domingo, 23 de noviembre de 2025

 


FELIZ CUMPLEAÑOS MAESTRO

 

Tito Ortiz.-

 

No todos los días se cumplen 149 años. Lo bueno de haber sido un artista universal es que, nunca mueres por muchos años que pasen desde tú nacimiento, si la obra que creaste perdura en el tiempo para honor y gloria de tú nombre y, además, sirve de base y referente para otros creadores, sin olvidar a los cientos de miles que esas partituras hacen felices con el solo hecho de poder escucharlas y admirarlas. Y eso es lo que ocurre con el maestro Falla, su obra y trascendencia que sigue sirviendo de inspiración para tantos otros creadores, soportando con total vigencia el duro paso del tiempo, como si hubiera sido creada en estos días, algo solo al alcance de un genio de su tiempo que, supo adelantarse al futuro hasta el punto de lograr absoluta vigencia en la actualidad. Su inacabada Atlántida así lo atestigua en la versión que nos ha llegado post mortem de su alumno preferido, Ernesto Halffter.

Manuel María de los Dolores Clemente Ramón del Sagrado Corazón de Jesús Falla y Matheu, nació el 23 de noviembre de 1876 a las seis de la mañana en el domicilio familiar de la plaza de Mina n.º 3, en Cádiz. Fue el hijo mayor del matrimonio formado por José María Falla Franco, un acomodado comerciante de origen valenciano, y de María Jesús Matheu Zabala, proveniente de una adinerada familia industrial catalana, aunque ambos eran de la tacita de platas.​ Tuvo cuatro hermanos: José María «Pepito» (nacido 2 años después que Manuel), María del Carmen (seis años más joven), Servando y Germán, los dos últimos eran gemelos y 13 años menores que él. Lo bautizaron en la iglesia católica de Nuestra Señora del Rosario el 26 de noviembre. Los fallecimientos de su abuelo materno en 1884, su tía Magdalena durante la epidemia de cólera de 1885, y sus hermanos Pepito en la misma época y Servando al poco de nacer en 1889, lo impactaron enormemente. Se dice que Manuel contrajo tuberculosis en su infancia. Todo ello, unido a su débil complexión, hizo que desarrollara una obsesión por la limpieza y miedo a contagiarse y enfermar.

 

LO MÁS CONOCIDO

Entre sus obras más célebres se encuentran la pantomima El amor brujo, el ballet El sombrero de tres picos, las Siete canciones populares españolas para voz y piano, la Fantasía Bética para piano y Noches en los jardines de España, todas ellas compuestas al regreso de su estancia en París. Además, compuso la ópera La vida breve, una ópera para marionetas, El retablo de Maese Pedro, el Concierto para clave y cinco instrumentos, varias zarzuelas (aunque la única que se representó fue Los amores de la Inés) y varias obras vocales, para piano y música de cámara.

Con el paso del tiempo sigo prefiriendo el Concierto para Clave pero, ya saben que, yo soy un tipo bastante raro y malafollá, así que no me hagan caso y disfruten de la música de Falla en toda su magnitud pues, no hay nada des aprovechable en su creación, ni siquiera esas zarzuelas que nunca llegaron a estrenarse.

El poder de su música y su vasta formación, le llevaron a ejercer una gran influencia sobre el Grupo de los Ocho y la Generación del 27. El Archivo Manuel de Falla, en el auditorio que lleva su nombra, guarda numerosas fotografías, cartas, partituras, manuscritos y otros documentos del compositor, que así lo atestiguan pues no hay que olvidar que, a los doce años, sus intereses eran principalmente la literatura y el periodismo. En 1888, junto con un grupo de amigos, fundó y dirigió la revista literaria casera El Burlón y, en 1891, participó en una segunda titulada El Cascabel, que también terminó dirigiendo. En esa época, se especula que compusiera una ópera en cuatro actos llamada El conde de Villamediana, de la que no se conserva la música, pero sí el libreto, que estaba inspirado en obras del Duque de Rivas. Alrededor de 1892, cuando tenía 16 años, compuso su opus n.º 1, Gavotte et Musette para piano.​ A los diecisiete años, según confesó el propio Falla en una carta en 1928 a su biógrafo y amigo Alexis Roland-Manuel, decidió que su vocación era la música.

GRANADA

En 1919 vino a Granada, donde entabló relación con Antonio de Luna García, Federico García Lorca, Miguel Cerón, Fernando de los Ríos, Hermenegildo Lanz y Manuel Ángeles Ortiz, entre otros, y pudo conocer con mayor profundidad el flamenco y el cante jondo. En 1939 y finalizada en España la Guerra civil, se trasladó a Argentina, donde vivió hasta su fallecimiento en 1946. Pero su conocimiento del flamenco había comenzado en 1901, cuando conoció a Felipe Pedrell, quien fue una notable influencia en su posterior carrera, ya que despertó en él el interés por el flamenco y, en especial, por el cante jondo. Pedrell impartía clases en el Conservatorio y el Ateneo. Melquiades Almagro, un rico amigo de Falla, pagó las lecciones que recibió de Pedrell. Ese año Falla también compuso Cortejo de gnomos y Serenata, ambas para piano. El 12 de abril de 1902 se estrenó Los amores de la Inés, la única de sus zarzuelas que se representó, en el Teatro Cómico de Madrid y tuvo veinte actuaciones, realizadas por la compañía de Loreto Prado y Enrique Chicote. Ese mismo año conoció a Joaquín Turina y Federico Chueca, que lo ayudó y apoyó sus zarzuelas, y la Sociedad de Autores publicó Vals-Capricho y Serenata andaluza. De esta manera, cuando llegó a Granada, no es extraño que fuera uno de los impulsores del primer concurso de cante jondo de toda la historia, porque su amor por el flamenco yan venía de antes.

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