martes, 1 de agosto de 2017

¡CONFESIÓN, CONFESIÓN!

¡CONFESIÓN, CONFESIÓN! Tito Ortiz.- Desde que Cristo anduvo por la tierra, parece que sus discípulos y continuadores, nos obligaron a todos los cristianos a confesar antes de comulgar. Soy católico apostólico y romano, monaguillo de la misa en latín de espaldas a los fieles, seguidor de Juan XXIII, y sobre todo, de su Concilio Vaticano II, que otros que le siguieron se encargaron de amortiguar, hasta dejarlo en agua de borrajas, pero no reniego de mis creencias. Claro, que como buen alumno de Los Escolapios, soy anticlerical. Creo en Jesucristo, en su doctrina, pero me guardo muy bien de sus representantes en la tierra, porque a lo largo de los años, me han demostrado que no todos son de fiar. Lamento pertenecer a la iglesia, con mayor número de pederastas descubiertos, y los que están por descubrir. Lamento pertenecer a la iglesia de los curas castrenses, con graduación militar en su pecho, que permitieron a Franco entrar bajo palio en los templos y pregonar las bondades de su régimen desde los púlpitos. Reniego de una iglesia instituida, que alberga en su seno a personajes como, Custodio Ballester, cura de Hospitalet de Llobregat, en Barcelona, que ha sido apartado de sus menesteres por su Cardenal, por decir en una homilía, que la homosexualidad es un pecado gravísimo, y oficiar una misa en favor de La División Azul, llenando la iglesia de La Inmaculada Concepción, de símbolos fascistas. Creo en mi iglesia que se compromete con los más desfavorecidos, que se entrega en las misiones, que a través de Cáritas hace una labor, que ya quisiera igualar el Gobierno, esa si es mi iglesia. Pero de un tiempo a ésta parte, observo en los fieles una relajación en la toma de los Sacramentos que no me parece coherente con nuestra doctrina. Estoy harto de asistir a iglesias con los confesionarios vacíos, y que a la hora de comulgar, todos los fieles se acercan a tomar la comunión, como si no hubiera un mañana. ¿Dónde han confesado éstos para poder comulgar? Que yo sepa, el sacramento de la confesión, con la absolución de tus pecados y la penitencia debida no ha sido derogado por la iglesia a la que pertenecemos. Entonces, ¿Cómo nos atrevemos a comulgar, sin haber confesado antes? Comprendo que hay crisis de vocaciones, que faltan curas para atender a tantos cristianos, pero eso no es excusa, para saltarnos las normas a la torera. Los cristianos, o al menos, muchos de nosotros, somos conscientes de que nuestra iglesia lleva muchos años de retraso, conforme a la sociedad actual. Pero si el tema es que faltan curas, permitamos que se casen, porque que yo sepa, Jesús escogió a sus apóstoles de entre la sociedad de su tiempo, y muchos ya tenían formada su familia. ¿Quién fue el listo que se inventó lo del celibato? Si los curas se pudieran casar, no hubieran abandonado el sacerdocio tantos miles de buenos oficiantes. En eso otras religiones nos llevan siglos de adelanto. Y ¿por qué? si una mujer se puede doctorar en Teología, no puede oficiar la misa. ¿En qué mundo vivimos? Saquemos a las monjas de las cocinas de los conventos, que están haciendo pestiños y yemas de Santa Teresa, y pongámoslas al frente de una Parroquia, a predicar la palabra de nuestro Dios, y a impartir los Sacramentos. ¿Hasta cuándo nos vamos a dejar comer el terreno, por otras pseudo religiones? Que tienen en la mujer uno de sus mayores baluartes, permitiéndoles en igualdad con el hombre, ser iguales ante Dios y ante la sociedad. Jesucristo no prohibió nada de esto. Pongámonos al día por favor, ya está bien de la dictadura de algunos mitrados. Jesucristo nos hizo libres.

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