domingo, 29 de diciembre de 2024

 


TILOS DE BIBARRAMBLA

 

Tito Ortiz.-

 

Me la presentó una tarde de primavera Juan de Loxa, mientras ellos paseaban del brazo tranquilamente, bajo el amarillo de los tilos en Bibarrambla. Antes ya me habían hablado de ella y de su poesía, Pepe Ladrón de Guevara y Rafael Guillén. Completado el saludo protocolario, nos sentamos los tres en el banco pétreo que sirve de basamento a la farola fernandina de hierro, con pezuñas iracundas de la fundición sevillana, Pérez Hermanos. Ellos se liaron un caldo de gallina y yo una pipa de picadura selecta, con tomillo, romero y alhucema, como mandan las reglas de la mezcla recomendada por el gran pintor, Iván Piñerúa, para mi hermano Antonio Enrique y para mí, en tardes inolvidables del Café Granada, o El Suizo, como lo llamábamos todos.

Elena Martín Vivaldi fumaba despacio, como hablaba, en un medio tono suficiente para hacerse escuchar, pero sin estridencia. Al tenerla tan cerca, recordé que ella fue la primera mujer en Granada que yo vi vestir con pantalones. Sin duda era una mujer especial, me parecía adelantada a su tiempo, feminista, pero sin pancarta ni megáfono para reivindicar la igualdad, porque su valentía como mujer venía de lejos.

“Elenísima” -como la llamaba Loxa- estudió en el Colegio  «Riquelme» y luego cursó bachillerato en el instituto Padre Suárez de Granada, siendo una de las pocas jóvenes que por aquel entonces estudiaban. Después se diplomó en Magisterio. Desde su infancia pudo satisfacer su interés por la lectura gracias a que en casa de los Martín Vivaldi existía una gran biblioteca en la que, además de libros de medicina, había clásicos de literatura española y extranjeras. En 1933, con la oposición de su madre y su hermana, pero animada por su padre y por Gallego Burín, se matriculó en la Facultad Literaria de la Universidad de Granada donde estudiaban nueve o diez mujeres. Obtuvo la licenciatura en Filología Románica. Trabajó como bibliotecaria en Osuna, ciudad donde vivió sola pese a no estar muy bien visto en aquella época. En 1939, falleció su padre, y ella se trasladó a Madrid, a una residencia femenina, para preparar unas oposiciones de Archivos, Biblioteca y Museos. En 1942, opositó y obtuvo una plaza como archivera; en calidad de tal trabajó en Huelva, en el Archivo General de Indias de Sevilla. Desde 1948, en que regresó a Granada, se ocupó de las bibliotecas de las facultades de Medicina y Farmacia, llegando a alcanzar el cargo de directora hasta su jubilación (1977).

OBRA LITERARIA

Entre calada y calada al tabaco, nos fue contando a Juan de Loxa y a mí, el poema inacabado que tenía en la mesa, junto a otros en el cajón ya listos para ser escuchados. Loxa, que llevaba siempre una carpeta bajo el brazo, guardó celosamente un par de ellos manuscritos, que incluiría en el Programa siguiente de “Poesía 70” en Radio Popular, uno de los cuales tuve el privilegio de grabar con mi voz para la posteridad.

La conversación se fue alargando en tan buena armonía que, llegó la hora de abandonar Bibarrambla, para entrar en el Suizo y completar una tarde inolvidable, en compañía de otros donde recordamos que, durante la década de los cincuenta, se vinculó al grupo poético Versos al aire libre. Entre 1953 y 1956, centró sus actividades en las tertulias veraniegas del carmen de Las tres estrellas, así como en los encuentros en la Casa de América. Su nombre aparece en Primera antología de poetas granadinos contemporáneos (1957) de Víctor Andrés Catena. Como apuntaba Loxa, Elenamente Elenísima, ya había escrito los poemas suficientes, como para parar a un hombre por la calle. La contundencia de su obra, había sobrepasado nuestras provincianas fronteras. Solo por dejar aquí un apunte de su obra publicada, recordemos: Los árboles presento (1977), Nocturnos (1981), Y era su nombre mar (1977), Desengaños de amor fingido (1986), Jardín que fue (1977), Tiempo a la orilla (Obra reunida, 1942-1984), Jardín que fue (1985), Con solo esta palabra (1990), La realidad soñada (1990), Poemas (1994) y Las ventanas iluminadas (1997).

AL AROMA DEL CAFÉ

De aquellas tertulias, Emilio de Santiago escribió: “Sólo en un diván destacaba una figura distinta, envuelta en danzante neblina de humo y ensimismada en las páginas de un libro. Era Elena. A su alrededor, pronto se iban incorporando las magras presencias de jóvenes que habían elegido el camino, no siempre ingrato, de la poesía. Íbamos a ella como quienes acuden a un oráculo, a una deidad amiga a oír su certero consejo, su sabia apreciación. Ninguno de los que formábamos aquella estrambótica parroquia podremos nunca olvidar lo que vivimos en amor y compaña.”

Luís García Montero, un lujo actual de Granada, recordaba entonces así a Elenísima: “fumaba mucho, y el humo convertía la mesa en la que estaba en un reservado. Era amable con los visitantes, pero guardaba la independencia de su vida y sus recuerdos detrás de una sonrisa. Los poetas de Granada han admirado con sinceridad la poesía de Elena Martín Vivaldi, tal vez porque la edificación de su identidad triste y lírica se llevó a cabo con pudor, sin el tremendismo que afectó a muchos de los versos aplaudidos por la revista Espadaña”.

Elena Martín Vivaldi fue poetisa. En tanto que mujer que escribía poesía, prefería la palabra ‘poetisa’ para referirse a ella. Es difícil, -dejó escrito- decir qué se escribe y cómo; Pues habría, para exponer todo el proceso de creación, que detenerse y explicar cada uno de los poemas. Ya que cada poema es un mundo distinto y requiere una manera y una técnica diferentes. Además, todo poema depende, con frecuencia, del estado de ánimo, de cómo ve el poeta, en un determinado momento, el paisaje, íntimo o exterior, de cada una de sus vivencias.

viernes, 27 de diciembre de 2024

 


ARTE GRANADINO

 

Tito Ortiz.-

 

Coinciden en el tiempo ahora mismo, dos exposiciones de esas que merecen más de una visita. De un lado está la instalada en el Museo de Bellas Artes, en el palacio de Carlos V alhambreño, en la que se puede admirar un ramillete de obras imprescindibles, para comprender la importancia artística y trascendencia de Torcuato Ruiz del Peral, el artista nacido en Exfiliana, (1708-1773) fue el último gran escultor del barroco granadino y, uno de los maestros que mejor encarna la pervivencia de la tradición en la escultura española del siglo XVIII, en un momento en el que el progresivo avance del academicismo iba a poner en jaque el arte del último barroco.

La temprana llegada a Granada de Ruiz del Peral, en torno a 1722, y su ingreso como aprendiz en el taller de Diego de Mora fueron, sin duda, dos factores determinantes que le proporcionaron una sólida formación y marcaron el rumbo de su obra. El estudio de los expresivos modelos de José de Mora y su admiración por el virtuosismo técnico de Pedro de Mena resultaron, asimismo, fundamentales en la conformación de su estilo.

La reciente celebración del 250º aniversario de su muerte constituye una ocasión propicia para recordar al maestro a través de una exposición monográfica que ofrezca un retrato más veraz de su figura y de su legado artístico, a la luz de las últimas aportaciones historiográficas.

UNA OCASIÓN ÚNICA

La exposición, titulada como “El Otoño del Barroco”, está conformada por una treintena de obras procedentes de diferentes instituciones eclesiásticas y colecciones públicas y privadas, articuladas en cinco secciones o unidades temáticas: De Exfiliana a Granada: un escultor en la estela de los Mora, La pervivencia de la poética canesca, La retórica del dolor, El triunfo de la santidad barroca y, La devoción doméstica y la estética de lo diminuto.

La muestra está comisariada por Manuel García Luque, se puede visitar en las salas VIII, IX y X y está conformada por una serie de piezas procedentes de diferentes museos, instituciones eclesiásticas y colecciones privadas. La reunión de algunos de los hitos más significativos de la producción de Ruiz del Peral ha permitido explorar su universo creativo, valorar su obra en el contexto artístico de su época y profundizar en otras cuestiones de no menor interés, como su formación, su relación con la clientela o la cultura visual y literaria que inspiró algunas de sus mejores creaciones.

La capacidad creadora de Ruiz de Peral le valió el favor de las principales instituciones religiosas y la clientela privada, que lo auparon a una posición de privilegio en el panorama de los talleres granadinos del XVIII. Especialmente significativos resultan sus trabajos para diversas parroquias de la ciudad, así como la importante serie de obras realizadas para diversas órdenes religiosas como los franciscanos y los jesuitas. La exposición está compuesta por 34 obras, de las que ocho corresponden a otros artistas como Alonso Cano, José y Diego de Mora o Benito Rodríguez Blanes.

Entre las piezas destacan San José con el Niño, de la parroquia de San José, Santiago Matamoros de San Gil y Santa Ana, San Miguel de San Justo y Pastor, la Dolorosa del Sagrario, San Antonio de la Abadía del Sacromonte, el Crucificado de la iglesia Mayor del Algarinejo, Estigmatización de San Francisco en Nuestra Señora de la Encarnación de Loja, San Jerónimo del monasterio del mismo nombre y, por último, la Soledad de la catedral de Guadix, entre otros muchas. Suban a La Alhambra y no se la pierdan.

EN EL HOSPITAL

La otra exposición a la que me refiero es, la que nos da la oportunidad de comprobar, la buena restauración que se está llevando a cabo en el Hospital de San Juan de Dios.

La Alhambra se declaró como Patrimonio Mundial de la UNESCO, en 1984, en la 8ª Sesión del Comité del Patrimonio Mundial en Buenos Aires, siendo uno de los cinco primeros monumentos españoles en obtener este reconocimiento. Y diez años después, esta Declaración se hizo extensiva al barrio del Albaicín.

Para conmemorar el cuarenta y el treinta aniversario de estos importantes hitos patrimoniales, el Patronato de la Alhambra y Generalife y la Asociación cultural Granada Artística, han organizado una exposición con más de un centenar de piezas procedentes de las colecciones de la propia Asociación cultural Granada Artística y de Casa Ajsaris que, ilustran la fascinación que ambos conjuntos ejercieron sobre los pintores locales y foráneos. Adrián Contreras-Guerrero, María Dolores Santos Moreno y, Juan Manuel Segura Bueno se han encargado de comisariar esta magnífica muestra, en la que el visitante podrá admirar, la tremenda influencia que nuestro principal monumento y barrio más emblemático, han ejercido sobre pintores venidos de muchas partes, que se han rendido a su belleza, sin olvidarnos de los locales enamorados de su encanto.

Los pintores se acercaron a los suntuosos espacios interiores de la Alhambra desde distintas actitudes, y, mientras Gómez Mir o López Mezquita prefirieron representarlos vacíos de presencia humana, concentrados en sus propios valores, otros muchos artistas optaron por concederle un papel protagonista a sus supuestos moradores. Si bien la Alhambra fue el escenario ideal para los personajes orientales, el Albaicín, con su intrincada red de callejones y sus innumerables rincones llenos de encanto, siempre concurridos por castizos personajes, se convirtió en el escenario perfecto para la pintura costumbrista. En las imágenes de esta sección aparecen arrieros, lavanderas, aguadoras, parejas pelando la pava y mujeres despiojándose que subrayan el carácter popular del barrio. En este sentido, hubo pintores que concedieron la máxima importancia a sus figuras, normalmente, situadas en cármenes o casas moriscas cuya decadencia es un elemento poético más de la composición.

Es una ocasión única para ver estas obras juntas. Si me hacen caso y van a verla… repetirán.

domingo, 15 de diciembre de 2024

 


CUESTIÓN DE EQUILIBRIO

 

Tito Ortiz.-

 

Atrás quedaron los años en que yo era capaz de ponerme los calzoncillos estando de pie. Atrás quedaron los tiempos en que me ponía los pantalones, pernil a pernil sin perder la verticalidad. Y de los calcetines, ya mejor ni hablar. Eso de ponerte un calcetín sujetando tu cuerpo erguido con el otro pie, en estos tiempos es solo un buen recuerdo. Para hacer todas estas tareas, ahora, si no me siento en la cama, puedo jugarme un ingreso en traumatología. Es una cuestión de vértigo – magnífica obra de Alfred Hitchcock – aunque yo se lo achaco, a los trienios acumulados, de los que nadie te recompensa. Es más, las nuevas tecnologías no te ayudan a superar tu estabilidad. No hay más que pasar por la experiencia de cambiar tu vieja gafa, por una moderna de lentes progresivas. Hasta que te acostumbras, lo de bajar una escalera puede convertirse en una situación de riesgo extremo. Lo que antes era apearse de la acera, ahora puede convertirse en un salto al vacío, con resultado de costillar maltrecho. Yo era de los que subía la primera escalera mecánica que se puso en Granada sin sujetarme a la baranda. Estaba en los Almacenes Vázquez de la placeta del Lino, con la fachada en Párraga. Después vinieron las de Galerías Preciados en la Carrera de La Virgen, que yo bajaba suelto de manos, con total estabilidad. Ahora, si no me agarro a la baranda, estoy poniendo mi vida en peligro y la de los demás usuarios, de lo que se deduce que, debemos mantener siempre el equilibrio, no ya solo por nosotros, sino por los demás que nos acompañan en este tránsito de la inseguridad y el vértigo. De hecho, yo ya no me separo del bastón que, en mi caso, ha pasado de ser un toque de distinción, a una necesidad de sustentación.

DESEQUILIBRIO DIPLOMÁTICO

La búsqueda del equilibrio en política hace tiempo que la dimos por perdida. Asistimos a una ceremonia bochornosa en la última década, donde la corrupción y la ineptitud van de la mano, ocasionando en la ciudadanía un hartazgo, que conlleva un desapego hacia quienes nos representan, hasta tal punto que, ya muchos ciudadanos han bajado los brazos, abandonando a los políticos a su suerte, sin pensar que la nuestra va aparejada, y que, con su hundimiento, propiciamos también el nuestro. He dicho en repetidas ocasiones que, la política es algo tan importante que, no podemos dejarla en manos de los políticos, que debemos estar vigilantes para corregir el giro de los acontecimientos, que debemos tomar conciencia de nuestro poder, cada vez que metemos una papeleta en una urna. Que no podemos ir a votar y abandonarlos a su suerte porque, luego pasa lo que pasa y, nos quejamos amargamente diciendo que no nos representan, olvidándonos de que hemos sido nosotros los que los hemos votado. Cuando nos quejamos de lo mal que lo hacen los políticos, deberíamos preguntarnos, ¿por qué? nosotros hemos votado tan mal. Son ya decenas de años en democracia, acumulando decepciones en la clase política y, no aprendemos a votar. Hasta tal punto de que nuestra capacidad de asombro, va disminuyendo en proporción inversa a sus desmanes.

He escuchado quejas de los políticos a cerca de, la ausencia de representación española en la reinauguración de la Catedral de Notre Dame, algunas, incluso de ateos y agnósticos, que ya es decir, y aquí nadie mueve un dedo para forzar una rectificación, porque de una dimisión, ya ni hablamos. Consentimos que, el jefe del estado no pueda viajar sin consentimiento del gobierno, pero es que el gobierno tampoco viaja, aunque se trate a actos en países con los que tenemos que convivir eternamente. Pienso que un poquito de equilibrio en nuestra diplomacia no nos vendría mal, porque a veces, quedamos a nivel internacional, peor que Cagancho.

DESEQUILIBRIO Y VÉRTIGO

Estamos permitiendo que un huido de la justicia española en dos ocasiones, le diga al presidente del gobierno que se someta a una cuestión de confianza, y si no, que se prepare a lo que le viene encima. Se trata de un chantaje tan vil y rastrero, que en cualquier otro lugar daría para un levantamiento, pero aquí nos lo tomamos como una actuación más del circo político, que no va a ningún sitito, pero nos mantiene entretenidos abriendo telediarios y páginas de periódicos.

La incapacidad y la ineptitud de algunos políticos se mantiene oculta mientras reina la paz, pero solo basta una catástrofe con 222 muertos para observar con pavor, la incapacidad manifiesta de sus señorías para desempeñar los cargos que ostentan, aferrándose al puesto, porque en buen número, si abandonan la política no tienen donde ir. Si alguien publicara la fe de vida laboral de muchos de ellos, nos aterrorizaría comprobar, que en gran número no tienen experiencia laboral alguna, que se han cogido a la política como lapas, para tener un sustento, careciendo en multitud de ocasiones de la formación educativa y cultural necesarias para representar a los ciudadanos. De ahí su nulo equilibrio en el discurso político, debido a su falta de formación, no manejan un lenguaje apropiado para contrarrestar al adversario, y tienen que recurrir al insulto y la descalificación para abochornarnos a todos con semejante espectáculo, nada edificante para una juventud que va tomando como patrón de comportamiento normal, la anormalidad existente en la vida de algunos políticos que no se representan ni así mismos. Un ejemplo lo tenemos en su actuación durante la Dana, que ha dejado a las claras la incapacidad para responder a una emergencia, debido a su pobreza formativa y odio, al contrario. La pena es que su actitud ha costado vidas humanas. Los ciudadanos tenemos que replantearnos muchos equilibrios ante casos así.

 

 

domingo, 8 de diciembre de 2024

 


EL MONTE DE LOS ALMENDROS

 

Tito Ortiz.-

 

La historia del teatro en Granada no estaría completa, sin personajes tan extraordinarios como, Pepe, - así me permitía llamarle – desde que José López Rubio, el académico motrileño me facilitó su teléfono en Madrid para poder entrevistarle. Yo por entonces era, una plumilla incipiente que escribía en Patria y La Hoja del Lunes, al que gustaba recuperar la presencia en su tierra de, granadinos ilustres que vivían fuera de ella. Lo hice también con Pepe Tamayo, cuando triunfaba en Madrid con el mejor teatro, pero que ya estaba ensayando su “Antología de La Zarzuela”, con la que recorrió el mundo entero, incluida la extinta Unión Soviética.

Hasta Granada llegaban con sordina, pero llegaban, los éxitos de Pepe Martín Recuerda, aupado ya al más alto prestigio del teatro hispano. Al que le estrenaban los mejores directores de entonces y los mejores actores, pero, sobre todo, las mejores actrices, porque Pepe tuvo siempre un don especial para escribir los papeles femeninos, igual que años antes le había ocurrido a nuestro llorado Federico García Lorca.

Pepe nació en nuestra ciudad, dos días después de que finalizara el Primer Concurso de Cante Jondo, auspiciado por Falla, Federico y un buen puñado de intelectuales, muchos de ellos venidos de fuera ante el magno acontecimiento. Aquí alternó sus correrías por las placetas granadinas, con las lecciones que recibía en el colegio del Sagrado Corazón de Jesús, centro donde en tiempos anteriores había estudiado Federico García Lorca. En 1934, con doce años, ingresó en el instituto Ángel Ganivet, y se trasladó dos años más tarde al instituto Padre Suárez, donde estudió hasta quinto, curso que no llegó a terminar, debido a una crisis nerviosa de adolescente hipersensible, de la que nació su obra teatral titulada “La Garduña” (1940).

SE LEVANTA EL TELÓN

Licenciado ya en Filosofía y Letras, José Martín Recuerda fue, en la década de 1952 a 1962, profesor ayudante interino y gratuito de Lengua y Literatura Española en el instituto Padre Suárez de Granada. En ese mismo año de 1952, el autor quedó adscrito a la dirección del Teatro Universitario de Granada, labor que prosiguió hasta 1959.  Y es ahí donde mi admirado José María López Sánchez, conoce a Pepe, recibe sus enseñanzas y, se muestra tan aplicado que, con el tiempo, es López Sánchez quién lo sustituye en la dirección del TEU.

Tras “La llanura”, “Los Átridas” y “El payaso y los pueblos del Sur”, Martín Recuerda produjo una serie de obras de tipo intimista sobre el ambiente pequeño burgués de la Granada baja: “Ella y los barcos”, “Las ilusiones de las hermanas viajeras” o “El teatrito de D. Ramón”, premio Lope de Vega en 1958. Por estas fechas, Martín Recuerda estaba plenamente integrado en el panorama teatral español, como productor de un teatro que, para hacerse visible deberá recurrir a distintas máscaras formales y temáticas que le permitan burlar la censura franquista. Ya por entonces había entrado en relación con los autores del nuevo y pujante teatro español de posguerra: Antonio Buero Vallejo, Alfonso Sastre, Alfonso Paso, Rodríguez Méndez y Lauro Olmo, entre otros.

Entre los años 1961 y 1966 se produjo el contacto directo del dramaturgo con la escena madrileña, etapa marcada por tres obras fundamentales como son, “Las salvajes en Puente San Gil” (1961), estrenada en 1963 bajo la dirección de Luis Escobar; “El Cristo” (1964); y “Quién quiere una copla del Arcipreste de Hita”, estrenada en 1965 con dirección de Adolfo Marsillach. Pepe está en plena ebullición creadora, su teatro es aceptado como atrevido para su época por la intelectualidad circundante, su obra es la nueva vanguardia de la escena española que, unas veces nos lleva al drama y el costumbrismo, pero otras, pleno de ironía y mordacidad, nos adentra en el esperpento, en la crítica social, rechazando los patrones al uso. El granadino no solo crea, y lo hace bien, sino que, aporta denuncia retratando lo que no le gusta del entorno y su historia.

AMERICA

Desde 1966 a 1971 el autor residió en Estados Unidos, como profesor invitado en varias universidades, en una etapa de exilio larvado; regresó a España en 1971 para ocupar la cátedra de Teatro Juan del Enzina en la Universidad de Salamanca, puesto que ostentó hasta 1987. Durante esta etapa salmantina la producción dramática de Martín Recuerda fue en aumento; así “Las Conversiones”, “El engañao”, segundo Premio Nacional Lope de Vega, “Caballos desbocaos”, “Carteles rotos” o “Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipcíaca”, con papel principal para Concha Velasco y dirección de Adolfo Marsillach, que tuve la suerte de ver en San Sebastián, y posteriormente en Granada, donde ya había cambiado la actriz protagonista, que no consiguió el listón interpretativo alcanzado por la Velasco.

Desde su jubilación, Martín Recuerda vivió retirado en su casa del Monte de los Almendros, en la localidad granadina de Salobreña, donde le realicé la última entrevista, participando activamente de la creación dramática “La deuda”, “Las reinas del Paralelo”, “Los últimos días del escultor de su alma”, “La Caramba en la Iglesia de San Jerónimo el Real”, y de los numerosos actos de homenaje tributados a su persona —Medalla de Oro de la ciudad de Motril, miembro de honor del Colegio de Doctores en Filosofía y Letras de Granada, Faro de Oro de la localidad granadina de Almuñécar...—, hasta su muerte acontecida el 8 de junio de 2007. Pepe se reía a carcajadas, cuando yo le decía que su obra, “El Caraqueño”, estrenada en Madrid el año que Massiel ganó Eurovisión, había molestado a un hermano suyo con el que yo solía coincidir en el Centro Artístico, al ver retratado parte de su entorno. Y riéndose… hacia mutis por el foro.

domingo, 1 de diciembre de 2024

Una periodista en París


Tito Ortiz                                               




A caballo entre siglos, ésta granadina se adelantó a su tiempo, logrando una posición muy importante, en un mundo hasta entonces capitaneado por los hombres. Fue una mujer valiente que rompió muchas barreras, marcando camino para quienes, con su arrojo, quisieran seguirla después. Impulsada por su formación y espíritu de aventura, logró metas hasta entonces vetadas a la mujer, aunque la historia no le ha hecho justicia.

Emilia Serrano y García (Granada, 3 de enero de 1834-Barcelona, 1 de enero de 1923), fue una escritora y periodista española, gran viajera por el continente americano. Además de novelista, fue autora de obras de historia y educación. Utilizó los seudónimos de Emilia Serrano de Wilson, Baronesa de Wilson o Emilia Serrano de Tornel. Entre 1857 y 1861 dirigió en Madrid los periódicos La Caprichosa y La Nueva Caprichosa. También colaboró en El Eco Ferrolano, El Último Figurín, El Correo de la Moda, Las Hijas del Sol, La Primera Edad, El Gato Negro, La Ilustración Artística y Álbum Salón. Emilia Serrano, que realizó diversos viajes por Latinoamérica a lo largo de su vida, dejó escritas obras como, Maravillas americanas y América y sus mujeres, en relación a su estancia en el continente americano. Nació en el seno de una familia privilegiada, hija del notario y diplomático Ramón Serrano y García y de María Purificación García y Cano, ambos naturales de Valladolid. Sabemos que escribió una autobiografía condicionada por sus influencias del círculo intelectual y burgués parisino. Por ello, no se pueden considerar fiables aquellos escritos, pues, como dicen algunos estudiosos, la escritora simplemente «se construyó a sí misma para la mirada de otros».

Se sabe con seguridad que vivió en una familia privilegiada y se dotó de una refinada cultura y un ambiente intelectual desde su juventud. Todos estos factores, junto con su contacto con el romanticismo tardío forjaron su gusto y hollaron en su obra. Además, desde su juventud se dedicó al periodismo y llegó a publicar numerosos artículos hasta los años setenta del siglo XIX.

A LA AVENTURA

Hacia 1852 huye exiliada a París seguida de su amante, José Zorrilla, el autor del Tenorio, tan ligado a Granada, donde fue proclamado Poeta Nacional, quien la llama 'Leila' en sus versos y con quien tendría una hija, Margarita Aurora, que moriría prematuramente con cuatro años. Este acontecimiento provocó que los amantes se distanciaran. Sobre su apodo, la 'Baronesa de Wilson', se ha dicho que le provenía de su primer marido, el Barón de Wilson, del que quedaría viuda dos años después de casarse, a quien atribuía la paternidad de su hija. Sin embargo, no existe evidencia de dicha relación. Ni siquiera de que la mujer llegara a contraer matrimonio alguna vez en su vida. Tampoco con el médico catalán Antonio García Tornel, con quien supuestamente contrajo matrimonio en 1874. «Ella utilizó las reglas sociales en su beneficio, sin renunciar a esa libertad que quiere para su vida. Es muy moderna y performativa», opina Fernández, quien también señala que, aunque la Baronesa era un personaje complejo y paradójico, su legado feminista está fuera de toda duda.

Es muy notoria su estancia en París, donde se codearía con grandes personalidades y literatos románticos franceses, como Alphonse de Lamartine y Alejandro Dumas. De este último se convirtió en la primera agente literaria internacional, como su representante y gestora de sus derechos de traducción al español. En 1857, durante su estancia en París, fundó y dirigió hasta 1860 la revista de moda femenina La Caprichosa la cual obtuvo un gran éxito tanto en España como en toda Hispanoamérica.

VUELTA A CASA

Ya en 1860 regresa a España, donde conseguirá un papel relevante en el mundo cultural y en la corte de Isabel II. Después del fallecimiento de su hija, se registra su primer viaje a América latina hacia 1865, debido a la depresión producida por la pérdida.

Afirmaba que desde pequeña sintió una poderosa atracción por el continente americano, debido a las lecturas de la biblioteca familiar, con obras de grandes viajeros científicos del siglo XIX y su reflexión sobre la unión entre todos los pueblos de habla hispana «tan estrecha, tan íntima, tan grande y útil para todos como inquebrantable» según Serrano de Wilson. Todo esto la llevaría más adelante a escribir su literatura de viaje por la que acabó siendo tan reconocida y por viajar allí.

Desde entonces, sus visitas a América se repetirían más de cinco veces durante veinte años. Su audacia, su formación y el cosmopolitismo le ayudaron a trazar redes sociales y personales que la conectaron con grandes personalidades culturales y políticas del siglo. Gracias a esto, llegó a convertirse en asesora de gobernantes como del presidente mexicano Porfirio Díaz, y en historiadora oficial de países como Venezuela o México, además de en la autora más difundida en las escuelas americanas. Todo esto convirtió a la escritora en una de las figuras más significantes de la literatura de viajes del siglo XIX.

Consta que, en total, publicó treinta y nueve escritos en,La Ilustración Artística de Barcelona, entre 1887 y 1916, cuya temática principal era los relatos de temática americanista. Pero, sobre todo, Serrano García fue la valedora de las mujeres de letras de habla española: durante años, fue rescatando noticias en torno a la vida y la obra de numerosas escritoras contemporáneas, pero también de destacadas filántropas, artistas o heroínas olvidadas. Por ello, una de las características más alabadas de su trayectoria fue su labor feminista. Los últimos años de su vida los pasó entregada a la elaboración de la inconclusa, 'Historia General de América' hasta que murió el 1 de enero de 1923. Su cuerpo fue enterrado en la fosa común del cementerio de Montjüic. Ella también es una de las nuestras.

domingo, 24 de noviembre de 2024

 


LA RADIO DE MÍ INFANCIA

 

Tito Ortiz.-

 

Los niños y niñas de los cincuenta, tenemos una deuda eterna con el cuadro de actores de Radio Madrid. La televisión no había llegado a casa, y lo que es peor, ni se le esperaba. Nuestra única distracción y la de toda la familia, era la radio. Aquel mueble de madera barnizada, que mi padre repasaba y dejaba a punto cada verano, con una rejilla dorada que ocultaba el altavoz y sus tripas: Unas lámparas que tardaban una eternidad en dar sonido, desde que la conectabas hasta que oías algo. Dos frecuencias: Onda Media y Onda Corta, eran todas nuestras posibilidades, y hasta las doce de la noche, porque a esa hora, sonaba el himno nacional y se acabó lo que se daba hasta la mañana siguiente. El parte, o sea, el Diario Hablado de Radio Nacional de España, a las catorce treinta y a las 22 horas, era la única posibilidad de saber que pasaba en el mundo, porque si querías saber de verdad que pasaba en España, había que utilizar una antena de gusanillo en el balcón, y tratar de sintonizar, Radio Pirenaica, Radio Andorra, o Radio París, que eran las únicas que de verdad te decían lo que pasaba aquí, pero si te pillaban oyéndolas, te encarcelaban por no ser afecto al Régimen.

JUNTOS AL RECEPTOR

Así que oír la radio era una ceremonia familiar, que sucedía todos los días junto a la mesa de camilla. Mí Marconi, tenía un torero y una gitana, sobre un tapete de croché que había hecho con primor mí tía Loli. Por la tarde a eso de la hora de la sobremesa, escuchábamos sin rechistar, "Ama Rosa", con aquel guion envidiable de Guillermo Sautier Casaseca, con las voces de Rafael Barón, Juana Ginzo, Joaquín Peláez, y Matilde Vilariño, Pedro Pablo Ayuso y Matilde Conesa, entre otros. "Lucecita", marcó una época, en las radionovelas, como “Simplemente María”, pero que decir de aquel concurso que conducía, Juan de Toro, llamado, “Caja o Dinero”, que, patrocinado por Avecrem, Gallina Blanca, te permitía llevarte hasta un seiscientos. Los jueves por la noche todos llorábamos junto a la radio al escuchar a, Alberto Oliveras, en su programa, “Ustedes son Formidables”, en el que pedía la colaboración económica para infinidad de casos extremos de pobreza o desgracias, como el incendio en el asilo de Pola de Siero, que dejó a los ancianos en la calle sin techo.

TEATRO RADIOFÓNICO

En casa seguimos con pasión, la eternidad de capítulos en que se contó la vida de "Fray Escoba", aquel Fray Martín de Porres, al que se le llegó a ver en dos sitios a la vez, a muchos kilómetros de distancia. Nos desternillábamos con las aventuras de, Matilde, Perico y Periquín, que siempre terminaban con una trastada del niño. Y en los últimos tiempos, nos encandilábamos con, La Saga de Los Porretas. Años atrás habíamos sido devotos de, Cabalgata Fin de Semana, con Bobby Deglané, y de la voz de José Luis Pécker. La radio era nuestro escape de la realidad cotidiana, tan triste y llena de carencias de todo tipo. La radio nos evadía durante unos minutos, nos transportaba a un mundo de ilusión, de fantasía. La radio, esa que trasmitía el Ángelus a las doce en punto del medio día, el santo rosario a las seis de la tarde, y la misa de diez los domingos, para los enfermos que no podían ir a la iglesia, esa radio, nos hacía participar de un buen teatro, o de crímenes inimaginables como los que se narraban todas las semanas en, “El Criminal Nunca Gana”, cuyos guiones salían de las mentes de los hermanos, Baylos. Inspectores de Trabajo durante el día, y espléndidos guionistas de radio por las noches. Unas noches llenas de crímenes y sobresaltos, hasta dar con el asesino, que serían motivo de conversación con los vecinos al día siguiente. Igual que las intervenciones graciosas de, Mary Sancpere, en Radio Peninsular. Noches de carcajadas, con las 22 voces distintas que un artista de la radio irrepetible hasta ahora como, Pepe Iglesias, “El Zorro”, nos hacía pasar, con textos propios que él solo interpretaba. La radio es el único medio de comunicación, que te permite imaginar, a través solo de una voz. Luego, con los años, la radio comenzó a padecer una enfermedad, la "informatitis", y se hizo más seria, con rictus de malafollá permanente. Para compensar, se inventaron las emisoras musicales, pero no es suficiente. La radio debe recuperar su faceta de entretenimiento, y culturizar al oyente. Muchos supimos lo que era el teatro, muchos años antes de pisar un patio de butacas. Eso se lo debemos a la radio, entre otras muchas cosas.

GRANADA

Ahora que la radio granadina va camino del centenario, yo recuerdo con extraordinaria pasión, aquella radio que se hacía en directo con espectadores en el patio de butacas, en el salón de actos de EAJ16 Radio Granada. Y veo frente a los micrófonos que pendían del techo a mis estrellas, a los que les debo mi vocación radiofónica. Veo a Pepe del Real y Mercedes Domenech, haciendo “Alegría en Las Ondas”, con la publicidad del bar “Jandilla” y Baquero Motor en directo. Veo al maestro Novis al piano, dando sus primeras oportunidades a los niños y niñas que soñaban con ser cantantes como May Ríos, Valen, Pepita Ávila, o Li Morante. Quiero escuchar la voz de Emilio Navarro, de Loli Alba o Elodia Rodríguez, de José Antonio Lacárcel y Manolo Garrido, de César Valdeolmillos, y Carlos Tomás Romero con José Luis Codina en los deportes, quiero oír las madrugadas de embrujo con Francis Dumont y a Pepe Girona con José María Guadalupe, y Juan Antonio Ibáñez. Sin olvidarme del gran actor Pepe Cantero, un apasionado del medio. Ellos son, la sonora palabra de mi vida, las voces de mi eternidad.

domingo, 17 de noviembre de 2024

 


ESTO ES LA JUNGLA

 

Tito Ortiz

 

He perdido la cuenta de las veces que han estado a punto de atropellarme, yendo tranquilamente andando por la acera. Hablo de esos cacharros diabólicos llamados, patinetes eléctricos que, han tomado la ciudad a modo de una jungla. De esos desaprensivos que te adelantan por la espalda, sin que puedas escucharlos ni esquivarlos. Hace unos días una criatura de estas, tan habituales ahora por nuestras calles, estuvo a punto de tirarme al suelo, pasándome por detrás -por la acera lógicamente- me golpeó con la mochila que llevaba. Pienso que esto no nos lo hemos tomado en serio y, esta gente que campa a sus anchas, sin respetar a los demás deberían someterse a algún tipo de legislación que nos proteja.

No hablo de los patinetes de acción humana, que se mueven a una velocidad prudente que es la que tu pierna le puede impulsar, hablo de los eléctricos que alcanzan velocidades muy superiores a las de un ciclomotor, por poner un ejemplo, y esto raya en el la hilaridad, el otro día yendo en mi coche por la circunvalación, observé como uno de estos patinetes, alcanzaba una velocidad superior a los 100 km/h, saliendo disparado del acceso de Recogidas, adelantando por la derecha a todos los vehículos y desapareciendo por la salida de la Chana. A mí me parece que esto no es normal, teniendo en cuenta que lo mismo circulan en dirección prohibida por cualquier calle, por las aceras, entre los coches, y, sobre todo, entre los peatones que vamos tranquilamente por nuestra acera.

Llevo todos los días al colegio a mi nieto y, observo con hilaridad, como algunos padres y madres llevan a sus hijos a clase en este tipo de artilugios, compartiendo un espacio mínimo a una velocidad considerable, poniendo en peligro la vida suya propia, la de sus hijos y, la de los demás que estamos alrededor. En ocasiones extremas he visto patinetes eléctricos tripulados por adolescentes en compañía incluso de hasta dos amigos, creo sinceramente que la autoridad competente no se ha tomado esto en serio todavía y, la estadística va aumentando con personas atropelladas y conductores de patinetes accidentados.

BICICLETAS

Esta nueva moda del patinete eléctrico ha venido a colonizarnos fuera de toda ley y reglamento, cuando todavía no habíamos solucionado el tema de las bicicletas. Esas que van a toda velocidad por la acera, por la calzada en dirección prohibida, haciendo el caballito y, yo me atrevería a decir que, muchas veces hasta el gamberro con toda impunidad. Y en este apartado también incluyo a aquellos ciclistas de cierta edad que, utilizan la bicicleta como su deporte sin respetar las direcciones prohibidas ni las aceras ni el número de ellos que deben ir en paralelo. No son pocas las discusiones entre automovilistas y ciclistas que he presenciado a lo largo de mi vida, porque estos no respetan a los vehículos ni a los peatones y, lo peor del caso es que estoy seguro de que el 90% de ellos, tienen carné de conducir y utilizan vehículo propio, pero es ponerse el culote, el casco, y montarse en la bicicleta, y olvidarse de las normas más elementales que existen para todos en la circulación vial. Aquí incluyo a aquellos que en calles estrechas donde no puedes adelantarlos, van a su bola sin tener en cuenta la cola de coches que llevan detrás, incluso en alguna ocasión, he comprobado que si les adviertes con el claxon se dedican a hacer caballitos o hacer que el vehículo se frene o zigzaguee, para aumentar así la cola de vehículos que llevan detrás.

Así que, de esta manera, nuestras calles y carreteras se han convertido en los últimos tiempos, en una especie de jungla en la que cada cual hace de su capa un sayo, sin respetar a los demás usuarios. Observo bicicletas y patinetes dentro de los parques donde hay niños pequeños, cuando a la entrada de los mismos se observan señales de obligado cumplimiento que, impiden que este tipo de vehículos entren al recinto. El asunto es tan preocupante que uno ya no sale a la calle tranquilo, pensando en que en algún momento alguno de estos desaprensivos, te obligue a apearte de la acera o, te adelanta por detrás dándote un susto de muerte. Y no se te ocurra decirles nada porque, en el mejor de los casos, se vuelven y te hacen una peineta, pero hay otros mucho más osados qué te insultan e incluso se paran y, te desafían a una pelea barriobajera y callejera.

MATRÍCULA PARA TODOS

pertenezco a una generación en la que las bicicletas llevaban su matrícula y, no entiendo por qué no sigue vigente. La matrícula identifica al propietario, y, además, no me parece excesivo que se contará con un seguro para evitar conflictos en caso de accidente.

En mis tiempos, los carteros iban en bicicleta identificadas con su matrícula y, con un enorme letrero pendiendo del cuadro en el que se podía leer, “Correos y Telégrafos”. También la Guardia Civil utilizaba las bicicletas para su desplazamiento, con su correspondiente matrícula y cartel identificativo. A mí me parece que no sería excesivo el obligar a los propietarios de patinetes y bicicletas que, volviéramos al siglo pasado y cada uno llevará su vehículo matriculado y, además, fuera portador de un seguro que puede evitar riesgos mayores. Cualquier tiempo pasado no fue mejor, pero a mí me parece que entonces las cosas se hacían con mayor lógica. Lo de ahora me parece un despropósito que, alguien debería parar y reglamentar de manera que, incluyera una formación cívica mayor y una mejor educación, no solamente me refiero a la vial, sino, a la humana, así evitaríamos sustos y accidentes, a los que todos estamos expuestos desde que ponemos un pie en la calle.

 

martes, 12 de noviembre de 2024

 

MAPFRE ME AMENAZA

 

Tito Ortiz.-

 

El pasado 15 de septiembre, pasé a formar parte de la estadística en la que se incluyen los nombres de aquellos a los que les roban el coche. Como es lógico, puse la correspondiente denuncia en la Guardia Civil, que procedió a dar de baja el vehículo en la DGT. Al mismo tiempo, comuniqué el robo a quien me había vendido el coche, y a la vez, me había hecho el contrato del seguro a todo riesgo con la compañía Mapfre. Un seguro que yo pagaba religiosamente todos los meses.

La sorpresa es que, a pesar de haber comunicado la sustracción del vehículo en septiembre, Mapfre me cargó en cuenta el importe del mismo en octubre, noviembre, y otro especial que no se a que corresponde, aunque ellos argumentan que de mi coche también, sabiendo que me lo han quitado y que está dado de baja en la Dirección General de Tráfico.

He procedido a devolver estos recibos que corresponden a un coche que ya no tengo, como he comunicado por activa y por pasiva, y ahora Mapfre me obsequia con una amenaza: Me dicen en carta por escrito que, si no pago las cuotas del seguro de un coche que no tengo, procederán a incluirme en un fichero de morosos. Además, no se hacen cargo del robo porque no me lo quitaron a mí, sino a mi hijo, y por aquello del parentesco, no tengo derecho a compensación alguna pese a estar asegurado a todo riesgo, incluido el robo, por supuesto.

Tengo amigos en Valencia y me cuentan horrores del comportamiento de esta aseguradora con sus clientes afectados por la Dana, a los que están dejando tirados, nunca mejor dicho, abandonándolos a su suerte, pese a tener pólizas vigentes.

Creo que ya va siendo hora de que el Estado, investigue estas actitudes de Mapfre para con sus asegurados, sus cuentas de resultados y sus cláusulas abusivas en letra pequeña, que los ancianos no solemos leer, y quedamos a merced de desaprensivos, como es el caso.

domingo, 10 de noviembre de 2024

 


SALVADOR VILA

 

Tito Ortiz.-

 

Dije hace ya muchos años que, la política es tan importante, que no podemos dejarla en manos de los políticos, pero al parecer, esto no ha calado en una sociedad que, va a votar cada cuatro años, y se olvida hasta la siguiente convocatoria electoral. La ciudadanía tiene que estar vigilante de manera activa, para supervisar lo que hacen los políticos, reconduciendo conductas egocentristas que, solo nos llevan a la polarización extrema, en el ejercicio de una política que olvida al ciudadano y sus problemas, procurando solo la supervivencia del elegido, que no sabe gestionar el mandato de las urnas, por incapacidad o inconsciencia.

En los últimos meses asistimos sin mover un dedo, a la alarmante polarización de sus señorías, mientras se acumulan los problemas de los ciudadanos, y pasa la legislatura sin legislar y sin presupuestos. Y ya para remate de la desfachatez, observamos como los muertos de una Dana, se arrojan a la cara del contrario, en una ceremonia de la confusión digna del mejor esperpento, donde las responsabilidades van de un bando a otro, tardando en solucionar el asunto que se me antoja de los más graves planteados a una nación en los últimos tiempos.

La sociedad no puede seguir por más tiempo, permitiendo que el enfrentamiento político entre partidos, nos abandone a nuestra suerte ante una catástrofe de tal magnitud, nos hunda en la miseria empobreciéndonos cada vez más, con problemas sin solucionar como la carestía de la vida, la vivienda, la sanidad, la educación o las infraestructuras. Los ciudadanos tenemos que movilizarnos y decir ¡Basta ya ¡

EN OTROS TIEMPOS

Un pueblo que olvida su historia, está obligado a repetirla y, no son pocas las voces que vienen diciendo que, la crispación política actual, se parece mucho a la vivida durante los últimos meses de la República, y que nos llevó al descalabro de una guerra civil entre hermanos, la más fratricida que se puede vivir y de la que - al parecer– todavía no estamos curados de espanto. Vivimos momentos en los que, el que no está conmigo, está contra mí, y eso me parece extremadamente peligroso. La vida no es blanco o negro, la vida es un cúmulo de grises, al que todos debemos aportar desde la generosidad, buenos matices, varios tonos de la gama, que nos hagan volver a la sensatez y la solidaridad. De no ser así, el caos se está apoderando de una sociedad, aburrida de sus políticos, que, si los dejamos solos, nos llevarán al desastre antes que tarde.

De aquellos tiempos de revueltas que acabaron en las trincheras fratricidas, traigo aquí el ejemplo de un inocente que pagó con su vida, el no apostar por ningún bando. Salvador Vila Hernández, estudió simultáneamente Filosofía y Letras y Derecho en la Universidad de Salamanca entre 1920 y 1924. Allí tomó contacto con el arabismo y fue alumno de Miguel de Unamuno, entonces decano de la Facultad de Filosofía y Letras, al que le uniría desde entonces una gran amistad y del que siempre se consideraría discípulo. Durante el curso 1928/29 amplió sus estudios en la Universidad de Berlín. Allí conoció a la que luego sería su mujer, Gerda Leimdörfer, hija del redactor-jefe del principal periódico judío de Berlín, el Berliner Zeitung am Mittag, Emil Leimdörfer, profundamente asociado a nivel personal como corresponsal parlamentario y comentarista político con el gabinete económico del Canciller Alemán desde 1923 Gustav Stresemann, Premio Nobel de la Paz 1926, luego ministro alemán de Asuntos Exteriores, muerto el 3 de octubre de 1929.

GRANADA

De vuelta a España, comenzó su carrera docente, como catedrático de Literatura Española en Baeza, lo mismo que el famoso poeta sevillano Antonio Machado. En octubre de 1930 obtuvo mediante un concurso-oposición la plaza de profesor auxiliar temporal en la Facultad de Letras de la Universidad de Madrid, puesto que desempeñó hasta 1933, año en el que obtuvo la cátedra de Cultura Árabe e Instituciones Musulmanas de la Universidad de Granada.

La familia Leimdörfer sufrió la persecución Nazi en los años treinta, a partir de 1933, por lo que en 1935 se trasladaron a Granada, donde ya residía Vila con su mujer, Gerda Leimdörfer, en régimen de alquiler en el Carril de San Cecilio, número 12, a los pies del famoso Hotel Alhambra Palace. En la universidad granadina desarrolló Salvador Vila el resto de su breve carrera académica. En 1934 pasó a ser profesor de la Escuela de Estudios Árabes de Granada, dependiente de la Facultad de Filosofía y Letras, y creada en 1932 y encargado de la sección de Derecho e Instituciones Islámicas. En diciembre de 1935, tras la marcha del anterior director, Emilio García Gómez a la Escuela de Estudios Árabes de Madrid, Salvador Vila fue nombrado director.

En 1936 fue nombrado representante de la Facultad de Filosofía y Letras en la Junta de Gobierno de la Universidad de Granada. El 22 de abril de 1936 fue nombrado rector interino.​ Sin embargo, las circunstancias de su mandato fueron tormentosas, puesto que, por orden del Ministerio de Instrucción Pública, se anuló la convocatoria de los exámenes de junio, como sanción por las algaradas estudiantiles. Este hecho predispuso a los alumnos universitarios en contra del rector. Al terminar el curso académico de 1935-1936, Salvador Vila se fue de vacaciones con su familia a Salamanca. Allí le sorprendió la sublevación militar del 18 de julio de 1936. El 24 de julio fue cesado en su cargo de rector. Posteriormente fue detenido, trasladado a Granada y fusilado el 22 de octubre de 1936 junto a otras 28 personas y arrojado a una fosa común en el Barranco de Víznar. Su mujer Gerda Leimdörfer, alemana y judía, fue detenida junto con su marido en Salamanca, traída también a Granada y salvada por la intercesión de Manuel de Falla, tras ser obligada a bautizarse.

Son cosas que pasan, cuando los políticos nos arrojan al fango.

 

domingo, 3 de noviembre de 2024

 


CINCUENTA AÑOS DEL INSTITUTO DE ASTROFÍSICA EN GRANADA.

 

Tito Ortiz.-

 

Dicen los que de esto saben que, Granada siempre ha mirado a las estrellas y las ha estudiado. Por no remontarnos muchos siglos atrás, durante la dominación árabe, vivieron muchos astrónomos granadinos o ligados a Granada dignos de mención: entre ellos Uach-Nafih, nacido en 1096, célebre matemático, o Benalbana el Granati, de origen granadino y nacido en Marruecos, que publicó obras matemáticas hasta hace poco estudiadas en Fez. En Baza nació Alcalsadi, viajero inveterado que destacó en aritmética y acabó sus días en Túnez. De notable capacidad creativa y crítica, Benasamh el Muhandis (siglo X) se dedicó a la investigación y enseñanza. Escribió dos obras sobre el astrolabio, un comentario sobre Euclides, obras de geometría y, sorprendentemente para la época, se dedicó también a la historia de la Física.

Aunque bajo el influjo de las navegaciones el interés por la investigación astronómica perduró entre los siglos XVI y XVII, la expulsión de los árabes y judíos rompió la tradición de estudios en Astronomía y creó un vacío ocasionado por las dificultades socioeconómicas, las guerras internas y el desprecio de las autoridades por las ciencias en general.

LA NUEVA ERA

En lo que a Granada se refiere, el CSIC había venido apoyando desde los años sesenta un intento llevado a cabo por la Compañía de Jesús, propietaria del Observatorio de Cartuja. Este observatorio, fundado en 1902, disponía en esa época de una estación de montaña situada en Sierra Nevada, en el Mohón del Trigo, a 2.605 m de altitud, que contaba con un pequeño telescopio Cassegrain de 32 cm de apertura que era utilizado conjuntamente con el Royal Greenwich Observatory (RGO) (Reino Unido) para llevar a cabo estudios de fotometría estelar. Disponía también la estación de un fotómetro automático, propiedad del Max Planck Institut für Aeronomie de Lindau (Alemania), cuya finalidad era la de proporcionar medidas de las emisiones del oxígeno atómico atmosférico para estudiar los fenómenos de luminiscencia nocturna.

En 1972 se estableció un convenio entre la Compañía de Jesús y la Universidad de Granada, en virtud del cual el Observatorio de Cartuja pasaba a depender de la propia Universidad, convenio que continúa vigente en la actualidad.

Hasta 1975 se habían llevado a cabo en el Observatorio de Cartuja tres tesis doctorales y cuatro de licenciatura. En esa época, se había convenido ya la creación del Centro Astronómico Hispano Alemán de Calar Alto (Almería), a la vez que habían sido establecidas las bases para la construcción del Observatorio de Pico Veleta, estación de observación del Institut de RadioAstronomie Millimetrique (IRAM), en una zona próxima a la estación del Observatorio de Cartuja.

La propuesta de creación del IAA, realizada por el CSIC en Julio de 1975, tomaba en cuenta esta situación y, apoyándose en ella, asumía, como uno de los factores clave para que el nuevo Instituto pudiese adquirir una personalidad científica, la necesidad de disponer de medios propios de observación que, aunque modestos, pudieran permitir la realización de programas intensivos sobre líneas de investigación propias. Ello permitiría una notable independencia de criterios, así como una optimización del uso de los grandes telescopios accesibles en otros observatorios una vez que los medios observacionales propios hubiesen sido usados hasta el límite de sus posibilidades.

Después de múltiples dificultades, en febrero de 1976, el IAA encuentra una sede provisional en el Palacio de la Madraza de Granada, edificio en el que Yusuf I creó en el siglo XIV la primera "Madraza" árabe, traducción islámica del concepto de Universidad al uso en la Europa cristiana, y que fue remozado posteriormente en función de los diferentes usos a los que fue adscrito a lo largo de la historia. En esta sede provisional el IAA continuó creciendo poco a poco en personal contratado y becario, resolviendo con buen ánimo las muchas dificultades que en cada momento surgieron y llevando a cabo un trabajo que nadie duda en calificarlo como excelente, a la vez que enormemente generoso.

En 1978, el IAA se trasladó, también de forma provisional, a uno de los edificios que el propio CSIC posee en Granada, situado dentro del complejo de la Estación Experimental del Zaidín (EEZ).

La necesidad de poseer unas instalaciones observacionales propias se concretó en sendas negociaciones con el Royal Greenwich Observatory (RGO) y el Observatoire de Nice que finalmente fructificaron en sendos convenios entre el CSIC y el Science & Engineering Research Council (SERC) inglés, por una parte, y el propio CSIC con el Centre Nationale pour la Recherche Scientifique francés, por otra. Así, el CSIC se comprometía a la construcción del Observatorio de Sierra Nevada (OSN) en la falda del Pico Veleta y las instituciones extranjeras en contrapartida cedían sendos telescopios, de 60 y 75 cm respectivamente, para ser instalados en dicho observatorio y ser explotados conjuntamente. Esta situación llevaba consigo también la necesidad de que el IAA hubiera de procurarse nueva instrumentación, parte de la cual sería desarrollada dentro del propio Instituto.

AL DÍA DE HOY

En pocos meses se cumplirán cincuenta años de esta hazaña granadina llamada, Instituto de Astrofísica, que cuenta con el reconocimiento mundial de sus profesionales, avalados por la ingente cantidad de proyectos en los que participan, a veces, poco divulgados dada su importancia internacional. De entre sus líneas de investigación actuales destaco:  Agrupaciones Galácticas y Física del Universo Oscuro, Astrofísica Robótica y de Altas Energías, Evolución de Galaxias, Física de estrellas de Baja Masa, Planetas y Cuerpos Menores, por solo dar una pequeña muestra. Sus continuas colaboraciones con la NASA y otras agencias espaciales organizaciones afines a nivel mundial, no hacen más que corroborar la importancia de nuestro Instituto y su personal más que cualificado. Feliz Cincuentenario.

 

 

 

domingo, 27 de octubre de 2024

 


USAR Y TIRAR

 

Tito Ortiz.-

 

Vivimos unos tiempos en los que eso de, usar y tirar, es lo que se lleva ahora. La ropa y los zapatos ya no se heredan de los hermanos mayores a los pequeños. No se les ponen coderas a los jerséis, ni rodilleras a los pantalones, no se les cambian los puños y los cuellos a las camisas – algunas los traían de repuesto al comprarlas – ni se tintan los abrigos de otro color, cambiándoles los botones, para que parezcan distintos. Cuando engordamos o adelgazamos, no llevamos los trajes o vestidos a la modista para que les saque de las costuras o les meta, según convenga. La solución es tirarlos a la basura o, si estamos concienciados, depositarlos en el contenedor correspondiente.

Antes cuando comprabas una cerveza o gaseosa, si no llevabas el casco vacío de la anterior, o no te la vendían o te lo cobraban aparte. Ahora los que reciclamos lo llevamos al contenedor verde. Porque eso sí, cada vez hay más contendores es las isletas para reciclar. Desde el azul para papel y cartón, hasta el del aceite usado, pasando por la nueva incorporación del marrón para la materia orgánica, sin olvidar el amarillo para latas y tetrabrik. Aunque desde mi punto de vista, los contendores no se vacían con la regularidad debida y, a veces, estas isletas para reciclar presentan un aspecto deplorable, más parecido a una escombrera en la que campan a sus anchas, toda clase de insectos y otros animalillos con rabo, más propios de alcantarillas.

Mención aparte merecen los plásticos, esos que ya nos comemos al digerir nuestros pescados, que están convirtiendo nuestros mares en fosas “indegradables” para varias generaciones y que por mucho que avanza la ciencia, todavía no hemos dado con la tecla para deshacernos de ellos. Así las cosas, el panorama del siglo XXI es desolador, si tenemos en cuenta que la basura nos come, contaminando nuestro hábitat, gracias a ese afán que nos ha dado a todos por consumir, y conste que no he hablado todavía de pilas alcalinas, baterías de móviles, microondas desechados y otras lindezas de las que nos deshacemos en pro de la modernidad y los nuevos tiempos.

 

LA VISTA ATRÁS

 

No seré yo quién diga que cualquier tiempo pasado fue mejor, Dios me libre, pero he de reconocer que, en los años de mi niñez, la cultura del aprovechamiento de las cosas estaba más extendida, unas veces por necesidad y otras por una jerarquización adecuada a las circunstancias, basada en el sentido común y el temor al despilfarro sin sentido. Pongo por caso que cuando sobraba cocido, mi abuela al día siguiente lo mareaba en la sartén con un poquito de cebolla y pimentón, y nos hacía un plato exquisito llamado, “Ropa Vieja”, que nos chupábamos los dedos. De igual manera, con la “Pringá” sobrante, doña Juana nos preparaba unas croquetas que, quitaban las “tapaeras der sentío”. Y si eso ocurría con la comida, no digamos con los utensilios de la casa. Tenía ella un lebrillo enorme de Fajalauza, en el que sus padres la habían bañado toda la vida, y ella continuó haciendo lo mismo con sus nietos, a base de ollas de agua caliente y jabón “Lagarto”.

Un Buendía no sabemos cómo, el lebrillo dio en tierra y se rajó. Mi abuela no lo tiró, esperó unos días a que el Lañador pasara por la calle pregonando su oficio, y aquel hombre los restauró con dos lañas, de tal manera, que el lebrillo sirvió para bañar a otra generación. La abuela Juana que, había vivido las penurias de una guerra y, los años del hambre con las cartillas de racionamiento, no tiraba a la basura nada más que lo prescindible.

Cuando una silla de enea se estropeaba, la dejaba en el portal para que cuando pasara el artesano de la anea, se parara un rato y   - como ella decía – que le echara un culo bien trenzado y con el nuevo asiento… silla nueva en casa. Lo mismo ocurría con las sartenes y las ollas de la cocina, cuando por el uso se desgastaban y aparecía una grieta o un agujero. Cuando escuchaba el pregón del “Hojalatero”, salía a la calle para que aquel hombre menesteroso, le soldara una pieza a la sartén y, otra vez a estrenarla gracias al buen oficio del lampista. Por cierto que, cuando la sartén era nueva, para que no se pegara, mi abuela la ponía al fuego con paja y vinagre hasta que aquello cocía un rato, y jamás se le pegó un guiso.

 

HAY QUE MODERARSE

 

Dije al principio que, cualquier tiempo pasado no fue mejor, por eso no voy a pedir ahora que vuelvan a nuestras calles hojalateros, silleros y lañeros, ni los que “arrecortaban y atirantaban las colchonetas”, vendían mantillo para las macetas, o te reponían la borra nueva en el colchón, ni los traperos que te cambiaban la ropa vieja por un plato de loza, pero si creo firmemente que deberíamos plantearnos todos, hacer un uso más apropiado de lo que tenemos en casa, desechando un poco esta cultura de usar y tirar que nos ha comiso el seso, pues este consumismo desmedido que ahora nos rodea, nos está creando un problema a nivel mundial: No tenemos sitio en el planeta donde tirar tanta basura del primer mundo y, estamos convirtiendo en un estercolero a muchos países subdesarrolados que, admiten nuestra basura, pero no saben que hacer con ella. Y por favor, que alguien invente algo para limpiar nuestros fondos marinos, convertidos en fosas silentes de nuestros deshechos que la basura… Nos come.

domingo, 20 de octubre de 2024

 


LOS GOYA Y VAL DEL OMAR

 

Tito Ortiz.-

 

La futura entrega de Los Goya en Granada, es una cita histórica con el séptimo arte y nuestra ciudad, que pasa por ser una de las más cinematográficas de la historia, no solo por la cantidad de películas rodadas en nuestra tierra, sino por las decenas de documentales de todo tipo que la han tenido como eje de sus guiones, lo que hace de nuestro paisaje y nuestra historia, motivos más que suficientes como para montar una película atractiva de buen contenido en cualquier faceta en la que se nos busque.

Granada nunca defrauda. Desde los vestigios del cine mudo has la más reciente rodada en nuestras cumbres, convertidas en los Andes de la ficción, nuestra presencia es constante a lo largo de la historia del cinematógrafo.

Dice Xerman Rodríguez que, que a lo largo de la historia han sido muchos los cineastas que han visitado la ciudad para rodar sus películas. Desde que en 1905 Alice Guy Blaché (primera directora de cine de ficción de la historia) grabase las vistas de la Alhambra desde el Mirador de San Nicolás para su película Espagne, Granada ha servido de escenario natural para infinidad de películas, sobre todo históricas. Clásicos como Doctor Zhivago, La muerte tenía un precio, Muerte en Granada o, Caníbal han mostrado en la gran pantalla la magia de una ciudad de cine.

“Sopa de ganso” es un film dirigido por Leo Mccarey y protagonizada por Groucho Marx, Harpo Marx, Chico Marx, Zeppo Marx, Margaret Dumont y la mexicana Raquel Torres, en 1933. Aunque parezca insólito, esta fabulosa película, probablemente una de las más divertidas y disparatadas de los hermanos Marx, fue rodada en Granada, concretamente en Loja, donde se encuentra el Mirador de Sylvania, situado en el barrio del Mesón Arroyo, elegido por los Hermanos Marx para representar la ficticia ciudad de Sylvania.

“Doctor Zhivago”, una película basada en la novela homónima que publicó el ruso Borís Pasternak en 1957, dirigida por David Lean y protagonizada por Omar Sharif, Julie Christie y Geraldine Chaplin, en 1965. En la película podemos distinguir localizaciones de Soria, Salamanca, Madrid (donde se levantó una recreación de la ciudad de Moscú) y Granada, concretamente en los llanos del Marquesado del Zenete, cerca de La Calahorra, donde fue rodada la escena del entierro de la madre de Yuri Zhivago y que nos muestra una espectacular postal de Sierra Nevada convertida en los montes Urales.

“Indiana Jones y la última cruzada” en 1989. El director Steven Spielberg comenzó el rodaje del film en mayo de 1988 en el sur de España, concretamente en el Desierto de Tabernas de Almería, donde se filmó la persecución del tanque. También se rodaron varias escenas en la playa de Mosul. Pero en el mes de junio, Spielberg se trasladó a la provincia de Granada, donde la estación de tren de Guadix pasó a ser la ciudad turca de Iskenderun. Podemos ver a Marcus Brody (Denholm Elliott), el fiel compañero de Jones, como se pasea por la estación en una de las escenas más divertidas del film. También se rodaron varias escenas en la Sierra de la Alfaguara, situada en el término municipal de Alfacar.

GRANADA, CIUDAD DE CINE

Dejándonos otras muchas fuera, recordamos, “Muerte en Granada” en 1997 dirigida por el cineasta puertorriqueño Marcos Zurinaga y protagonizado por Andy García, Edward James Olmos, Esai Morales y Miguel Ferrer. El film nos traslada a 1934, año en el que Federico García Lorca estrena su obra Yerma. Entre el público se encuentra Ricardo, un niño que admira profundamente al poeta. 18 años después, Ricardo, obsesionado con la muerte de Lorca, regresa a Granada para escribir la biografía de este y averiguar quién lo asesinó.

Continuamos de la mano de Lorca para adentrarnos en una conmovedora historia basada en una novela de Fernando Marías. “La luz Prodigiosa” está dirigida por Miguel Hermoso y protagonizada por unos fantásticos Alfredo Landa y Nino Manfredi. En esta ocasión, el film nos introduce de lleno en la Granada del inicio de la Guerra civil española, concretamente agosto de 1936, cuando un joven pastor recoge a un hombre malherido que ha sido dado por muerto tras un fusilamiento y le busca refugio en un asilo. Muchos años después, los dos hombres vuelven a verse por casualidad en la calle. En ese momento el antiguo pastor comienza a creer que ese hombre, que malvive de limosnas, puede ser el gran poeta granadino Federico García Lorca. La película vuelve a contar como escenario con las callejuelas del centro de Granada, donde podemos reconocer la Cuesta del Caidero en el barrio del Realejo o ver como los protagonistas pasean por la Carrera del Darro, una de las calles más antiguas y bonitas de la ciudad.

VAL DEL OMAR

La lista de películas rodadas en Granada es interminable, pero me resisto a no destacar, una de nuestras mayores aportaciones al séptimo arte. Hablo de José Val del Omar, granadino de 1904, un «creyente del cinema» que formuló mediante las siglas PLAT —que equivalen al concepto totalizador de Picto–Lumínica–Audio–Táctil—. En 1928 anticipó ya varias de sus técnicas más características, incluyendo el «desbordamiento apanorámico de la imagen», la salida fuera de los límites de la pantalla, y el concepto de «visión táctil». Dichas técnicas, y la del «sonido diafónico» y otras exploraciones en el campo sonoro, fueron aplicadas en su Tríptico elemental de España, que incluye: «Aguaespejo granadino» (1953-55), «Fuego en Castilla» (1958-60) y «Acariño galaico» (1961/1981-82/1995), concluido póstumamente. Sin embargo, su obra e investigaciones —sin fin, como él solía cerrar sus películas— no empezaron a ser valoradas y en cierto modo redescubiertas hasta poco antes de su muerte, ocurrida en Madrid en 1982. Es un pionero del cine, y es uno de los nuestros.