte. Y es que a todo lo habitual del cocido, le echaba unos fideos gordos de cazuela y unas habas frescas de temporada. Aquel cocido no se lo saltaba un gitano con alpargatas nuevas. Después de la comida, la sacábamos a hombros por todo el Albayzín, aunque en los últimos años lo hacíamos a la sillita de la reina.

De mi abuela Juana, yo podría escribir no un libro, sino varios. Aquella mujer de raza que, sin saber leer ni escribir, no se equivocaba en las cuentas y, sobrevivió a la República y a la guerra del 36, sin estar en ningún bando. Que lo único por lo que luchó en la vida fue por sacar a su familia adelante, levantándose todos los días a las cinco de la mañana para ir a trabajar, siguiendo la jornada en tres habitaciones donde vivíamos todos sus hijos, su yerno y su nieto que era yo, siendo su pasión la cocina al mejor precio. A la fuerza ahorcan.

UN MILAGRO CON POCAS PESETAS

Éramos tantos en casa que la administración era lo suyo. Cuando alguna mañana se dirigía a “La Guifa”, nos poníamos todos contentos porque ese día no utilizaríamos la cuchara sino el tenedor. La abuela volvía con unas morcillas de lustre en su cesto de esparto que, después se convertían en sangre encebollada o, con tomate. Un plato solo al alcance de los elegidos. Dominaba como nadie el asunto de la casquería y, la guisaba que quitaba todas las “tapaeras del sentío”. Imposible olvidar su lengua de vaca estofada, merecedora -sin duda- de alguna estrella Michelín. Y no digamos nada de, su asadura encebollada, que en su ausencia yo busqué en alguna ocasión en ventorrillos acreditados como “Las Perdices”, en Las Conejeras, y ahora la degusto en “Castañeda” con su sabor tradicional.

Las mollejas exquisitas, como sus riñones al Jerez que, probé con delectación años más tarde en el restaurante “Salvador” en la esquina de San Antón. La abuela Juana hacía unas manitas de cerdo en “ajopollo” imposibles de superar, y si hablamos de las manos de borrego, eso era alcanzar el cielo con aquella salsa con vino. Empana los filetes de hígado como nadie, y ya que hablamos de empanar, nos decía que ella había comido mucha carne de caballo y salchichón de burro, que en los años de” la hambre” había que conseguirlos de estraperlo.

ESTABLECIMIENTOS ACREDITADOS

Cuando desapareció la abuela, me dediqué a buscar por Granada las cosas que ella nos guisaba. Los filetes de carne de caballo no tuve que buscarlos. Me los encontré un día si y otro no, en el campamento de Viator, donde empecé la mili, sigo pensando que estaban buenos. Su tortilla Sacromonte, o muy parecida, en “La Mosca” del Sacromonte, aunque ahora la pueden degustar -si van de mi parte- en el Restaurante “León” de los hermanos León Guerra en la calle del Pan. No se arrepentirán.

Con respecto a los callos, he de decir que mi abuela los lavaba hasta que estaban casi transparentes, y en su salsa picante se nos iba más de una hogaza de Alfacar. Con el tiempo los localicé en el callejón de Arjona, entre Puentezuelas y Alhóndiga. Se llamaba Restaurante “Los Pinetes” y su dueño me contó con orgullo, cuando lo entrevisté para el Diario Patria que, un jeque árabe en visita a La Alhambra, se escapó de su escolta para venir a probarlos, y fue tal su satisfacción que, cuando volvió a Arabia, le mando un reloj de oro macizo. Yo ahora los como en “Los Migueles” a la entrada de Armilla.

Durante los años setenta y principios de los ochenta, entre la calle Boteros y Mesones, en el bar, “La Oficina”, se servían de tapa sus famosos y muy acreditados “Cupidos”. Se trataba de filetitos de corazón de pollo, ensartados en un palillo de dientes, y a la plancha con un aliño muy parecido al de los pinchitos morunos. Aquello era un placer de dioses.

Y aunque no se trate de casquería, no me resisto a hablar aquí de otro plato, más “granaíno” que la calle La Colcha. Los caracoles, mi abuela los tenía tres días, con sus tres noches en harina, para que soltaran todo lo que tenían dentro. Después se iba al lavadero a limpiarlos y que soltaran todas las babas. Y tenía un secreto para que luego fuera más fácil sacarlos a la boca, en lugar de echarlos en el agua y que hirvieran, los volcaba cuando ya estaba en ebullición, y así no se encogían y se metían dentro. Los de “La Patrona” junto a la basílica de Las Angustias eran famosos, como también los de Manolo y “El Pañero” en la plaza del Aliatar.

 

 

lunes, 2 de septiembre de 2024


UN MAL DE NUESTRO TIEMPO

Tito Ortiz.-


 En una casa, cuando la droga entra por la puerta, la felicidad sale por la ventana. Está comprobado que una adicción, sea del tipo que sea, no solo supone el deterioro físico y mental de quién la padece sino de todo su entorno. La familia se pone toda patas arriba y las consecuencias de esa adicción pasan factura a todos, de una manera u otra, con situaciones que en muchos casos terminan en cárcel o la muerte.

La realidad es así de cruel porque además, la gravedad del asunto se muestra cuando ya está en fase perentoria. No olvidemos que existen drogas como el tabaco, el alcohol y otras, que están socialmente e incomprensiblemente aceptadas por la sociedad, lo que nos lleva a presenciar que estas suponen la puerta de entrada en muchas ocasiones, para acceder a otras mucho más invalidantes, sin olvidar las modernas adicciones a móviles, vídeo consolas o tablet, que van aislando al consumidor de la sociedad, mal formando su educación, creándole serios problemas para socializarse con el entorno.

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LO DE AHORA, ES PEOR

Atrás quedaron los años del clásico porro, la heroína o la cocaína, tan letales para la salud de nuestros jóvenes. Ahora las opciones del 'pastilleo' suponen la más seria amenaza pues cada vez más están compuestas por sustancias o cócteles de ellas, muy agresivas para el organismo que causan trastornos mentales rayando en la locura y eso está en la puerta de la calle. A veces para nuestra juventud es más fácil acceder a ellas que al consumo de alcohol, lo que supone convivir con el enemigo en casa.

Hay familias arruinadas por las máquinas tragaperras, trayectorias laborales que terminan en la cola del paro, empresas que han desaparecido dejando un reguero de deudas y caos tras de sí. Vidas arruinadas, separaciones matrimoniales, familias desestructuradas en ocasiones, con desenlace fatal para el adicto o alguno de los suyos.

Dicen que esto es un mal de nuestro tiempo imposible de erradicar, mientras los que producen la droga y la colocan en el mercado se hacen multimillonarios a costa de la vida de los más vulnerables y el destrozo familiar que ocasiona su consumo. Aunque afortunadamente no está todo perdido porque una mayoría social viene diciendo reiteradamente 'no a las drogas' y a esas otras adicciones que sin sustancia de por medio, producen un daño letal en nuestra sociedad ocasionando un lastre de lucha y frustración permanente cuando no, una herida irreversible.

LUZ AL FINAL DEL TÚNEL

Afortunadamente, un equipo multidisciplinar y gratuito, que pone la Diputación de Granada a nuestro alcance, sirve para luchar contra cualquier tipo de adicción y poder salir del pozo. Un puñado de hombres y mujeres que abarcan todas las terapias necesarias para ayudar a quienes quieren rehabilitarse e insertarse de nuevo en la sociedad, para luchar contra esta lacra que un día los apartó, dejándolos en la cuneta de la vida sin esperanza ni futuro.

El Centro Provincial de Drogodependencias constituye el eje operativo del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones en la provincia, en lo referente a prevención, asistencia e incorporación social. Funcionalmente es el referente a escala técnica en el desarrollo e implementación del Plan Andaluz sobre drogas y adicciones, con competencias en la planificación, coordinación y seguimiento del Plan Provincial de drogas y adicciones. Se creó en diciembre de 1987 mediante un convenio entre la Diputación Provincial de Granada y el Comisionado para la Droga de la Junta de Andalucía.

El Centro Provincial de Drogodependencias junto con los Centros de Tratamiento Ambulatorio de Motril, Almuñécar, Loja, Guadix, Baza, Iznalloz, COIS Norte, el Equipo de Apoyo a Instituciones Penitenciarias y el Centro de Día, forman el Servicio Provincial de Drogodependencias y Adicciones. Prestando servicios de información, orientación y asesoramiento donde trabajadores sociales y otros profesionales se encargan de administrar las intervenciones adecuadas a cada caso.

Teniendo como centro de operaciones el hospital de San Juan de Dios, estos profesionales se entregan a la difícil tarea de recuperar muchas vidas que en algún momento la sociedad daba por perdidas. No les falta ni capacitación ni entusiasmo para ofrecer a la sociedad que nos alberga, las soluciones necesarias para sacarnos de la vía muerta y ponernos de nuevo en circulación con destino a una estación llamada esperanza, rehabilitación e inserción. Su labor callada y fuera de la foto, les hace pasar desapercibidos para muchos, pero me da la impresión de que parte de la sociedad les debemos reconocimiento y admiración por su labor de entrega a la causa, que otros rechazarían por su dificultad.

LA FAMILIA

Pero si la Diputación de Granada, a través del CPD, pone a nuestro alcance, las herramientas necesarias para emerger a la vida de nuevo, no hay que olvidar que uno de los pilares fundamentales e imprescindibles para que la nave llegue a buen puerto es, la familia de la persona con adicciones.

Sin ese apoyo la tarea no está exenta de algunas vicisitudes indeseables para el éxito de la rehabilitación. Con el convencimiento del adicto a reestablecerse y la familia apoyando su decisión, el éxito está garantizado. La colaboración entre los familiares y los terapeutas, constituyen la base fundamental de un proceso que no es fácil, pero que tiene todos los argumentos para llegar a un final feliz.

Una familia que, por cierto, también recibe la ayuda gratuita de estos profesionales, pues no hay que olvidar que, en todo proceso de desintoxicación se produce un desgaste emocional y a veces físico en los familiares, que es atendido por estos magníficos profesionales, a los que cada día admiro más y les estoy más agradecido porque su labor para con la sociedad que los alberga es impagable.