martes, 26 de febrero de 2019
FEBRERILLO EL LOCO
FEBRERILLO EL LOCO
Tito Ortiz.-
Un anuncio de mi infancia rezaba así: “En febrerillo el loco, compre en Lyrola por poco”. Y de esta forma, aquel viejo establecimiento de la calle Príncipe, se aseguraba las colas de los clientes, que en época de rebajas, tenían que ser ordenadas en plena calle por la policía armada de la época. Y es que, febrero siempre ha sido un mes muy alterado, como alocado, dando la impresión de que en su corto calendario, pueden suceder los espantos más temidos. No hay que olvidar, que en 1981, Tejero en compañía de otros, decidió que la democracia había llegado a su fin, y era febrero. En 1782, España reconquistó la isla de Menorca, que llevaba setenta años en manos de los ingleses, ante lo que uno se pregunta, por qué no siguieron por Gibraltar, y ahora no estaríamos como estamos. Era febrero cuando nació, Darwin, y nos pegó un sabaneo científico que nos dejó patidifusos. Antes, el mismo mes, pero de 1642, vino al mundo Galileo Galilei, y en 1473, Nicolás Copérnico. Parece que todo lo importante en la historia ha sucedido en febrero, hasta Volta, el inventor de la batería eléctrica, vino al mundo el segundo mes del año. Lo hizo Gustavo Adolfo Bécquer, con sus rimas y leyendas, emergió a la vista de todos Plutón, un planeta desconocido hasta entonces, como nacido de un agujero negro, también nació Julio Verne, una de las mentes más prodigiosas, adelantadas a su tiempo. Vamos que a pesar de ser el mes más corto del año, febrero se yergue en el calendario como el mes para sacar pecho y, presumir de todo lo que sucede durante sus días.
Tal vez por eso, el pasado sábado vino Casado a Granada, para presentar a Sebastián. Y me pregunto yo: ¿qué necesidad había, si a Sebas lo conocemos todos? Yo – al menos – desde que nació, y además, su padre me honró con su amistad hasta el fin de sus días, del que guardo un recuerdo imborrable. Pero el caso es que vino Casado y habló mucho, y el que habla mucho, mucho yerra. No dijo nada del concejal Juan García Montero, ni del asunto congresual pendiente en los tribunales. En cambio, habló mucho de Pedro Sánchez – contra él y los socialistas claro – de los independentistas, de los batasunos, término acuñado por los suyos, y en una clara traición del subconsciente, adjurando de Vox y Ciudadanos, de cuya mano ha entrado a gobernar su partido la Junta de Andalucía. Ignorando a las dos formaciones que le han facilitado el gobierno andaluz, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, ha pedido este sábado a la militancia que no caiga en «el mantra» de «las tres derechas» y ha situado a su formación como única alternativa ante el «frente popular», con el que el PSOE ha dicho que podría tratar de volver a gobernar con «independentistas, batasunos y comunistas de Podemos». O sea, corramos que viene el lobo, y el lobo es Pedro Sánchez y su pesoe. Perdió una oportunidad de oro el líder conservador, porque yo esperaba que hablara, aunque solo hubiera sido un rato, sobre el caso de la operación Nazarí, donde aparecen investigados ilustres militantes de su partido, junto con técnicos municipales y amigos constructores, y en cuya instrucción aparecen cinco yates, más de cien propiedades inmobiliarias, con el eufemismo del valor catastral, como si no supiéramos que el valor de mercado puede multiplicar por diez, cuando menos, las cantidades reseñadas. Y hasta cuentas en Suiza. Ya dije al principio, que febrero es un mes loco, que a lo largo de la historia ha demostrado con creces, que suceden cosas paranormales.
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