martes, 2 de febrero de 2021

SON DE SALDO ¿PREMEDITADO?

 SON DE SALDO ¿PREMEDITADO?


Tito Ortiz.-


Tal vez, también con alevosía y hasta con nocturnidad, ¿Quién sabe? El caso es que el equipo de sonido audiovisual de los juzgados granadinos, garante de dar fe y testimonio auditivo de cuanto se declara bajo juramento en pos de la justicia, es un carcamal de saldo, o está operado por individuo no apto, incluso es posible que, exista una labor de sabotaje premeditada, porque los fallos en las grabaciones se suelen dar en “determinados “ casos y no de manera aleatoria o continuada, y menos aún al azar. Otra culpa podría tenerla, el sistema legal por el que llega el proveedor de los instrumentos. Sabido es que estas infraestructuras salen a concurso público, y que al final se adjudican al que oferta más barato el material, con lo cual, no estamos comprando lo mejor que existe en el mercado para estos menesteres. Es verdad que el manejo del instrumental de grabación, no debe dejarse en manos de subalternos sin la cualificación exigible. Para estos trabajos, a veces sin mucho juicio, se escoge al manitas que pasaba por allí, al voluntarioso que estando en otro estatus, consigue un plus por dicha actividad adicional a lo que es su trabajo, porque todo lo reducen a cliquear un circulito y que se ponga rojo, pero si no sabes lo que tocas, estás mandando la grabación a la nube, o a cualquier otro archivo o carpeta que no está a la vista, si no eres un profesional del gremio. 

No es romanticismo, sino asegurar el trabajo, recurrir a la figura romántica pero efectiva, de los taquígrafos como los aparecidos al pie del atril en el Congreso, a los que no se les escapa ni una coma ni un punto en cualquier discurso. Las nuevas tecnologías son extraordinarias y efectivas, pero cuando a los mandos hay un técnico que sabe lo que lleva entre manos. Tener una formación adecuada al trabajo y leerse el manual de instrucciones de los aparatos, suele asegurar el uso adecuado de éstos y el éxito de la empresa. La tan necesaria renovación tecnológica de la justicia, debe ir acompañada indefectiblemente, de la formación requerida para el manejo de la alta tecnología que hoy nos invade en todos los sectores profesionales de la sociedad, y la administración de justicia arrastra por falta de presupuesto histórico, un desnivel competitivo grave y preocupante.

Cuando el ejército utilizaba la tecnología más avanzada, la administración de justicia carecía de ordenadores. Cuando otras provincias llevan años disfrutando de su Ciudad de La Justicia, Granada continúa en la noche de los tiempos, con dependencias judiciales repartidas por la ciudad, algunas en estado deplorable de conservación, con falta de personal capacitado, y trabajando en unas condiciones absolutamente denunciables, impropias de una gestión de tan altísima responsabilidad social, con las promesas acumuladas de distintos gobiernos que, han asegurado desde hace decenas de años, que esto se iva a solucionar. Que a estas alturas del siglo XXI, una videdoconferencia, o la simple grabación de un testigo, continue siendo una asignatura opendiente, lo dice todo de los que nos desgobiernan.

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