martes, 13 de febrero de 2018

MÉNDEZ NÚÑEZ

MÉNDEZ NÚÑEZ Tito Ortiz.- Larga como un día sin pan, la estación del metro llamada de Méndez Núñez es la que más claro tiene posicionados los espacios, Zona de Refugio y Salida de Emergencia. Basta con echar a correr en dirección contraria a la salida, asunto éste que, en caso de necesidad, hay que tener en cuenta de manera clara, porque lo normal es que tu pretendas huir de la quema por donde sales todos los días, y en haciendo eso, la picias de todas todas. Cuando apareces en la superficie, no estás ni el centro urbano ni en las afueras, es una especie de tierra intermedia donde nadie se conoce ni saluda, o sea, como un ascensor moderno de cualquier parte. La gente suele salir con la mirada en los peldaños de las escaleras, o en las pantallas de los móviles, de tal manera, que si a tu lado fuera, Juan Carlos Monedero el líder de Podemos, que usa chalecos y gafitas a lo Quevedo, no lo pararías para preguntarle por el tirón de orejas que le ha dado el Tribunal Supremo, en lo concerniente a sus pluriempleos bien pagados. Ni repararías que era él. En el metro cada uno va a lo suyo. Quien ha dado muestras de no ir a lo suyo, sino de cumplir con su obligación de forma diligente y acertada, ha sido el oficial superior de la soldado que, ha denunciado ser drogada y violada por sus propios compañeros. Reconforta saber que algo está cambiando en el ejército, tan dado en otros tiempos a aplicar la ley del silencio en estos casos, o a mirar para otro lado. Ese oficial se merece un reconocimiento. Y alguien debería reconocer, que, en la investigación, instrucción judicial y posterior juicio con jurado sobre el doble crimen de Almonte, algo ha salido mal. El sistema se ha ido al traste, porque si el único acusado ha salido absuelto y la muerte de padre e hija queda impune, cabe preguntarse quién más tendría motivos para matarlos. Alguien ha metido la pata hasta la ingle, lo mismo que cualquiera de nosotros si no andamos listos por la noche con las vías del metro que atraviesan nuestras calles. Resulta que con buen criterio, a una distancia de un metro hacia el exterior de cada rail, para que los viandantes podamos verlos de noche, se han instalado una serie de focos en el pavimento. Focos que unos están destrozados por los vándalos, y que normalmente permanecen apagados, así que es habitual ver algún tropezón que otro con las vías, o que las bicicletas metan las ruedas en las mismas. Si se instalaron en su día, por qué no se encienden, ¿tiene que descalabrarse una criatura para cumplir con lo obligado? Salgo del metro en Méndez Núñez con los mini cascos puestos en el móvil escuchando las noticias. Otra vez los independentistas han agredido a periodistas y amenazado a medios de comunicación. Dentro del proceso secesionista catalán, hay individuos que militarían lo mismo en “cosa nostra” sin parpadear. Con una diferencia clara, los mafiosos si saben a donde les conducen sus acciones, los acéfalos del procés, solo quieren algaradas, son la kaleborroka vasca, con acento catalán. Me voy corriendo que se me escapa el metro, pero antes apúntense en la agenda, para que no se les olvide, que, en esta Granada, simple como el mecanismo de un chupete, y previsible como el amanecer y el anochecer, alguien en los próximos días en éstas mismas páginas, volverá a pedir que el día de Mariana Pineda sea fiesta local. Somos así de originales.

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