martes, 29 de septiembre de 2015
TIEMPO DE MECEDORES
TIEMPO DE MECEDORES
Tito Ortiz.-
Desde ahora y hasta que entre el Invierno, en Granada siempre fue tiempo de mecedores. Desde San Miguel y hasta que agonice el Otoño, junto con las majoletas, almecinas, azofaifas, acerolas y demás frutos “ de la Virgen”, tortas de cabello de ángel, granadas, avellanas y nueces, los granadinos hemos disfrutado de una cuerda echada a un árbol, como tiempo de divertimento, viéndole las piernas a las mocitas casaderas durante el balanceo, junto a la bota de vino y una fiambrera, con su correspondiente tortilla de patatas, sus pimientos fritos, y una hogaza de pan. Es tiempo de, a modo de cerbatana, utilizar un trozo de caña hueca, y escupir por su interior y con fuerza, los huesos de las almencinas, para dejar mal heridos cogotes del enemigo, o pabellones auriculares de los incautos. Es ahora cuando la Granada capitalina, huye atravesando el Albayzín, pasa por el arco de Fajalauza, y se encamina al cerro de San Miguel. La acampada hasta el atardecer, deja en el aire viejos cantares de columpio, cuya tradición castellana, se entremezcla con la flamenca, en aire por bamberas y otros estilos aflamencados, que mejor que yo explicaría, Miguel Burgos Única, “El Cele”. El novio, dobla su chaqueta a modo de almohada, y la pone de asiento, en la parte curva de la cuerda que pende del árbol, para que su novia no sufra rasguño alguno en sus posaderas, mientras la empuja suavemente por la espalda y el sutil balanceo es acompañado por letrillas al uso y costumbre, interpretadas con más voluntad que acierto:
La bamba está bien sujeta
con una soga en ca lao
meciéndote se te aprietan
mis manos a tu costao
Larga ha sido la caminata desde la baja Granada, por eso buscan todos la Fuente de “La Bolilla”, o del chorrillo, en la cuneta derecha de la carretera de Murcia, antes de llegar al monte del sombrero, llamado así por los parroquianos, dada su forma de esa prenda de tocado de los prelados. Pero antes, nada más cruzar desde Haza Grande a la nacional, hemos pasado por la muy acreditada, “Venta del Loro”, donde al caer la noche y hasta el amanecer, se puede escuchar el mejor cante flamenco de la tierra, abrigado por los brazos ebúrneos, de una dama de la noche, al aroma de un cigarrillo rubio de contrabando.
La fuente de “La Bolilla” es famosa por las virtudes de su agua cantarina, por eso los vecinos hacen cola disciplinadamente, para llenar por turno su damajuana, y tener agua saludable en sus casas. Otros más avispados, aguardan también para lavar sus coches, enfilados en la cuneta. Estamos a mitad de camino entre Haza Grande y El Fargue, y junto a ésta fuente, se escuchan las conversaciones más sustanciosas, los rumores más actuales, y la incógnita con la que terminó ayer en la radio, el capítulo de “Ama Rosa”, una tragedia en las ondas que tiene en vilo a la vecindad, en la hora perversa de la sobremesa. No son pocos, los granadinos que han optado por escoger otro paisaje no menos atractivo para llevar a cabo éste día de campo y cante. El cerro del Aceituno, cuenta con bastantes adeptos, que orientan sus pasos a la fuente del mismo nombre, y aunque ahora es coronado por la ermita del arcángel San Miguel, no hay que olvidar que antes la zona fue mezquita y atalaya vigilante. Años más tarde, los amables franceses, tan atentos siempre con Granada, dejaron el sitio como un solar, pero con el tiempo fue reconstruido, y es digo de admirar como en éstos días del otoño cincuentil, el cerro es salpicado por mecedores multicolores, rodeados de familias que descansan sobre una manta, oyendo el cante de sus mayores, mientras los hombres se juegan una ronda a las cartas. Desde el Sacromonte a San Miguel, hay un paseo a la vera de la muralla, que en corta peregrinación se realiza, al son de viejas coplillas, regadas con vino costa de la bota, y agua cristalina de la cantimplora. La abuela salva los obstáculos en la sillita de la reina, que entrelazan sus hijos y nietos. Los niños son portados a cucurumbillo, los novios del brazo, los matrimonios a prudente distancia, todos disfrutan de una jornada de campo y cante en la ciudad de la Alhambra, esa que tienen frente a sí, desde el balcón privilegiado de éstos cerros que rodean la ciudad, que a tan sólo unos minutos andando, permite cambiar el bullicio capitalino, por la paz y la tranquilidad del campo, sin perder el cordón umbilical con Granada. Desde la Fuente de La Bolilla, proseguimos a San Gabriel, y de ahí al Fargue es un paseo. Con un poco de suerte, lo mismo cogemos ensayando al maestro Alonso, con la banda de obreros polvoristas, lleva desde los dieciséis años dirigiéndolos, y es un primor. Mientras suenan de fondo, el crujir de las cuerdas de los “merseores granaínos”, y la voz afillá de algún novio cantando a su amada: La niña qestá en la bamba...
lunes, 28 de septiembre de 2015
EL CAPITÁN TAN Y LOCOMOTORO
EL CAPITÁN TAN, Y LOCOMOTORO
Tito Ortiz.-
Por fin, el comedor de ancas de rana no está en las listas al Senado. El cejijunto Macario del aeropuerto, que acostumbra a amenazar y cesar a los periodistas por teléfono, no repite a la cámara baja. Por una vez, y sin que sirva de precedente, los socialistas granadinos, han decidido prescindir de la vieja guardia pretoriana de tic neofascistas, para hacer unas listas a las cámaras, en las que destacan la gente que trabaja en serio por el socialismo granadino, y la que se lo merece por méritos, emparedando a los que ya es hora de ir promocionando, porque lo que está claro, es que cuando se escucha a las bases, por mucho que la dirección provincial quiera “reconducir” los dictados de la militancia, las listas salen más espercojás, y eso en los socialistas granadinos, hace años que se esperaba. Mientras el lerdo ilustrado, otrora máximo responsable de la prepotencia y el autoritarismo en el soe granatensis, se entretiene en la costa a ver los barcos venir, creyéndose – como buen energúmeno engullido por su propia soberbia – “memocapitán” de la mar océana, salvador de la patria, y por supuesto, director en la sombra de mucho de lo que ocurre en La Torre de La Polvora. Pero mientras sea él solo el que se lo cree, el asunto está en vías de solución. Como buen fontanero de las cloacas que fue en su día, el de la pequeña, o paquito fotos, como se le llama en el ambiente, no parará hasta devolverle el zarpazo a la cañonera, y no será extraño que en esa vil acción, se haga acompañar por su Pit Bull, el ya ex senador, devorador de anfibios anuros, todo, entre colegas que tienen mucho que callar, antes de volver a su trabajo, que por cierto es desconocido, ya que el cuenta barcos, siempre comió de lo que llevaba el sello del socialismo y su amiguito, casi también.
Lo socialistas granadinos, endogámicos desde la noche de los tiempos, hace tiempo que perdieron la calle, al tratarse sólo entre sí, y no abrirse a las nuevas ideas y las nuevas corrientes. El hecho de tratarse sólo entre ellos mismos, ha hecho del socialismo granadino, una especie de secta que percibe la realidad como algo distante, pues solo ellos y entre sí, tienen la verdad de la vida. Eso, unido a que la confección de las distintas listas electorales, siempre ha estado enmascarada eufemísticamente, en aires de libertad y democracia internas, aunque la realidad ha sido muy distinta durante años en que, el continuismo y el clientelismo y los panes “emprestaos” en otros apoyos, han tenido su recompensa no sólo en ir o no ir en una lista, sino en que puesto, que es lo más importante. La disciplina de partido aplicada hasta sus últimas consecuencias, ha convertido a la militancia en resignados de lengua mordida, por temor a no salir en la foto, con un silencio pactado de, si no te muestras disconforme, es posible que en el próximo reparto de prebendas te veas beneficiado/a, incluso quién sabe si recompensado/a por tu silencio cómplice, que ha hecho de la confección de las listas y los cargos de confianza, un caramelito para los afectos al líder, que escupiendo sobre el legado, los principios y la memoria de Pablo Iglesias, lleva a rajatabla aquello famoso de; El que no está conmigo, está contra mí.
Que eso ocurra en un partido de derechas, no está bien, pero a fin de cuentas, ¿qué tradición democrática tienen las derechas en España, que no sea el prietas las filas, obedecer ciegamente, y comulgar con ruedas de molino?. Pero que eso ocurra en un partido con vocación permanente de ser la izquierda española, y con capacidad demostrada de llevar éste país a buen puerto, deja a las claras, que el mallazo tiene los agujeros muy grandes, y en el seno de los socialistas granadinos, se nos han colado una panojilla de individuos, - no más- que jamás deberían haber entrado a formar parte del sacrosanto cabildo de las izquierdas hispanas. Son la deshonra del socialismo español, y los tenemos aquí. Gentuza sin oficio ni beneficio, asidos a la poltrona para seguir medrando, en ese nauseabundo letargo, del que vela las armas, para a traición y de madrugada, asaltar el poder, teniendo como credenciales, las investigaciones internas e íntimas de cada cual, con las que se asegura el silencio de los disidentes. Alérgicos a la llamada regeneración política, son los reyes del trueque y las dádivas, del cambalache y la traición, son como el argumento de un tango arrabalero, incrustado en la inocencia, son la escoria que contamina un partido de historia intachable, con grandes y desinteresadas individualidades con auténtica vocación de servicio al ciudadano, son los parásitos que viene a servirse de la política, a perpetuarse en ella, porque fuera de ella nada son y a nadie importan. Son tumores que hay que extirpar cuanto antes, sino queremos que el cáncer avance y termine con el paciente. La política es un arte, el partido socialista, su mejor exponente, y éstos dos cabestros no están a la altura.
lunes, 14 de septiembre de 2015
ESTAMOS VIVOS DE MILAGRO
ESTAMOS VIVOS DE MILAGRO
Tito Ortiz.-
Los niños de los años cincuenta, somos unos desclasados, que vivimos de chiripa. Ni siquiera tenemos el orgullo de ser niños de la guerra, que fardaban de sufrimiento y desgracia con toda la razón del mundo, porque vivieron en primera persona, como éste país se abrió en dos, como un volcán diabólico, permitiendo que la matanza entre hermanos fuera moneda de curso legal. Ni tan siquiera somos niños de la postguerra, con derecho a pasar hambre, con padres depurados o huidos al monte. Los de la década de los cincuenta, estamos socialmente en tierra de nadie, hasta el punto de que nunca se habla de la generación del cincuenta, a pesar de que fuimos discriminados hasta en el colegio, separados por sexos, obligados a hacer la primera comunión, a ser confirmados, a estudiar en El Catón y la Enciclopedia Álvarez, en colegio nacional, con crucifijo escoltado por fotos de Franco y José Antonio, sobre la cabeza del maestro. Los niños de los cincuenta vivimos, porque en el mundo tiene que haber de todo.
¿Cómo es posible sobrevivir a un ataque de hipo, si por todo remedio, te pegan en la frente una bolita de lana con saliva, cuyas hilas han sido extraídas a pellizcos, del propio jersey que llevas puesto?. Soy un niño, al que le curaron el estreñimiento, metiéndole por el culito, el rabito de una hoja de higuera, o una cerilla de aquellas del vástago marrón encerado. Cuya madre, utilizó por esponja un estropajo de esparto, y por gel cremoso e hidratante, una pastilla de jabón Lagarto, que una vez restregado por el bloque de sosa y aceite, era friccionado por mi escuálido cuerpo, dejándome escamondado, exfoliado y desparasitado para toda la semana. Las heridas se me curaban con polvos de Azol, que nada más entrar en contacto con la piel, se convertían en una piedra que a modo de costra, taponaban y emponzoñaban, más que curaban. Para el dolor de oídos, pañuelos calentados con la plancha de carbón. Para el resfriado, una untura en el pecho y la espalda con Aguarrás, y un papel de estraza en el tórax, con las cenizas calientes del brasero de picón. Sólo años después, pude acceder a los parches Sor Virginia. Para el dolor de muelas un chorreoncito de coñac en la boca, volcada hacía el lado del diente en cuestión y, luego escupir el contenido para no coger una cogorza infantil. Los piojos y las liendres me los quitaron con un mejunje casero que hacía mi madre, echando en un bote de cristal medio litro de alcohol, un buen puñado de los huesos negros de la chirimoya, y cuando aquello tenía el color amarronado, con un algodón me lo restregaba por el cuero cabelludo, y a continuación una larga sesión de pasar y pasar de liandrera, para acabar con los bichitos muertos.
Es un milagro para el que la ciencia aún no ha encontrado explicación, que los niños de los años cincuenta, todavía podamos contarlo. Crecimos por la caridad de los yanquis, a base de queso americano y leche en polvo. Cuando las costillas se me contaban a simple vista, y las cuencas de los ojos se hacían grandes y negras, hasta hundirlos, mi madre me arreaba en ayunas, una cucharada sopera de aceite de hígado de bacalao, para que el estómago se me retorciera como una toalla vieja, y las papilas gustativas me fueran castradas de por vida. Debo añadir a infancia tan infausta, que también fui zaherido, con friegas de alcohol en los pies para soportar los zapatos pequeños, que había que aprovechar hasta el sorteo de la mili. Que sangré durante años, gracias a las rozaduras de, unas indomables sandalias de Segarra. Que sobreviví - no sé como - a la misa en latín de espaldas a los fieles, a toda una noche en ayunas para poder comulgar al día siguiente, y a las preguntas insidiosas de curas pederastas en los confesionarios. Las inyecciones de Penicilina, muy moderna entonces, me hicieron unos vejigones en los cachetes, que dolían más que la propia acción del líquido lechoso rompiendo el músculo, y que tardaba más de una semana en desaparecer, hasta el punto de tener que sentarte en una postura oblicua, a modo de retorcida esfinge descangallada. Nos vacunaban rajándonos con una cuchilla los brazos y los muslos, dejándonos unas hermosas cicatrices de por vida, que aún lucimos como reses marcadas. Cuando te quemabas por tomar el sol en el río, tu abuela reunía en una perola un buen chorreón de aceite de oliva, otro no menos generoso de vinagre, y con aquel calducho ensaladero, mojaba un trozo de hielo, de la fábrica La Siberia, en el Escudo del Carmen, y te restregaba por toda la espalda, calmándote el dolor al instante, y dejándote un olor a gazpacho permanente. Eso que ahora llamamos After-Sun, es un invento que a nosotros nos ha llegado sesenta años más tarde, pero da igual, nosotros, los del cincuenta lo aguantamos todo. Si hemos sobrevivido a una dictadura, y estamos asistiendo a una regresión progresiva de la democracia, ¿qué no aguantaremos nosotros?. Apurar cielos pretendo, ya que me tratáis así, que delito cometí, contra vosotros naciendo. ¿O no?.
miércoles, 2 de septiembre de 2015
DEL SÁNSCRITO AL ARAMEO
DEL SÁNSCRITO AL ARAMEO
Tito Ortiz.-
En el principio era el verbo, y el verbo estaba a oscuras, porque nadie había dicho todavía aquello famoso de... ¡Hágase la Luz!. En esto que llegó Endesa y, luz lo que se dice luz, tuvimos la justa, pero a qué precio, dios. Para esto, la suprema naturaleza no hizo un Big Bang. De saberlo, lo suyo hubiera sido crear una Big Band, y así al menos, nos hubiéramos puesto hasta las cejas de buena música, pero de ésta forma es que, no levantamos cabeza. Lo de la luz en éste país viene de lejos, y eso que, dejando caer el agua de un río o una acequia, sobre unas poleas, tenemos ya luz para parar un tren, pero ni por esas. Al contrario. Los trenes, sobre todo en Barcelona, cuando menos te lo esperas, se paran porque se quedan sin luz. Más que Adif, la empresa nacional se debería llamar, Santa Lucía. En cuanto a la luz, la luz estoy seguro que es una cuestión de Fe. La luz sólo se puede valorar en función de la oscuridad. Mucha luz, a las doce del medio día en el desierto del Sahara, carece de interés. Pero la escuálida luz de una cerilla, la noche de los difuntos, en el interior del panteón mortuorio de Bram Stoker, se te antoja el paraíso terrenal con pulsera de todo incluído. Lo que yo te digo, que si no fuera por la luz, lo íbamos a ver todo negro, más negro que el piojo de un carbonero.
Hay incluso algunos, que dicen haber visto la luz, y no es que hayan encendido la lámpara de la mesita de noche, sino que, por lo visto explican así, que han recuperado la Fe, llegando incluso a afirmar que han visto a Dios, que eso ya tiene perejiles. Porque ver la luz, lo que se dice la luz, puede ser incluso, un hecho objetivo, pero como le digo yo a mí compadre, así, entre trago y trago, que he visto a dios, sin que eso le produzca un paro cardiorespiratorio, y una estancia gratis en la UCI. No es asunto, éste de la luz, que admita bromas. Cuando tu le dices a alguien que has visto la luz, como no te refieras a la factura de Endesa, la gente te mira raro, te pone en cuarentena, te retira el saludo, y hasta los perros que antes te ignoraban a su paso, ahora te ladran con inusitado entusiasmo. Ojo con asegurar que has visto la luz, porque te estás jugando tu credibilidad de ciudadano normal y soso, como corresponde a un auténtico malafollá que se precie de ello, debido a su granadinismo insobornable. Lo de la luz, no es asunto pueril que deba tratarse a la ligera.
Gracias a la luz vivimos. Sin luz sería de noche siempre, y aún así, hay políticos que se empeñan en condenarnos a las tinieblas, gracias a los precios que pagamos por la luz. Si usted mira su factura, -conteniendo el vómito- observará con pavor, que ésta caterva de insensatos que nos desgobiernan, cuya lengua Alá confunda - se bajan los pantalones ante las eléctricas, y consienten que nos atraquen con total impunidad en cada factura, cuyos epígrafes sentenciosos, insultan nuestra inteligencia, y esquilman nuestros bolsillos. Tenemos los de hispania, la luz más cara de la comunidad europea, y alguien debería decirnos por qué, en lugar de meter a los amigotes y familiares, en los consejos de administración de las eléctricas, el gobierno se pone manos a la obra, y mete al recibo de la luz en un ente de razón y justicia. Deberíamos dejarnos de zarandajas, y no cambiar más la hora, ajustarnos al Sol y procurar el máximo aprovechamiento de su energía. Deberíamos ver menos horas la televisión y leer más, con lo cual, apagaríamos la caja lista, y encenderíamos una vela, que para leer va que chuta y, es mucho más barato. La vitrocerámica tira de contador como una exhalación, el horno, para que te cuento, el secador de pelo una locura, total, que si para guisar volvemos al carbón, y el cabello nos lo secamos con la toalla, o al Sol como cuando yo nací, fastidiaremos a los ejecutivos agresivos de las eléctricas, a los que pronto deberíamos perseguir de oficio en el turbio asunto de las subastas, que esa si que es buena.
¿Por qué se permite facturar con lectura real o estimada? Que chanchullo esconde esta delicada modalidad, que un mes te descoloca y, al siguiente te ahorca. El apartado de servicios y otros conceptos, se factura con descaro, sin que hasta el día de hoy, nadie me haya dicho a que corresponde. El gráfico de la evolución del consumo, no deja de ser un asunto orientativo, tan orientativo, que te desorienta con facilidad, si te empeñas en comprenderlo, y sobre todo, medirlo con precisión. Me sobran los sellos de AENOR, y la adhesión a los arbitrajes de consumo, algo que nunca me beneficia como “paganini”. El peaje, y el precio del peaje de acceso, es otra patraña de los todo poderosos, que arropados por el BOE, nos hincan la puya a sangre y a fuego. Si ya pagamos IVA, ¿por qué pagamos impuesto sobre la electricidad?. El alquiler de los equipos de medida, es otra estafa “endesiana”, que el Gobierno no debería consentir que pagáramos los ciudadanos, ni a Iberdrola, ni a nadie. Estamos a plena luz, pagándola a precio de oro, desprotegidos de nuestros gobernantes, dejados a la intemperie de las eléctricas, que hacen de nosotros individuos más pobres, mientras ellos se suben los sueldos todos los años, haya o no haya crisis, y si no se lo creen, compruébenlo. Para los que nos atracan con la factura de la luz, la crisis no es que haya pasado, es que a ellos nunca los visitó.
martes, 1 de septiembre de 2015
LOS BAÑOS DE ALHAMA
GRANADA EN BLANCO Y NEGRO
Tito Ortiz.-
Los Baños de Alhama
Fueron primero los romanos, los que descubrieron sus aguas, y aquí instalaron sus termas en el siglo primero, que más tarde los árabes, aprovecharon para utilizar y mejorar. Las propiedades para la salud y el disfrute van a la par desde la noche de los tiempos, dada la riqueza de sus manantiales. Los Baños de Alhama, pronto se acreditan, no sólo entre los lugareños, sino que pronto se convierten en una fuente de ingresos para la localidad, y sus fieles visitantes, repetidores de su disfrute, y propagadores de sus virtudes. Brota el agua caliente y mineralizada desde las entrañas de la tierra, con acciones naturales y terapéuticas, de tal forma, que no solo como remedio de afecciones, sino como mantenimiento de la salud, los Baños de Alhama están acreditados por sus resultados. La benignidad de sus termas, y localización geográfica, hicieron de Alhama un enclave de vital importancia, para cuantas civilizaciones se han asentado en sus terrenos, de tal forma, que su riqueza patrimonial, excede con mucho la de cualquier localidad de su rango, Baste indicar, que a la hora de la visita, aparte el refugio de las altas temperaturas, el visitante puede engrandecer sus conocimientos, visitando también, La Iglesia Mayor de La Encarnación, su castillo árabe, la Casa de la Inquisición, y Caño Wamba, fuente del siglo XVI, entre otros muchos monumentos.
Ay… de mi Alhama
Lugar de privilegio por su ubicación, Alhama de Granada, fue conquistada a los árabes diez años antes que la propia ciudad nazarí. En el cerco tuvo actuación destacada, Rodrigo Ponce de León y Núñez, Duque de Cádiz, lo que da lugar al viejo romance de La Pérdida de Alhama. En él se narra, no sin tristeza, lo que significa para los derrotados, no contar ya entre sus joyas con Alhama, un paraíso en la tierra, por sus frutos, clima y situación geográfica de vital importancia para el entonces llamado, reino de granada. Fue tal la incidencia de la derrota, que hasta tres veces, los vencidos intentaron de nuevo, que Alhama volviera a ser suya, pero los cristianos resistieron con firmeza, hasta el punto de hacerlos desistir para siempre. Oír en la voz de mí compañero, amigo y maestro, el alhameño, Andrés Maldonado, cualquier momento de la historia de su tierra, es una satisfacción que algunos hemos tenido, y un privilegio observar, la entrega de éste hombre de letras, a su tierra y a su historia, no en vano, el Patronato de Estudios Alhameños, lo tiene como fiel custodio de todo su legado.
Hernán Pérez del Pulgar
Cuatro años después de la conquista de Alhama, y en reconocimiento a su arrojo y valor, ya que venía haciendo la reconquista con la reina católica, Hernán es nombrado Capitán General de Alhama, y a él se le encomienda sus seguridad, asunto que el bravo soldado acomete con plena solvencia. No en vano los que conocían de su prestigio en tema de armas le hacían llamar, Alcaide Las Hazañas. Quebrar y no Doblar, era el lema de su escudo. A él se debe seguramente la victoria en Alhama, pues logró romper el cerco musulmán y acercarse a Antequera para pedir refuerzos, acción ésta que supuso la toma de la ciudad. Participó en las negociaciones que dieron como resultado la rendición de Málaga, y conquistó Baza, dando muerte al mismísimo, Aben-Zaid. Dos años antes de la conquista de Granada, estando asediado por las tropas de de Boabdil en Salobreña, y habiendo cortado los árabes el suministro de agua para forzar su rendición, Pérez del Pulgar, tiró a la vista de sus opresores, el último cántaro de agua que quedaba a los cristianos, desde lo alto de la muralla, con el consiguiente desaliento, de los que esperaban su rendición incondicional. El resultado fue que se anotó otra victoria. Como testimonio de que su valor no conocía impedimento alguno para sus propósitos de reconquista, con una docena de hombres y Pedro, su escudero, una noche se adentró en la ciudad de Granada sin ser visto, llegó hasta la mezquita, y al no poder incendiarla como era su propósito, clavó en su puerta un cartel escrito de su puño y letra que decía: Ave María. Sed testigos de la toma de posesión que realizó en nombre de los reyes y del compromiso que contraigo de venir a rescatar a la Virgen María a quien dejo prisionera entre los infieles. Antes de ser descubierto, le dio tiempo a meterle fuego a La Alcaicería y salir con ventura del atolladero, hasta alcanzar el campamento de Santa Fe. Ésta nueva hazaña, le valió por parte de los reyes, añadir un castillo más a su escudo de armas, y el derecho a ser enterrado en la futura Catedral de Granada, que se construiría sobre los cimientos de aquella mezquita, que una noche lució en su puerta principal, tan singular, Ave María. Los cristianos, somos así. Es lo que tenemos.
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