martes, 16 de mayo de 2017

INTERNACIONAL, NACIONAL Y LOCAL

INTERNACIONAL, NACIONAL Y LOCAL Tito Oriz.- Llevo meses sentado en la estación, Fernando de Los Ríos, del metro, esperando que lo pongan en marcha, y mientras tanto, observo con detenimiento como sus conductores/as, llevan a cabo las prácticas, haciendo tintinear su especial timbre que anuncia la llegada del gusano verde. Una estación de metro al aire libre, permite observar con detenimiento, el vivir cotidiano del personal, y sobre todo, leer. Me leo el Ideal del derecho y del revés, y de esta forma, me pongo al tanto de todo lo que ocurre en el mundo. Un asunto que me está sorprendiendo, sobre todo por el estilismo de sus protagonistas, dado que el pelado que lucen, junto con el peinado irrepetible de ambos, dará al final con un conflicto bélico, es el pulso que mantienen los presidentes de Estados Unidos, y Corea del Norte. Dos personajes dignos de una comedia disparatada, que juegan con nuestro dinero y nuestras vidas, con absoluto desprecio a todo lo que no sea su ego y soberbia. Es muy simpático amenazar con misiles nucleares al resto de la raza humana, desde la atalaya de tu guardia pretoriana, y el acceso directo en segundos al refugio nuclear valorado en miles de millones que te garantiza, que a pesar de apretar el botón, los tuyos y tú sobreviviréis a la masacre. Viene el metro en pruebas, va lento, con tanto cruce, no sé si traerá más cuenta hacer el trayecto a pie. De las páginas de internacional, paso a las nacionales. Me preocupa desde el otro mundo, el sainete de la fiscalía anticorrupción, que lejos de adoptar posturas coherentes a sus responsabilidades, elige sancionar a los medios de comunicación que en su hacer profesional, difundan la mierda de la corrupción, que de momento inunda a la formación política que lo ha puesto ahí. Tengo la sensación de que han puesto al zorro a cuidar de las gallinas. Del secretario de estado de interior, me espero eso y mucho más. Ya vaticiné cuando nombraron al exalcalde de Sevilla, que nos daría titulares con la naturalidad con que te tomas un café y un pastel en La Campana. Atentos que esto no ha hecho más que empezar, porque tampoco hay que perder de vista al ministro de justicia, ni las salas que nos han birlado a los granadinos. Pasa de nuevo el metro en pruebas, y a vuelta de página, en Ideal se habla de la madre superiora, de diáconos, párrocos y deanes. Se trata de la familia Vito de Corleone catalana, cuyas cuentas en Andorra y otros paraísos fiscales, les permiten vivir como reyes, a costa de los ciudadanos, embaucados por un independentismo que corre hacia ninguna parte. A los curritos de a pie, nos siguen robando, mientras una élite política, se forra para la posteridad, sin que nadie consiga que devuelvan lo robado. En las páginas de local, me adhiero a la fórmula de Ramón Arenas, cuando propone, que lo que en justicia le corresponde, lo paguen los autores de los desmanes, y nos las paupérrimas arcas municipales, que en doce años de Torres Hurtado, han quedado a merced de la providencia, hasta el punto de que pagar la nómina mensual de los funcionarios municipales, se ha convertido en una prioridad de tal magnitud, que pone a prueba cada treinta días al gobierno municipal, entregado en cuerpo y alma a desenmarañar cuentas, desinflar presupuestos ficticios, levantar alfombras y vaciar cajones, que harían enrojecer de vergüenza, a cualquier persona normal, incluidos muchos votantes populares. Pasa el metro, sigo en la estación, el mundo sigue girando hacia una destrucción inesperada, como la estación de Loja, cuyos ladrillos en el suelo claman un poco de razón, en ese proyecto caótico prolongado en el tiempo, que es la alta velocidad. Ojo, el metro acaba de alcanzar los treinta kilómetros por hora, el maquinista va despeinado. Un día de éstos, seguro que para y me subo en él, tiempo al tiempo.

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