lunes, 9 de mayo de 2016

ZAMBA DE MI ESPERANZA

ZAMBA DE MI ESPERANZA Tito Ortiz.- Llevamos casi dos años enlazando distintas campañas electorales, que no han conseguido modificar nuestra vida y lo que es peor, han ennegrecido el horizonte colectivo de la esperanza social, abocándonos al desánimo, hasta tal punto, de que ya somos muchos los enfermos terminales de la política, que estamos suplicándole al médico, que nos desenganche de los aparatos y retire el respirador artificial de la conciencia social, para que nos dejen morir en paz, hartos de tanta ineptitud, indecencia, y demagogia de una clase política, que nunca debimos permitir que vía urnas, asumieran disfrutes personales, ya que la vocación de servicio, al ciudadano que los ha votado, ha brillado por su ausencia. Antes, nos quedaba la esperanza de ir a votar y enderezar, los caminos que algunos políticos habían torcido. Hoy, ni siquiera eso nos han dejado. El pueblo puede votar lo que le venga en gana, que luego llegan sus señorías y hacen o deshacen a su antojo, para que si no sale el Gobierno que a ellos les interesa particularmente, el asunto democrático quede en agua de borrajas, pelillos a la mar, si té vi no me acuerdo, y si me votaste, que te den Col-Crem. España sigue como hace un lustro con cinco millones de parados, los sueldos por los suelos y el convenio de la hostelería granadina en el mismo sitio. Aquí nada ha cambiado. Éste país hace mucho tiempo que entró en el bucle de, El Día de La Marmota. Cada mañana los españolitos nos levantamos cuando suena el despertador, y nos disponemos a vivir un mismo día como si fuera nuevo, como si algo fuera a cambiar, pero en realidad nada se ha movido de su sitio, y aún no se ha encontrado sustituto para, Chicho Ibáñez Serrador, como creativo del medio televisivo, y maestro del terror con sus “Historias para no Dormir”. Las relaciones Iglesia Estado, no han mejorado desde los tiempos del cardenal Tarancón, es más, yo diría que con un Papa más proclive a muchas cosas, hemos retrocedido en el tiempo gracias a cardenales como, Rouco Varela, que se hace construir áticos de un millón doscientos mil euros, en el centro de Madrid exentos de IBI, mientras su iglesia pide para los pobres. Y es que la realidad nos lleva a una gran conclusión. España es un país de desahogados, jetas y mangantes, que podemos encontrar en cualquier estamento social, incluidos algunos periodistas, que a veces no saben dónde se quedó el reportero y donde está ahora, el empresario con cuentas fuera del suelo patrio. Mañana sonará de nuevo el despertador, y otra vez nos dirán que, Europa quiere que nos apretemos más el cinturón, que la culpa del déficit público las tienen las autonomías, que la economía está repuntando con nuevos brotes verdes, y que el paro ha descendido en ochenta y tres personas, que han conseguido un contrato de media jornada, por el que cotizan a la seguridad social dos horas al día, mientras entran a trabajar a las siete de la mañana y salen a las ocho de la tarde. Y ahora qué, ¿los votamos otra vez?. Estrella tu que miraste, tu que escuchaste mi padecer, estrella deja que cante, deja que quiera como yo sé.

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