RABILLOS DE PASAS
Tito Ortiz.-
Han querido los dioses que, en este año de pandemia coincidan astralmente sobre la provincia granadina, la promoción menos preparada de empresarios y políticos, desde los reyes católicos a nuestros días…y así nos va. Hay quién desde el desconocimiento, afirma sin pestañear que son las empresas granadinas las que han sacado a Granada de la crisis, y eso lo único que hace es llamar a risa, cuando no, a pena negra. Ignora quién tal afirmación hace que, la mayor empresa que tiene la provincia es su Universidad, seguida de los miles de funcionarios de las administraciones, central, autonómica, provincial y local, y que gracias a esas nóminas, no vivimos en la indigencia. Y también es digno de estudio mantener que hemos superado la crisis, cuando somos la provincia con mayor paro, menor renta per-cápita, en la que los hijos cuarentones siguen viviendo con sus padres, incluso, de sus padres.
Y todo esto ocurre cuando, soportamos un ayuntamiento que se ha convertido en el hazmerreír de Europa, con una trayectoria digna del mejor sainete de los Quintero, donde lo único serio que hay son los gigantes y cabezudos de La Tarasca, donde nadie dice ni pío cuando Alsa compra la Robert por la deudas y, las distintas y más importantes concesiones de servicios esenciales, se llevan a cabo sin rechistar o sin revisar, con un retraso acumulado en el pago a deudores, que hace sonrojar al menos avezado en la materia, y donde hay que hacer encaje de bolillo cada mes, para pagar las nóminas de los funcionarios, engrosando deudas y créditos bancarios, que ya vendrán otros que tendrán que ajustarse el cinturón para ir pagando, gracias a la peor gestión económica que se conoce, desde que hay registros. Por cierto que lo del portal de transparencia, está por definir, yo lo veo opaco, incompleto y a destiempo.
Hay que echarle mucha imaginación a la cosa, para sacar a Granada de este pozo, y con el plantel que tenemos, no nos da. Una vez más se insiste en que, la solución a nuestros males está en que la Diputación ponga dinero sobre la mesa, para que vengan más vuelos a nuestro aeropuerto compartido con Jaén, y que lleva el nombre de nuestro poeta más insigne. Yo estuve en sus instalaciones el 15 de Junio de 1972 cuando se inauguró, y desde entonces, cada vez que se ha puesto dinero – siempre público porque el empresariado no se moja - para lograr vuelos de otras partes que traigan turistas, la aventura ha durado un suspiro, porque en cuanto se acaba la subvención, las aerolíneas suspenden los vuelos, y si te vi, no me acuerdo, pero como aquí nadie aprende de lo sucedido, la historia se repite una y otra vez, como si entráramos en el bucle del día de la marmota. Pan para hoy, y hambre para la eternidad. Carecemos de políticos y empresarios con vocación de servicio a la sociedad, que traigan ideas nuevas, que pongan sus iniciativas al servicio de la creación de riqueza, que diversifiquen las inversiones, que proyecten nuevos nichos de negocio, sin centrarnos eternamente en explotar, La Alhambra, el Albayzín y la Sierra, que lo único que nos da es un sector servicios de jornadas fuera de convenio, sueldos de miseria y un paro que aumenta, a la misma velocidad que el número de pobres que ya no tienen para pagar la luz ni las medicinas. Esa es nuestra realidad, y no hay más ciego que el que no quiere ver.
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