Marñia José Cantudo con su revista en el Isabel La Católica en 1988. (Foto Juan Ortiz)
¡QUE VIENE EL CORPUS!
Tito Ortiz.-
A veces las cosas que para
nosotros son más sencillas, se nos convierten en las más difíciles. Hay que ver
lo trabajoso que se nos hace a veces, explicarle a un forastero que es una
barreta. Mire usted, es un dulce que solo comemos en Corpus, que viene de una
tradición de siglos atrás, en concreto nazarí, que contiene miel y azúcar,
frutos secos, y además para acabarlo de volver loco, le decimos: Ah, y las hay
duras, y también blandas y las mejores son de la pastelería “El Sol” o de
“López Mezquita”, y ahí ya es cuando el otro entra en cortocircuito y comienza
a soltar chispazos hasta convulsionar. Y es que el Corpus, y sus cosas, como no
seas “granaíno”, hay que darlo “masticao”, porque es difícil de entender. Mire
usted, el Corpus es sufrimiento, pies doloridos, rozaduras y dedos sangrando,
si tus padres te han comprado para que estrenes esa mañana, unas sandalias de
Segarra, donde el calzado es irrompible, para toda la vida, pero tus pies no.
Todo parece que empezó porque los reyes católicos al reconquistar Granada
asumieron la festividad religiosa como propia y, además, recomendaron a los
paisanos divertirse como locos. Y ya desde entonces, el Corpus “granatensis”
fue diferente a los demás. Aquí danzaban alrededor de la custodia los llamados
“Diablillos”, que no eran más que mahometanos convertidos al cristianismo, que
de alguna manera expiaban sus culpas ante los vencedores. Después vendrían los
seises de Granada, que, como el Guadiana, aparecen y desaparecen, a cuya
formación perteneció en su día el cantaor Enrique Morente, cuando contaba nueve
años. Pero no olvidemos, que la Feria Real del Corpus en Granada, tuvo sus
inicios como tantas otras, en lo que era llana y simplemente, una feria de
ganado, alrededor de la cual, se producían toda clase jolgorios y distensiones
sociales, una vez al año. Ya lo dejó grabado Emilio “El Moro” … Granada, tierra
soñada por mí, en tu feria “vestío” de gitano dos burros vendí… Aquí nunca hubo
un Corpus sin sus corridas de toros. Primero se alancearon por los nobles en la
Plaza de Bibarrambla, después en el mismo recinto alhambreño, desmochando medio
bosque para la empalizada.
LA REVISTA
Y para que usted siga sin
entender nada, aquí en Corpus, subimos a santa Marta encima de un dragón para
que venza el bien sobre el mal, pero la obligamos a que nos enseñe la moda de
más rabiosa actualidad, con la mala suerte de que casi nunca estamos conformes
con los modelos que saca, salvo honrosas excepciones, y ya la utilizamos como
muletilla todo el año, cuando alguien o algo no nos gusta. Aquí no nos
conformamos con decir que alguien es feo, en “Graná” soltamos con gran desahogo
aquello famoso de… Anda ya… si eres más feo que la tarasca… y nos quedamos más
a gusto que un marrano en un charco.
La revista ha cumplido siglo y
medio de existencia, sin que aún la hayamos valorizado, sin que rindamos
tributo a tanto libretista, músico o artista, que nos ha hecho pasar momentos
inolvidables, y que hoy están olvidados. Recuerdo con fervor aquella primera
entrevista que mi redactor jefe me encargó. Estrenaba obra en el Isabel La
Católica, Addy Ventura, y me tocaba suplir a Emilio Prieto, que era el crítico
oficial de Patria, mientras él estaba de gira por Rusia con Pepe Tamayo y su
Antología de La Zarzuela. Addy me recibió en su camerino, minutos antes de
salir a escena, en albornoz y maquillándose. Nunca había estado ante una mujer
de aquel tamaño, y con tan poca ropa. Creo que más que decir mis preguntas, las
balbuceaba, menos mal que pronto nos interrumpió el cómico, Luis Cuenca, para
decir que ya era la hora, de lo contrario me hubiera desmayado allí mismo. Addy
era una mujer de armas tomar, con un encanto personal que pocas veces he
encontrado. Pili se va a la Mili, con Ángel de Andrés, era la obra, y recuerdo
que me lo pasé pipa entre bambalinas.
VÍNCULOS CON GRANADA
Florinda Chico, que se vestía
en Granada, en el Hit Parade de Miguel, Queta Claver, Tania Doris, Silvia
Gambino, y tantas otras herederas de la gran Celia Gámez, lucían su palmito en
el escenario con la gracia y el picante, que solo esta tierra da para el género.
Yo no me he reído más que con, Zorí, Santos y Codeso, en el Regio, cuando me
llevaron mis padres a ver, Un, dos tres, cásate otra vez. Un astro de la escena
como José Sazatornil. Saza, también gozó de la popularidad por sus
extraordinarias apariciones en la revista española, por ejemplo, junto a Concha
Velasco, en Dígame. A veces en Corpus, la competencia era dura, y había que
echarle unos días a la revista porque, coincidían en varios teatros, incluidos
El Chino del ferial. Manolita Chen era toda una vedette, que cada año traía a
Granada lo mejor de su repertorio, arropada por cómicos de la talla de, Juanito
Navarro. Quique Camoiras, podía recorrer el escenario en una obra unas cien
veces, y en cada una de ellas, soltaba un chiste para desternillarte. Él era
otro de los elegidos para este arte musical, de puro divertimento, tan del
agrado de la España de la época. Tito Medrano fue un portento, junto con
Antonio Casal o Toni Leblanc. Éste último llevó al cine la famosa revista, El
Sobre Verde, junto a Esperanza Roy. Se estrenó en el Madrigal, en la carrera de
La Virgen, y todavía recuerdo, las colas para entrar que llegaban a la basílica
de La Patrona.
Mi homenaje eterno hoy al
granadino, Ramón Moreno, con el que tantos corpus disfrutamos de un teatro
divertido para todos los públicos, por las plazas y teatros de una Granada en
Corpus.
Lo dicho: ¡Que viene el Corpus!