lunes, 25 de enero de 2016

¡TAXI!

¡TAXI! Tito Ortiz.- Éste 2016, avanza sin prisa pero sin pausa, evidenciando las promesas incumplidas de tantos años, y tantos gobiernos, que los ciudadanos ya percibimos y consentimos que nos tomen el pelo, y por tontos, con la naturalidad, de quién se toma un yogur caducado, a sabiendas de que nada le ocurrirá, porque de todos es sabido, que los yogures son eternos, y a los ojos de las multinacionales de la alimentación, la fecha de caducidad, no es más que un adorno extra de la etiqueta. Avanza 2016 y el AVE no está, ni se le espera, pese a que hubo un político que lo prometió para hace lustros. Del metro, solo sabemos que de vez en cuando, para que no se nos olvide, sacan un vagón hasta la Caleta, para que lo vean los periodistas, y el bicho vuelve a recular, como tortuga que esconde su cabeza. Las canalizaciones de la presa de Rules, son como el sueño de una noche de verano, o mejor, como una pesadilla a través de la cual vertemos euros a espuertas al mar, con la displicencia con la que Rockefeller se encendía los puros con billetes de cien dólares. La verdad la sabe Juan López Martos, y a mí me la ha contado. Avanza 2016, sin que la segunda circunvalación de Granada se atisbe en el horizonte, sin que el legado de Federico haya llegado a la Plaza de La Romanilla, con la agonía de su Huerta de San Vicente, lugar histórico donde ocurrieron tantos hechos, sin comparación posible con Fuente Vaqueros, Valderrubio, o la Acera del Casino. Avanza 2016 y el Museo Arqueológico de la Carrera del Dauro, yace impertérrito, como el proyecto de teleférico a Sierra Nevada, como el convenio de los hosteleros, que semestralmente pasa por el SERCLA, como yo pasaba revista de mi cartilla después de hacer la mili, en el Gobierno Militar. Avanza 2016, y en ésta ciudad como en ninguna otra, se han hecho fuertes los malhechores de la pintura en spray, que campan a sus anchas tomándole el pelo a esa “brigada antimanchas” de la Policía Local, cuya eficacia da para más de un chiste. Y de chiste es el trazado del carril bici por el Camino de Ronda, plagado de obstáculos, a modo de una yincana infernal con resultado de muerte. Si uno sigue el carril desde la rotonda del helicóptero en dirección a Recogidas, verá con asombro en mitad de su trazado, contenedores de basura, de reciclado, y estaciones del metro como la de Alcázar Genil. No cabe mayor disparate ni desatino. He preguntado en la concejalía de María Francés por éste disparate, y me aseguran que el psiquiatra del técnico que lo hizo, se encuentra en paradero desconocido, y que el funcionario, hace tiempo que no responde por su nombre, tiene la mirada perdida, y sólo ladra, pero bajito, cuando escucha las reivindicaciones de Granada al Pedal, que por cierto, son muy de cuando en cuando. Ya podemos ir a Ogíjares en carril bici, pero en el camino de Ronda, si lo coges, te ronda la parca con su guadaña de plata. Tienen, por eso no lloran... de plomo las calaveras. Estoy mal, muy mal, lo sé. Estoy tan mal, que ayer vi pasar un coche fúnebre, y grité sin poder remediarlo: ¡Taxi!

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