miércoles, 2 de septiembre de 2015

DEL SÁNSCRITO AL ARAMEO

DEL SÁNSCRITO AL ARAMEO Tito Ortiz.- En el principio era el verbo, y el verbo estaba a oscuras, porque nadie había dicho todavía aquello famoso de... ¡Hágase la Luz!. En esto que llegó Endesa y, luz lo que se dice luz, tuvimos la justa, pero a qué precio, dios. Para esto, la suprema naturaleza no hizo un Big Bang. De saberlo, lo suyo hubiera sido crear una Big Band, y así al menos, nos hubiéramos puesto hasta las cejas de buena música, pero de ésta forma es que, no levantamos cabeza. Lo de la luz en éste país viene de lejos, y eso que, dejando caer el agua de un río o una acequia, sobre unas poleas, tenemos ya luz para parar un tren, pero ni por esas. Al contrario. Los trenes, sobre todo en Barcelona, cuando menos te lo esperas, se paran porque se quedan sin luz. Más que Adif, la empresa nacional se debería llamar, Santa Lucía. En cuanto a la luz, la luz estoy seguro que es una cuestión de Fe. La luz sólo se puede valorar en función de la oscuridad. Mucha luz, a las doce del medio día en el desierto del Sahara, carece de interés. Pero la escuálida luz de una cerilla, la noche de los difuntos, en el interior del panteón mortuorio de Bram Stoker, se te antoja el paraíso terrenal con pulsera de todo incluído. Lo que yo te digo, que si no fuera por la luz, lo íbamos a ver todo negro, más negro que el piojo de un carbonero. Hay incluso algunos, que dicen haber visto la luz, y no es que hayan encendido la lámpara de la mesita de noche, sino que, por lo visto explican así, que han recuperado la Fe, llegando incluso a afirmar que han visto a Dios, que eso ya tiene perejiles. Porque ver la luz, lo que se dice la luz, puede ser incluso, un hecho objetivo, pero como le digo yo a mí compadre, así, entre trago y trago, que he visto a dios, sin que eso le produzca un paro cardiorespiratorio, y una estancia gratis en la UCI. No es asunto, éste de la luz, que admita bromas. Cuando tu le dices a alguien que has visto la luz, como no te refieras a la factura de Endesa, la gente te mira raro, te pone en cuarentena, te retira el saludo, y hasta los perros que antes te ignoraban a su paso, ahora te ladran con inusitado entusiasmo. Ojo con asegurar que has visto la luz, porque te estás jugando tu credibilidad de ciudadano normal y soso, como corresponde a un auténtico malafollá que se precie de ello, debido a su granadinismo insobornable. Lo de la luz, no es asunto pueril que deba tratarse a la ligera. Gracias a la luz vivimos. Sin luz sería de noche siempre, y aún así, hay políticos que se empeñan en condenarnos a las tinieblas, gracias a los precios que pagamos por la luz. Si usted mira su factura, -conteniendo el vómito- observará con pavor, que ésta caterva de insensatos que nos desgobiernan, cuya lengua Alá confunda - se bajan los pantalones ante las eléctricas, y consienten que nos atraquen con total impunidad en cada factura, cuyos epígrafes sentenciosos, insultan nuestra inteligencia, y esquilman nuestros bolsillos. Tenemos los de hispania, la luz más cara de la comunidad europea, y alguien debería decirnos por qué, en lugar de meter a los amigotes y familiares, en los consejos de administración de las eléctricas, el gobierno se pone manos a la obra, y mete al recibo de la luz en un ente de razón y justicia. Deberíamos dejarnos de zarandajas, y no cambiar más la hora, ajustarnos al Sol y procurar el máximo aprovechamiento de su energía. Deberíamos ver menos horas la televisión y leer más, con lo cual, apagaríamos la caja lista, y encenderíamos una vela, que para leer va que chuta y, es mucho más barato. La vitrocerámica tira de contador como una exhalación, el horno, para que te cuento, el secador de pelo una locura, total, que si para guisar volvemos al carbón, y el cabello nos lo secamos con la toalla, o al Sol como cuando yo nací, fastidiaremos a los ejecutivos agresivos de las eléctricas, a los que pronto deberíamos perseguir de oficio en el turbio asunto de las subastas, que esa si que es buena. ¿Por qué se permite facturar con lectura real o estimada? Que chanchullo esconde esta delicada modalidad, que un mes te descoloca y, al siguiente te ahorca. El apartado de servicios y otros conceptos, se factura con descaro, sin que hasta el día de hoy, nadie me haya dicho a que corresponde. El gráfico de la evolución del consumo, no deja de ser un asunto orientativo, tan orientativo, que te desorienta con facilidad, si te empeñas en comprenderlo, y sobre todo, medirlo con precisión. Me sobran los sellos de AENOR, y la adhesión a los arbitrajes de consumo, algo que nunca me beneficia como “paganini”. El peaje, y el precio del peaje de acceso, es otra patraña de los todo poderosos, que arropados por el BOE, nos hincan la puya a sangre y a fuego. Si ya pagamos IVA, ¿por qué pagamos impuesto sobre la electricidad?. El alquiler de los equipos de medida, es otra estafa “endesiana”, que el Gobierno no debería consentir que pagáramos los ciudadanos, ni a Iberdrola, ni a nadie. Estamos a plena luz, pagándola a precio de oro, desprotegidos de nuestros gobernantes, dejados a la intemperie de las eléctricas, que hacen de nosotros individuos más pobres, mientras ellos se suben los sueldos todos los años, haya o no haya crisis, y si no se lo creen, compruébenlo. Para los que nos atracan con la factura de la luz, la crisis no es que haya pasado, es que a ellos nunca los visitó.

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