martes, 10 de noviembre de 2020

NADA CAMBIA

 NADA CAMBIA


Tito Ortiz.-


He consultado los portales de transparencia oficial, las estadísticas gubernamentales y las de organizaciones no gubernamentales, lo que me ha sumido en una terrible decepción, al comprobar que en esta bendita provincia, no hay nada nuevo bajo el sol. En este periódico está publicado a bombo y platillo, como en los últimos años del franquismo, cuando Granada tenía a la mitad de su gente en Alemania, la otra en Barcelona y los restantes se iban a la vendimia con una maleta de cartón atada con cuerdas, la Excelentísima Diputación Provincial, devolvió al Estado del generalísimo más de doce millones de aquellas pesetas, como superávit de la institución al servicio de la Patria, resultado de una magnífica gestión económica. La provincia entonces, carecía de infraestructuras, de sanidad, educación y los únicos que sobrevivían a la pobreza eran los que tenían economato, pero aquella corporación provincial se ganó el más alto reconocimiento de su excelencia.

Granada, era y es, una provincia subsidiada, con decenas de criaturas sin techo durmiendo en las calles, largas colas en los comedores sociales, los albergues colapsados, gentes que aún no han cobrado el ERTE de la primera oleada, con aumento de desempleados y descenso en las altas de la seguridad social, por mucho humo que nos vendan desde las asociaciones empresariales, más pendientes de salir en los medios, que de trabajar por la provincia. Y no son los únicos que miran para otro lado en tiempos tan difíciles.

Se proyectan unos presupuestos en los que un año más, las canalizaciones para la presa de Rules, ni están, ni se les espera. Pero eso sí, se nos vuelve a ilusionar con la zanahoria del acelerador de partículas, que por lo visto, será – en caso de que venga – la solución a todos nuestros problemas, nadando en la abundancia todos a partir de su llegada. Las Carmelitas Calzadas han recuperado su acetre en subasta pública, los caballeros del santo sepulcro han comprado y donado un cuadro importante, y yo no dejo de preguntarme si estas personas- todas hijas de Dios- ven los telediarios o leen el periódico, porque mis amigos de Cáritas, estoy seguro de que hubieran dado un buen destino a esos miles de euros. En tiempos tan convulsos como estos, en los que la atención primaria de la salud ha volado por los aires, provocando que la máxima atención prestada a la pandemia, deje muertos de cáncer y otras patologías sin diagnosticar, por falta de recursos, me pregunto si el Señor verá con buenos ojos, invertir en estas cosas para su mayor honor y gloria. Creo que estos caritativos cristianos, deberían pasarse por el Banco de Alimentos, antes de invertir en estas cosas. Creo que su postura es llevar al límite, pero muy al límite, aquello famoso de: “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha, (Mateo 6:3-13)”. Claro que la iglesia instituida ya tiene experiencia de siglos en dicotomías como esta. Dice la historia, que en tiempos de hambrunas, epidemias y otras calamidades varias, no dejaron de construirse templos con oro, e imágenes revestidas de joyas. Yo ahí lo dejo.

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