martes, 9 de febrero de 2021

SEGUID VOTÁNDOLOS

 SEGUID VOTÁNDOLOS


Tito Ortiz.-


Todo proceso independentista, tiene un poco de idealismo y un mucho de ignorancia, pero en el caso de Cataluña, lo que ocurre es que lo que se fragüa trás las bambalinas, es una suerte de pillaje, lerdos, listillos y psicópatas, que se burlan del pueblo y lo esquilman, con la bandera de la independencia ondeando ante sus ojos, para que no vean lo que hay detrás.

La Generalitat catalana dispone de un Presupuesto anual de 42.000 millones. Pero con todo ese dinero, deja sin atender las principales necesidades de los catalanes, al tiempo que acumula año tras año, una deuda pública inmensa que, equivale ya a la mitad de toda la deuda sumada del resto de comunidades autónomas. En la base de este desastre está una élite que lleva décadas incrustada en una administración burocratizada y con sueldos desorbitados. Esta élite ha ido cristalizando en una nueva clase social, una burguesía burocrática, cuyo capital es el presupuesto autonómico, y su principal interés mantener el control de los recursos públicos que parasita. Durante la última década, los catalanes solo han recibido de sus gobernantes recortes y más recortes.

Un informe de Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales (ADGSS) desvela que, entre 2009 y 2018, Cataluña fue la comunidad que más recortó el gasto en salud, educación y servicios sociales (casi un 20%). Las cifras del Ministerio de Hacienda muestran que entre 2014 (primeros Presupuestos de un Gobierno independentista) y 2018, recortaron el gasto social por habitante un 8,8%, 588 euros menos por catalán. En el conjunto de España ha habido de media un incremento del 11,1% en este periodo. Al día de hoy, Cataluña es la última en gasto social en España. Y en concreto, la que más ha bajado el presupuesto en sanidad (un 27,51%), -3.328,2 millones de euros desde 2009. De ahí el desastre ahora con la pandemia. 

La élite que ha gestionado la Generalitat casi sin interrupción desde la Transición, ha ido creando una red de intereses, basada en los presupuestos públicos, que incluye 36 Fundaciones, 31 Sociedades mercantiles, 60 Consorcios, y 59 entidades públicas de diferente tipo, además de empresas privadas subvencionadas.  Todo regado con sueldazos que hacen que un Conseller, un ex-president, directores generales, o un jefe de alguna de estas entidades, cobren más que los primeros ministros de media Europa. Por ejemplo: 170.129 euros anuales llegó a ganar el anterior gerente de los consorcios portuarios de Mataró y Portbou, superando a los presidentes de Francia o Alemania. No sorprende entonces que hoy la deuda pública alcance los once mil millones de euros.

El mayor déficit como sociedad Mercantil de la Generalitat es de TV3 y Catalunya Ràdio, que consumen 297 millones de euros anuales. Esto equivale a la cuarta parte de todo lo que gastan las televisones autonómicas en España, a pesar de que solo se dirige a la octava parte de la población. El sueldo de varios de sus responsables sobrepasa la barrera de los 100.000 euros anuales. En 2020 fueron 500 los sueldos públicos de gestores no funcionarios. Puigdemont decretó una subida del 6,3% para él: 153.235 euros anuales. Los siguientes no lo han bajado. El salario vitalicio de Torra, como de los anteriores expresidentes es de 122.400 euros más una oficina y tres personas a su servicio. 

Por si alguno duda de estos datos y las cifras, los puede encontrar - como yo -  en el Departamento de Presidencia y Economía Generalitat (IdesCAT); Boletín Oficial de la Comunidad. Así que solo me resta desearles, feliz día de los enamorados.




No hay comentarios:

Publicar un comentario