martes, 6 de diciembre de 2016
LUCES DE NAVIDAD
LUCES DE NAVIDAD
Tito Ortiz
Los que piensan que porque esté muerto, no me doy cuenta de las cosas, es que no me conocen. Que uno de los primeros que dio la voz de alarma, aquí en el otro mundo, fui yo. Era imposible no advertir a finales de Septiembre, que las luces de Navidad, ya estaban puestas. Éste año los instaladores han madrugado más que nunca, posiblemente, para que nos demos cuenta de lo globalizado que hoy día está todo. Una de las ventajas de ser un espíritu, que en su día dio vida a una pulcra osamenta, es la de viajar por el éter y poder desplazarme donde me plazca. Así que ni corto ni perezoso, me he dedicado en los dos últimos meses a visitar algunas provincias andaluzas a las que he añadido, Madrid y Barcelona, por aquello de tener una referencia clara sobre el asunto. Y en efecto, éste año las luces de Navidad se han puesto antes, como si una sola empresa hubiera accedido al concurso luminoso de todo el país, y por falta de personal e infraestructuras, se hubieran echado a atravesar las calles de fachada a fachada, para poder llegar a tiempo del encendido en todos los pueblos. Si se dan cuenta, observarán que todos los dibujos y figuras habituales de las bombillitas de colores, son los mismos, y ya para remate de la uniformidad lumínica del suelo patrio, en todo lugar, villa, concejo, o territorio conquistado a los belenistas, la autoridad competente ha hecho instalar un cono enorme, a modo de árbol navideño, que aunque compite en metros de altura de una provincia a otra, iguala plazas y explanadas, como si en el subsuelo habitara el mago Merlin, y éste artefacto coronara su testa de blanca pelambrera. Menos mal que en la capital del reino de Granada, hombres y mujeres capitaneados por Antonio Pipó y mi admirado maestro, Pepe Liébana se han decidido a dar un paso adelante, y hacen de ésta Navidad algo especial y sin precedentes. Que en cada comercio elegido, se vea con luz propia una escena belenista, un portalico, un misterio, una escena navideña de nuestra más pura tradición, que al igual que con, El Santo y La Limosna, recorre nuestros comercios, convirtiendo sus escaparates, en una puerta abierta a la tradición y el buen gusto. Los hombres y mujeres belenistas de Granada, han querido éste año, importar ésta costumbre del Diorama, arraigada en otros lares, para dotar a nuestra capital, de un atractivo más, en colaboración con menesterosos comerciantes que con ilusión viven ésta primera experiencia. Junto a los belenes históricos, artesanales, populares o infantiles, éste año la familia crece con éstas escenas de belenes Diorama, que por sí solas, constituyen toda una ruta, para el disfrute de grandes y pequeños. Estos pesebres al paso del viandante, se transforman en parada obligatoria, para aquellos que gustan de la tradición de nuestro nacimiento, del portalico albayzinero, de las figuras de barro de nuestro sin par, Mariscal, y de su alumno aventajado, Manuel Collado, que tanto arte hecho barro ha dejado en Granada. Yo, porque estoy muerto, si no, me los veía todos, pero es que ya no doy más de sí. A éste paso no me como los mantecados. Pero me anima mucho, Alfonso Alcalá, que ha llegado aquí antes de tiempo. Él, como hombre de teatro, sabe tanto de tramoyas y atrezos, que viendo lo que son capaces de hacer estos artistas vocacionales, en el receptáculo que les permite una caja a modo de fondo teatral, es el que me anima para que bajemos al entorno de Emperatriz Eugenia, y disfrutemos como niños. Lo mismo le hago caso.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario