martes, 25 de julio de 2017
QUE DETENGAN A SUS PELUQUEROS
QUE DETENGAN A SUS PELUQUEROS
Tito Ortiz.-
El mundo está en manos de media docena de chalados, con posibilidad de apretar el botón y que todo se vaya a pique, y nosotros, tan contentos. Si alguien cree que esto se va a solucionar por cambiar de canal cuando en el telediario salen éstos artistas, es que no sabe nada de la misa a la media. Llevo años estudiando el tema, y al fin he dado con la clave: La culpa la tienen sus peluqueros. Si analizamos la estética de sus peinados, enseguida nos daremos cuenta, del serrín que contienen esos cerebros, posiblemente abducidos por extraterrestres, que durante el sueño han cambiado sus neuronas por virutas. El presidente Norcoreano, Kim Jong-Un, al parecer manda ejecutar a las criaturas por el simple hecho de no estar de acuerdo con la estética. Al menos eso se desprende de la muerte de un arquitecto, que había diseñado un aeropuerto, que no gustó al líder de extraño pelado y peor peinado. Pero no debe sorprendernos de éste chico aficionado a lanzar misiles cuando se aburre, si tenemos en cuenta, que su padre, que en gloria no esté, cuando quería comer una hamburguesa, enviaba un avión de las fuerzas aéreas norcoreanas a Pekin, donde se encuentra el McDonal’s más cercano, también iba a por el coñac a Francia y el caviar a Irán. Mientras, seis millones de norcoreanos se morían de hambre.
El siguiente peluquero que debe ser detenido es el de Nicolás Maduro, cuyo corte de pelo a navaja fijado con laca, nos retrotrae al universo de principios de los setenta, donde, efectivamente, había principios, todos los que él ha echado por la borda, poniendo sobre la mesa de su dictadura, un centenar de cadáveres de personas inocentes abatidos en las calles, y unos cuantos más encarcelados y torturados como presos políticos, o periodistas que no le ríen los chistes. Alguien debe mandarle cuanto antes, al primer psiquiatra de guardia que encuentre, y cuando regrese, que vaya echándole un vistazo a determinadas individualidades de Podemos.
Otro que debe ser puesto a buen recaudo es el peluquero de, Donald Trump, pues gracias a su estilismo, tenemos paseándose por el mundo a éste impresentable vaquero, que se cree con derecho a todo, incluido, acabar con los periodistas y medios que no le bailan el agua. O con las agencias de inteligencia que saben sus secretos y como han llegado al poder. Millones de norteamericanos, no vivirán lo suficiente para arrepentirse de haberlo votado. El voto de cachondeo o el de castigo es lo que traen. Con las urnas, no se juega.
Luego tenemos a éste que parece que lleva en la cabeza una pelliza vieja, el turco, Recep Tayyip Erdogan, especialista en autogolpes de estado, mutaciones de democracia a dictadura, eterno candidato a integrar la Unión Europea – lo único que nos faltaba – que nos amenaza permanentemente al resto del viejo continente, con la repoblación africana, o soltar extremistas islámicos, mientras encarcela a periodista no afectos al régimen, destituye jueces que no sentencian lo que él quiere, o llama a sus fieles, para combatir al infiel, que parece que somos nosotros. Un demócrata de toda la vida, vamos.
Si a éste póquer de insurrectos peligrosos, le añadimos al cuatro pelos de Putin, especializado en anular periodistas, e interferir en elecciones ajenas, y al presidente Mexicano, Peña Nieto, peinado a lo Petronio, con un país en manos del narcotráfico, donde la ley es el revólver, y el orgullo, la tasa de mujeres muertas o desaparecidas mayor del mundo, entenderán que el asunto está en manos de los peluqueros de éstos personajes, y que los pobrecitos no tienen culpa.
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