UN CANDADO A LAS PENSIONES
Tito Ortiz.-
Desde la transición española, partidos y sindicatos no habían encontrado una apuesta común, que de manera sensata, los llevara a aparcar diferencias con los contrarios, apoyando algo que a todas luces parece sensato y de justicia. Resulta sorprendente, dado el grado de enfrentamiento que se aprecia en el Congreso de los diputados, que cuarenta años después, el sentir político, sindical y social, converjan en apoyar una causa, tan digna y necesaria, como el hecho de que nadie pueda jugar con nuestras pensiones. Es cierto que algunas "minorías" aún no se han pronunciado, pero sería bastante impopular, no facilitar que las pensiones sean blindadas en la Carta Magna, de tal manera que los mayores puedan dormir tranquilos sus últimos años, sin preocuparse porque el sustento mensual que se han ganado con el sudor de su frente, no vaya a ser congelado, disminuido, o privatizado, como algún desalmado político tiene en mente.
La caja de las pensiones es de los pensionistas, que ya bastante tienen que aguantar con que, cada vez que el gobierno de turno se queda sin "chas", mete la mano en el cajón, y sufraga con nuestro dinero, incluso a entidades de ahorro, que pasan por mal momento. Y eso es algo punible que debe ser castigado con cárcel. Menos mal que en estos días, y pese a la pandemia, la mayoría de las personas sensatas en este país, que un día fue nuestra patria, apuestan decididamente por el blindaje de las pensiones, algo que hace diez años ya solicitaban los de Recortes Cerro, pero que nadie quería prestar atención a su mensaje, salvo los afines a la causa. Ahora que el censo de pensionistas ha bajado en tantos miles, por obra y gracia de la pandemia, es cuando en lugar de asegurar las pensiones, el Gobierno se muestra en cierta manera esquivo a tomar esta decisión, con la anuencia de la derecha opositora, más otros que se ponen de perfil para no salir en la foto negacionista de asegurar las pensiones, e incluso, subirlas el IPC como a cualquier otra criatura humana.
Esto demuestra que, el Gobierno solo nos quiere durante nuestro periodo de cotización, mientras trabajamos y aportamos a la caja común. Pero cuando nos jubilamos y tienen que darnos eso que nos pertenece, el gobierno juega peligrosamente con lo que es nuestro, congelando, depreciando, e incluso amenazando a través de algún sesudo economista, que siempre sale en la tele, amargándonos la comida o la cena, jurando a pie juntillas que, dinero para las pensiones solo queda para unos pocos y por poco tiempo. Por eso tenemos que ponerle un candado a las pensiones, y la única forma de hacerlo es que no dependan de ningún gobierno, sino que estén garantizadas en la Constitución, para que ningún desaprensivo tenga la tentación, de tocarlas, depreciarlas o privatizarlas al mejor postor para ganar dinero a nuestra costa. Bastante tenemos con ser los peor tratados de toda la comunidad europea, por nuestro gobierno, que no duda en asustarnos para que no protestemos. Blindemos las pensiones, nos va en ello la vida.
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