martes, 4 de diciembre de 2018
CRISPACIÓN OPORTUNISTA
CRISPACIÓN OPORTUNISTA
Tito Ortiz.-
El bochornoso espectáculo que algunas de sus señorías, nos están ofreciendo en el Congreso de los diputados en los últimos quince días, no es casual ni improvisado. Se ha tratado de cronificar la crispación política para incidir en la opinión pública con motivo de las elecciones andaluzas, y así tener un altavoz diario en los informativos, para rociar de grosería, insultos y desfachatez un proceso que se merecía más respeto por toda la clase política, si lo que de verdad importaba era, enviar un mensaje claro y contundente a la ciudadanía andaluza, de sus respectivos programas para solucionar el caos que – según algunos – reina en la comunidad. Algo bueno ha salido, del clima intencionadamente agresivo de algunos próceres distinguidos. Los hemos podido ver sin careta, renegando de anteriores compañeros de viaje, o arremetiendo con vehemencia y grosería, con tal de ocupar el anhelado sillón que les espera en el Hospital de las Cinco Llagas. En esta campaña, hemos visto movimientos no programados, cuyas marionetas dejaban ver a las claras quienes manejaban sus hilos. Médicos de atención primaria que tenían motivos suficientes para manifestarse, pero que lo podían haber hecho a primeros de mes, o a partir de mañana. Algunos taxistas, que se han convertido en el brazo armado de la derecha que llama con fuerza a la puerta. Jueces y fiscales en huelga, coincidiendo sospechosamente con la campaña andaluza. Y así podría seguir desgranando una serie de movimientos de colectivos, que han tenido todo el año para manifestarse, pero -que casualidad- han elegido las dos últimas semanas para hacerlo, cuando Andalucía se estaba jugando el futuro para los próximos cuatro años. El espectáculo ha sido realmente deprimente, dejando ver a las claras, la catadura moral y la bajeza política de muchos de los representantes del pueblo. España tiene ahora mismo en sus distintos parlamentos, la clase política menos preparada y más grosera de toda la democracia. Da la sensación de que hemos iniciado un camino sin retorno hacia la autodestrucción, propiciando un clima de crispación ciudadana, que solo nos llevará al caos. O nos tomamos en serio lo de la regeneración política, o estamos llamando a voces a un nuevo Tejero, que esta vez no fracasará. La noche del domingo, las urnas hablaron, tarde, pero hablaron. Tras el clamoroso batacazo de los socialistas, le ha seguido una seria bajada de los populares, que, no obstante, aliándose con Ciudadanos y Vox podrían gobernar con el menor número de escaños de su historia. También cabe la posibilidad de que Susana Díaz pudiera gobernar con Teresa, si Ciudadanos se abstuviera en la votación de investidura. En cualquier caso, lo que está claro es que, los cimientos andaluces se han removido, con un desencanto de los ciudadanos que han dado la espalda a los dos partidos mayoritarios, enfrascados en acusaciones y disputas, que su electorado ha castigado de manera clara y contundente. Hay mucho ciudadano desencantado con los políticos, que el pasado domingo optaron por no ir a votar, aumentando peligrosamente la abstención. Y es posible que todavía no hayamos terminado, porque si Ciudadanos – como argumentó en campaña – no pacta con Vox, la solución sería unas nuevas elecciones, pero eso no tranquiliza a nadie y menos a los políticos. Existe para Andalucía, un antes y un después de estas elecciones, que no han dejado contento a nadie, salvo a los representantes de Vox, que han demostrado tener un sitio entre el electorado, irrumpiendo en un panorama en el que nadie creía excepto ellos mismos. Vivimos tiempos de cambio, y de intranquilidad ciudadana. La crispación política que arrastramos desde hace años no podía traer nada mejor.
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