lunes, 30 de mayo de 2016
SIN REFERENTES
SÍN REFERENTES
Tito Ortiz.-
Conforme cumples años, aquellas personas en las que mirarte, de las que aprender, con las que te identificas para el devenir diario de la vida, van desapareciendo del mapa, bien porque palman o, porque deciden pasar a un segundo plano de la actualidad, que a veces es como un segundo plano astral, porque pareciera que se los ha comido la tierra. Entonces comienzas a dar los primeros pasos por ti solo, como cuando te lanzaste a montar en bicicleta sin saber, como cuando tu padre te soltó por primera vez de la mano, te puso en una punta de la habitación pegado a la pared, se retiró unos pasos y con los brazos extendidos se agachó poniéndose a tu altura, y te dijo: Venga, ven conmigo, ahora tu solo, y comenzaste a dar aquellas pequeñas zancadas destartaladas, vacilantes y tambaleantes, ante el jolgorio de los presentes y tu miedo a irte al suelo. Pues pasan los años, y las referencias de tu conducta, educación y comportamiento, contenidas en un ser humano, se te van ocultando a la vista, de tal forma, que por mucho miedo que pases, no té queda más remedio que afianzarte en tus conocimientos y comenzar a ser tu, el propio referente de tu vida. Y eso cuesta mucho trabajo, aparte de que corres el riesgo de convertirte en un sopla gáitas, que de la noche a la mañana, pasa de tener ideas e iniciativas propias, a convertirte en un zangolotino pensador, que siempre va corriendo a ninguna parte. Eso de convertirte tú en tu propio referente y conducir tu vida sin apoyos, eso es duro, pero si quieres llegar a tener personalidad y opinión propias, debes aceptar el reto.
Para mi no fue fácil aceptar la muerte de mi padre, que siempre me daba ese apoyo imprescindible para afrontar los desafíos con moral alta, creyéndomelo, y así la cosa iba mejor. Pero no fue menos desilusionante, ver como desaparecía José Saramago, criatura clarividente donde las hubiera, ejemplo de sensatez humana, cuyo testigo ético y filosófico, no ha sido aún recogido. Fernando Fernán Gómez o Manuel Alexandre, me dejaron huérfano de la escena teatral, como lo ha hecho mi partenaire, Josefina Ramírez, con quién tanto disfruté y aprendí sobre un escenario. ¡Que maestra dios mío¡ Es imposible sustituirla. Cuando Felipe González descafeinó el PSOE, relegando a Alfonso Guerra al ostracismo, el soe dejó de ser el soe, para convertirse en otra cosa, que unas veces por falta de liderazgo - ¿les suena?- y otras porque no aciertan a ver con prontitud una crisis económica, nos tiene más despistados que un torero haciendo el paseíllo en la Plaza Roja. “Arfonso”, es otro imprescindible al que éste país ha fagocitado prematuramente, sin rentabilizar todas sus posibilidades. Así que el desamparo intelectual en el que me encuentro, me obliga a asumir la dirección de mis ideas, arrojándome al vacío de mi ejemplo, y lo que es peor, asumiendo toda la responsabilidad de mis actos, sin tener la posibilidad de echarle la culpa a alguien cuando me equivoco. Lo peor de todo es constatar, que ahora soy un descontrolado de tomo y lomo, porque no tengo espejo en el que mirarme. Al haberme quedado sin referencias, ya hago y digo lo que me viene en gana, y creo que me estoy convirtiendo en un peligro social, cada día tengo menos amigos, y los políticos me huyen. ¿temerán algo o debería ser la sociedad quien les temiera,? Ya ni votar a los tuyos sirve para solucionar esto. Que Dios nos proteja.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario