sábado, 31 de agosto de 2019

LA TORTAJADA

LA TORTAJADA

Esta santaferina de fama internacional en su época, coincidió con La Bella Otero en el París del cancán, que inmortalizó Toulouse-Lautrec

Tito Ortiz.-

Lo mismo que un siglo antes, la motrileña, María Antonia “La Caramba”, había conquistado Madrid, Consuelo Tamayo Hernández, “La Tortajada”, sentó plaza y cátedra en un París que a finales del XIX, disfrutaba de unas noches históricas en acreditados locales de variedades arrevistadas. Cantaba con gracia y donaire, bailaba con movimientos personales en acompasadas coreografías, y su desparpajo a la hora de hablar y desenvolverse en todos los ambientes, causaron sensación en aquella Francia de la Belle Époque. En 1864, nace en un castillo francés el gran pintor y cartelista, Toulouse Lautrec, quién mejor retrató aquella época parisina de juerga y diversión. Pese a que no sería descartable, lo cierto es que, no hay evidencia que nos haga sospechar relación alguna entre ambos, pero no sería descartable que la granadina, apareciera en algún cuadro, o sobre todo, cartel del genial artista, porque coincidir en el tiempo, coincidieron. Lo mismo que podemos asegurar que, por los años y locales de sus actuaciones, también estuvo cerca de otra leyenda de aquel tiempo como, La Bella Otero. Claro que al coincidir en actividad artística y mismos teatros, no sería descabellado sospechar cierta tirantez en el trato, o distanciamiento prudente, porque no hay constancia de amistad entre ellas, o de riñas y escándalos por asuntos de competencia, muy al uso entonces.

RAMÓN TORTAJADA

Encarnación recoge el nombre artístico de, “La Tortajada”, del apellido de su marido, que la desposó cuando ella apenas tenía quince años. La granadina se encontraba educándose en un colegio de Barcelona, cuando el director del coro en el que cantaba, vislumbró en la niña actitudes y aptitudes dignas de promoción y deleite. Se casó con ella, la amoldó artísticamente a los gustos de la época, y erigiéndose en su marido y representante, no dudó en presentarla en los mejores teatros de Madrid y Barcelona. Viendo el éxito obtenido, lo tuvo claro y dio el salto a París, donde La Tortajada se convirtió en la reina de teatros y salas del momento. Agoniza el siglo XIX, comienza el XX, y la artista santaferina recorre Europa, América y África. Cosechando los triunfos más importantes de su carrera. Con el paso de los años, regresan a la capital instalándose en una casa de la Plaza de Mariana Pineda, lo que hace que Ramón frecuente la tertulia “El Rinconcillo” del café Alameda, donde coincide con los intelectuales capitaneados por Lorca, y donde alguna tarde se le vio sentado al piano. Pero Ramón protagonizaría un hecho del que la prensa se hizo eco en toda España. Aprovechando una salida a misa en Las Angustias de su esposa, huye con la cocinera y todo el dinero que puede arramblar, pero es detenido en una casa de huéspedes de Barcelona, donde se comprueba que había vaciado las cuentas de La Tortajada en Berlín, y se le encuentran ciento cincuenta mil pesetas de la época, producto de haber dejado a cero, otra en una entidad mercantil.

GLORIA Y DECLIVE

En 1906, cuando La Tortajada está en pleno apogeo, viene al Teatro Cervantes de la capital, y actúa desinteresadamente con la condición de que la mitad de lo recaudado sea para los necesitados de Santa Fe, y la otra para los granadinos. Fue siempre una mujer muy religiosa y generosa, como lo demuestra que fuera recibida en audiencia privada por el Papa, Pío X, un asunto que entonces no estaba al alcance de cualquiera, y menos de una artista de fama mundial, especializada en tan peculiar y moderna actividad. Cuentan sus muchos biógrafos que, también fue condecorada por el Zar Nicolás II, y por el Káiser alemán, Guillermo II, que sobre ella se publicaron noticias falsas como que había sido raptada, asesinada o comida por caníbales, asuntos estos que denotaban la celebridad de nuestra paisana, y su fama internacional. Cuando en 1911 viene al lecho de muerte de su madre para despedirse, esta le pide que abandone los escenarios, y Encarnación la satisface dos años más tarde, al cumplir con los compromisos contraídos con anterioridad. Consuelo vivió en Granada hasta 1955, frecuentando la basílica de La Patrona, con una vida social constreñida,  y la asistencia a los festejos taurinos, que eran muy de su agrado. Decide entonces volver a la casa paterna de Santa Fe, donde están sus raíces, frecuentando la Iglesia de La Encarnación. Allí, donde los reyes católicos instalaron su campamento, durante el asedio a La Alhambra, falleció La Tortajada en 1957. Una mujer que lo fue todo en el music-hall, cuya vida es digna de ser llevada a la pantalla.

viernes, 30 de agosto de 2019

EL SARGENTO PATRICIO

EL SARGENTO PATRICIO

Con la corneta de llave, no hubo quién le superara. La semana santa de los años sesenta y setenta en Granada, tras su Cristo del Perdón, gozó del mejor sonido procesional.

Tito Ortiz.-

La Banda de Cornetas y Tambores del Batallón Mixto de Ingenieros, a las órdenes del Sargento Patricio, sonó siempre mucho mejor que la del Córdoba 10. Eso me lo reconoció hasta el propio, Julio Marabotto Brocco, por entonces Capitán Director de la Banda de La Novena región Militar de Granada, y Julio era un músico de carrera, que llegó a dirigir el Real Conservatorio de esta tierra. La banda de ingenieros era otra cosa, con respecto a las demás, distribuidas en cada acuartelamiento de entonces. Entre otras cosas, porque el Sargento Patricio nos ponía a ensayar todos los días, varias horas, en aquel segundo patio, que nosotros llamábamos el de las antenas, porque allí estaban las de las emisoras de los compañeros de Transmisiones, ingenieros como nosotros, y si no, que se lo pregunten a Jerónimo González del Pino, mi entrañable y admirado amigo, que ha entregado su vida profesional a este menester, y con el que de vez en cuando bebo, porque los amigos que no beben juntos, no son de fiar, pero no es nuestro caso. Pero volvamos a las cornetas y tambores de Patricio. Como jefe de la banda era incansable, y además perfeccionista, con lo cual, si la marcha que estábamos ensayando no salía perfecta, la repetíamos hasta conseguirlo, sin mirar el reloj. No importaba si era la hora de la salida a paseo, o sonábamos como los ángeles, o de allí no se movía nadie.

LLORAN LOS LEGIONARIOS

Aquella semana santa de 1972, a los componentes de la banda nos llamaba la atención, porque llevábamos desde enero ensayando el himno de La Legión, una marcha que no habíamos tocado nunca, pero que el sargento Patricio había incluido en el repertorio de las procesionales, sin decirnos por qué, como era su costumbre. Le gustaba sorprendernos y ya lo creo que lo hizo. Como cada año, la banda desfilaba en Alcaudete, (Jaén) en una procesión mañanera, alrededor de un monte, y que posteriormente representaba en la plaza del pueblo, una escena de la pasión en la que Judas es perseguido por haber delatado a Cristo, un asunto de mucha tradición y atractivo por las máscaras que usaban. Pero también desfilábamos  un día en Archidona y otro en Antequera, donde coincidíamos con la Legión. Allí era la costumbre antes de salir en el cortejo, que los mayordomos reunieran a las dos bandas en el patio trasero de un bar, donde se nos ofrecían unas viandas para acometer las horas siguientes con buen ánimo, y donde a los postres, en una especie de pique o competición, los legionarios tocaban una marcha de semana santa, nosotros le contestábamos con otra, y así se establecía una especie de reto sonoro-cofradiero, para ver cuál de las dos bandas tocaba mejor. El jurado era popular, o sea todos los vecinos que entraban en aquel patio y los que escuchaban desde la calle. Comenzó la Legión con una marcha saetera de brío,  y cuando era nuestro turno, el sargento Patricio nos hizo una señal pactada, y rápidos como centellas iniciamos el toque de  himno legionario. Como accionados por un resorte, los caballeros legionarios como mandan sus ordenanzas, adoptaron la posición de firmes con la mirada al infinito, y a nuestros sones cantaron con la voz entrecortada por la sorpresa, el novio de la muerte. Muchos de ellos llorando de emoción ante la sorpresa. Una vez más, el sargento Patricio había triunfado.

VIRGEN DE LA AURORA

Como cada martes santo, la banda de Ingenieros acompañábamos a la hermandad de la Aurora, no sin antes cumplimentar nuestro trabajo por la mañana, que consistía en instalar unas rampas para que los costaleros salvaran los escalones de la iglesia de san Miguel y los de la placeta de san Gregorio. Las mismas rampas que instalábamos en el viejo Los Cármenes, para cuando venían el Madrid o el Barcelona, y se abría la tapia para que pudiera entra la gente con mayor holgura. Marchábamos dentro del cortejo y estando a punto de entrar en la tribuna de la plaza del Carmen, Patricio mando tocar una marcha que entre el principio y el final, permitía un solo de corneta a elegir por el solista que era él, y que habitualmente no ensayaba con nosotros para causar mayor sorpresa, y ya lo creo que nos la dio. Cuando desfilábamos por mitad de la plaza del Carmen, las cornetas terminamos la introducción y los tambores redujeron el volumen del redoble esperando el solo del sargento, este se despachó a gusto con la mejor interpretación, por primera vez en la semana santa de Granada, ya que después sería muy imitado, del Himno a La Alegría, que por entonces promocionaba Miguel Ríos. Cuando Patricio terminó el solo, la plaza se vino abajo, y para rematarlo, cuando giramos a Reyes Católicos, abordó el, Silencio de Roy Etzel, que en la época estaba de moda. Cada vez que hablo con él, escucho aquella Granada cofrade sorprendida y entusiasmada. Que grande eres Patricio, esta ciudad te debe un homenaje.

jueves, 29 de agosto de 2019


A MEDIA NOCHE

Pioneros en la divulgación del más allá, de otras dimensiones, Antonio José Alés y el profesor, Jiménez del Oso, coparon la radio y la tele de una época, con audiencias millonarias.

Tito Ortiz.-

Comenzaré diciendo que, no fui un niño normal. Mientras mis amigos leían al Capitán Trueno, yo me enfrascaba con los libros de mi tío Rafael, dejándome la vista por la noche en la cama, gracias a una linterna de petaca, leyendo a Edgar Allan Poe y a Gustavo Adolfo Bécquer, en su obra más fantasmal y tenebrosa. Así crecí hasta mi época de estudiante, en la que en lugar de irme a la biblioteca, escogía el silencio y las tumbas del cementerio más apartadas y lúgubres, para empollar y sacar buenas notas. El llamado, “más allá” me apasionó siempre y lejos de asustarme, me ha preparado para el momento final, con una tranquilidad que los más cercanos a mi tachan de extraña, y mis enemigos de extravagante. Yo era de los que a las tres de la madrugada, en el silencio de la alcoba, escuchaba la radio con los ojos abiertos como platos, para no perderme un solo detalle de una buena psicofonía, con la voz de alguien que nos dejó hace años, y que pretende comunicarse con nosotros. O la buena narración de un cuento de terror, representado por un buen cuadro de actores, con la música adecuada y los efectos especiales imprescindibles para sentir miedo hasta gritar o sobresaltarse. El “posprograma”, era lo mejor. Sobre todo cuando crujía el armario, o cuando sentía que la presencia de alguien era patente, pese a no ver nada.

ANTONIO JOSÉ ALÉS

Aunque en los años sesenta yo escuchaba en la radio el famoso programa nacional, “El Criminal Nunca Gana”, con historias sobrecogedoras, ya en los setenta, fui un incondicional de Antonio José Alés, y su “Media Noche”. Madrugadas en vela para oír su voz recia y tenebrosa, relatando historias de fantasmas y aparecidos, con grabaciones realizadas en lugares donde se manifestaban. Empezó su andadura radiofónica en la Cadena SER con el programa Agosto Noche luego se llamaría Verano Noche para convertirse en el conocidísimo “Medianoche”. Corría el año 1977. El 14 de Septiembre de 1987 y tras 10 años de éxito en la SER, Medianoche pasó a emitirse en Radio España de Madrid, Radio Miramar de Barcelona y Cadena Ibérica en toda España. Así estuvo hasta el 30 de Junio de 1993.  El 1 de julio de ese año, Antonio José Alés y su programa "Medianoche" pasaron esta vez a Onda Cero Radio, donde permaneció hasta el año 1995. Después de abandonar Onda Cero se "pierde" la pista de Alés, parece ser que viaja a Argentina, a Miami y no volvería a España hasta el año 1999 y lo hace --según me pudo confirmar uno de sus hijos-- como director de una pequeña emisora ubicada en una población situada a 38 Km. al suroeste de la comunidad de Madrid. Así lo recuerda su admirador y discípulo, Ramón Álvarez. El 14 de agosto de 1979, Alex convocó por las ondas la primera Alerta Ovni en España, que tuvo doce millones de oyentes. Un fenómeno que no se ha repetido con esa magnitud.

JIMÉNEZ DEL OSO

Por supuesto no me perdí ni una sola, “Historias para no dormir” de Ibáñez Serrador en la tele, y fue años después cuando supe, que ya en 1967, cuando se grababan estas historias de terror en TVE, Chicho contaba con un asesor, psiquiatra y periodista que se llamaba, Fernando Jiménez del Oso, que años más tarde veríamos presentando los primeros programas de misterio en la televisión pública, como, el profesor Jiménez del Oso. A partir de 1974 comenzaría su popularidad, al ser fichado para llevar una pequeña sección dentro del programa, “Todo es posible en domingo”, dirigida por Pedro Amalio López, hablando de enigmas y misterios. Dos años más tarde, se le ofrece la oportunidad de dirigir y presentar “Más Allá”, su propio espacio en la única televisión entonces, que estuvo en antena hasta 1981, con altas cuotas de audiencia. Entre 1982 y 1984 su espacio pasó a denominarse “ La Puerta del Misterio”, dentro del cual, aparte de los programas grabados en estudio, albergó dos series de documentales realizados y presentados por él: “El otro Perú” y “Ellos” (1984) -dedicado al fenómeno OVNI, con testimonios de testigos de toda condición social, incluyendo pilotos y militares. La voz aterciopelada de Jiménez del Oso, su semblante sereno y mirada penetrante, daban a sus historias, el marchamo de veracidad que todos buscábamos en el mundo de lo oculto y del misterio. En los años ochenta, y en compañía de otro de mis admirados, Juan José Benítez, grabó otra serie, titulada “En Busca del Misterio “, en la que recorrieron parte de América y la Isla de Pascua, y tampoco olvido de sus últimos programas, la serie de, “Viaje a Lo Desconocido”. El profesor Jiménez del Oso, fue el primero en tratar estos temas en la televisión, con gran rigor y permitiendo que el espectador tuviera siempre la última palabra. A ver qué pasa esta noche, cuando esté solo en la cama, ¿vendrán a verme?




miércoles, 28 de agosto de 2019

SEÑORITA, MI CONFERENCIA CON…

SEÑORITA, MI CONFERENCIA CON…

Hubo un tiempo en el que, hablar por teléfono de un pueblo a otro requería paciencia y templanza. Centralitas de cables manuales, con señoritas que hacían posible el milagro, nos conectaban, pero siempre con demora.

Tito Ortiz.-

Ahora que Telefónica está arrancando de nuestras aceras y parques las últimas cabinas telefónicas, dos grandes mitos se me vienen abajo. El inmortal Miguel Gila, con su inolvidable teléfono de baquelita negra, preguntando cuanta demora tienen su conferencia y Mercero con López Vázquez, ganando premios internacionales en un momento de la España gris, al dejar al actor encerrado en una cabina que dio la vuelta al mundo. Sé que a los más jóvenes, que nacen ya con un móvil en la mano, esto les sonara a batallita del abuelo, pero como abuelo que soy, no me resisto a contarles cómo era eso de hablar por teléfono en mis tiempos, y conste que yo nací después del Cuaternario, y de los dolores, claro. Porque ahora con el celular – que dicen los hispano hablantes – pulsas un botón y hablas con alguien en  la otra parte del mundo al instante, pero en mis años tiernos, que yo también los tuve, hablar de una provincia a otra podía llevar incluso un par de días.

LOCUTORIOS

Nací cuando en Granada había pocos teléfonos y los números eran de tan solo cuatro cifras. Por ejemplo, el de María “La del Teniente” como la llamábamos, porque su marido era militar, era el 2224, y la familia era tan estupenda, que nos permitía a los vecinos dar su número a los familiares lejanos, para que en caso de desgracia o alumbramiento, nos dieran tres voces por el balcón para acudir al teléfono y ser informados del evento por nuestro familiar. Para conectar con la familia lejana sin urgencia, o sea, porque el Pepe estaba haciendo la mili en Melilla, o para comprobar cómo iba el embarazo de Purita que se casó y marchó a vivir a Las Palmas, para eso se utilizaba el locutorio de Reyes Católicos, frente a la Sastrería Ruiz, esquina a calle Abenamar. El local tenía un amplio mostrador atendido por pacientes señoritas, que tomaban nota de tu llamada a donde fuera, calculaban la demora, quedándose siempre cortas, y te invitaban a sentarte a esperar ser llamado, para asignarte una cabina donde poder hablar con tu interlocutor, que pese a ser de madera y con puertas para cerrar, la privacidad era imposible, porque la calidad del sonido era tan mala, que te obligaba a desgañitarte para que, el que había al otro lado te entendiera. Unas veces la comunicación se cortaba sin más, otras tú lo oías a él pero él no te oía a ti, y ya el colmo del esperpento era cuando se entrecruzaban otras conversaciones, y no solo te impedían escuchar a tu familiar, sino, que te enterabas de la vida y milagros de gentes lejanas, a veces incluso en otro idioma, lo que hacía del hecho de hablar por teléfono con tu familia, una serie de historias interminables, a cada cual más absurda o desternillante.

PRIVACIDAD

Que tu llamada fuera privada y que solo la escucharais los protagonistas, era solo cuestión de buena voluntad de la señorita que la hacía posible, ya que al tratarse de conexiones manuales, si ella quería escuchar lo que hablabais, la centralita se lo permitía técnicamente sin ningún problema. El resto dependía de la operadora y la medida de su curiosidad y discreción. Algunas tenían que dormir al lado del aparato, sobre todo en los pueblos, por si por la noche ocurriera alguna desgracia o emergencia. Cuando por fin terminabas de hablar y colgabas, te acercabas al mostrador, decías el número de tu cabina, y la señorita miraba el contador correspondiente, contaba los pasos gastados, el importe por cada paso, y te cobraba la llamada. Años después llegaron los números de seis cifras. El mío fue el 228084, y después los prefijos para diferenciarnos de cada provincia y poder conferenciar sin necesidad de poner una operadora de por medio. Se acabó el llamar al 09 para solicitar una conferencia terminando diciendo aquello famoso de: ¿Señorita tiene mucha demora? Llegaron las primeras cabinas en las calles y los teléfonos públicos en bares y restaurantes. Se accionaban con unas fichas de cobre con ranuras, que comprabas al precio de tres pesetas, y te permitían hablar durante tres minutos. Después las fichas dieron paso a las monedas de curso legal y a las tarjetas de prepago. Ahora nos toca decir adiós a las cabinas, en un tiempo tan moderno, que incluso, ya puedes hablar por teléfono desde tu reloj, y viéndole la cara a tu interlocutor. Cuando me veo bajando desde el Albayzín, de la mano de mi madre, hasta el locutorio de Telefónica, para hablar con mi padre que se encontraba en Alcaudete, barnizando el ayuntamiento, tras el aviso llegado al domicilio, y hoy con sus ochenta y cinco años,  la veo hablando con mis hermanos por su móvil, me parece ciencia ficción. Y es que los de la década de los cincuenta, hemos vivido cosas para llenar tres vidas. Esto va que vuela y la suerte es poder contarlo.

martes, 27 de agosto de 2019

BANDA PROVINCIAL DEL HOSPICIO

BANDA PROVINCIAL DEL HOSPICIO 


Francisco Lara en la actualidad y en los años cincuenta en la banda del Hospicio de Granada

En el siglo XIX, granada tuvo una banda de música que se codeó con las mejores del país. Su participación en todos los acontecimientos provinciales, le granjearon el máximo reconocimiento, de compositores y ciudadanos.

Tito Ortiz.-

Rara era la Diputación Provincial que hace dos siglos no tenía su propia banda de música, surgida en principio, para dar formación y salida profesional a los niños acogidos por la beneficencia. El centenario edificio del Hospital Real, acogió en un principio a los huérfanos, pero después pasaron a las nuevas instalaciones de la Diputación en Armilla, de ahí que los armilleros mantengan aún la tradición en el tiempo de su vocación musical, hoy día representada por la Asociación Musical San Isidro, cuya escuela de música dirigida al igual que la banda por, José Melchor Perelló, es una hermosa realidad de un nivel que, ha trascendido todas las expectativas, cuando se fundó en los años ochenta. La juventud y entusiasmo de su profesorado, hacen que su alumnado crezca cada año, muchos de ellos formando parte de su banda de educandos, para su posterior paso a la de los mayores, de tan reconocido prestigio. Pablo y Miguel, dos de sus componentes, son puntales en la organización y proyección de futuro. 

PRIMER CERTAMEN PROVINCIAL DE BANDAS

El Corpus de 1888, se celebró el primer certamen provincial de bandas de música de Granada del que tengamos constancia. El miércoles, día 30, a las seis de la mañana, la Banda del Regimiento de Córdoba 10, con guarnición en Granada y, la de niños expósitos de la Banda del Hospicio Provincial, salieron de sus respectivos alojamientos para recorrer en animada diana las calles de Granada en dirección al Ayuntamiento, a donde llegaron sobre las ocho. A las doce, salió la Tarasca junto a toda la parafernalia. Nos lo cuenta con detalle en su crónica, José Miguel Barberá Soler. Por la tarde, a eso de las cinco y media, en el palco de la antigua plaza de Toros del Triunfo compareció el jurado encargado de decidir los premios, compuesto por los reputados maestros Antonio Segura, Bernabé Ruiz Vela, Francisco de Paula Valladar, Ramón Noguera y Celestino Vila de Forns, quien, además de actuar como presidente, compuso la «marcha religiosa» obligada del certamen. Con una más que aceptable concurrencia, abrió la tarde la Banda del Padul, con veintisiete músicos que supieron ganarse el general aplauso en la ejecución de la obra obligada. Después entró en el palenque la de Pinos del Valle (apenas habían pasado poco más de tres años desde que el pueblo fuese prácticamente destruido por el horrible terremoto del 25 de diciembre de 1884) con dieciséis músicos todos uniformados, aunque la escasez de personal hizo que no se escuchara bien; aun así, los bizarros lecrinenses tocaron con gusto y afinación. La Banda del Hospicio Provincial consumió el tercer turno, y fue la que provocó mayor entusiasmo en el respetable: «Qué gran diferencia, los músicos asilados hacen grandes adelantos… que el ayuntamiento influya en la diputación para que se distinga en todo lo posible a los jóvenes, tanto en el cuidado de la alimentación, cuanto en el trato y comodidad personal, teniendo en cuenta el grado de trabajo que prestan en el estudio de los instrumentos». El director encargado de esta banda de beneficencia era José Luján, hijo del que fuera último director de música de la Capilla Real y notorio compositor Antonio Luján. El certamen terminó a eso de las siete, y poco más tarde el jurado dictaminó conceder el primer premio, de 500 pesetas, a la Banda del Hospicio Provincial; el segundo, de 300, a la del Padul; el tercero de 200, a Dúrcal, y fue propuesto, asimismo, un premio especial de 100 pesetas para la de Pinos del Valle. A las bandas se las invitó a desfilar, dios mediante, en la procesión del Corpus.

MONTERO Y LARA

A lo largo de los años, hasta que la banda del Hospicio desapareció bien entrado nuestro siglo, por sus atriles pasaron músicos que después tuvieron una magnífica proyección. De entre ellos destaca el admirado, José María Montero Gallegos, primer director de la Banda Municipal de Granada que ahora conocemos. Su biznieto, el poeta granadino, Luís García Montero, nos cuenta que el maestro Montero desde niño, fue uno de los componentes de la Banda Provincial del Hospicio, en la que destacó como buen intérprete de la flauta, que junto con el piano, eran sus instrumentos preferidos. Nosotros hemos podido hablar con otro de sus componentes. Francisco Lara, que a sus 84 años, recuerda con cariño su ingreso en la banda del Hospicio granadino, y a su director entonces, José Vellido, que aunque entonces todos ingresaban de corneta o tambor, a él le vió cualidades, y le perimitió ingresar tocando el clarinete. Lara abandonó la banda en 1956 para hacer el servicio militar, y la formación desapareció a principios de los sesenta, pero no olvida ni a sus comapñeros, ni el gran nivel interpretativo que tuvo la formación.

lunes, 26 de agosto de 2019

LA VENIA PISTOLA EN MANO

LA VENIA PISTOLA EN MANO

La Alhambra y Los Favores se retaron en Reyes Católicos, el saetero equivocó la letra y la escuadra de romanos, terminó en comisaria.

Tito Ortiz.-

Nuestra semana santa es tan rica en el capítulo de anecdotarios, que la publicación de los hechos reales, darían para varios tomos. Sabido es que las desavenencias entre hermanos fundadores, dan lugar posteriormente a la escisión de un grupo de éstos, que por el prurito de no ser menos, terminan fundando otra nueva hermandad. Yo he vivido eso en mis carnes, pero lejos de ser algo de nuestros tiempos, este tipo de comportamientos, unido a las rivalidades de los distintos gremios que fundan cofradías a lo largo de toda la historia, dan como resultado, que el acervo cofrade se engrandezca y llegue hasta nosotros con toda su riqueza, histórica y patrimonial. Corrían los últimos años de la década de los felices años veinte del siglo pasado, cuando un puñado de amigos, que luego dejarían de serlo, pone en marcha el proyecto de fundar la hermandad de La Alhambra, y en el fragor de la batalla y por motivos que me llevaré a la tumba, se produce un choque de trenes dentro del proyecto, que obliga al abandono del mismo a un grupo, que sin pensárselo, protagonizan una carrera para ver cuál de las dos facciones es capaz de poner antes en las calles de Granada, una nueva hermandad. Recaudar fondos para titulares y ajuar era prioritario, hasta tal punto de que me consta y, guardo testimonio grabado de algunos protagonistas, que valiosas aportaciones en metálico y de joyas para fundar la hermandad “realejeña”, salieron de las casas más acreditadas de las meretrices granadinas de la época. La competición por ser los primeros en, poner nueva hermandad en la calle fue muy ajustada, hasta tal punto que llegó el gran día, y quiso la divina providencia que ambos cortejos coincidieran en Reyes Católicos. La Alhambra bajaba por Gomérez camino de la tribuna, y Favores regresaba a su barrio por la calle de La Colcha. En aquella competición fratricida de los que antes habían sido hermanos de proyecto, la Alhambra adelantó su cruz de guía y tras ella todo el cortejo, hasta la altura de lo que hoy conocemos como Santi Espíritu, que entonces no tenía salida a Pavaneras. Con tal acción, impedía que los favores retornaran. Me consta que hubo componentes de ambos cortejos discutiendo quién debería tener preferencia de paso, y como lo de llegar a un acuerdo, ni se atisbaba, de pronto, un fundador de la hermandad de san Cecilio dio por zanjado el tema y logró paso franco para su hermandad. Lo que hizo fue sencillo. Echó mano a la sobaquera, sacó una Star del nueve largo, tiró del cerrojo hacia atrás, la montó con una bala en la recamara, y le dijo al cofrade alhambreño que le impedía el paso: ¿A que ahora vamos a pasar sin problemas? Y en ese momento, lo mismo que en la película de Moisés se abrió el mar en dos partes para que pasaran las criaturas, el cortejo de la Alhambra se apartó a la velocidad de la luz, permitiendo que los favores regresaran a su barrio sin mayor problema. Cuando un cofrade “greñúo” es convincente en sus argumentos, no se necesita nada más.

SAETA 

Siempre ha tenido la semana santa de Granada una tradición de saetas a pie de calle, y los que peinamos canas hemos disfrutado de momentos inolvidables, como aquella noche en la que Enrique Morente, le cantó una saeta al Cristo del Silencio, cuando se encerraba en San José. Curro Andrés, que sabe de esto un rato, se acordará de aquella madrugada que, a todos se nos quedó el corazón encogido escuchando en la oscuridad a nuestro admirado Enrique, junto al semblante más sobrecogedor de un hombre muerto en la cruz. Pues junto a esos momentos inolvidables, la saeta espontánea en la calle es lo que tiene, que también te puede dejar perplejo, cuando el asunto barrunta ruina. No han sido pocos los casos en los que algún aficionado, que en estado de sobriedad jamás lo hubiera intentado. Animado por la ingesta y por algún “amigo” de esos que contándolo entre los tuyos no necesitas enemigos, se planta delante del paso, y suelta más gallos de los que Pedro escuchó la noche de marras. Otra cosa es que los nervios le jueguen una mala pasada al saetero, que con su mejor intención olvide la letra o la cambie, como le ocurrió al que ante la imagen del Cristo de su devoción, queriéndole pedir en la letra, vista para los ciegos y libertad para los presos, exclamó: … ¡Y a los presos dales vista, y a los ciegos libertad!

UNA DE ROMANOS

Nada más ver cómo iban uniformados los romanos, aquello no barruntaba nada bueno. Aquel año para el Santo Entierro, la escuadra venía de El Padul, y nada más llegar a Plaza Nueva, la gente comenzó a comentar. Lucían en las piernas leotardos marrones, con zapatilla de tenis. Ni casco ni coraza metálicos. Un pecherín de boatiné y prenda de cabeza de plástico marrón. Lanzas de madera con la punta pintada de purpurina, en fin una caricatura de lo que hasta entonces había sido una escuadra de romanos para escoltar al Santo Sepulcro. Cuando se abrieron las puertas de la audiencia, para dar comienzo al cortejo oficial de la semana santa, el que mandaba la escuadra, se acercó a uno de ellos requiriéndole mayor marcialidad al desfilar y mejor compostura, a lo que éste contestó con una serie de insultos a voz en grito, acordándose de sus progenitores, y haciendo uso de la lanza que portaba, de tal manera que en un instante, la escuadra se convirtió en una trifulca descomunal, con los romanos apaleándose entre sí, rodando por el suelo, alguno ya escalabrado, hasta el punto de que tuvo que intervenir la policía, llevándose a unos cuantos a comisaria y a otros a la casa de socorro.

domingo, 25 de agosto de 2019

PEPE CID, LA VOZ ROTA DE LOS OBREROS

PEPE CID, LA VOZ ROTA DE LOS OBREROS

Durante los últimos años del franquismo y primeros de la transición, se convirtió en el azote de la patronal y objetivo prioritario de la Brigada Político Social.

Tito Ortiz.-

Luchador infatigable hasta la muerte, el viejo militante del PCE y fundador del sindicato Comisiones Obreras en Granada, dio varias veces con sus huesos en la cárcel, por liderar la lucha obrera y el cambio a la democracia, desde la clandestinidad. No había manifestación, piquete, concentración o encierro, donde Pepe Cid, no estuviera a la cabeza en la defensa de los trabajadores. No fumaba, no bebía, pero su voz rota de cantaor, voceaba las consignas con un liderazgo incontestable. Le avalaban toda una vida entregada a la defensa de los derechos humanos y, una convicción aplastante de que otro mundo mejor para las clases sociales era mejor y hasta posible. Su figura comienza a emerger un año antes de que Massiel gane el Festival de Eurovisión. En 1967 se lleva a cabo por parte de antiguos y nuevos militantes del PCE, entre los que se encontraban José Cid de la Rosa, Martín, Suárez, Pedro Girón y José López Ávila,  la fundación de las Comisiones Obreras de Granada. La primera asamblea de la recién creada organización, con presencia de Fernando Soto y Eduardo Saborido, se celebró en el bar La Mosca, como bien recoge Martínez Foronda. La presentación pública de las CCOO de Granada, se hizo coincidir estratégicamente con la Jornada de Lucha convocada a nivel nacional para el 27 de octubre de 1967. La manifestación realizada por unos 200 trabajadores desde la Plaza del Triunfo hasta la sede de la CNS, en la Gran Vía, constituyó la escenificación de la existencia formal de la organización en la ciudad.

ALBAÑILES QUE VUELAN

Pepe Cid consolida su liderazgo en el PCE y CC.OO. y en 1970 está a la cabeza de las negociaciones del convenio de la construcción en la provincia de Granada. Aquí, mandaban las familias más conservadoras de España, metidas de lleno en el régimen o amparadas por él. Muchas de ellas, enriquecidas por el boom de la construcción que desarrolló la capital invadiendo la Vega, con grandes moles y barrios, como reconoce Juan Ferreras. Mientras los obreros eran tratados como esclavos, con contratos verbales, por un jornal que apenas llegaba a las 15 pesetas a la hora, a destajo, y sin protección social. A las ocho de la mañana del 21 de Julio de 1970, salieron los albañiles  de la reunión de la antigua sede sindical en la que hoy es la Avenida de la Constitución. Unos 4.000 habían decidido ir a la huelga y convocar la primera manifestación en Granada desde la República. A continuación tendría lugar el hecho más execrable del régimen franquista. A toque de corneta, la Policía Armada carga. Algunos obreros paran un camión de bovedillas para usarlas contra los policías. Se oyen disparos. Caen abatidos los compañeros Antonio Huertas Remigio, de Maracena, peón de albañil; Cristóbal Ibáñez Encinas, marmolista de Granada, y Manuel Sánchez Mesa, de Armilla, peón de albañil, además de numerosos heridos entre trabajadores y policías. La policía solo reconoce que disparó al aire, de lo que se deduce, que los albañiles muertos…volaban.

LA CÁRCEL

A raíz de estos trágicos sucesos, la represión sobre los líderes sindicales toma tintes inimaginables. José Cid de La Rosa, y otros muchos, son detenidos y torturados. De entre todos ellos, destaca el caso de Paco Portillo, su detención en los calabozos de la calle Duquesa, antes de ponerlo a disposición judicial, se prolonga durante 37 días en los que es torturado sin compasión. Cuentan algunos camaradas que lo vieron desnudo en las duchas de la antigua cárcel junto al viejo “Los Cármenes”, que no tenía ni un centímetro de piel que, no estuviera morada por las tremendas palizas recibidas. Todo su cuerpo era un completo moratón. En el caso de Pepe Cid, ni la tortura policial ni su internamiento harían mella en el viejo luchador de la voz rota. Con nuevas energías, en 1972, lo encontramos junto a otros camaradas y compañeros, fundando el primer despacho de abogados laboralistas de Granada. Al frente del mismo estuvieron, Miguel Medina Fernández-Aceytuno y Fernando Sena. El primero había trabajado en el despacho de CCOO en el Ferrol y posteriormente en Madrid en 1971. A finales de ese año, el PCE, a través de Pepe Cid de la Rosa, Pepe Martín y de José López Ávila, "el abuelito", le sugirieron la idea de establecerse en Granada para trabajar para el movimiento obrero. Inicialmente se montó en un pequeño piso alquilado en la calle Moral de la Magdalena. Posteriormente se establecieron en la Calle Escuelas de la ciudad granadina. Era un suma y sigue en la lucha de los trabajadores.  Con el tiempo, el abogado,  Miguel Medina Fernández-Aceytuno, llegaría a ser concejal del ayuntamiento democrático de la ciudad de La Alhambra.

sábado, 24 de agosto de 2019

EL SERENO

EL SERENO

“Las doce y sereeeno, está nublado y puede lloveeer”, cantaba aquel hombre al pie del balcón, dos o tres veces en la noche.

Tito Ortiz.-

Faltando un par de días para navidad, mi abuela siempre tenía en un viejo azucarero inservible, sobre el repostero del salón comedor, unas pesetillas sueltas para aquella ocasión. Llamaban a la puerta, y al abrir, un hombre de avanzada edad, con un guardapolvos gris, y una sonrisa ensayada que dejaba ver un diente de oro, extendía la mano y ponía sobre la mía una especie de estampa, de colores apagados, en la que un sereno mejor vestido que él, nos deseaba unas  “felices pascuas”, que es como se decía en el Albayzín, porque eso de la navidad, era muy distinguido. A Manuel, el sereno le había precedido en pedir el aguinaldo, Paco, el basurero, que presentaba también, un aspecto muy lejano en vestimenta, con respecto a la estampita que nos ofrecía a cambio de unas pesetillas, pocas, porque también esperábamos por esas fechas a, Antonio, el regador, que fiel a su cita anual, como sus compañeros, nos deseaba felicidad para esos días y un feliz año nuevo. Todos trabajaban de noche en el barrio, y era la única oportunidad de ponerles cara y saludarlos, aunque al sereno si lo veíamos más y sobre todo, lo escuchábamos.

GARANTE DE NOCHES TRANQUILAS

Los primeros serenos se documentan en el año 1715, creándose el Cuerpo de serenos el 12 de abril de 1765, siendo más tarde incluidos en un Real Decreto del 16 de septiembre de 1834, donde se regulaba la función de los serenos en las capitales de provincia. En líneas generales y con ligeras variaciones según el país, era obligación de los serenos recorrer las calles de su demarcación protegiendo de robos y asaltos, evitando las peleas (incluso las domésticas), dar aviso de incendios y prestar auxilio a todo aquel que lo necesitara. En algunas ciudades se llamaban unos a otros por medio del silbato que llevaban o voceando contraseñas. En el Albayzín, más de una vez, el bueno de Manolo, evitó más de una paliza a alguna vecina, puesto que el marido llegaba a altas horas con más copas encima de las recomendadas, y al recriminar esa actitud, la mujer se exponía a ser agredida, asunto que no llegó a mayores gracias a él, que en más de una ocasión, ayudaba a acostar al borracho, y de esta manera, evitar el escándalo a deshoras, y sobre todo la riña familiar. Yo conocí al bueno de Manolo con, un bastón considerable a modo de defensa y una linterna de petaca. Enganchado al cinto con el que había hecho la mili, portaba un arco de alambre grueso, del que pendían las llaves de todos nuestros portales, que por su tamaño, nadie llevaba encima, así que al llegar más tarde de las diez, cuando los vecinos cerrábamos las puertas, bastaban dos palmadas, para que presto acudiera para abrir al vecino rezagado. Y en no pocas ocasiones, se habían requerido sus servicios para ayudar a un padre nervioso, cuando su mujer se había puesto de parto a altas horas de la madrugada.

FAROLAS Y ORDEN NOCTURNO

Cuando yo nací, entre sus obligaciones ya no estaba la de encender las farolas de gas por las noches, porque aunque pocas, estas ya eran eléctricas. Tampoco portaba “el chuzo” ni el farol de mano. Pero su existencia nos daba a todos una tranquilidad por las noches, que ahora se echa de menos. Era muy difícil robar con un sereno avispado en el barrio, como era nuestro caso, y además, había buen trato y conversación. Cuando mi padre llegaba tarde, daba las palmadas de rigor, y cuando llegaba Manolo, mi progenitor ya tenía la petaca del tabaco abierta (Caldo de gallina) y los dos papelillos sacados del librito “Bambú”, para echar un cigarro y una buena charla con nuestro sereno. Aquel hombre bueno que cuidaba de nosotros por la noche, era lo menos que se merecía. Manolo fue como de la familia, pero de todos, en el barrio. Su vigilia nos libró de incendios y algaradas, hasta el punto de que cuando alguien echaba una serenata a la novia por la noche, al primero que se avisaba era a Manolo, para que lo supiera, aunque él era el primero que se pegaba a la ronda, hasta que se acababa. Los barrios de Granada entonces, eran más tranquilos con un buen sereno como el que teníamos nosotros. Honor y gloria a una profesión que nunca debió desaparecer.

viernes, 23 de agosto de 2019

¡¡BARQUILLOS DE CANELA!!

¡¡BARQUILLOS DE CANELA!!

Con este pregón están rellenos, gran parte de los recuerdos de mi infancia, que discurren por las calles del centro histórico de Granada  y el Paseo del Salón.

Tito Ortiz.-

Hombres de chaqueta blanca inmaculada, con una bandeja repleta de barquillos sujetos por una goma, los pregonaban desde el Zacatín a La Carrera, hasta llegar al paseo del Salón, donde en el lugar que hoy se encuentra la desproporcionada fuente de Las Granadas, se hallaba el monumento a Colón y la reina católica que hoy preside el inicio de la Gran Vía, formando una T invertida con Reyes Católicos. Junto a la reja que protegía el conjunto monumental, se apostaban criadas con niños de la mano, soldados que disparaban sus requiebros con promesa de vicaría, y los barquilleros más acreditados del lugar, con su cajón ruleta que tanto nos encandilaba. Mi inocencia de niño hacía un mundo de ilusión del momento en el que mi padre, que ya había entregado los dos reales al hombre, me daba permiso para hacer girar la ruleta a ver si tenía suerte y me tocaba un barquillo. Y la suerte siempre estaba conmigo, porque cayera en el número que cayera, cuando la rueda dejaba de girar y se paraba, yo dejaba de respirar deseando escuchar al barquillero la famosa frase: ¡Campeón que suerte tienes! Aquí está tu barquillo.

UN MANJAR

Los barquillos son unos dulces de masa de trigo horneados sin levadura y endulzados con azúcar y miel. Su presentación es, plana, fina y, por la forma del molde, adquirían un perfil acanalado similar a un barco, de donde viene su nombre. También, se presentan en forma de canuto. Se trata de una oblea que a todos los niños nos ha gustado, y que conseguíamos siempre como premio a nuestro buen comportamiento, buenas notas, o efeméride notable. Su fabricación artesanal, sobre las redondas láminas metálicas al fuego requerido, permiten que cada artesano confeccione la masa con los ingredientes tradicionales, pero ya sea por el equilibrio entre ellos o el tiempo de fuego, se puede asegurar, que, existen tantos barquillos distintos como artesanos los hacen. Tradicionalmente, los barquilleros llevaban sus cestas con barquillos y una ruleta en la que los compradores podían probar suerte. El juego consistía en dar vueltas a una rueda que apuntaba a diferentes números. Si había varios participantes, el que sacaba la cifra menor, pagaba todos los barquillos. Si era una sola persona, pagaba unas monedas y tenía derecho a llevarse un barquillo en cada jugada, salvo cuando caía en la casilla del clavo, en cuyo caso perdía todo lo ganado.

TRADICIÓN Y CASTICISMO

Los barquilleros en Granada fueron desapareciendo de nuestras calles, aunque en otros lugares, como Madrid, se han reconvertido en personajes a proteger con gran aceptación entre los turistas. Además, la figura del barquillero ha sido muy arropada y promovida por el teatro castizo y tradicional, y muy especialmente, por la zarzuela, cuyo género musical ha introducido a estos personajes con su dulce oblea, formando parte de sus argumentos. Incluso creadores prestigiosos como el mismísimo maestro Chapí, le dedicó toda una obra al singular personaje del barquillero.
“El barquillero” como decíamos, es una zarzuela en un acto, y tres cuadros, en prosa y verso con un texto original de José López Silva y José Jackson Veyán, con la música del genial, Ruperto Chapí, que fue estrenada  el 21 de Julio de 1900 en el Teatro Eldorado de Madrid. La obra muestra el buen fin de los amores de Socorro y Pepillo (El Barquillero), obstaculizados por Lunaritos, un chulo al que, como tiene “chismitos” ve con buenos ojos Prudencia, y protegidos por el cabo de caballería Melgares. Este esquema tan simple es aprovechado por los libretistas para hacer una magistral pintura de tipos netamente humanos, como la presuntuosa e interesada Prudencia, el chulo Lunaritos, el simpático y algo creído cabo Melgares, pero sobre todo luce la nobleza y simpatía de los protagonistas. En la obra destacan tres números fundamentalmente, el dúo de Pepillo y Melgares “Mi oficio es el oficio más desahogao”, que nos ofrece un paseo por diversos ritmos hispanos  como la marcha, el pasodoble, la polka, la habanera o el zapateado; la romanza de Socorro “Cuando está tan hondo” inspiradísima y de gran mérito y, la serenata de barquilleros “A falta de bandurrias” que para algunos es el número grande de la obra y con el que consiguió Chapí su aspiración de que el público saliera a la calle tarareándolo. ¡Al rico parisien!

jueves, 22 de agosto de 2019

SEÑORES DE LA POLÍTICA Y LA PALABRA

SEÑORES DE LA POLÍTICA Y LA PALABRA

Hubo un tiempo en este país, en el que los políticos de muy distinto signo, se comportaban con educación, dando un ejemplo a la ciudadanía del que hoy, desgraciadamente carecemos.

Tito Ortiz.-

Tengo la edad suficiente para recordar las crónicas parlamentarias de Luís Carandell, excelso periodista de las Cortes hispanas, que tuvo la fortuna de relatar acontecimientos importantes, como la venida de la democracia, y hacerlo con referencias históricas de, intervenciones extraordinarias a cargo de políticos de todo signo en siglos anteriores. Los que vivimos la dictadura y posterior transición política, también hemos podido disfrutar de la corrección en el trato de sus señorías, pese a representar partidos muy distantes en la ideología política. Ese clima de constante crispación y enfrentamiento verbal del que ahora presumen nuestros políticos, que desgraciadamente han trasladado a la ciudadanía, no es más que el fiel reflejo de sus carencias. Cada vez con más frecuencia, arriban a la militancia política, personas con menor formación educativa y profesional, que buscan una salida a un futuro incierto y para el que no se preparan. Carecen por lo general de experiencia laboral, y encuentran en la política el caldo de cultivo necesario para, camuflarse inmersos en la mediocridad existente. Su incapacidad para dialogar los hace llegar a los extremos de, admitir a los rivales políticos como enemigos en el campo de batalla, lo que ya de por si los incapacitaría para, el ejercicio político en cualquier país medianamente culto. Ahora es imposible encontrar dedicados a la política, personas vocacionales como en los setenta lo fueron, reputados catedráticos doctores honoris causa, como algunos padres de la Constitución, o profesionales de nivel internacional con despacho como, los Garrigues Walker. Ahora hay mucho muerto de hambre, sin oficio ni beneficio, que se aferra a la política porque no tiene donde caerse muerto. Lo de vocación de servicio a la sociedad, es un camelo de tomo y lomo, no hay más que verlos y oírlos.

TERTULIANOS DE POSTÍN

En la década de los ochenta del siglo pasado, mi admirado Luís Carandell,  fundó en la "Taberna del Alabardero", de Madrid, una tertulia. Participaban en ella antiguos compañeros del semanario Cuadernos para el Diálogo, como los periodistas Miguel Ángel Aguilar, Pedro Altares, Andrés Berlanga, Félix Santos, Fernando Castelló y Víctor Márquez Reviriego. Los escritores Ángel Fernández Santos, Ángel García Pintado, José Antonio Gabriel y Galán y Vicente Verdú, el político y empresario Javier Gómez Navarro, el cineasta Manuel Gutiérrez Aragón, el publicista Manuel Eléxpuru del Valle, y el anfitrión Luis de Lezama. Dicha tertulia fue más conocida popularmente como, "La Tertulia del Tonto Contemporáneo", por la concesión anual de un galardón, cuyo distintivo consistía en una tiza, a la persona que más tonterías hubiera dicho o hecho durante el ejercicio anterior. Fui invitado a una de aquellas inolvidable sesiones, y fue una experiencia tan gratificante como irrepetible. ¡Qué nivel de conversación, dios mío! Cuanta inteligencia y cultura juntas. Solo por vivir aquella noche, mereció la pena nacer. Se puede estar en las antípodas ideológicas de la persona que tienes en frente, pero hablarle sin escupir piedras es algo que ya está al alcance de muy pocos y esa degradación social, se la debemos –principalmente- a nuestros políticos actuales.

LOS EXTREMOS EDUCADOS

En las elecciones generales de junio de 1977, las primeras tras la dictadura, Fuerza Nueva se presentó en coalición junto a la Confederación Nacional de Combatientes, los Círculos Doctrinales José Antonio y la Agrupación de Juventudes Tradicionalistas bajo el nombre de Alianza Nacional 18 de Julio, sin obtener representación parlamentaria. En 1979, una vez aprobada la Constitución y convocadas de nuevo elecciones generales, Blas Piñar fue elegido diputado al Congreso por Madrid en la primera legislatura ordinaria de la Democracia dentro de la coalición Unión Nacional. Como parlamentario, votó «no» a todos los estatutos de autonomía, tanto a la totalidad, como —cuando fue posible— artículo por artículo. Yo cubrí para el periódico Patria su visita a Granada, en aquella campaña, y tengo que reconocer que me encontré a un señor notario, educado y correcto con los periodistas. Aquella misma mañana, quiso el azar que coincidiera también en nuestra ciudad el máximo representante del Partido Comunista, Santiago Carrillo, a cuya rueda de prensa también asistí. Con Carrillo me fumé un “Gitanes” y pude charlar un rato. En él me encontré a otra persona educada y correcta como pocas. Eran años en el que los insultos entre adversarios políticos, no habían nacido, por muy alejados que estuvieran en el tablero político. Desgraciadamente, los tiempos han cambiado… Para mal.



miércoles, 21 de agosto de 2019

LUÍS MEGÍAS: EL MÚSICO TOTAL

LUÍS MEGÍAS: EL MÚSICO TOTAL

El pluriempleo musical nació con Luís Megias, y ya fuera en la docencia o en la interpretación, las múltiples actividades coparon su vida 

Tito Ortiz.-

Yo no tendría más de diez años, cuando mi padre solicitó mis servicios en su taller de barnizado, para ayudarle a meter por vereda, aquel piano blanco que, su amigo Manuel Fernández Heredia, director del hotel “Nevada Palace” en la calle Ganivet, le había mandado para dejarlo como nuevo. El blanco de su lacado era más bien un amarillo cetrino, y sus tripas necesitaban una buena limpieza. La Tabla armónica, Costillas, Bastidor, Teclado, Puente, el Clavijero los Pedales, todo fue convenientemente desmontado y limpiado. Fueron muchos días decapando aquel colín, lijándolo hasta el tacto de la seda, y lacándolo de nuevo en blanco, hasta colocarle la última tecla, el último macillo y que estuviera listo para presidir de nuevo el salón del hotel, donde el maestro, Luís Megías García, haría las delicias de la fiel concurrencia que cada tarde noche, se daba cita para escuchar de sus manos, las obras inmortales de ayer, hoy y siempre. Luís era un músico total, así que lo mismo abordaba un pasodoble, un nocturno de Chopin, una copla andaluza, el Twist o la Yenca. Luís tenía en la cabeza todas las músicas del mundo, con una facilidad pasmosa para que pasaran de su cerebro a las manos, sin perder un ápice de su encanto.  Desde su adolescencia, nunca le conocí un solo trabajo. El pluriempleo musical nació con Luís Megias, y ya fuera en la docencia o en la interpretación, las múltiples actividades coparon su vida de tal forma, que lo convirtieron en un músico completo, de amplio espectro, dejándole poco espacio a otras actividades que no fueran la música en cualquiera de sus facetas.

CERÓN Y GUILLÉN

Va para cuarenta años que, a mi compadre Luís Cerón se le ocurrió rendir homenaje – cuando nadie se acordaba de él – al ahora, multipremiado y reconocido poeta de los albaicines, Rafael Guillén, que aunque more en poeta Manuel de Góngora, los sus amigos, no olvidamos la casa de Los Carros de San Pedro frente a la Alhambra. Quiso el cantautor rodearse de un gran equipo de profesionales para el asunto, escogiendo un ramillete de músicos granadinos de la mayor solvencia, entre los que destacaba con luz propia, el maestro Luís Megias, que al piano, hizo suya la música de Cerón, para convertirla en soporte idóneo de los poemas “guillenianos”. Pocas veces he disfrutado más en mi vida, que aquellas tardes de ensayos en el Auditorio Manuel de Falla, presenciando como se montaba un recital inédito, en el que los poemas de Rafael, hechos canciones, eran interpretados por la voz personalísima de Luís Cerón, en compañía del piano y los arreglos consensuados de Luís Megias. Aquellas doce canciones con letra de Guillén, conformaron un único e irrepetible recital en Granada, que tuve el honor de presentar ante un auditorio Manuel de Falla abarrotado, y en el que las notas del piano interpretadas por Megias, fueron la autovía de los sentidos imprescindible para completar un éxito sin precedentes que no se ha vuelto a repetir, y han pasado más de tres décadas.

VÍA VENETTO

Dios lo dotó también con la virtud de la composición, y no ha sido desdeñable, en absoluto, su aportación a la música culta con obras reconocidas y aplaudidas por quienes desde esa faceta musical, reconocen a un buen profesional al servicio del pentagrama. Pero he de confesar que, cuando más disfruté de la profesionalidad de Luís Megias, fue cuando a costa de mi descanso, optaba por pasar la madrugada en el Pub Vía Venetto, donde Luís hacía de la noche, la aliada perfecta del amor por la vida y las bellas artes. Era del todo impagable, poder acercarte mientras interpretaba un tema de siempre, y susurrarle al oído el siguiente, con la seguridad de que tu petición sería llevada a cabo. Un bolero de los Panchos, un tema de Ray Conniff, alguna de Quintero, León y Quiroga, lo que pidieras, iba a ser interpretado por él en unos instantes, con una sonrisa casi socarrona, con la espalda inclinada sobre el teclado, y la mirada oculta en los cristales oscuros de su gafas. Luis era hombre de risa espontánea, de timidez contenida y voz afillada, pero de amistad eterna y vocación musical perpetua, un músico total de esos que hay que estudiar en las enciclopedias, para comprender la magnitud de su ausencia.

martes, 20 de agosto de 2019

EL TAMBOR DE COLÓN

EL TAMBOR DE COLÓN

Este es el relato de unas leyendas semanasanteras, que nunca tuvieron lugar. Los nombres y las situaciones son ficticios. Se trata solamente de pasar el rato, leyendo algo que jamás ocurrió.

Tito Ortiz.-

He de confesar que, he leído poco sobre la música en la época del descubrimiento de América, cuyos instrumentos admito que, en mí, tienden a producir un agradable sopor incompatible con el estado de vigilia. En cualquier caso aquí, lo que nos ocupa, es la existencia de un tambor de Colón, del que todavía no he averiguado, si hizo la travesía de la mar océana para encontrar un nuevo mundo, o si por el contrario, llegó a España como souvenire de la tierra conquistada. El tambor de Colón, pudiera ser el título de una novela de aventuras, en la que se describiesen aguerridos luchadores, haciéndose con nuevos territorios para la corona patria, pero mucho me temo que éste tambor de colón, va a ser algo mucho más prosaico. Aquella tarde de verano, estaba yo – como casi todas – en el pequeño bar de Juan Bautista, en el Campo del Príncipe, que años después sería regentado por “El Collejo”. La limonada casera del veterano tabernero, era de calidad acreditada y, muy reconocida por los parroquianos. Juan Bautista me acababa de regalar una pipa que, me había traído de su último viaje a Santo Domingo, y yo estaba en esa ceremonia del primer encendido de pipa nueva, de cuyos resultados, depende toda la vida del instrumento fumador.

AL CHALET

Entró en el local José Carranza -Willy para los amigos- y venía con la cara descompuesta, un rostro de esos que anuncian ruina, lo mires como lo mires. Me preguntó si había llevado el coche, le dije que estaba en la puerta del taller de mi padre, en la calle Cuartelillo, y me dijo: ¡Vámonos! Arranqué mi Renault 10, blanco, de segunda mano, matrícula de Barcelona, y me fue indicando el camino a seguir. En unos minutos estábamos en la puerta de un chalet con piscina, propiedad del entonces hermano mayor de la hermandad del Cristo de Los Favores, que compungido abrió la cancela y, comenzó a relatarme una historia irreal,  para la que necesitaba nuestra ayuda. 
Desde que terminó la semana santa, tenía el trabajo pendiente de buscar la forma más idónea, para limpiar el manto de la virgen de la Misericordia, que había quedado maltrecho tras la salida. Fundamentalmente, presentaba tiznones de las velas, y chorreones de cera. Como primera medida, había pensado llevarlo al tinte de la calle Recogidas, que estaba junto a la bodega, “El Cortijo de Las Cruces”. Pensaba el hermano mayor, que si en aquella taberna, en una de sus vitrinas, se conservaba impecable el vestío de torear que “Frascuelo” lució la tarde de su alternativa, en el tabique de al lado, tendrían una buena solución para dejar limpio el manto de su virgen, pero cuando le dieron el presupuesto de la limpieza, de la impresión, perdió todo el pelo de la cabeza, y se echó a fumar puros del número uno. Dándole vueltas a su pelada cabeza, se le ocurrió una solución mucho más barata y eficiente. Sin encomendarse ni a dios ni al diablo, compró un tambor de detergente en polvo “Colón”, expandió el manto de la virgen en su piscina, y volcó sobre el, todo el contenido al tiempo que iba removiendo con el palo de una fregona, para que la limpieza fuera homogénea. Cuando  el Willy y yo llegamos al borde  de la piscina, la escena era dantesca, sobre el manto semi hundido, una alfombra de espuma de unos cuarenta centímetros de espesor, impedían ver la sutil mescolanza de cera adherida al manto, el tizne del pabilo, las hojas secas que el viento había arrojado a la piscina, y aquel tono medio verdoso del agua sin clorar todo el invierno. Nos desnudamos hasta quedarnos en calzoncillos, nos tiramos al interior para ver cómo podría ser el rescate, y tras lucha titánica que nos dejó exhaustos,  pudimos sacar entre los tres el irrecuperable manto de la Misericordia, que desapareció como por arte de magia, de entre el ajuar de la Señora, aunque nadie lo echó de menos, porque al año siguiente, estrenó uno donado por su hermano mayor. 

LA SANTA CENA EN TREN

En aquellos primeros años tras su fundación, fue invitada la hermandad de la Santa Cena a participar en una magna exposición en la capital de la Giralda, para lo que su hermano mayor buscó transporte y, pidió presupuestos con el fin de abaratar costes. Un camión se disparaba de precio, así que la solución fue muy sencilla. Dado que todas las figuras del misterio van sentadas, no hubo ningún problema para comprar en Renfe, trece billetes de ida y vuelta a Sevilla, en los vagones de madera correspondientes a  tercera clase. El viaje se realizó con total normalidad, se celebró la exposición, y el regreso fue tranquilo, ya que las figuras iban atadas a los asientos, cada una con su billete en la mano. Ninguno le contestó al revisor.

HACIA LA DESESPERANZA

HACIA LA DESESPERANZA

Tito Ortiz.-

Este agosto de 2019, denso y basto como una transfusión de pan rallado, pesado como un avión de mármol y caliente como un puchero, nos lleva a la desesperanza, camino de otras elecciones generales que a nadie interesan. Es este un agosto cerrado por vacaciones, en el que tengo la sensación de que las hojas no caen del calendario. Avanza el tiempo, pero los ciudadanos abandonados a nuestra suerte, por unos trescientos cincuenta “señorías” que en plena crisis, se han ido deliberadamente de vacaciones sin resolver nuestros problemas, seguimos en el mismo sitio y con la misma incertidumbre sobre nuestro futuro. Lo malo es que aquí no pasa nada. Nos han subido la gasolina en estos días, a traición, con nocturnidad y alevosía, y todos tan contentos. Es como aquella famosa frase en la película de los hermanos Marx: Doctor, ¿qué le pasa a la señora? Y éste responde: Nada, en su más violenta manifestación. Pues así estamos nosotros, entontecidos y resignados a nuestra suerte, como ganado en camión en ruta al matadero.
Otro país en esta situación estaría echado a la calle, buscando casa por casa a sus señorías, sentándolos en el hemiciclo y no dejándolos salir hasta que no hubiera gobierno. Máxime cuando se barrunta desde Alemania, que vamos sin frenos hacia una nueva crisis económica. Eso sin poner atención, a la refriega comercial y de aranceles entre EE.UU. y China, de cuyos resultados saldremos todos afectados en mayor o menor medida. Ellos estornudan y nosotros nos resfriamos, porque ya se sabe que, a perro flaco todo son pulgas, y si no, que alguien eche un vistazo a la caja de las pensiones para ver lo cerca que está el fondo. Este país se va al garete, y sus señorías junto con el jefe del estado, lo han cerrado por vacaciones. Se trata de un agosto aciago, en el que no nos libramos ni de la listeriosis, en el que no llaman ni a la hora de la siesta para venderte algo. Tampoco nadie llama a Fomento pidiendo explicaciones, por qué en plena operación de vacaciones, se decide asfaltar algunos tramos de la autovía que une Granada con Madrid, permitiendo a un personal sin cualificar, reducir a un solo carril, hasta doce kilómetros de autovía, cuando solo asfaltan uno cada día. ¿Qué mente privilegiada en los días de más tráfico del año permite esto? Ocurre igual con los jardineros de setos centrales y cunetas. Tienen todo un año para hacer estas cosas. ¿Por qué hacerlo cuando nuestras carreteras están abarrotadas? Me gustaría saber dónde aprobó las oposiciones el responsable de este desaguisado, y sobre todo, cuánto cobra al año, por amargarnos la vida a los demás.
Agosto es el mes de la desesperanza y del horror, el que permite ver a las claras, que las órdenes de alejamiento no sirven para nada, que tampoco protege estar en las listas del Sistema de Seguimiento Integral de casos de Violencia de Género, que todo eso son paparruchas cuando el asesino empuña el cuchillo, por mucho que estas medidas tranquilicen las conciencias de jueces y asistentes sociales, de abogados y Oenegés. La cifra de mujeres asesinadas este año es de escalofrío, pero ¿A quién le importa? Hay incluso, dignísimas señoras y señores votados por el pueblo, que consideran que esto es peccata minuta, que solo se trata de desavenencias en el hogar, que hay que destruir el entramado –poco eficaz de momento- de ayuda a la mujer, y pelillos a la mar, que aquí no pasa nada. Agosto es un mes despreciable…te lo digo yo.

lunes, 19 de agosto de 2019

SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS

SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS

Lo que comenzó siglos atrás con unos ideales muy determinados, llegó al siglo XX como una actividad cultural

Tito Ortiz.-

Tuve la fortuna de conocer las actividades de la, Sociedad Económica de Amigos del País, en la capital de la Alhambra. Exposiciones, conferencias y actos culturales, conformaban su programa, en aquellos años de la transición política a la democracia, pero en realidad, los inicios de la institución, se remontaban siglos atrás. La sociedad nace teniendo como referente la conquista de Granada: 
“Al conquistar el reino de Granada del poder de los árabes, al enarbolar sobre las torres de la Alhambra el estandarte del Cristianismo, rodeábanse los ínclitos Reyes  Fernando y Doña Isabel de una brillante comitiva de nobles guerreros; En 1492 derramaban su sangre por el triunfo de la Cruz sobre la media luna; en 1775 consagraban sus talentos y patriotismo a la prosperidad, al bienestar de su país, y de las clases industriales y trabajadoras. Si los primeros por su valor merecen la gratitud y el aprecio de los granadinos, también deben obtenerlo los segundos por su laboriosidad y celo en bien de las mejoras y riqueza de sus conciudadanos”.
La pérdida sucesiva de las colonias, disminuye la llegada de las riquezas del ultramar, acrecentando el declive de una España imperial venida a menos, por eso:
“En 16 de Agosto de 1775 solicitaron de S. M. la creación de esta Sociedad Económica los más distinguidos patricios de Granada, y Don Cárlos III, oyendo el parecer de su Consejo de Castilla, lo concedió en 6 de Octubre del mismo año de 1775, dándoles los mismos privilegios que a la ya establecida en la Villa y Corte de Madrid, y añadiendo la facultad para celebrar sus sesiones en las Salas Capitulares del fixcmo. Ayuntamiento de esta Ciudad” 

OBJETIVOS FUNDACIONALES

La Sociedad Económica de Amigos del País de la provincia de Granada, tiene por objeto procurar la prosperidad del país, promoviendo y fomentando por cuantos medios estén a su alcance, la instrucción pública, la agricultura, las manufacturas y los oficios, el comercio, las mejoras locales en el orden material y moral, y las bellas artes. Los que aspiren o sean propuestos para ingresar en la Sociedad, deberán haber cumplido los veintidós años. Gozar y haber gozado constantemente buena opinión moral. Tener un modo de vivir conocido, bien sea por alguna carrera con título que le dé derecho para obtener cargos públicos, bien por rentas propias, por alguna industria que ejerzan, con establecimiento abierto, por algún destino que desempeñen, y cuyo sueldo sea mayor de seis mil reales al año, bien por trabajos científicos, literarios o artísticos, que hayan merecido la aprobación pública, consignada por el voto de Autoridades o Corporaciones competentes.

Tras el juramento del cargo en un ritual abigarrado, el nuevo socio estaba listo para presumir ante la sociedad granadina, de su pertenencia, y promover los grandes proyectos como la puesta en marcha a través de donaciones, de un gran museo provincial en el edificio de Santo Domingo, que le fue concedido a tal efecto. Obligatoria era la sesión pública que la sociedad tenía que celebrar  durante la semana de la Octava del Corpus, y muy valorados por la sociedad, los premios y reconocimientos otorgados. Pese a tratarse de acontecimientos del siglo XVIII, llama poderosamente la atención, que se habla de país y nación con toda naturalidad, sin las connotaciones políticamente catetas de hoy día, dándose cabida a las damas, asunto éste muy vanguardista, para la época que hablamos.


DE LA SECCIÓN DE SEÑORAS SOCIAS.

“Art. 154. Las Señoras que tienen recibido o en adelante recibieren el título de Socias de mérito en cualquiera de las Secciones en que se divide esta Sociedad, formarán una separada que se denominará socias, y cuyo objeto no es distinto del que comprende o tienen aquellas. Art. 155. Habrá una Comisión de las cinco Señoras más antiguas que residan en esta Ciudad, bajo la Presidencia de la que lleve más años de Socia, con cuya Comisión se entenderá la Sociedad en cualquier asunto que se ofrezca. Hará de Secretaria la Señora más moderna de las cinco. , Arl. 156. En ausencia y enfermedades de las Señoras Presidenta y Secretaria, desempeñarán estos cargos las, Señoras que las sigan por orden de antigüedad.  La Comisión se reunirá cuando sea necesario en casa de la Señora Presidenta. Esta Comisión podrá convocar la Sección de Señoras cuando lo crea conveniente, en el local más apropósito”. 

La Sociedad Económica de Amigos del País en Granada, segunda fundada en España tras la de Madrid, tuvo una importancia extraordinaria durante dos siglos, tanto en el ámbito de la industria, la agricultura, la educación, el comercio y las bellas artes. En los últimos años brilló más en ésta última faceta.

domingo, 18 de agosto de 2019

Y NACIÓ LOMBARDA

Y NACIÓ LOMBARDA

La Música tradicional en Andalucía, carecía de un grupo investigador con capacidad para propagar nuestro legado, hasta que aparecieron éllos.

Tito Ortiz.-

Al inicio de la década de los ochenta del siglo pasado, durante aquellos primeros años de una democracia incipiente, el asunto musical tenía su mayor exponente en lo que se dio en llamar, “La Movida Madrileña”, en la que un futuro director de cine oscarizado, Alaska, y otros muchos de diversas disciplinas artísticas, suben a los escenarios con un movimiento ideológicamente contracultural, aunque hay que considerar, que todo comenzó, tras el Concierto homenaje a Canito en 1980, en memoria de dicho artista,​ promovido en la Escuela de Caminos de Madrid por un grupo de estudiantes que, posteriormente formaron la banda Los Secretos. Y esa rebelión suscita también, que otras personas de la cultura, y en concreto de la música, se planteen un regreso a los orígenes, para poner en escena nuestras raíces folclóricas de mayor trascendencia. En el caso concreto de Granada, emerge ante la sorpresa de todos, un grupo llamado “Lombarda”, que pondrá nuestra ciudad en el mapa de la música tradicional de todos los tiempos.

ASÍ EMPEZÓ TODO

Lombarda, es un nombre genuino de la tradición musical andaluza. Se constituyó en el año 1980 y vivió la época de recuperación del folk en todas las latitudes del país. En sus inicios, el grupo centró su interés en la música medieval y renacentista, pero pronto pasaron a interesarse por la música tradicional andaluza y se lanzaron a una tarea de recuperación e investigación de los sonidos de la tierra. Fruto de aquella primera época, que duró hasta el año 1992 fueron su LP “Lombarda” y el single “La Fuente de los Cantos”. En ambas grabaciones, estos jóvenes de la ciudad de la Alhambra, se hacen con un repertorio histórico de la riqueza musical de nuestra tierra, que sorprende por su rigor y belleza, a todos los que asisten masivamente a sus conciertos, haciéndose pronto con una acreditada fama nacional por sus valiosas interpretaciones. En el año 2000, el grupo retoma su actividad y saca a la luz un nuevo CD con la colaboración de la Diputación de Granada, bajo el nombre que le hizo un grupo mítico en el panorama de la música tradicional española: Si el disco “Lombarda” del año 1986, mostraba una interesante tarea de recuperación, circunscrita casi en su totalidad a la comarca de la Alpujarra, ahora se extienden por la provincia de Granada buscando las direcciones de los cuatro puntos cardinales y cultivando un estilo que no es exclusivo de Andalucía oriental, sino reconocible en toda la Comunidad.

MADUREZ Y CONSOLIDACIÓN

En el año 2003, Lombarda vuelve a preparar un nuevo trabajo centrado en la música tradicional andaluza, dotando nuevamente la recuperación de temas tradicionales con el peculiar tratamiento musical que caracteriza a esta formación. Este nuevo CD, “dalequetedale”, contó con el reconocimiento y colaboración de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, y contiene una gran variedad de tradiciones andaluzas como de música propia del grupo, destacando la recuperación de canciones como las coplas del afilador, en homenaje a tan curioso personaje vinculado a nuestra cultura popular, así como otros temas no menos interesantes como los cantos de aguilando, canciones infantiles, cantos de mecedor, y de animas. Para esta grabación, contaron con colaboraciones de gran prestigio en el panorama musical, como Enrique Morente, Eliseo Parra, Manuel Luna, Carlos Beceiro, Paco Vegara, que completan una treintena de músicos que han aportado su granito de arena para dar a la luz el trabajo más completo e innovador que hasta ahora ha ofrecido Lombarda. Es en abril del 2005, cuando colabora junto a otros artistas de reconocido prestigio en la música tradicional, en la grabación de un CD que edita el Excmo. Ayuntamiento de Granada sobre la vida de Mariana Pineda en el bicentenario de su nacimiento. Junto a LOMBARDA, artistas como Amancio Prada, Joaquín Díaz o el Nuevo Mester de Juglaría, comparten experiencia y saber popular.

Y LO QUE “QUEA” POR CANTAR

La formación está compuesta por, Sixto A. Moreno: Violín, voz, percusiones, arreglos, dirección musical. F. Javier Moreno: Guitarra española, voz, percusiones. Rafael Lozano: Batería, percusiones. Sixto Moreno Luján: Bajo, Guitarra y percusiones. Rosa Moleón: Voz, percusiones. Y Luis García: Teclados, Acordeón, percusión. El espectáculo que LOMBARDA va a ofrecer en gira, pretende ser un recorrido por la historia del grupo y el trabajo de investigación realizado por el mismo en sus más de 30 años de vida, mostrando en sus conciertos un completo y variado repertorio de las diversas canciones y tradiciones de la comunidad andaluza. Para ello, LOMBARDA va a poner en escena, una gran variedad de instrumentos que abarcan desde los más tradicionales (Panderos, Zambombas, Almirez, Guitarra, Laúd, Violín...) junto a otros más actuales (Batería, Piano, Acordeón, Bajo eléctrico...) consiguiendo ofrecer un espectáculo de alta calidad. Sus componentes, con una amplia experiencia y dilatada carrera musical, y su variedad en la ejecución de los numerosos instrumentos, consiguen agradar a todo tipo de público: tanto al que recuerda esas canciones y vivencias, como al espectador joven que se acerca al conocimiento de la música y cultura popular. En su repertorio tienen cabida muy diversas tradiciones, como cantos de ánimas, canciones de mecedor, canciones infantiles, fandangos,  y romances. A lo largo de todos estos años, Lombarda han conseguido convertirse en la memoria musical de Andalucía.

sábado, 17 de agosto de 2019

EL ALPARGATÓN

EL ALPARGATÓN

Gramada siempre fue proveedora oficial del calzado más higiénico y barato de todos los tiempos.

Tito Ortiz.-

Aquella alpargata enorme, del tamaño aproximado del gigante de siete leguas, pendía de la fachada a la altura del primer piso entre el Arco de Las Cucharas y la calle Boteros, junto a la de Bodegones. Uno de los lugares más transitados de la ciudad, en aquella Granada de posadas, abacerías y colmados. Éramos entonces una capital de provincias, donde los parroquianos venían a abastecerse de alpargatas. Cáñamo trenzado para la suela es su principal material, aunque hoy día se admiten otros. Las alpargatas se fabrican empleando una lona fuerte, con suela de cuerda de yute o cáñamo. Las alpargatas son muy livianas, con buen agarre al suelo y muy delgadas. Actualmente se ha industrializado su tejido y se utilizan hilos de nailon y suela de caucho, así como también con cubierta de lona y base de cocuiza u otra fibra vegetal. La alpargata se teje artesanalmente en telares triangulares caseros utilizando pabilo (hilo de algodón), combinando distintos colores. La suela puede ser de cuero curtido o de cocuiza. Se compone de la capellada o capellá (parte superior que cubre al empeine y la parte delantera del pie), «talonera» (parte que forma el arco del talón) y el «atadero» (también llamado «correíta», que sirve para sujetar la capellada a la talonera).  Tradicionalmente las mujeres las usaban de atadero, y los hombres, sin cinta.

DE TRABAJO Y PARA VESTIR

Existe una gran variedad de tipos de alpargatas, fundamentalmente divididas en dos clases: las que se ajustan con cintas y las que no. También se puede dividir entre planas, como las tradicionales, y las de talón alto, que suelen incorporar una cuña. En la actualidad es frecuente que la suela de esparto esté recubierta total o parcialmente de una fina capa de caucho, para protegerlas de la humedad y el desgaste. En mi niñez, algunas con suela de cubierta de automóvil, se utilizaban para el trabajo diario, ya fuera en el campo o la ciudad, las de cáñamo para vestir de limpio los domingos, estando extendida también como, calzado obrero urbano o incluso como calzado para los soldados, y en la actualidad se usa corrientemente como prenda informal en los meses más calurosos. El ejército la tuvo como calzado reglamentario en distintas ocasiones, y hoy día se conserva en el uniforme de ceremonia de la policía autonómica catalana. En Granada fue famosa hasta hace pocos años que cerró sus puertas, la existente en la Acera del Darro, conocida como Calzados Zamora, en cuyo interior llegue a contar más de cien modelos distintos de alpargatas, en sus múltiples variedades y formas.

HISTORIA Y TRADICIÓN

Muy avanzados estudios afirman  que, la alpargata tuvo su origen en la sandalia egipcia, en la que luego se inspiraron los romanos para elaborar una pantufla cubierta y proteger el pie del sol y el calor. En Europa están documentadas desde al menos 1322, año en que un documento redactado en catalán describe las espardenyes «alpargatas» y las menciona con su nombre actual en catalán. En catalán "pantufla" también se llama espardenya. Paralelamente se usaban en América ya antes del contacto con Europa. El registro más antiguo en América de una alpargata hace parte de una colección de artículos de la cultura Anasazi en Nuevo México (EE UU). Existen gran cantidad de trajes regionales de nuestro folklore, que aún conservan las alpargatas como el calzado reglamentario de la vestimenta de gala. Tradicionalmente ha formado parte del traje típico en buena parte de países de América y distintas regiones de la península ibérica y el sur de Francia. Concretamente en España su uso estaba especialmente extendido de los territorios de la antigua Corona de Aragón (Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana e Islas Baleares) así como las de origen Castellano como Región de Murcia, Almería, Granada y en La Rioja y el ámbito cultural vasco (País Vasco, Navarra y País Vasco francés). Es tradicional también en Occitania (país del sur de Francia), teniendo su gran centro de producción en Mauleón, capital de la región francesa vascófona de Sola. Su uso, ha hecho que se distinga y personalice a quienes se han calzado con las alpargatas, pues no hay que olvidar que, las alpargatas entraron en el escenario político argentino durante los momentos previos a los períodos presidenciales de Juan Domingo Perón al asociársela con la clase obrera. En 1943 y 1944 el movimiento estudiantil opuesto a Perón y los sindicatos que apoyaban sus medidas laborales, empezaron a utilizar el lema: «no a la dictadura de las alpargatas»​ que fue a su vez respondido con el lema «alpargatas sí, libros no». Aquí nos hemos limitado a cantarle: Rociero de alpargatas…

jueves, 15 de agosto de 2019

LOS ARAGÓN

LOS ARAGÓN

La saga de payasos más importante de España, nació en la pescadería, junto a la Catedral de Granada.

Tito Ortiz.-

Coincide lo que cuenta Emilio Aragón, antiguo “milikito”, hoy señor de la producción audiovisual a gran escala, con aquello que ya nos relataba mi abuela Juana, alrededor de la mesa de camilla, que en su juventud ocurrió en el barrio de la pescadería de la capital de la Alhambra, de donde salieron unos payasos de circo, tan buenos en su oficio, que no solo recorrieron el mundo con su arte, sino que dieron una descendencia ilustre, que ya nosotros conoceríamos como los payasos de la tele, pero el asunto venía de muy lejos. Contaba mi abuela, que allá por el siglo XIX, fue famosa y divulgada de boca en boca, por los alrededores de la Catedral y la tercena, la romanilla y el callejón de los franceses, la historia de aquel seminarista que, asistía como espectador a una sesión del afamado circo, Foureaux, un oficial de la caballería napoleónica, que había heredado el negocio de su padre. En aquellos días en Granada, unos de los principales atractivos de la función, consistía en ver las maravillosas habilidades que Virginia, la hija del empresario, era capaz de hacer, bailando sobre unos tablones que a lomos de unos caballos, constituían un número de la mayor atracción circense.

DE LA SOTANA A LA PISTA CENTRAL

Viendo aquella maravilla de espectáculo, estaba un joven seminarista con vocación sacerdotal, Gabriel Aragón, que aquella noche quedó enamorado hasta las trancas de la bella Virginia, y sin pensárselo dos veces, abandonó los hábitos y los estudios eclesiales, para enrolarse en el circo como mozo de pista. Pero la cosa no fue fácil. Declarado su amor a la danzarina, esta le puso como reto, que jamás se casaría con un simple mozo de pista, sino con un gran payaso, aprendizaje al que el granadino se entregó en cuerpo y alma, hasta convertirse en, “El Gran Pepino”, que llegó incluso a darle clases al mismísimo Charlot. Solo entonces pudo casarse con su enamorada, con la que tuvo quince hijos, fundando con ellos la saga de payasos que ha llegado hasta nuestros días. Uno de aquellos quince niños fue el bisabuelo del actual, Emilio Aragón, y como es lógico, abuelo de su padre, el desaparecido, Miliki. Así que una vez más, el embrujo de Granada surtió efecto, y la historia así lo reconoce. 

SIEMPRE GRANADA

Los hijos de Gabriel Aragón Gómez, El Gran Pepino y, Virginia Foureaux, desde niños estuvieron imbuidos en el ambiente circense. El grupo, como dúo integrado por Pompoff y Teddy se formó en 1909, con un circo ambulante, bajo el nombre de Circo de La Alegría, y las calles del casco histórico granadino sabe de sus andanzas, hasta lograr convertirse en payasos de renombre internacional. Tras una gira internacional, en 1913, los hermanos adquirieron pronto gran popularidad y su espectáculo fue reconocido en toda España. Adoptaron los clásicos roles de clown (Pompoff) y augusto (Thedy), más un original negro cubano (Emig), que los acompañó en la primera mitad de la década de 1920. Su época de mayor esplendor abarca  de 1920, a 1940. Trabajaron en escenarios como el Circo Price y el Teatro Maravillas, en Madrid. Tras la salida de Emig, Pompoff y Thedy incorporaron al grupo a sus respectivos hijos, Nabuconodosorcito (José Aragón Hipkins, 1912-1993) y Zampabollos (Emilio Aragón), en 1930. En 1952 se instalaron en América, donde continuaron su carrera artística siendo conocidos como Spain's Royal Family Comedy. Regresaron a España en 1967 para despedir su carrera en el Teatro Price de Madrid.

LOS PAYASOS DE LA TELE

Los hijos de Emig, Gabriel, Alfonso y Emilio, conocidos popularmente como, Los Payasos de la tele, continuaron la tradición familiar, y su hija Rocío, bailaora de flamenco, actuó en algunos eventos junto a sus hermanos. Entre los tres hermanos varones, dominaban once instrumentos musicales. Al principio se les consideraba "excéntricos musicales". Fofó era el encargado de la trompeta. Llevaba la voz cantante. Los tres hermanos percibieron que los niños españoles no cantaban en ningún otro espectáculo bajo la carpa. Y probaron a que se aprendieran unos cuantos estribillos. Los peques repetían las divertidas melodías de estos payasos, como "La gallina Turuleca", "Susanita tiene un ratón", "Feliz, feliz en tu día", "Los días de la semana", "¡Hola, don Pepito!",… Y respondían al unísono, en medio de un regocijante griterío, a la pregunta que les hacía Fofó nada más aparecer en la pista: "¿Cómo están ustedes?", con un "biennnnn" que se eternizaba. Y yo los echo mucho de menos.

ROSCOS DE SAN LÁZARO

ROSCOS DE SAN LÁZARO

Pese a ser un producto de temporada, siempre hubo quién le atribuyó virtudes curativas si se le rezaba al santo

Tito Ortiz.-

Aquellos puestos ambulantes, aquellas cestas de mimbre forradas con papel blanco inmaculado, exponían al viandante el color ocre tostado de aquellos roscos de san Lázaro de imborrable recuerdo. De diferentes tamaños a juzgar por su diámetro, los había desde los pequeños que, los padres nos compraban y nos los ponían en la muñeca, a modo de pulsera para que no se nos cayeran, a los familiares de medio metro para compartir con la familia, y a los que algunos habían incluido un par de huevos, sujetos con unas tiritas cruzadas de la misma masa, que al cocer se habían vuelto duros, y servían para degustar aquel manjar hecho con harina de garbanzo, que se vendía como un dulce de temporada aunque no lo era, ni por sabor, ni por aspecto. Los roscos de san Lázaro en Granada aparecían en un tiempo muy determinado, para ser degustados por los nativos ya que, los foráneos no tenían ni idea de lo que era aquel lazo en círculo o significaba. Mi madre siempre nos advertía de que, tuviéramos cuidado al morderlos porque eran tan bastos, que con frecuencia nos hacían dos “sobauras”, una a cada lado de la comisura de los labios. No hay que olvidar que, los desaparecidos roscos de san Lázaro son fruto de la imaginación en tiempos de hambre y escasez. Careciendo la población de harina de trigo, limpia y clara como una mañana de primavera, alguien hace ya mucho, pero que mucho tiempo, molió los garbanzos hasta hacerlos pasar por un tamiz, y así conseguir cierto parecido con la harina tradicional y fina. Y además se atrevió a realizar con la de garbanzo, lo mismo que con la de trigo, aunque hay que hacer un ejercicio de aceptación de las circunstancias. La de garbanzo es, una harina de un color que nada tiene que ver con la del trigo, pero, además, su textura llega a ser en ocasiones, basta como unas bragas de esparto. Así las cosas, la necesidad obliga, y que sea lo que dios quiera.

SAN LÁZARO

El santoral admite hasta siete Lázaros distintos para celebrar su día, aunque el más famoso hemos de admitir que es, aquel que después de ser resucitado por Jesús, se hizo su amigo y predicó el evangelio por esos mundos de dios. Hay dos obispos, dos mártires, un monje y un confesor, yo no he podido adjudicarle a ninguno de los siete con claridad científica, la costumbre de festejar su onomástica con la realización de estas rosquillas, que aquí siempre fueron roscos y de buen tamaño, peso y grosor, según te pesara el bolsillo. Mi memoria del siglo pasado me dice que era por primavera, cuando aquellos vendedores de mandil blanco se echaban a la calle a vender los roscos de san Lázaro, haciéndoles la competencia a otros de los que hablaremos más adelante. Pero hay un Lázaro que se celebra en febrero, otro en noviembre y el de Diciembre. De cualquier formar, a mí lo que me preocupa es que ya no se vendan los roscos de san Lázaro. Es verdad que en su momento representaba un pastel en tiempos del hambre, y que conforme nuestro nivel de vida y renta per cápita han ido subiendo, los hemos eliminado de nuestro entorno. Pero no hay que olvidar que eso pasó también en los años del hambre con el pan negro, y ahora nos damos tortas por comprar un buen integral o de semillas, que fueron precisamente los que quitaron mucha hambre en la guerra del 36 y después de ella.

NUEVAS RECETAS

He preguntado a mi comadre en el Albayzín y me ha abierto los ojos, mostrándome una serie de alimentos de toda la vida que, se pueden hacer con la harina del garbanzo, que todavía no he podido cerrar la boca de mi asombro. Emplearla como en mi niñez con agua, aceite y sal, para hacer los roscos, se queda en una jugada de parchís si observamos lo que ahora hacen los modernos con esa misma masa. Desde Falafel, tortas saldas, galletas, gofres, bizcocho, buñuelos, crep, y hasta base para pizzas. Es una locura lo que ahora se hace con total normalidad, con la harina de los roscos de mi niñez en Granada. Yo que solo conocía los garbanzos en el potaje con espinacas, el cocido o los callos, como me iba a imaginar que su harina era la de los roscos de mis recuerdos, los de san Lázaro, y que, además, ahora los artífices de la nueva cocina, en lugar de despreciar esta harina, la han elevado a un alimento de culto, solo al alcance de los eruditos y versados en gastronomía moderna y futurista. Mi comadre me asegura, mientras se seca las manos en el delantal, que uno de los mayores beneficios de la harina de garbanzo es que no tiene gluten, pero que, además, como es tan basta, es un exfoliante natural de dimensiones exitosas inconmensurables. Ahora comprendo porque tiene ella así de guapa la cara.