domingo, 14 de septiembre de 2025

 


DE NUEVO EN CABEZA

 

Tito Ortiz.-

 

Quede claro de una vez y para siempre que, fue Granada la que, en 1922, levantó la voz a todo el mundo, poniendo al cante jondo en el lugar que le correspondía por derecho propio. Que nadie más intente ningunearnos en este sentido, ni apropiarse de iniciativas que tuvieron su origen en La Alhambra, por obra y gracia de un puñado de valientes que, aún teniendo en contra o de espaldas a un segmento importante de la sociedad, tuvieron el valor de sacar el flamenco de colmaos y habitáculos alumbrados con candiles, para ponerlo sobre un escenario, dignificándolo y proyectándolo a los cuatro vientos, como un arte nuestro, genuino, permeable a todas las culturas de Oriente y Occidente.

En aquellas tertulias vespertinas de la casa de Manuel de Falla, que proseguían más tarde en la taberna de El Polinario, nació la idea de poner en marcha una escuela donde aprender el flamenco con sede en el Centro Artístico, Literario y Científico de Granada, cuyos frutos serían recogidos más tarde en El Primer Concurso de Cante Jondo de toda la historia.

Por no hacer la lista interminable, digamos que se reunían, Andrés Segovia, Manuel Jofré y Federico García Lorca. Ellos, pero sobre todo con la imprescindible labor de Miguel Cerón, fueron los que lograron canalizar las preocupaciones del maestro Falla sobre el peligro de desaparición del auténtico y puro cante jondo.

UNA PICA EN FLANDES

Y así nació el Primer Concurso de Cante Jondo que auspiciado por el Centro Artístico y subvencionado por el Ayuntamiento iba a tener lugar en el Mirador de San Nicolás del Albaicín durante las Fiestas del Corpus del año 1922. Finalmente se trasladó el escenario a la Plaza de los Aljibes en plena Alhambra. Como invitado de honor, Ignacio Zuloaga, que no sólo dirigió al grupo de artistas que configuraron la escenografía, sino que aportó un premio extraordinario de 1.000 pesetas para el mejor “cantaor”. El pintor jiennense Manuel Ángeles Ortiz diseñó el cartel y la presentación corrió a cargo de Ramón Gómez de la Serna. Entre los asistentes, Santiago Rusiñol, Fernando de los Ríos, Edgar Neville, por supuesto Manuel de Falla, Federico García Lorca y también los músicos Joaquín Turina, Óscar Esplá y Ángel Barrios. La noche de la inauguración dicen que cayó un buen chaparrón, tal como se recoge en la caricatura de Antonio López Sancho, donde se muestran a algunos de los presentes, protegiéndose de la lluvia con las sillas por encima de sus cabezas. A pesar del agua, los días 13 y 14 de junio de 1922 Granada recogió lo mejor del cante flamenco de la época.

El concurso tuvo como jurado a don Antonio Chacón, Pastora Pavón La Niña de los Peines y Manuel Torre, “El Niño de Jerez”. El Premio de Honor quedó desierto y el Primer Premio de cante, el Premio Zuloaga, se le otorgó a Diego Bermúdez, “El tío tenazas”, peculiar personaje con más de setenta años, medio ciego y gran bebedor con un pulmón destrozado por la puñalada de una reyerta; vecino de Lucena había tardado tres días en llegar andando desde Puente Genil. Otro premio de 1.000 pesetas fue para un niño de once años, natural de Sevilla de nombre Manolo, pero conocido como El Caracol. Como final de fiesta, don Antonio Chacón cantó unas medias granadinas que como dicen las crónicas, hicieron temblar al misterio: «¡Viva Graná que es mi tierra, / viva el puente del Genil, / la Virgen de las Angustias, la Alhambra y el Albaicín!»

MÁS INTENTOS

Manuel de Falla no quedó contento con el tratamiento que tanto el Centro Artístico, como el Ayuntamiento, dieron al resultado del acontecimiento, así que hizo mutis por el foro, dejando que al año siguiente fueran otros los que continuaran la grandiosa iniciativa. En 1923 se celebró el segundo concurso, esta vez en el Corral del Carbón, de cuyo resultado las crónicas no destacan nada especial.

No sería hasta cincuenta años más tarde cuando se intentó retomar el asunto, con un acontecimiento que esta vez, sí se llevó a cabo en la Placeta de San Nicolás, frente a La Alhambra. Durante casi un mes este periódico fue publicando, a modo de coleccionable, el libro inédito “El Cante según Jofré” en cuyas páginas Rafael Jofré, recogía toda la historia del Cante Primitivo Andaluz. En 1972 los artistas participantes eran también aficionados, entre ellos se encontraban Manuel Ávila, Diego Clavel y Calixto Sánchez, que obtuvo el primer premio. El jurado por su parte estaba compuesto entre otros por dos cantaores consagrados, Pepe el de la Matrona y Fosforito. En el discurso de apertura del acto, Miguel Olmedo Moreno, director del Centro Artístico, recordó la organización del concurso de 1922, y explicó la intención de homenajear con el del cincuentenario, a dos grandes guitarristas, Andrés Segovia y Manolo Cano.

PRIMERA BIENAL

Sin olvidar los desaparecidos “Encuentros Flamencos” que organizaba La Peña La Platería anualmente en el Auditorio Manuel de Falla, estamos en el ecuador de la mejor iniciativa flamenca llevada a cabo en nuestra ciudad, desde el Concurso de 1922. La celebración de esta primera Bienal de Flamenco, tanto por el elevado nivel de los artistas, como por los escenarios elegidos y sus actividades paralelas, constituye un acontecimiento a nivel mundial, con el flamenco como protagonista que, una vez más, ha puesto a Granada a la cabeza de la defensa, promoción y proyección del flamenco en todas sus facetas y vertientes. Con esta Bienal, nuestra ciudad ha vuelto a retomar el estandarte de lo jondo, enarbolándolo a los cuatro puntos cardinales, pero, sobre todo, recoge el testigo de aquellos intelectuales que, en 1922, tuvieron una idea única, y la llevaron a cabo con la mayor de las generosidades, para hacerla desde Granada patrimonio Mundial. Ole por ellos.

 

 

domingo, 7 de septiembre de 2025

 


EL FINAL DEL VERANO

 

Tito Ortiz.-

 

Como si el destino juguetón quisiera hacer honor a su canción, se nos ha ido Manuel de La Calva -la mitad del dúo Dinámico- al final del verano. Me resulta imposible desligar mi infancia, adolescencia y madurez, a la banda sonora de toda mi vida, desde aquel viejo toca discos que mi tío Ñoño enchufaba al portalámparas que había en el salón, colocando sobre el plato unos discos de 45 revoluciones, que llevaban dos temas por cada cara, al final de los cincuenta y todos los sesenta. Desde “Quince años tiene mi amor” a “Resistiré”, hay toda una vida plagada de vivencia en aquellos guateques, en los que yo, como niño, pinchaba los discos para que los mayores no perdieran el tiempo, no fuera que algún avispado les levantara el ligue. A fin de cuentas, la tarde del domingo era todo el tiempo que tenían para buscar pareja porque, entonces, se trabajaba los sábados, así que, el tiempo había que aprovecharlo con toda intensidad, hasta la próxima semana. Eran tiempos en que los novios no se veían en días laborables.

Aparte la consabida gaseosa, la bebida consistía en poner un fondo común para hacer una sangría, generosa en canela en rama, que al parecer era afrodisiaca, u optar por una limonada con vino blanco, agua con gas y algunos peces que no eran otra cosa que rodajas de plátano. A la sangría se le echaba melocotón. Todo ello en una orza de Fajalauza, con un cuarto de barra de hielo, comprada en “La Siberia” de la calle, Escudo del Carmen y como tapa, un cuenco de aceitunas aliñadas de los “Pedraza” y, unas patatas fritas compradas a Pepe en la calle de La Colcha, por donde pasaba el tranvía.

NUEVO CURSO

Se nos va el verano -al menos es lo que dice el calendario- con la mayor ola de calor de todos los tiempos, con los incendios más graves jamás contados, con las autonomías en entredicho, debido a su actuación ante los mismos, con una falta de previsión para evitarlos palpable y, con un coste en vidas humanas y haciendas irreparable. Algo estamos haciendo mal, mientras unos se echan a otros las culpas, eludiendo la responsabilidad que admitieron cuando accedieron voluntariamente a sus cargos. Cobran unos sueldos altísimos, lo suficiente para, exigirles mayor diligencia ante una Dana o un incendio que, deja desprotegidos a los ciudadanos, en manos de quienes no tienen capacitación para seguir ostentando responsabilidades políticas.

Y de esta guisa, abordamos un nuevo curso en el que la gratuidad de los libros en la enseñanza obligatoria no es suficiente, si la cuantía del material escolar exigido alcanza cifras desorbitadas. Un nuevo curso en el que se nos birla la enseñanza universitaria de la Inteligencia Artificial, pese a llevar años preparándonos para ello, aunque se le puede conceder a universidades privadas sin ningún rubor. Un curso más en que los profesores se examinan, aprueban, y no obtienen plaza, así que, a intentarlo de nuevo el año que viene y durante estos meses, a superar la frustración y el desánimo una vez más, repitiendo una y otra vez el fatídico día de la marmota. Algunos, para cuando tengan plaza, ya estarán en edad de jubilarse, o cotizarán tan poco tiempo que, la pensión que les quede, no les dará ni para pagar la luz que, por cierto, vaya subidón que ha pegado estos meses.

CURSO COFRADE

Se retoma en estos días la actividad cofrade en Granada y, lo hacemos de la mano y bajo el manto de nuestra Patrona La Virgen de Las Angustias. La que vive en la Carrera nos convoca a la actividad testimonial de nuestra militancia en la Fe, con una serie de actos como su novena, a la que asiste la sociedad granadina representada en sus instituciones públicas y privadas, sin olvidar el pueblo anónimo, ese que, al pasar por su puerta, se descubre o persigna en señal de respeto. Ese que visita a diario su flamante museo, demostrando que ha sido todo un éxito su puesta en marcha, ese que asiste en masa el día 15 a su ofrenda floral. El que  ésta tarde presenciará la segunda exaltación a nuestra señora, a cargo de nuestro paisano, Fernando Díaz de La Guardia, insigne comunicador y amante de nuestras tradiciones. Esa es la Granada que el último domingo de este mes, abarrotará nuestras calles para presenciar un año más, el paso de Nuestra Señora de Las Angustias, que por primera vez, no irá portada por su horquillero, Paco Carrasco, a quién Ella llamó a su presencia hace unos meses, dejándonos huérfanos de un gran ejemplo cofrade, pues a su condición de hermano de Las Angustias, Paco Carrasco unió siempre su militancia en la semana santa con hermandades como Los Favores, La Concha, El Vía Crucis, La Amargura, La Lanzada o el Nazareno, entre otras muchas.

La Federación de Cofradías, comienza también su curso cofrade, con ilusiones renovadas, con proyectos de mantenimiento y enriquecimiento de toda una serie de actos cofrades que culminarán con el esplendor de nuestros pasos en la calle, en una semana santa granadina consolidada, con cimientos firmes para ir progresando en su actividad y proyección fuera de nuestras fronteras, donde ya se le reconoce el trabajo realizado en los últimos años.  Salidas extraordinarias, cartel, pregón y aniversario fundacional, tendrán especial espacio en una agenda que se nos propone más que interesante, sin olvidar la actividad religiosa interna, la formación continuada de los cofrades y las relaciones con otras semanas santas de nuestro entorno, entre las que destaco, las de nuestra provincia, cada vez más en auge y que, tanto aportan a nuestra historia cofrade granadina.

Se nos va el verano, pero comienza un nuevo curso más que ilusionante.